martes, 21 de agosto de 2018

BASES PARA OPERAR LEGALMENTE. Parte III

LAS CONSECUENCIAS DE REVELARSE CONTRA LA AUTORIDAD.

   Moisés había sacado al pueblo de Israel de Egipto por el poder de Dios y Su autoridad delegada; pero una vez en el desierto, había quienes creían que sabían más que el libertador que Dios había levantado. Aprovechan cada oportunidad para desafiar la autoridad de Moisés. 

   Llegó un momento que la rebelión llegó a su punto máximo y, liderados por Coré, quisieron quitar a Moisés del liderazgo. Pero Dios respaldó su autoridad delegada sobre su siervo y “abrió la tierra su boca, y los tragó a ellos, a sus casas, a todos los hombres de Coré, y a todos sus bienes” (Números 16.32).


   Tanto en este mundo natural como el ámbito espiritual, todo lo que hacemos tiene consecuencias, ya sea para bien o para mal. Por la ley de la siembra y la cosecha, entendemos que todo aquello que sembremos será lo que cosechemos. Así también, si nos rebelamos contra la autoridad y/o utilizamos el poder de Dios ilegalmente, tendremos consecuencias. “De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos” (Romanos 13.2). La palabra “condenación” es sinónima de maldición; es decir, resistir la autoridad de Dios y sus autoridades delegadas acarrean y abre la puerta para la maldición. Si recordamos, ser maldito significa estar “empoderado para fracasar”. Eso explica la condición de muchos creyentes hoy en día, que en lugar de prosperar en todo, los vemos siempre igual y también peor. En un estado de rebelión contra el pastor, el esposo y el jefe… se encuentran en maldición, sin acceso al favor de Dios. Si nos rebelamos contra la autoridad, ¡Dios no nos bendice!


   Resistir al apóstol, al pastor, al evangelista, al maestro o al profeta puesto por Dios es resistir a Dios; resistir al esposo en el hogar es resistir a Dios mismo; y lo mismo sucede cuando los hijos resisten a los padres. En el momento en que se resiste una autoridad puesta por Dios se activa una maldición. ¿Por qué la gente tiene problemas para someterse a la autoridad?

1-. A veces, se pierde de vista lo que esa persona carga de parte de Dios.

2-. La gente se familiariza con ella como ser humano porque conoce sus faltas.

3-. No entiende que la cabeza siempre es escogida y señalada por Dios.

4-. Ha sido herida por una persona en autoridad, por abuso de autoridad o malas experiencias. Cuando usted ve a una persona en eminencia como igual o menos que usted o se enfoca en sus debilidades, se le hace difícil someterse y recibir algo de su manto de autoridad, unción y poder dados por Dios.


OPERAR EL PODER EN REBELIÓN CONTRA LA AUTORIDAD, ES BRUJERÍA.


   “Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad” (Mateo 7.22-23). La mayoría de esta gente puede profetizar, hacer milagros. Señor significa “dueño y amo” pero Jesús dice que no los conoció. “conocer” significa “tener intimidad”. Esta gente usaba el poder sin revelación; porque sin estar sujeto a autoridad y sin una genuina relación con la fuente de poder, toda operación sobrenatural es ilegal. Como consecuencia, seremos desechados por el mismo Jesús. Los milagros vienen de una relación con Dios y de estar sometidos al señorío de Cristo. Esté seguro de operar el poder de Dios en relación con Él y bajo su señorío.


   A menudo, vemos líderes o pastores de iglesia en miseria, que sus congregaciones no son bendecidas, hay desorden y pecado, nadie prospera y parecen vivir más en maldición que en bendición. Cuando indagamos en los motivos, encontramos líderes que no tienen relación con Dios, pecado, mentiras y rebelión contra la autoridad. Entonces, sabemos por qué el enemigo ha podido destruir lo que podría ser una iglesia próspera en Dios. Si éste es su caso, necesita arrepentirse de su rebelión contra la autoridad, renovar su relación con Dios y posponer el orden divino de toda área.


