sábado, 28 de septiembre de 2019

¿POR QUÉ HAY DOLOR Y SUFRIMIENTO EN EL MUNDO?.Parte IV

UN MENTIROSO, LADRÓN, ASESINO.
   El diablo es un mentiroso y un ladrón. Desde el día de nuestro nacimiento, se ha dedicado a robarnos cada bendición que Dios tiene para nuestras vidas. Los blancos favoritos que quiere destruir son las bendiciones de la inocencia, la paz, el gozo, la salud, la armonía familiar y conyugal, la juventud, el tiempo, la prosperidad, y la adoración al Dios verdadero. El diablo desea esclavizarnos, y a menudo lo hace engañándonos y animándonos a seguir pecando.

   Una de las tácticas de Satanás es tentarnos en las áreas en las que somos o estamos débiles, para que caigamos por nuestra propia elección en sus trampas. Sus estrategias son sutiles, y ya que usualmente no lo vemos venir, a menudo no sabemos cómo, dónde, o a través de quién va a ejecutar sus planes.

   El diablo también es un asesino. Busca quitarnos la vida  en todas sus formas – espiritual, emocional, mental, física, y así sucesivamente- . Se empeña en matar nuestros sueños y proyectos, en arruinar los propósitos de Dios para nosotros. Además, su meta es remover personas de este mundo antes que puedan descubrir una vida nueva en Dios y cumplir el propósito por el cual fueron creados. Mata a la gente físicamente ocasionándoles enfermedades, accidentes, y las peores presiones de la vida. Yo creo que su influencia está escondida detrás de cada persona que comete suicidio, infanticidio, aborto, parricidio (asesinar a los padres), genocidio y cualquier otro tipo de asesinato.

   Willie-Mae Hood es una mujer que experimentó el poder de Jesús para vencer a Satanás, después que el diablo intentó destruirla físicamente. Por dos años, ella padeció una enfermedad llamada fibrosis pulmonar (la cicatrización del tejido pulmonar). A causa de esta enfermedad, ella tenía dificultad para respirar y era incapaz de caminar por largos períodos de tiempo, por lo que requería ayuda y mucho descanso.

   Su situación se tornó extrema un día que trató de subir unas escaleras, pero no pudo recobrar el aliento y tuvo que ser hospitalizada. Esa noche, los doctores le dijeron que necesitaría estar conectada a un tanque de oxígeno por el resto de su vida. Willie-Mae respondió, “¡De ninguna manera! Jesús no hizo esto. ¡Satanás, quita tus manos de lo que le pertenece a Dios!” Durante un tiempo de ayuno y oración en nuestra iglesia, ella y su hija declararon que ella recibiría nuevos pulmones, y un nuevo corazón, porque éste también había sido afectado por la enfermedad.

  Cuando el tiempo de oración y ayuno terminó, tuvimos un servicio especial en la iglesia en el que Willie-Mae y su hija esperaban ansiosamente el cumplimiento de su milagro. Pasaron al altar, donde Willie-Mae recibió oración. Ella sintió la presencia de Dios y dijo, “es como si vida estuviera fluyendo a través de mí”. En ese instante se llenó de fe; se quitó la máscara de oxígeno y empezó a caminar y respirar libremente. Willie-Mae gritaba “¡Jesús vive!”. Él le había creado nuevos pulmones y un  nuevo corazón. Toda la congregación explotó en celebración al ser testigos de este sorprendente milagro. Jesús nos da vida en abundancia, pero el diablo quiere robarnos, matarnos, y destruirnos.

   La campaña destructiva de Satanás contra los seres humanos va aún más allá de la muerte física. Él quiere arrasar con los seres humanos por la eternidad. Jesús dijo, “no teman a los que matan el cuerpo pero no puede matar el alma. Teman más bien al que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno (Mateo 10.28)

   El diablo odia a los seres humanos porque tenemos dos (2) cosas que él no tiene: (1) el derecho legal para ejercer dominio sobre la tierra, el cual Dios nos dio en la creación (Génesis 1.26,28) , y (2) nuestra capacidad de adorar a Dios. Satanás quiere tomar el control de la tierra completamente, y sobre todo, desea que lo adoremos a él. Cada vez que pecamos, le concedemos al diablo el derecho de operar en este mundo a través de nosotros. Y cada vez que nos rebelamos contra Dios y nos alejamos de Cristo – escogiendo un propósito alternativo de vida como el amor al dinero, la inmoralidad, el crimen, u otras metas egoístas – estamos, en efecto, ofreciéndole al diablo nuestra adoración.

