lunes, 9 de marzo de 2015

ROMPIENDO MALDICIONES II

Algunas señales o indicaciones que nos hacen saber que hay una maldición:
 
• Locura mental o emocional
   Las dos palabras claves son confusión y depresión. Éstas, casi siempre, tienen sus raíces en el ocultismo. La mayor parte de las personas que han practicado el ocultismo y la brujería resultan en casos de locura mental, depresión, temores y más.

«Y enloquecerás a causa de lo que verás con tus ojos». Deuteronomio 28.34
 
• Enfermedades crónicas
   Las enfermedades crónicas pueden ser causa de muerte en una familia por varias generaciones. Enfermedades que los médicos llaman genéticas o hereditarias, como por ejemplo: diabetes, presión alta, enfermedades del corazón, asma, cáncer, artritis, entre otras.

«Jehová traerá sobre ti mortandad, hasta que te haga desaparecer de la tierra a la cual vas a entrar para tomarla en posesión. Jehová te herirá de tisis, de fiebre, de inflamación y de ardor, con sequía, con calamidad repentina y con añublo, que te perseguirán hasta que perezcas». Deuteronomio 28.21, 22

   A cierto pastor, le diagnosticaron "hemacroma-tosis", una enfermedad que hace producir demasiado hierro en la sangre, el cual es almacenado en órganos vitales, tales como: el hígado y el corazón. Este pastor renunció a la maldición de enfermedad hereditaria del padre y fue libre, "también, nos hemos encontrado con casos de personas que tienen diabetes, cuyos padres han muerto de lo mismo y que cuando se rompe la maldición, quedan instantáneamente sanas y libres de esta enfermedad. Así mismo, puede ser con cualquier otro tipo de enfermedad.

La esterilidad
            Consiste en la incapacidad para concebir, debido a varias causas, tales como: tendencia a abortar, menstruación irregular, quistes, tumores y otras.

«Maldito el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra, la cría de tus vacas, y los rebaños de tus ovejas». Deuteronomio 28.18

* Desintegración de la familia
Muchos han sufrido esta maldición. Han visto sus hijos e hijas dedicados a la droga, al sexo, la música, toda forma de ocultismo, divorcios, viudez, madres solteras.
«Bendito el fruto de tu vientre, y el fruto de tu bestia, la cría de tus vacas, y los rebaños de tus ovejas». Deuteronomio 28.4

* La pobreza o insuficiencia económica continua
   Esta maldición opera en algunas personas; no importa cuánto dinero ganen siempre viven en escasez, nunca pueden ver prosperidad en sus finanzas y el dinero se les va de las manos como agua.

«Por cuanto no serviste a Jehová tu Dios con alegría y con gozo de corazón, por la abundancia de todas las cosas, servirás, por tanto, a tus enemigos que enviare Jehová contra ti, con hambre y con sed y con desnudez, y con falta de todas las cosas; y él pondrá yugo de hierro sobre tu cuello, hasta destruirte». Deuteronomio 28.47, 48.
 
• Los accidentes violentos o antinaturales
   Se describen como aquellos que están antinaturalmente propensos a sufrir accidentes, tales como: error de un cirujano en la mesa de operaciones, atragantarse con una espina de pescado. En fin, todo accidente o problema físico que no sea normal y natural parece tener una atracción con estas personas.

   Una secuencia de suicidios, muertes prematuras y antinaturales Con frecuencia, la persona que es afectada por este tipo de maldición experimenta un fuerte presentimiento. Estamos hablando de una realidad espiritual, de un enemigo invisible que tenemos que destruir. Una mujer que estuvo enferma toda su vida, renunció a este tipo de espíritu y fue totalmente libre.

¿Cómo es que estas maldiciones son ejecutadas? Un espíritu las ejecuta y las esparce a través de las personas que integran la familia.

«Pero este género no sale sino con oración y ayuno». Mateo 17.27
                           
   Son un tipo de maldiciones impuestas sobre nosotros mismos, por los dichos de nuestra propia boca.

«Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio. Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado». Mateo 12.36, 37

«La muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos». Proverbios 18.21
 
   Hay tres pasos sucesivos para romper las maldiciones impuestas por nuestras malas confesiones:

a-. Arrepentirse por haber confesado algo malo. 
b-. Revocar y cancelar las palabras dichas. 
c-. Reemplazar la confesión con palabras de bendición.

¿Cuáles son las causas de las maldiciones generacionales?
«Como el gorrión en su vagar, y como la golondrina en su huelo, así la maldición nunca vendrá sin causa». Proverbios 26.2
 
Las siguientes son algunas causas de las maldiciones generacionales:

1. La idolatría. ¿Qué es la idolatría? Es tener y reconocer a otro dios u otros dioses fuera del verdadero; es tener una figura o representación y adorarle. Dios castiga con juicio a la persona que es idólatra. ¡Muchas personas son engañadas creyendo que están alabando a Dios! Algunos lo hacen por una tradición familiar, otros lo hacen por ignorancia y otros saben la verdad, pero no quieren reconocer al Dios verdadero.