   No hace mucho, hice un viaje a Tierra Santa junto a un grupo de hijos espirituales y creyentes de distintas iglesias hijas de varios países. Al llegar a la tumba de Jesús, comencé a enseñar acerca del poder de la resurrección. Entonces, el poder de Dios se manifestó para sanar; así que declaré milagros y profeticé que la gente allí presente se comenzaría a mover en el poder de la resurrección al volver a sus países. Entre la gente, se hallaba Patricia Martínez, que había llegado desde México, en la que Dios hizo una obra tremenda y sobrenatural. Su testimonio es el siguiente: “Fui a un viaje a Israel con el apóstol Guillermo Maldonado. Cuando llegamos a la tumba de Jesús, el apóstol nos dijo que sentía que el Espíritu Santo quería hacer sanidades. Yo pasé al frente porque los médicos me habían detectado un tumor en la silla turca del cerebro; me habían dicho que solo podía ser removido con una cirugía, pero que está era de muy alto riesgo. Incluso, después de la cirugía, mis posibilidades de salir bien eran escasas. El apóstol oró y nos dijo que comprobáramos clínicamente la sanidad. Yo arrebaté con fe mi sanidad y, de regreso a mi país, me hice todos los estudios y clínicamente puedo comprobar que el tumor había desaparecido. ¡Ya no existe! ¡Desapareció totalmente! Nunca hice un tratamiento ni cirugía ¡Fue el poder de Dios que me sano! Pero ahí no terminó todo. El apóstol nos dijo: “ustedes serán de bendición para su nación y para los enfermos. Al regresar a México, comencé a moverme en esa autoridad delegada para operar lo sobrenatural de Dios. Yo soy enfermera en el área pediátrica, con bebés neonatos; son bebés prematuros que pesan 3-4 libras y que tienen poca posibilidad de vida. Desde que regrese de Israel he estado orando por los bebés que llegan a mi área, y todos se han sanados y desarrollados perfectamente. Cada una ha salido de los hospitales completamente sanos sin secuelas. Las personas no pueden creer que esos bebés hayan nacidos prematuros. Luego, me enteré de que mi directora estaba hospitalizada; fui a verla, le predique de Cristo y ella lo recibió de corazón, y oré por su salud. Ella sufría de apnea, que son paros respiratorios, que pueden causar serios daños cerebrales debido a la falta de oxígeno. Después de la oración, toda enfermedad se fue de su cuerpo y salió del hospital sana y salva, ¡Para la gloria de Cristo!”
Guillermo Maldonado. Poder y autoridad para destruir las obras del diablo. Primera edición.Octubre2015. Editorial Ministerio internacional El Rey Jesús. Paginas 70 - 73

 

jueves, 16 de agosto de 2018

BASES PARA OPERAR LEGALMENTE. Parte II

4-. El principio de la honra.
   Cuando Jesús le enseño a sus discípulos a orar, el primer principio que les comunicó fue el de la honra: “…santificado sea el nombre…” la palabra “santificado” significa “honrado”. El principio de la honra activa la ley del intercambio del Reino; es un intercambio entre Dios y el hombre, por el cual cuando lo honramos, a cambio Él nos da autoridad. Por eso dice: “…yo honraré a los que me honran, y los que me desprecian serán tenidos en poco” (1Samuel 2.30). En otras palabras, cuando no hay honra, Dios no nos puede confiar su autoridad. Así funciona también con lasd autoridades que Él ha establecido en la tierra. Si no las honramos, no nos pueden delegar de su autoridad.

COMO ROMPER LA MALDICIÓN QUE PROVOCA LA FALTA DE SUJECIÓN A LA AUTORIDAD.

   La condenación representa una cárcel en la cual la persona estará, hasta que se arrepienta. Es allí donde usted entra en un ciclo, donde parece que las cosas se ponen mejor pero luego siempre empeoran. El pecado contra la autoridad le recuerda a Dios lo que Satanás hizo en el cielo. Por tanto, la maldición provocada por la falta de sumisión a la autoridad se rompe cuando la persona toma responsabilidad, se arrepiente de resistir la autoridad, de rebeldía y falta de humildad. Si el Espíritu Santo le está trayendo convicción ahora mismo, no deje pasar la oportunidad de alinearse con este principio de Reino. Tal vez esté frente a la causa de su enfermedad, pobreza, tormento, miedo, escasez, desunión familiar, etcétera; en este caso, el arrepentirse y renunciar a la rebelión hará que se active el poder de Dios y venza toda circunstancia adversa.