   No podemos permitirle al diablo que siga engañándonos. No hay una “zona neutral”. O estamos con Cristo o estamos con Satanás. “El que practica el pecado es el diablo, porque el diablo ha estado pecando desde el principio. El hijo de Dios fue enviado precisamente para destruir las obras del diablo (1Juan 3.8)

UNA SALIDA.
   Usted ya no tiene que vivir más como uno que ha sido condenado a la desesperanza y la muerte. Sólo hay una forma de escapar al pecado, la enfermedad,  la muerte, y el infierno: ¡Recibiendo a Jesús!

   Un joven de nombre Chrissy recibió liberación y una nueva vida en Jesús después que el diablo trató de destruir su vida emocional, mental, espiritual y físicamente.

   “Mi historia es dura. Mi padre me rechazó al nacer, y mi mamá me abandonó cuando tenía tres años. Para ese entonces mi padre estaba en la cárcel, así que mi abuela me crió. Cuando tenía seis años, fui violada, y ese incidente marcó mi vida de manera negativa.

   “Cuando mi padre salió de la prisión, me mudé con él, pero se me hizo muy difícil adaptarme a él. Empecé a buscar maneras de escapar a través de las drogas, los cigarrillos, y relaciones que eran tanto física como sexualmente abusivas. A los dieciséis, vivía en la calle, vendiendo y usando drogas. Me quedaba en la casa de personas que vendían droga y practicaban el lesbianismo, y estaba siempre al borde de sufrir una sobredosis. A los dieciocho, me contagié de una enfermedad de transmisión sexual. Me sentía como una muerta viviente.

   “desesperada, clamé a Dios y le pedí que me guiara a una buena iglesia. Esa misma semana, alguien me habló del ministerio El Rey Jesús. Fui a una reunión de jóvenes ahí, y, por primera vez, sentí el amor y la presencia de Dios. Después asistí a un retiro que se enfocaba en lidiar con adicciones, sanidad interior del alma, y maldiciones generacionales. Allí, sentí que el poder de Jesús me estaba liberando de todo el rechazo, la soledad, el abandono, la inmoralidad, la falta de amor y la auto-destrucción en la que estaba viviendo. Perdoné a mis padres por el abandono, y me perdone a mi misma por todas las cosas malas que yo misma me hice.

   “Hoy, tengo paz en mi corazón y una vida nueva. Ahora, la única cosa que quiero es que otros reciban lo mismo que yo recibí de Jesús, porque sé que hay muchas personas sufriendo como yo sufrí, sin encontrar una solución en nada ni en nadie. El Único que puede transformar su vida es Jesús, el Hijo de Dios”.

   ¿Porqué creer en Jesús? Porque él murió para salvarnos de un castigo sin fin, y de estar separados de Dios. Porque él resucitó de entre los muertos para darle una nueva vida a la tierra, así como una existencia eterna en él.

   Nuestra muerte física es un hecho inevitable sobre el cual no tenemos ningún control. Es por eso que debemos estar seguros de habernos conciliado con Dios el Padre a través de Jesucristo, y de permanecer alineados con él. No debemos permitir que nuestros corazones se endurezcan, o permitir que regresemos poco a poco a un estilo de vida de pecado, porque no sabemos  cuándo o cómo la muerte llegará a nosotros.

   Hoy, usted puede hacer que el sacrificio de Jesús  sea efectivo en su vida, y saber que tiene vida eterna con Dios, repitiendo la siguiente oración. Hágala con todo su corazón y en voz alta.

