martes, 10 de febrero de 2015

LA LIBERACIÓN ES EL PAN DE LOS HIJOS

   Una mujer cananea vino desesperada a pedir liberación para su hija que estaba siendo atormentada por un demonio. Como era filistea, es decir gentil, no estaba incluida en el pacto de Dios dado a los hijos de Israel.

   Ella le salió al encuentro a Jesús como si fuese israelita y usó palabras y términos de pacto que a ella no le pertenecían, hablándole de esta manera: "Señor, hijo de David, ten misericordia de mí". Pero Jesús no le respondió palabra alguna. Los discípulos le pedían con insistencia que la despidiera, mas Jesús con mucha calma dijo dos cosas importantes: "No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel". Él se estaba refiriendo al pueblo de Israel, que era el único que tenía pacto con Dios. Sólo los israelitas poseían los derechos legales junto con las bendiciones del pacto, tales como: salud, liberación, salvación, protección y provisión.

   Lo segundo que Jesús dijo fue: "No está bien tomar el pan de los hijos y echarlo a los perrillos". ¿A qué se estaba refiriendo Jesús? A que los únicos que tenían derecho a las bendiciones del pacto eran los hijos. ¿Qué es lo que buscaba esta mujer para su hija? Liberación. Esta mujer no gozaba de las bendiciones porque no era israelita. Los gentiles eran considerados "perros" en aquel tiempo. En otras palabras, Jesús sabía que los hijos de Abraham se sentaban a la mesa a comer de las bendiciones de Dios, mientras que a los gentiles no les era permitido acercarse.

«Saliendo Jesús de allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón. Entonces una mujer cananea que había salido de aquella región comenzó a gritar y a decirle: - ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí! Mi hija es gravemente atormentada por un demonio. Pero Jesús no le respondió palabra. Entonces, acercándose sus discípulos, le rogaron diciendo: — Despídela, pues viene gritando detrás de nosotros. Él, respondiendo, dijo: — No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Entonces ella vino y se postró ante él, diciendo: — ¡Señor, socórreme! Respondiendo él, dijo: - No está bien tomar el pan de los hijos y echarlo a los perros. Ella dijo: — Sí, Señor, pero aun los perros comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos. Entonces, respondiendo Jesús, dijo: — ¡Mujer, grande es tu fe! Hágase contigo como quieres. Y su hija fue sanada desde aquella hora». Mateo 15.21-28

  La mujer reconoce el privilegio y la prioridad de Israel, pero aún así, apela a la misericordia incondicional de Jesús para sanar a su hija poseída. Jesús le dijo: "no está bien tomar el pan de los hijos y echarlo a los perrillos". Esto quiere decir que la liberación primero es para los hijos y después para los de afuera (no creyentes).

   En el plan de Dios, el evangelio debía ser presentado, primeramente, al pueblo del antiguo pacto, debido al llamado que éste había recibido. Agrupar a Israel debía preceder a preparar la reunión de los gentiles. La mujer arrebata las bendiciones de la futura Iglesia por fe. Y desde ese mismo instante, su hija queda totalmente sana.

   Un tiempo después, Jesucristo pagó en la cruz del Calvario todo lo que no estaba incluido en ese pacto. Pagó para darnos todo lo que el hombre necesita. Él | usó esta expresión: "consumado es", que significa: "acabada está la obra". Ahora, todo aquel que en Él crea, puede gozar de salvación, liberación, perdón de pecados, provisión divina, protección y vida eterna.
 
 La liberación nos pertenece a nosotros los hijos de Dios que hemos nacido de nuevo. Él pagó por todos nuestros pecados, rebeliones, maldiciones generacionales, rechazo y más. De todo esto, surge una pregunta: ¿por qué los creyentes necesitan liberación si Jesucristo nos redimió de todo?

   Recuerde, el Espíritu de Dios vino a morar en nosotros, pero todavía en nuestra alma y en nuestro cuerpo hay influencias del pasado. Para que el Espíritu Santo more a plenitud en nosotros, tenemos que limpiar la casa. Esas influencias del pasado pueden ser los pactos directos e indirectos hechos con el enemigo; necesitamos romper con las maldiciones generacionales que se arrastran en nuestra línea sanguínea para ser totalmente libres. Algunas veces, la liberación en las personas es instantánea, pero en otras, es progresiva; por lo tanto persevere, ya que esa liberación es suya por herencia.

   Muchos creyentes saben en teoría que son libres, pero todavía no se han apropiado de este conocimiento para gozar de una libertad total. Después de Su muerte y resurrección, Jesús nos hizo renacer en una esperanza de vida nueva. Ahora, todo aquel que quiera, puede comer gratuitamente de la mesa y gozar de todas las bendiciones, porque nos ha hecho hijos e hijas de Dios por la fe en Él.

La liberación es un misterio.

