martes, 28 de septiembre de 2021

MEDIOS Y METODOS POR LOS CUALES DIOS NOS HABLA. Parte II

 Alivian su conciencia haciendo muchas obras.

   Las obras son hechas con el propósito de disminuir los sentimientos de culpa que surgen en nuestro espíritu de parte de Dios, donde nos dice que estamos actuando en desobediencia. Existen tres tipos de conciencia:
1. Conciencia buena. Es aquella que no tiene ninguna acusación delante de Dios ni delante de los hombres. Este tipo de conciencia está lista y sensible para oír la voz de Dios.

2. Conciencia débil. Es aquella que se contamina, que se deja influenciar fácilmente y el enemigo la acusa. Una persona con conciencia débil puede ser contaminada fácilmente, y el enemigo la puede acusar en cada momento.

3. Conciencia cauterizada. Es aquella que presenta un estado de indiferencia ante el pecado; producto de pecar continuamente. Una persona con una conciencia cauterizada, peca sin sentirse mal. Estas personas son las que, mayormente, terminan por apartarse del evangelio.

"Pero el Espíritu dice claramente que, en los últimos tiempos, algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios, 'de hipócritas y mentirosos, cuya conciencia está cauterizada". 1 Timoteo 4.1, 2

   Cuando no tenemos cuidado de oír la voz de nuestra conciencia; cuando somos reprendidos e insistimos en pecar, podríamos llegar hasta la apostasía. ¿Ha tomado usted una decisión en su vida y después de haberla hecho, se ha sentido mal? ¿Siente que la voz de su conciencia le habla y le dice: "no lo hubieses hecho"? Pues quiero decirle que ése era Dios hablándole a su conciencia y dejándole saber que lo que hizo estuvo mal. Nuestra conciencia nos defiende o nos acusa de lo que hacemos para Dios y para los hermanos.

"15...mostrando la obra de la Ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos". Romanos 2.15 

Pablo vivía con una buena conciencia.

"Entonces Pablo, mirando fijamente al Concilio, dio: Hermanos, yo con toda buena conciencia he vivido delante de Dios hasta el día de hoy". Hechos 23.1

12Nuestro motivo de orgullo es éste: el testimonio de nuestra conciencia, de que con sencillez y sinceridad de Dios (no con sabiduría humana, sino con la gracia de Dios) nos hemos conducido en el mundo, y mucho más con vosotros". 2 Corintios 1.12

   Pablo sabía vivir delante de Dios con una buena conciencia. El sabía cuándo Dios le estaba
hablando, y cuándo estaba haciendo lo correcto y agradable delante de Dios.

   Mi testimonio: El primer domingo de cada mes, acostumbrábamos hacer una cruzada de sanidad y milagros. Ese domingo que hicimos una cruzada fuera de la iglesia, no estuve satisfecho con lo que sucedió. Quería más milagros, más sanidades y más salvaciones. Entonces, me fui para mi casa y me quejé con Dios, diciéndole: "Señor, ya no vuelvo a hacer cruzadas de milagros, no se salvó toda la gente que quería. No hubo las sanidades que esperaba ni tampoco los milagros que deseaba. Señor, ya no hago más servicios de este tipo; invierto mucho dinero, ayuno, oración y no obtengo los resultados que espero". Cuando
terminé de orar, Dios comenzó a hablarme por medio de mi conciencia. Empezó a decirme que era un mal agradecido, que no apreciaba todas las personas que se salvaron y que se sanaron; más bien, lo tenía en poco. Mi conciencia me acusó y me sentí muy mal delante de Dios. En otras palabras, Dios me estaba diciendo: "tu queja y tu rebeldía han llegado a mi trono". El Señor me lo dejó saber por medio de mi conciencia, al sentirme mal. Después, le pedí perdón a Dios, me arrepentí y la acusación en mi conciencia se fue. Dios habló a mi conciencia, mediante la voz de mi espíritu, reprobando mi acción.