   Padre Celestial, yo reconozco que soy un pecador y que mi pecado me separa de Ti.  Creo que Jesús murió en la cruz por mí y que El resucitó de entre los muertos. Confieso con mi boca que Jesús es el Señor. Me arrepiento de todos mis pecados, y rompo toda conexión que –voluntaria o involuntariamente- he hecho con el pecado y con el diablo. Hoy tomo la decisión de seguirte a Ti. Jesús, te pido que entres a mi corazón y transforme mi vida. Rechazo todos los pensamientos y comportamiento que no reflejan la naturaleza de Dios, y te pido que me ayudes a caminar los caminos de Dios por tu gracia y poder a través del Espíritu Santo. Gracias por salvarme, liberarme del pecado y la muerte eterna, y por darme vida eterna contigo. ¡Amén!            
Guillermo Maldonado. ¿Por qué creer en Jesús? Poder. Primera edición.2015. Editorial Ministerio internacional El Rey Jesús. Paginas 79 - 84

sábado, 21 de septiembre de 2019

¿POR QUÉ HAY DOLOR Y SUFRIMIENTO EN EL MUNDO?.Parte III

EL CIELO Y EL INFIERNO SON REALES.
   Mi amigo, el cielo es una realidad, pero también lo es el infierno. Jesús enseño más sobre el infierno que sobre el cielo, porque quiere guardarnos de ir  al lugar de castigó eterno. El infierno no fue creado para los seres humanos –fue hecho para Satanás-. Mateo 25.41. Sin embargo, las personas que escogen  vivir separadas de Dios, persiguiendo metas egoístas, y deleitándose de un estilo de vida de pecado recibirán el mismo castigo. Ese castigo refleja el verdadero horror del pecado y la rebeldía contra Dios.

   Debido al pecado, el destino de la humanidad –apartados de la salvación de Jesucristo- es la muerte eterna; la separación de Dios. Por tanto, si usted muere sin Cristo, su destino es el infierno.

   Richard Eby fue un exitoso médico cirujano. Él recibió a Jesús como su Salvador y fue un hombre de fe toda su vida. A los sesenta años sufrió un accidente trágico y murió, pero después volvió a la vida, y contó lo que habiá visto en la dimensión espiritual.

   Tan pronto como Richard murió, dejó de sentir dolor, e instantáneamente llegó al cielo, un lugar lleno de amor, paz y perfección. Después Jesús dijo a Richard que le mostraría el infierno por dos minutos removiendo su nombre del libro de la vida. (Apocalipsis 20.12-15) De repente, Richard comenzó a caer, hasta que aterrizó en un hoyo en el centro de la tierra que medía aproximadamente tres metro de alto por un metro de ancho y un metro de profundidad. No había entrada ni salida, y estaba en absoluto silencio y oscuridad. Jesús le dijo que la ausencia de Dios producía la falta total de luz y sonido.

   Jesús le permitió a Richard sentir las que sería sensaciones normales para un cuerpo espiritual: era como si tuviera un millón de sentido –un número ilimitado- . Ahí estaba él, en un hoyo, esperando su veredicto final de parte de Dios. Estaba aterrorizado de saber que una persona que muere sin Cristo va instantáneamente a ese lugar.

   Richard podía oler la hediondez de los demonios. De repente, comenzó a golpear las paredes desesperado por salir, porque se halló a sí mismo rodeado por miles de cuerpos pequeños semejantes a perros y gatos deformes. Estaban encadenados y tenían fuego en vez de ojos. Trataban de atacarlo y aterrorizarlo, y lo ridiculizaban en un lenguaje horrible por haber rechazado al Salvador y por estar ahí con ellos. También le decían, “Nunca te dejamos ir. Te daremos el infierno que estamos viviendo”.

   Repentinamente, empezaron a trepar por su cara y por las paredes; dando voces estridentes y amenazantes, usando lenguaje obsceno. En un momento, Richard le preguntó por qué estaban allí, y ellos le  respondieron, “Nosotros ya aceptamos a Satanás como Salvador, y no tenemos otra opción. Estaremos aquí para siempre y nunca saldremos de este lugar”.

   Después de esa experiencia, Richard regresó a su vida, y su historia pone el temor de Dios en el corazón de muchas personas al sentir mucho más directamente, la realidad del cielo y el infierno que esperan por las almas.

   En otro caso, Mary K. Baxter tuvo visiones del infierno en un período de treinta días. Dios le dio ese regalo y le hizo comprometerse a compartir su experiencia con el mundo. Acompañada con Jesús, ella vio personas en el infierno a quienes Él llamó por años para recibir salvación y llevar a cabo su propósito especial, pero decidieron que no tenían tiempo para eso. Algunos prefirieron divertirse, mientras otros estaban muy ocupados tratando de obtener riquezas, fama y fortunas. Ahora sus almas están en tormento. Aquí está una porción de lo que ella vio:

   “Llegamos a la próxima fosa. Dentro de esa fosa…, había una forma de esqueleto. La voz de un hombre gritaba desde la cueva, diciendo, “Señor ten misericordia de mí”. No podía saber si el alma era un hombre o una mujer hasta que hablaban.