   Hay muchos misterios en la Biblia, pero hay uno que las personas tienen mayor dificultad para entender: el misterio de la liberación. ¿Por qué muchos pastores y ministros no entienden el misterio ni el ministerio de la liberación? Si todos leemos la misma Biblia, ¿por qué hay ministros que aún critican y se oponen a este ministerio? La razón es muy simple.    El ministerio de echar fuera demonios y de liberar es un misterio que sólo se puede entender por medio de la revelación del Espíritu Santo.

«El hipócrita con la boca daña a su prójimo; mas los justos son librados con la sabiduría». Proverbios 11.9

   Si queremos ver principados y potestades derribados en los aires, tenemos que echar fuera demonios aquí en la tierra. Hay gente que quiere entrar en guerra espiritual en la ciudad y en los aires sin primero echar fuera los demonios de las personas. Cuando esto se haga, los principados en los aires serán afectados. Dios está levantando un ejército que echa fuera demonios en todo el mundo.

   En Mateo, cuando Jesús envió a los doce, lo primero que les dio fue autoridad para echar fuera demonios.

«Volvieron los setenta con gozo, diciendo: Señor, aún los demonios se nos sujetan en tu nombre. Y les dijo: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo, he aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará. Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos. En aquella misma hora, Jesús se regocijó en el Espíritu, y dijo: Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó. Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar». Lucas 10.17-22

«Entonces llamando a sus doce discípulos les dio autoridad sobre los espíritus inmundos». Mateo 10.1

   La liberación fue una de las partes importantes dentro piel ministerio de Jesucristo. Si usted lo analiza detalladamente, encontrará que el ministerio de la liberación que Cristo estableció en el Nuevo Testamento o nuevo pacto, lo diferencia a Él, de todos los siervos del Antiguo Testamento, o antiguo pacto.

   En el Antiguo Testamento, vemos cómo Dios levantó grandes profetas, tales como: Elias, que hizo descender lluvia y fuego del cielo; o Moisés, que abrió el Mar Rojo. Pero nunca se había visto un hombre de Dios echando fuera demonios. El más cercano y parecido a la liberación fue el caso de David que cuando alababa a Dios y tocaba su arpa, el espíritu inmundo que atormentaba a Saúl lo dejaba temporalmente.

El ministerio de la liberación. 

   Es el Hijo de Dios quien introduce la liberación y comienza su ministerio echando fuera demonios y liberando los cautivos. Ya el profeta Isaías había profetizado acerca del ministerio del Mesías que sería ungido para libertar a los cautivos y abrir las cárceles a los presos.

«El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel». Isaías 61.1

   Esto era algo nuevo que las personas nunca habían visto, y por eso se decían: "¿Qué cosa nueva es ésta?" "¿Con qué autoridad y poder echa fuera demonios?" "¿Por qué llegaron estas señales con Jesús?" Porque Él comenzó a predicar el reino de Dios. Éste era un mensaje para el nuevo pacto que nunca antes se había predicado.

   Cuando el reino de Dios llega a un lugar específico, trae una confrontación directa con el reino de las tinieblas. Ahí se confrontan los poderes satánicos con el poder de Dios y sobre esa región comienza la liberación de las opresiones de Satanás.

«Pero si yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios». Mateo 12.28

Jesús dice en este texto que echar fuera demonios es una señal de que el reino de Dios ha llegado, y que también, es la señal más visible de que el reino de Dios ha venido a la vida de una persona.

   Dios tiene un reino y Él quiere traer más que salvación a los que en Él creen; desea traer su reino a nosotros. Grandes influencias demoníacas que han estado gobernando en ciertas áreas por generaciones tienen que ceder cuando llega el reino de Dios. Tanto en familias como en individuos, encontramos maldiciones generacionales que tienen que romperse. Maldiciones de pobreza, de brujería, de divorcio; y de todas ellas, Cristo vino a liberarnos.
Cuando usted recibe a Jesús en su corazón como Salvador, el reino de Dios comienza a confrontar los espíritus del reino de las tinieblas que hay en su vida y usted comienza a recibir la revelación del evangelio. Esto es un misterio para muchos y locura para los que se pierden.

«En aquella misma hora Jesús se regocijó en el Espíritu, y dijo: Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños». Lucas 10.21

   Los discípulos regresaron contentos de predicar la palabra porque las señales les habían seguido y, además, se gozaban porque los demonios se sujetaban en el nombre de Jesús. En todo esto, Jesús se regocijó en el espíritu y oró en gratitud a su Padre: "Te alabo porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos y las has revelado a los niños".
¿Quiénes son los niños? La palabra niño significa uno que no es calificado ni especializado; es inexperto, "uno que es humilde para recibir instrucción". Éstos son los únicos que entienden: los que son humildes y mansos para recibir la instrucción, que no se creen expertos ni calificados para el Reino. A estos que son sencillos, Dios les revela Sus misterios, Sus maravillas y la obra de Sus manos.

¿Por qué Dios esconde estas cosas de las personas?.