   La conciencia trabaja según el conocimiento de la Palabra. Cada vez que recibimos luz de la Palabra en algún área de nuestra vida, nuestra conciencia se activa en esa área específica. Si somos fieles a nuestra conciencia, que es la voz de nuestro espíritu, empezaremos a caminar en santidad; y si mantenemos una conciencia limpia, habrá una comunicación directa con Dios y oiremos mejor su voz.

¿Cómo podemos mantener una conciencia limpia?
   Cada vez que pequemos u ofendamos al Señor, no esperemos un largo tiempo para arrepentimos y pedirle perdón. En el momento que sintamos la reprensión de nuestra conciencia, debemos pedir perdón al Señor y corregir la ofensa. De esa manera, mantendremos una conciencia limpia y pura para oír su voz.

3. La voz del Espíritu Santo
   Anteriormente, estudiamos que Dios nos habla por el testimonio interior, por la conciencia, que es la voz de nuestro espíritu. Ahora, vamos a estudiar la forma como Dios nos habla por medio de la voz del Espíritu Santo. La mayor parte de las veces que el Espíritu Santo habla a nuestra vida, es porque desea comunicarnos algo de suma importancia. Puede ser algo que tenga que ver con nuestro llamado, que sea de vida o muerte para nosotros, o que pueda afectar positiva o negativamente a muchas personas. También, puede ser algo que cambie el rumbo de un ministerio o una visión. Dios se asegura que oigamos directamente la voz del Espíritu Santo.

¿Cómo es la voz del Espíritu Santo?
Es una voz suave y tierna, pero al mismo tiempo, con gran autoridad. Algunas veces, parece que es como si alguien nos estuviera hablando con voz audible, fuertemente. El Espíritu Santo no nos habla en todo momento de forma directa. Cuando El habla, lo hace en un momento específico. La mayoría de las veces, habla por media del testimonio interior y trae paz al corazón. Su voz siempre viene desde adentro y desde nuestro
espíritu.

Cómo diferenciar la voz del enemigo y la voz del Espíritu Santo?

La voz del diablo...
• Trae temor, ansiedad y preocupación.
• Siempre viene dirigida en primera persona. Es una voz que tergiversa10 los pensamientos de la persona, haciéndole creer que éstos provienen de su propia mente; y de esa manera, la
engaña.
• Siempre contradice la palabra de Dios.
• Trae condenación.
• Trae culpabilidad.
• Su voz emana desde el exterior de la persona.

La voz de Dios...
• Trae paz, quietud y tranquilidad.
• Trae gozo.
• Siempre está de acuerdo con la palabra de Dios.
• Trae convicción y no condenación.
• Edifica, consuela y exhorta.
• Permite un acercamiento entre Dios y la persona.
• La voz del Espíritu Santo emana desde el interior de la persona.
Ejemplos bíblicos de cómo Dios mismo habló en el Antiguo y en el Nuevo Testamento.
• Dios habló a Samuel.

"10Vino Jehová, se paró y llamó como las otras veces: ¡Samuel, Samuel! Entonces Samuel dio: Habla, que tu siervo escucha". 1 Samuel 3.10

• Dios habló para ordenar a Pablo y a Bernabé.
"Había entonces en la iglesia que estaba en Antioquía, profetas y maestros: Bernabé, Simón el que se llamaba Níger, Lucio de Cirene, Manaén el que se había criado junto con Herodes el tetrarca, y Saulo. 2Ministrando éstos al Señor y ayunando, dio el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado. 'Entonces, habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron ". Hechos 13.1-3

Testimonios personales

Una mujer en Argentina. Estaba predicando en Argentina y, mientras enseñaba la palabra de Dios, el Espíritu Santo me dijo que había una mujer que quería suicidarse. Al terminar la enseñanza, empecé a orar por las personas, impuse mis manos sobre ellas y cuando llegué a una mujer, me di cuenta que era la persona de la cual Dios me había hablado. Oré por ella, y Dios me dio una palabra para ella que decía que El la amaba, entre otras cosas más. Dios la tocó, ella lloró, se quebrantó y después que el servicio terminó, se me acercó y me dijo:

  "Pastor, yo le pedí a Dios que me hablara hoy. Me encontraba en una condición desesperada, no sabía qué hacer y le dije a Dios que si no oía nada de El, me iba a lanzar a las llantas de un automóvil para suicidarme". ¡Gloria a Dios que hubo palabra para esa mujer y no se suicidó! Dios hizo el milagro.