   “Grandes lamentos y sollozos venían de ese hombre. “Jesús, lo siento mucho. Perdóname, sácame de este lugar. He estado en este lugar de tormento por años. “Te lo ruego, sácame de aquí”. Grandes sollozos estremecían el marco esqueletal mientras rogaba, “¡por favor Jesús sácame de aquí!”

   “Yo mire a Jesús y pude ver que Él también estaba llorando. El miro hacia arriba y dijo, “Mi Padre, Mi Padre ¡ten misericordia!. “Señor Jesús”, el hombre gritó desde la fosa en fuego, ¿no he sufrido lo suficiente por mis pecados? Han pasado cuarenta años desde mi muerte.

   “Jesús dijo, ¡escrito está, el justo por la fe vivirá! Todos los burladores e incrédulos tendrán su parte en el lago de fuego. Tú  rehusaste creer la verdad. Muchas veces mis gentes fueron enviados a ti para enseñarte el camino,, pero tú no los querías escuchar. Tú te reíste de ellos y rehusaste el evangelio. Aunque yo morí por ti en una cruz, tú te burlaste de mí y no te arrepentías de tus pecados. “Mi Padre te dio muchas oportunidades para ser salvo.. Si solamente hubieras escuchado. Jesús lloró

   “Yo lo sé, Señor, lo sé”, grito el hombre. “Pero yo me arrepiento ahora”
   “Ya es muy tarde”, dijo Jesús. “El juicio ya está terminado”.

   “El hombre continuo, “Señor, algunas de mis gentes vienen para este lugar, porque ellos tampoco se quieren arrepentir. Por favor, Señor, déjame ir a decirle que tienen que arrepentirse de sus pecados mientras están todavía en la tierra. Yo no quiero ellos vengan aquí”.

   “Jesús dijo, Ellos tienen predicadores, maestros, ancianos –todos ministrando el evangelio-. Ellos se lo dirán. Ellos también la ventaja de los modernos sistemas de comunicación y muchas otras para aprender de mí. Yo le he enviado obreros para que puedan creer y ser salvos. Si ellos no creyeren cuando escuchen el evangelio, tampoco serán persuadidos aunque alguien resucite de los muertos”…

   “Jesús dijo, el infierno es real; el juicio es real. Mi hija, los amo tanto. Esto es solamente el comienzo de las cosas espantosas que tengo que enseñarte. Hay mucho más todavía por venir.

   “Dile al mundo por mí que el infierno es real; que los hombres y las mujeres tienen que arrepentirse de sus pecados…”

DEBEMOS ESCOGER.
   Cada miembro de la raza humana debe decidir a quién seguirá y servirá en esta vida, y está decisión determinará el estado de tu existencia la próxima vida.

   Seremos gobernados, o por Jesús, quien es la vida y el Dador de la vida, o seremos gobernados por Satanás, el diablo, quien es un mentiroso, ladrón y asesino. Debemos ser cautelosos al tomar esta decisión, porque el diablo presenta el pecado como algo deseable y bueno. “Él se disfraza de “ángel de luz”(2Corintios11.14), buscando atraparnos y destruirnos.

   Jesús dijo, “El ladrón (diablo) no viene más que a robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia”(Juan 10.10) “El diablo… desde el principio ha sido un asesino, y no se mantiene en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando miente, expresa su propia naturaleza, porque es un mentiroso. ¡Es el padre de la mentira! (Juan 8.44) Nada hay bueno y generoso en Satanás; todo en él es perverso y corrupto. Su único propósito es destruir las obras de Dios, incluyendo la corona de la Creación de Dios: los seres humanos.
Guillermo Maldonado. ¿Por qué creer en Jesús? Poder. Primera edición.2015. Editorial Ministerio internacional El Rey Jesús. Paginas 75 - 79