«Porque las cosas invisibles de él, su eterna potencia y divinidad, se echan de ver desde la creación del mundo, siendo entendidas por las cosas que son hechas; de modo que son inexcusables». Romanos 1.20
 
2. El ocultismo. Lo encubierto, lo escondido. Las prácticas de ocultismo siempre han sido una fascinación para el hombre caído. Hay tres grandes y fuertes aspiraciones de la naturaleza caída del ser humano: el deseo de saber, el anhelo de poder y la búsqueda de la satisfacción de sus necesidades.

   Y esto lo hacen a través de fuentes naturales y fuentes sobrenaturales. Existen dos fuentes de conocimiento y de poder: la de Dios y la del enemigo (la legítima y la ilegítima). La maldición también viene por practicar el ocultismo.

« No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. Porque es abominable para Jehová cualquiera que hace estas cosas, y por estas cosas abominables Jehová, tu Dios, expulsa a estas naciones de tu presencia. Perfecto serás delante de Jehová, tu Dios». Deuteronomio 18.10-13

3. Toda forma de sexo ilícito o antinatural. Tales como: homosexualismo, lesbianismo, bestialismo, adulterio, fornicación, incesto o todo aquello que sea ilícito e ilegal ante los ojos de Dios. Levítico 18.1-25

4. No respetar ni honrar a los padres. Hoy día, nos encontramos con muchos hijos e hijas a los que les va muy mal en la vida por no honrar a sus padres.

«Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres; porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa, para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra». Efesios 6.1-3
 
5. Maldecir lo que Dios ha bendecido. La palabra maldecir significa hablar mal de algo o de alguien. Cuando hay personas que hablan mal de un hijo de Dios o de algo que Dios ha declarado bendito, esa maldición se le devuelve. Toda persona sobre la cual Dios pronuncie una bendición, queda automáticamente expuesta al odio y a la oposición del enemigo.

«Se agazapa y se echa como un león, como una leona. ¿Quién lo despertará? ¡Benditos sean los que te bendigan y malditos los que te maldigan!». Números 24.9
 
«Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré; y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré: y serán benditas en ti todas las familias de la tierra». Génesis 12.1-3

6. Robar lo que le pertenece a Dios.
«Traed todos tos diezmos al alfolí y haya alimento en mi Casa: Probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, a ver si no os abro las ventanas de los cielos y derramo sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde». Malaquías 3.10-12
 
Un ejemplo claro de esto son aquellas personas que no diezman ni ofrendan a Dios. Algunas veces, surge esta pregunta: ¿por qué les va mal en sus finanzas? Es que tienen una maldición por no dar a Dios lo que le pertenece.

7. Injusticias cometidas. Sobretodo, cuando la víctima es débil, viuda, huérfana, pobre o extranjera. Hay quienes han hecho mucho daño e injusticia a este tipo de personas y Dios los juzgará por eso.

8. Maldiciones heredadas. Son aquellas maldiciones que vienen en nuestra línea sanguínea, como por ejemplo: incesto, enfermedades, divorcios, mal carácter, rechazo, maldiciones sexuales y otras.

   Algunas personas se preguntan: ¿Por qué la gente siempre está pobre? ¿Por qué siempre estoy enfermo? ¿Por qué mis hijos e hijas son homosexuales? ¿Por qué hay tantos divorcios en mi familia? ¿Por qué mis hijos están en las drogas? La respuesta está en la causa y en el efecto que hay en la vida. Se buscan soluciones en las ramas y no vamos a las raíces, es decir, la heredad de las personas. Hay muchos pastores que tratan de solucionar los problemas de las personas superficialmente y no saben que están tratando con maldiciones generacionales; ésas son las raíces que hay que cortar.

Pasos para romper las maldiciones y ser libres:

1. Reconozca sus pecados, los pecados de sus antepasados y tome responsabilidad por ellos. Arrepiéntase, confiéselos y pida perdón por ellos. Esto era algo que hacían muy a menudo los profetas del Antiguo Testamento: se ponían en el lugar del pueblo y de la nación y pedían perdón por ellos.

2. Rompa toda maldición en el nombre de Jesús y por la sangre del Cordero. Llámela por su nombre y cancélela con su boca.

3. Ordene a todo espíritu del enemigo detrás de la maldición que se vaya de su vida y de su familia.

4. Declare en voz alta que es libre, una y otra vez, hasta que usted sepa en su corazón que Dios le ha hecho libre.

«Cristo nos redimió de la maldición de la Ley, haciéndose maldición por nosotros (pues está escrito: «Maldito todo el que es colgado en un madero». Gálatas 3.13
 
   Hay que tener presente que cuando la persona está dispuesta a romper con todo lo que tiene que ver con la maldición, se dispone a obedecer a Dios y se afirma en cada una de las promesas que Él ha establecido, las bendiciones de Dios lo alcanzarán.
 
Bibliografia.
Guillermo Maldonado. Sanidad Interior y Liberación. Sexta edición 2006.

No hay comentarios:

Publicar un comentario