Compra de nuestro templo. Cuando empecé a pastorear la iglesia, Dios nos bendijo con un local pequeño que tenía cupo para 250 personas, y como llegaban más personas a ese lugar, tuvimos que empezar a hacer cuatro servicios los domingos. Desde ese entonces, comenzamos a orar por un templo y encontramos disponible, una sinagoga" judía. Senti en mi corazón que ése era el lugar que debíamos comprar. El costo era de tres millones de dólares y no teníamos el dinero. Aún así, Dios puso en mi corazón reunir a los intercesores para orar por el templo nuevo.

   Un viernes, llamé a los intercesores, declarando una vigilia para orar específicamente por el templo. Comenzamos a orar desde las nueve de la noche. Pasaron las horas y todavía seguíamos orando e intercediendo. De repente, a las dos de la mañana, el Espíritu Santo cayó sobre todos y empezamos a gritar, saltar y reír con gran gozo. Surgió un rompimiento en el espíritu. De inmediato, me subí al púlpito y escuché la voz del Espíritu Santo que me dijo: "la victoria es vuestra, yo les he entregado el templo".

   Le dije a los intercesores lo que Dios me había dicho y todos empezaron a gozarse. Para concluir, quiero decirles que exactamente un año después, nos mudamos al nuevo templo. Dios proveyó el dinero necesario para poder entrar y comprar el lugar. ¡Dios lo dijo y así se cumplió!, ¡a El sea la gloria!

Dios provee a una mujer en Argentina. Al terminar de predicar en una iglesia de Argentina, me dirigí hacia la salida, cuando Dios me dijo: "saca una buena ofrenda y entrégasela a una mujer que está a la salida de la iglesia".

   Ya fuera de la iglesia, comencé a ver quiénes estaban allí. Vi a una mujer que estaba de pie orando, me le acerqué y le pregunté: ¿qué está orando? Ella me respondió: "soy una mujer sola, no tengo trabajo ni leche para mis hijos, no tengo con qué pagar el transporte para irme a casa, y le dije al Señor que si me amaba, me proveyera una ofrenda por medio del siervo que estaba predicando". Entonces, yo le dije: "hermana, Dios me habló antes de salir de la iglesia que le diera esta ofrenda", y ella comenzó a llorar. La mujer oró, Dios le habló y le concedió el dinero para la leche de sus hijos y para pagar su transporte. Lo más grande de todo esto, es que la mujer me dijo que ella oró al Señor para que le proveyera por medio del pastor de esa noche, y ese pastor era yo. ¡Gloria a Dios, el Señor es bueno!
Guillermo Maldonado. Como Oir la voz de Dios. Editorial GM Internacional. Pag. 15 - 21.

martes, 21 de septiembre de 2021

MEDIOS Y METODOS POR LOS CUALES DIOS NOS HABLA. Parte I

   Anteriormente, estudiamos que Dios desea hablarnos hoy a cada uno de nosotros, y que lo hace por medio de nuestro espíritu renovado. Dijimos también, que las razones fundamentales por las cuales El quiere hablarnos, son: porque es su naturaleza y porque anhela comunicarnos sus planes y sus propósitos.

   Ahora, estudiaremos tres medios por los cuales Dios se revela y se comunica con su pueblo. Estos son:

• El oír
   Cuando hablamos de oír, no es un oír físico, sino espiritual. Nuestro espíritu tiene un oído espiritual, al igual que nuestro cuerpo tiene un oído físico, y es un medio por el cual el Señor nos habla.