    La primera razón es porque ellas no quieren recibir la revelación. Dios no les deja ver ni les revela cosa alguna porque ellas no quieren recibirlo. Dios revela sus misterios y su Palabra a aquellos que tienen hambre y sed de ella. El Señor no tira las perlas a los cerdos. Por eso, cuando Jesús enseñaba a sus discípulos, lo hacía con parábolas. La razón por la cual enseñaba de esta manera era para que los fariseos y religiosos de aquel tiempo no entendieran, ya que en sus corazones había dureza para recibir la verdadera revelación de Jesús.

«Por eso les hablo por parábolas; porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden. De manera que se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dijo: De oído oiréis, y no entenderéis; y viendo veréis, y no percibiréis. Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, y con los oídos oyen pesadamente, y han cerrado sus ojos; para que no vean con los ojos, y oigan con los oídos». Mateo 13.13-15

   Muchas veces, Dios esconde cosas de las personas por causa del espíritu de orgullo y de soberbia que hay en ellos. Una de las maneras como Dios juzga el espíritu de orgullo es a través de la ceguera espiritual. Hay personas que creen que saben mucho, tienen muchos diplomas, experiencia y consideran que ellos lo saben todo, y I como resultado, Dios los ciega con "ceguera espiritual". No entienden la liberación porque es un misterio. Dios le dijo a Isaías: «Anda, y di a este pueblo: Oíd bien, y no entendáis; ved por cierto, mas no comprendáis». Isaías 6.9, 10

¿Por qué Dios enviaría profetas a su pueblo Israel si ellos no los iban a entender ni a oír? Porque el juicio de Dios estaba en contra la dureza de sus corazones y de su testarudez. Muchas personas no verán los ministerios de Dios si no se humillan como niños ante Su presencia.

La liberación es un ministerio de Jesús.

   La señal de Jesús para indicar que el Reino de Dios había llegado fue el ministerio de la liberación, echando fuera demonios. En Mateo 12.30, Jesús dice algo importante:
«El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama». Mateo 12.30

  Muchas veces, hemos usado este verso para evangelizar diciéndole a las personas: "¿estás con Jesús o en contra de Jesús? Pero, en el contexto de este versículo, Jesús se está refiriendo al ministerio de echar fuera demonios.

  Hay cristianos que creen en los ministerios de la predicación, la enseñanza, la sanidad y los milagros; pero cuando se toca el punto del ministerio de la liberación, se incomodan. Lo que Jesús está diciendo en el texto anterior es: si estás conmigo, no solamente tienes que estar en la predicación, en la sanidad, en la enseñanza, sino también en la liberación, que es uno de los ministerios que traje a los hombres, para la gloria de mi Padre.

   El ministerio de liberación expone todo aquello que está oculto dentro del corazón del hombre. Es un ministerio que opera bajo el discernimiento del espíritu, más que en cualquier otro ministerio. Si a usted no le gusta este ministerio es porque hay un problema en su corazón. Eso no significa que usted no sea salvo y que no vaya al cielo; usted sí va al cielo. El tema es que muchos ministros, aunque saben que el pueblo necesita liberación, no quieren tocar este tópico. De la manera como usted responda a la palabra de Dios, se revela lo que hay en su corazón.

   Jesús siempre tuvo el ministerio de liberación, porque Él fue ungido por su Padre para libertar a los cautivos. Él espera que usted y yo creamos en todo lo que el regalo de la salvación conlleva: la sanidad interior y física, los milagros, la prosperidad y muchos regalos más. Es un paquete completo.

   Muchas personas no quieren predicar ni hablar de liberación porque es la parte más controversial del ministerio de Jesús. Pero Jesús dijo: si no estás conmigo en este ministerio, estás contra mí. Si estás conmigo hasta el final, ésta será la prueba: que creas y prediques bajo el poder del ministerio de la liberación.

   Si usted puede echar fuera demonios, no tendrá problemas en hacer cualquier otra cosa para Dios.
Bibliografia.
Guillermo Maldonado. Sanidad Interior y Liberación. Sexta edición 2006.

7 comentarios:

  1. Muy buena enseñanza 👍 Q mucho hace falta esos estudios, en el pueblo de Dios.

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  2. Ella no arrebató ella suplico misericordia

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  3. Que bendicion en que ciudad se encuentran ?

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  4. Me gusta mucho vuestros materiales

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  5. Me encantó el mensaje gracias por exponer una parte del misterio de Jesús poco aplicada y desarrollada.gracias porque a Enriquecido mucho mi vida bendiciones que el señor los bendiga mucho más. shalom

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  6. Cordial Saludo amado Apóstol le saluda el ministro de Dios Yovani García de la republica de Colombia, espero me recuerde yo estuve en su iglesia ministrando gracias por esta palabra , quiero contactarme con usted. Puede conseguirme en las redes como Yovani García Ministries fuerte abrazo.

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