EJEMPLOS DEL EJERCICIO DEL PODER Y LA AUTORIDAD.

   Dios nos ha dado autoridad para ejercer su poder sobrenatural de manera legal en la tierra, para deshacer o destruir las obras del diablo. Cuando Jesús envió a una parte de sus discípulos por las casas de dos en dos, “volvieron los setenta con gozo, diciendo: señor aun los demonios se nos sujetan en tu nombre” (Lucas 10.17). Los discípulos estaban asombrados porque, hasta entonces, sólo habían visto que Jesucristo tenía potestad sobre los demonios. Lo cierto es que los demonios deben sujetarse a nosotros como a Cristo, porque se trata de la misma autoridad y el mismo poder. Cristo nos dijo que, en su nombre, podríamos hacer lo mismo que Él hizo. Jesús sujetó al diablo a nosotros; si no está sujeto, entonces nosotros tendríamos que derrotarlo; pero como ya lo está, nuestro trabajo es subyugarlo y echarlo fuera. “Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echaran fuera demonios…” (Marcos 16.17). Y esto se hace con la autoridad y el poder delegado por Dios.

   Moisés y Aarón, todas las veces que fueron hablar con el Faraón, llevaban una vara en la mano. La vara representa la autoridad; significa que no podemos gobernar con una brocha, sino con una vara de autoridad. En distintos momentos, Moisés tuvo que tirar su vara o extenderla – según Jehová le ordenara. Cuando se presentó ante Faraón, tuvo que lidiar con el hombre fuerte, el espíritu que dominaba allí, el cual era representado por la cobra. En la cultura egipcia la cobra era el símbolo del principado o dominio y el emblema del Faraón, y un dios al cual adoraban. Cuando Faraón les requirió un milagro para demostrar el poder de Jehová, Moisés tiro la vara de Aarón (el sacerdote) y ésta se convirtió en culebra, y devoró las varas de los sacerdotes y hechiceros del Faraón, que también se habían convertido en culebras. Allí Moisés estaba estableciendo su autoridad y atando al hombre fuerte. Después de eso, pudo entrar y salir de casa del Faraón libremente. Nunca la pudieron tocar. Él representaba un gobierno diferente, el del Dios todopoderoso. Éste es el principio por el cual, muchos hoy en día reprenden demonios pero no los pueden echar fuera porque noven su autoridad de gobierno en el mundo espiritual.

   Otro claro ejemplo fue cuando los israelitas llegaron al mar rojo y los egipcios venían a matarlos. Moisés comenzó a clamar a Dios pero Él le respondió “… ¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que marchen. Y tú alza tu vara, y extiende tu mano sobre el mar, y divídelo…” (Éxodo 14. 15-16). Lo que Dios quería era que usará la autoridad y el poder que ya le había dado. A veces, nuestras oraciones no son respondidas porque pedimos en lugar de decretar, desde la posición de autoridad espiritual de lo que Dios ya ha hecho.


   El profeta Eliseo, cuando recibió la autoridad que descansaba sobre Elías, tiró el manto sobre el Jordán y éste se abrió (2Reyes 2.13). De inmediato, Eliseo comenzó a caminar en un nivel de autoridad y poder mayor. El manto representa la unción o poder que respalda la autoridad.


   Estando Pablo y Silas en la ciudad de Filipos, el libro de los hechos relata: “Aconteció que mientras íbamos a la adoración, nos salió al encuentro una muchacha que tenía espíritu de adivinación, la cual daba gran ganancia a sus amos, adivinando. Esta, siguiendo a Pablo y a nosotros, daba voces diciendo: Estos hombres son siervos del Dios altísimo, quienes os anuncian el camino de salvación. Y esto lo hacía por muchos días; mas desagradando a Pablo, éste se volvió y dijo al espíritu: Te mando en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella. Y salió en aquella misma hora” (Hechos 16.16-18). Pablo usó la autoridad que le había sido delegada para ejercer el poder y echar fuera al demonio de adivinación que operaba en aquella joven. De inmediato, el demonio huyó.