"Cuando Elías lo oyó, se cubrió el rostro con el manto, salió y se puso a la puerta de la cueva. Entonces, le llegó una voz que le decía: — Q u é haces aquí, Elías?" 1 Reyes 19.13

• El ver
   Cuando hablamos de ver en el espíritu, es cuando el Señor nos deja ver el mundo espiritual, y cuando esto sucede, podemos ver imágenes mentales, visiones y sueños.

"Cuando Jesús vio a Natanael que se le acercaba, dijo de él: ¡Aquí está un verdadero israelita en quien no hay engaño! 48Le dijo Natanael: ¿De dónde me conoces? Jesús le respondió: Antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi". Juan 1.47, 48

• El sentir
   El sentir es una percepción4 interior, una intuicións del Espíritu Santo dentro de nosotros; es un saber interior que no tiene nada que ver con un sentir físico o carnal, sino que es un testimonio interior, un sentir en nuestro espíritu.

.13 .salvo que el Espíritu Santo por todas las ciudades me da testimonio de que me esperan prisiones y tribulaciones. 24Pero de ninguna cosa hago caso ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús,para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios".
Hechos 20.23, 24

   Cada creyente debe familiarizarse con la forma o el medio como Dios le habla. En mi caso, la mayor parte de las veces, el Señor me habla por medio del sentir y el ver, pero Dios le habla a cada creyente de una forma diferente.

¿Cómo podemos estar seguros que estamos oyendo la voz de Dios?
   Usted no puede identificar un billete de cien dólares falso si antes no se ha familiarizado con un billete genuino. El billete falso es detectado cuando se conoce bien el billete genuino. De la misma manera, cuando un creyente conoce la voz de Dios, fácilmente puede identificar la voz del enemigo, porque está genuinamente familiarizado con la voz de Dios.

"3A éste abre el portero, y las ovejas oyen su voy y a sus ovejas llama por nombre y las saca. 4Y cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas lo siguen porque conocen su voz. 'Pero al extraño no seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños. Esta alegoría' les dijo Jesús, pero ellos no entendieron qué era lo que les quería decir". Juan 10.3-5

¿Cuáles son los métodos que Dios utiliza para hablarnos?
Anteriormente, señalamos los medios por los cuales Dios habla, que son: el oír, el ver y el sentir. Ahora estudiaremos los métodos que El utiliza para hablar.

1. El testimonio interior
   ¿Qué es el testimonio interior? Es una impresión en lo profundo de nuestro espíritu, una intuición interior, una percepción, un saber, es un sentir y un impulso en nuestro espíritu.

    En nuestro espíritu, tenemos algo llamado intuición, con la cual conocemos y percibimos las cosas espirituales. El testimonio interior no es una voz, sino un sentir. Es una pequeña impresión, un saber en nuestro espíritu dado por el Espíritu Santo. Recuerde que las cosas espirituales se conocen por esa intuición interior. Sin embargo, el entender las cosas espirituales es obra de la mente. Así como el alma tiene sentimientos emocionales, el espíritu tiene sentimientos espirituales. El testimonio interior es el método más frecuente, usado por Dios para hablar a su pueblo.

   La palabra de Dios dice: El Espíritu da testimonio de que somos hijos de Dios. Es un saber que tenemos todos los creyentes, que si morimos, vamos al cielo. Hay un saber interior, una intuición, un testimonio que nos dice que somos hijos de Dios.

Pablo tuvo un testimonio
23...salvo que el Espíritu Santo por todas las ciudades me da testimonio de que me esperan prisiones j/ tribulaciones". Hechos 20.23

   El apóstol Pablo no dice: el Espíritu Santo me habla. En lo espiritual, él dice: "el Espíritu Santo me da testimonio" (yo percibo, yo siento en mi espíritu) que "prisiones me esperan".

Jesús tuvo un testimonio
"12Luego el Espíritu lo impulsó al desierto". Marcos 1.12

"8Y conociendo luego Jesús en su espíritu que pensaban de esta manera dentro de sí mismos, les preguntó: ¿Por qué pensáis así?" Marcos 2.8

La traducción amplificada dice: "y cuando Jesús vino a darse cuenta totalmente en su espíritu... ". Jesús percibió, se dio cuenta, estaba consciente en su espíritu de lo que ellos cavilaban en sus corazones.