sábado, 7 de septiembre de 2019

¿POR QUÉ HAY DOLOR Y SUFRIMIENTO EN EL MUNDO?.Parte II


La identidad personal de cada uno siguió siendo la misma.
   “En el infierno, en medio de sus tormentos, el rico levantó sus ojos y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro junto a él”. Lucas 16.23. Algunas personas piensan que después de la muerte perdemos completamente nuestra conciencia, incluyendo nuestra identidad y nuestra memoria. Otros piensan que nuestra existencia simplemente desaparecerá como neblina. Y como ya hemos visto, otros incluso creen que reencarnarán es otro cuerpo. Sin embargo, según Jesús, Lázaro y el hombre rico siguieron siendo las mismas personas que habían sido en la tierra. Ya sea en el cielo o en el infierno, en el más allá las personas mantienen su conciencia, y siguen teniendo la misma personalidad.

Se reconocían el uno al otro.
   “Así que alzó la voz y lo llamó: Padre Abraham, ten compasión de mí y manda a Lázaro que moje la punta del dedo en agua, y me refresque la lengua, porque estoy sufriendo mucho en este fuego”. Lucas 16.24(NVI).

   El hombre rico reconoció a Abraham, quien había muerto miles de años antes. Y reconoció a Lázaro, quien había muerto en su misma generación. Así que nuestra consciencia o identidad, no solamente permanecerá sino que aumentará, porque ya no estamos limitados por el tiempo y los sentidos humanos naturales.

Ambos recordaban su vida en la tierra.
   “Pero Abraham le contestó: Hijo, recuerda que durante tu vida te fue muy bien, mientras que a Lázaro le fue muy mal…”Lucas 16.25(NVI). Al parecer los dos hombres podían recordar las circunstancias de cómo había sido su vida antes de experimentar la muerte física. Después de la muerte, nosotros también podremos recordar nuestra vida en la tierra; esto significa que nuestra memoria permanecerá en el alma. Recordaremos todo nuestro pasado –las decisiones que tomamos, las acciones que efectuamos, las personas que vinieron con nosotros y alrededor de nosotros, así como las condiciones en las que estaban – El hombre rico estaba en el infierno porque durante su vida en la tierra, no escogió seguir a Dios ni sus caminos, y no tenía compasión por su prójimo. Estaba cosechando lo que había sembrado. Gálatas 6.7

Estaban conscientes de su condición actual.
“…Pero ahora a él le toca a él recibir consuelo aquí, y a  ti, sufrir terriblemente”. Lucas 16.25. En el cielo, las personas son conscientes de su nueva realidad y la disfrutan. Están en el lugar que ha sido preparado para que ellos habiten en la plenitud de vida con Dios el Padre y Jesucristo, separados de todo dolor, soledad, tristeza y desesperanza.

   En el infierno, la gente también es consciente de su nueva realidad, la cual incluye sed insaciable, maldiciones, torturas, y condenación eterna, donde “el gusano nunca muere y el fuego no se apaga (Marcos 9.44,46,48), y donde “habrá llantos y rechinar de dientes”. Mateo 8.12 Cuando una persona muere sin Cristo, va directamente a ese lugar de tormento. (Yo creo que aquellos que nunca han escuchado el mensaje de Jesús serán juzgados por Dios de acuerdo al conocimiento que tuvieron de Él y como respondieron al mismo. De cualquier modo, nuestra salvación se encuentra únicamente en Jesús).

   Una persona que ha rechazado el evangelio, lo que probablemente recordará más son las oportunidades que Dios le dio para  recibir  a Jesús, y las veces que rechazo esas oportunidades. Tendrá la insoportable consciencia de que no hay nada que pueda hacerse para aliviar su situación. Su mayor  tormento será su separación eterna de Dios y el saber que nunca podrá salir de ese lugar.

Habra una completa separacón entre justos e injustos.
   “Hay un gran abismo entre ustedes y nosotros, de modo que los que quieren pasar de aquí para allá no pueden, ni tampoco pueden los de allá para acá. Lucas 16.25. Lázaro y el hombre y el hombre rico estaban en lugares completamente diferentes, y ninguno de los dos podía cruzar hasta donde estaba el otro.
Guillermo Maldonado. ¿Por qué creer en Jesús? Poder. Primera edición.2015. Editorial Ministerio internacional El Rey Jesús. Paginas 73 - 75