   Recuerdo, hace poco, durante una cruzada para demostrar el poder sobrenatural de Dios en México, hice la siguiente oración: “Padre, Yo sé que tu palabra no vuelve vacía. Ahora, en el nombre de Jesús, en la autoridad de Jesús, en su lugar y voluntad, ordeno a todo espíritu de enfermedad que salga de los cuerpos, ¡ahora! Entre todos los milagros que sucedieron a partir de esa oración, me impactó el de una mujer que se paró de su silla de ruedas. María de los Ángeles había sido diagnosticada con cáncer de útero. Además la mitad de su corazón no funcionaba correctamente; tanto así que vivía conectada a un tanque de oxígeno, día y noche. No podía vivir sin eso. Durante la cruzada, luego de ponerse de pie por el poder de Dios, se desconectó del tanque de oxígeno y pasó caminando desde el fondo de aquel enorme salón hasta la plataforma, para testificar. Subió diez escalones sola, respirando normal; una vez arriba, empujó su silla de ruedas dando vueltas por toda la plataforma, ¡dando gloria a Dios! Sus palabras fueron: “cada minuto que pasa me siento mejor y mejor. Antes estaba muy débil, no podía respirar, ni caminar porque me quedaba sin aire. Ahora, a medida que pasa el tiempo me siento cada vez mejor y siento que estoy recuperando mis fuerzas”. Con la autoridad de Cristo y el poder sobrenatural reprendí al espíritu de enfermedad y esta mujer, desahuciada por los médicos, ¡fue sana en un instante!
Guillermo Maldonado. Poder y autoridad para destruir las obras del diablo. Primera edición.Octubre2015. Editorial Ministerio internacional El Rey Jesús. Paginas 66- 70

sábado, 11 de agosto de 2018

BASES PARA OPERAR LEGALMENTE. Parte I



   Todos los hijos de Dios tenemos el poder que Cristo conquistó y nos dio, pero necesitamos estar seguros de tener también la autoridad para operarlo; de estar alineados y cumpliendo los requisitos para ejercer ese poder legalmente. En Dios, todo funciona bajo una cadena de autoridad, obediencia, responsabilidad y sentido eterno. Veamos cuáles son las bases para ejercer la autoridad espiritual y operar el poder sobrenatural de manera legal:


1-. La ley de la sumisión.

   “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros”(Santiago 4.7). Aquí vemos que, para que el diablo huya, debemos cumplir dos condiciones: someternos a Dios y resistir al diablo. La falta de sumisión o desobediencia es una condición del corazón por la cual éste se vuelve impersuasible. No da  su brazo a torcer, no se somete ni obedece. La persona cuyo corazón se encuentra en dichas condiciones, no puede operar el poder sobrenatural legalmente, con la autoridad delegada de Dios. Quien no se sujeta a autoridad no puede ejercer autoridad, porque vivir bajo autoridad significa vivir bajo sumisión; no existe alternativa.


   Una de las razones es que cuando uno se enfrenta al enemigo, no puede ir ni en su propio nombre ni de sí mismo: debe ir bajo la cobertura y con el respaldo del Reino al que pertenece, porque en caso de contraataque no está solo. La cobertura de la autoridad es como una sombrilla que nos guarda y donde el enemigo no nos puede tocar. Mucha gente no quiere someterse porque ve la sujeción como un control y manipulación sobre su vida; pero en realidad, es todo lo contrario. Es una protección. Entonces, la duración del poder está basada en la sumisión a la autoridad original y a la autoridad delegada. Recuerde que Dios no se compromete con poder y autoridad en un estado de rebelión. Mientras usted no esté en sumisión, no tendrá autoridad de Dios.