   El sentido espiritual de Jesús era extremadamente puro y sensible. El captó lo que estaban
pensando. Ese percibir no vino de, una voz audible, sino de un sentir del corazón; El tuvo un testimonio interior.

  A continuación, veremos algunos testimonios en mi vida de cómo Dios me ha hablado por medio del testimonio interior.

Nuestro testimonio como Iglesia

Cruzada de milagros y sanidades
   Tuvimos una cruzada de sanidad y milagros en una escuela de la ciudad de Miami. Desde que llegué al servicio, le pregunté al Señor cómo El quería llevar a cabo la sanidad sobre el pueblo. Le pregunté qué método debía usar para orar por los enfermos, que si El quería que yo impusiera las manos a todos los enfermos, o que si quería que les hablará la Palabra. Inmediatamente, tuve un testimonio, un saber, un sentir de imponer manos sobre los enfermos. Le volví a preguntar al Señor y tuve el mismo sentir: "pon las manos sobre las personas". Cuando llegó la hora de orar por los enfermos, hice todo lo contrario. Ore por los enfermos, predique la Palabra sobre ellos, pero me di cuenta de que nada sucedía. Ya casi se estaba terminando el servicio; así que, llamé a las personas que estaban en sillas de ruedas y a las que estaban caminando con muletas. A estas personas, sí les impuse las manos, y de pronto, dos personas se levantaron de sus sillas de ruedas, y tres de los cuatro que andaban con muletas, las dejaron a un lado y empezaron a caminar. Cuando llegué a mi casa, iba un poco frustrado porque solamente esas pocas personas habían sido sanadas, pero inmediatamente, Dios me habló y dijo: "por qué me desobedeciste? Yo te mandé a poner las manos y hablaste la Palabra"; lo mismo que le dijo a Moisés: "háblale a la roca", pero Moisés golpeó la roca. Si hubiese seguido el testimonio interior, de haber puesto las manos desde el principio, hubiese tenido maravillosos resultados, y Dios hubiese sanado más enfermos.

Dios sana los ojos
   En otra ocasión, estaba enseñando en un discipulado bíblico en la iglesia (en Miami); y de repente, sentí un impulso del Espíritu en mi corazón: "ora por todos los que tienen problemas en los ojos". No fue una voz, sino una percepción, una intuición. Tuve un saber en mi espíritu para orar por todos los que tenían problemas en los ojos. Cuando los llamé a todos al frente, casi todas las personas obtuvieron la sanidad de enfermedades, tales como: cataratas, miopía y astigmatismo, entre otras. ¡Gloria a Dios si seguimos el testimonio del Espíritu Santo!

Viaje a Venezuela
   En otra oportunidad, fui enviado a predicar a Venezuela; pero, en ese tiempo, las huelgas y manifestaciones causaban graves problemas al gobierno.

   Un pastor amigo me llamó y me dijo que viajara a ese país; pero, cuando me habló, tuve un testimonio en mi espíritu y sentí en el corazón que no debía ir. Era una pequeña impresión en mi espíritu de no ir, pero no le hice caso a ese testimonio. Mi esposa, también sentía que no debía ir, sin embargo, compré mi pasaje y me fui. Para mi sorpresa, Cuando llegué a Venezuela, habían declarado toque de queda. Cerraron todos los lugares públicos, incluyendo las iglesias. Perdí tiempo y dinero, y no pude predicar. Dios que-ría evitarme ese viaje, pero no le hice caso al testimonio interior.

   Algunas veces, Dios, de antemano, me hace sentir lo que quiere hacer antes de cada servicio. Otras veces, siento en mi espíritu solamente alabar y adorar a Dios y así sucesivamente. Sigamos ese testimonio interior dado por el Espíritu Santo y tendremos victoria en todo lo que hagamos.

   Porque todos los pastores son unos ladrones". Tratan de justificar su acción para aliviar su conciencia, y de esa manera, no obedecer la palabra de Dios.