   Los religiosos del tiempo de Cristo, al verlo echar fuera demonios y el poder con que se movía, entendían que alguien lo había autorizado hacerlo y, le preguntaron: “…¿Con qué autoridad hace esas cosas, y quién te dio autoridad…? (Marcos 11.28). Era como preguntarle: “¿Quién te autorizó?, ¿Quién te dio permiso? O, ¿Quién te respalda?” Ellos no le preguntaron con qué poder lo hacía, sino con qué autoridad, porque entendían este principio. Cristo operó como un hombre bajo autoridad, murió bajo autoridad y por eso, Dios lo resucitó de los muertos. Él tomó el camino de la humildad para someterse a la autoridad del Padre; eligió la sumisión como estilo de vida porque tenía revelación de cómo ejercer la autoridad genuina y todo el poder del Espíritu Santo, “y aunque era hijo, por lo que padeció, aprendió la obediencia”(Hebreos 5.8). Su madurez le permitió entender cuál era el camino correcto. Por todo eso y más, Jesús es nuestro mejor ejemplo de humildad y sumisión; es más, es nuestro camino al Reino por eso mismo.


2-.El principio de la Posición como hijos de Dios.

   El poder y la autoridad de Dios no se basan en el conocimiento, experiencia, personalidad, visión, don, edad, sino en la posición como hijos; porque la clave está en que “…a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios”(Juan 1.12). Antes de ejercer autoridad debemos establecer nuestra posición en Cristo; desde allí vamos a vivir, caminar y operar. Él operó su autoridad desde su posición revelada de hijo de Dios. Satanás conoce este principio, y por eso una de las áreas que más ataca en todo ser humano, aun cristianos, es el área de la identidad y la paternidad, tanto natural como espiritual. Él sabe que un cristiano que tiene revelación de su identidad, de quién es como hijo de Dios, podrá utilizar la autoridad legal y el poder sobrenatural para destruir sus obras y echarlos fuera de su vida, de su familia, de su iglesia, y de todo territorio que Dios le haya asignado. Es decir, hará con él lo mismo que hizo Jesús. Un creyente establecido en su posición en el mundo espiritual representa el mayor peligro para el diablo y sus planes.


   Los hijos tienen poder, autoridad, privilegios, herencia, y pueden actuar en lugar del Padre. Si usted sabe quién es como hijo, se moverá bajo autoridad y con autoridad, por lo que le ha sido revelado, no por lo que siente. Como hijos de un Dios compasivo, debemos tener compasión de la gente, de su dolor, pero odio hacia el diablo y sus obras. Cuando usted ama lo que Dios ama y odia lo que Dios odia, entra en un lugar y al ver a alguien enfermo, deprimido, alcohólico, no lo puede soportar. Así como le sucedió a Jesús, siente compasión por la persona y una ira contra Satanás y sus obras; por tanto, tomará autoridad y traerá liberación y sanidad, porque es un hijo de Dios que conoce su posición y vive bajo autoridad. Aquello que odiamos es la evidencia de nuestro amor a Dios y de nuestra posición de hijos. La autoridad de Dios es revelación y convicción de su identidad y propósito.


3-. El principio de la asociación.

    Por otra parte, la autoridad se puede ejercer por medio de la asociación. Cuando usted entra en una relación o se pone bajo la cobertura de alguien con autoridad original, accede a otra dimensión de autoridad, porque tiene el mismo acceso. Si está bajo mi cobertura, tendrá acceso a mi dimensión. No significa que es igual en autoridad, pero sí que tiene el mismo acceso tanto en lo natural como en lo espiritual, yo siempre llevo a mis hijos conmigo. Donde yo entro, mis hijos entran; lo que yo hago mis hijos hacen; donde yo voy, mis hijos van y lo que yo tengo, mis hijos tienen. Así es el Padre celestial con nosotros, porque “…si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados” (Romanos 8.17). Jesús tenía revelación se esto también, por eso llevaba a sus discípulos con él a todo lugar y oró al Padre diciendo: “La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno” (Juan 17.22). Él conocía el principio de la asociación y la posición como hijos, para transmitir a sus discípulos todo lo que el Padre le había dado. 
Guillermo Maldonado. Poder y autoridad para destruir las obras del diablo. Primera edición.Octubre2015. Editorial Ministerio internacional El Rey Jesús. Paginas 62- 66