Guillermo Maldonado. Como Oir la voz de Dios. Editorial GM Internacional. Pag. 10 - 15.

 

lunes, 13 de septiembre de 2021

DIOS QUIERE HABLARNOS . Parte II

• El Espíritu Santo viene a morar en nosotros. Al estar limpios y cambiados, Dios mismo viene a hacer morada en nosotros. La palabra de Dios nos enseña que somos templo del Espíritu Santo de Dios.

• Un corazón de carne. Dios nos da un corazón sensible para poder oír su voz y para ser dóciles a su guía. El hombre pecador no puede oír la voz del Señor porque su espíritu y su conciencia están cauterizados por el pecado, pero un creyente nacido de nuevo tiene la habilidad de oír al Señor.

• Un corazón que puede oír, entender y hacer la Palabra. Cuando todas estas cosas ocurren, nuestro espíritu está listo para caminar en lo sobrenatural. Nuestro espíritu fue renovado y hecho nuevo por medio del nuevo nacimiento. Por lo tanto, todo nuevo creyente puede oír a Dios y caminar en lo sobrenatural. Cuando decimos que el hombre es un ser tripartito, nos referimos a que éste está compuesto de tres partes: Espíritu, alma y cuerpo.

Espíritu - Es el medio por el cual nos comunicamos con Dios, porque Dios es espíritu.
"23Pero la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque también el Padre tales adoradores busca que lo adoren.

24Dios es Espíritu, y los que le adoran en espíritu y en verdad es necesario que le adoren". Juan 4.23, 24

   Este pasaje está diciendo que Dios le habla al hombre y se comunica con él por medio de su espíritu renovado. ¡Qué maravilloso es saber que ahora podemos comunicarnos con el Padre, podemos hablar cara a cara con El y nos puede contar de sus planes y sus propósitos!

Alma - Es la esfera emocional y mental del hombre, donde se originan los sentimientos. Dios no se comunica con el hombre por medio de su alma, sino por medio de su espíritu.
Cuerpo - Es el recipiente donde están depositados el espíritu y el alma del hombre. Dios, tampoco nos habla por medio del cuerpo.

El medio por el cual el hombre se comunica con Dios, es "su espíritu renovado" ¿Cuáles son las tres grandes voces en el mundo?

En un mundo de tinieblas y oscuridad, tenemos que aprender a conocer y a discernir las tres diferentes voces, y a tomar decisiones correctas basadas en la voz de Dios, únicamente.

1. La voz de nuestro espíritu. Esta voz es la que en la Biblia se denomina como la conciencia. Es parte de nuestro espíritu y, además, nos enseña a discernir entre el bien y el mal.
"Por esto procuro tener siempre una conciencia sin ofensa ante Dios J I ante los hombres". Hechos 24.16

2. La voz del diablo. Así como Dios habla a su pueblo, también el enemigo habla; y trata de imitar la voz de Dios, con el propósito de engañarnos. He visto muchos creyentes engañados por el enemigo porque nunca han aprendido a discernir las tres diferentes voces.

3. La voz de Dios. El Señor nos puede hablar de diferentes maneras, y una de ellas es por medio de su Espíritu Santo. La mayoría de las veces, cuando el Espíritu Santo nos habla directamente, es porque Dios quiere comunicarnos algo demasiado importante, ya sea de vida o muerte, un llamado ministerial o cualquier otra cosa de gran revelación para el Reino.

¿Cómo podemos discernir estas voces?
   Hay muchos creyentes que me dicen: Pastor, ¿Cómo puedo saber cuándo es la voz del diablo, la voz de Dios o la voz de mi espíritu que me habla? Esto, usualmente, sucede cuando las personas no están familiarizadas con la voz de Dios. Veamos la siguiente ilustración:

   En el sistema de radio, por ejemplo, existen varias frecuencias radiales: SW, AM, FM y FM estéreo.
• Frecuencia SW u onda corta. Hay que tener una antena especial para poder oírla, ya que tiene más interferencia que la frecuencia AM. Regularmente, la mayor parte de las frecuencias de onda corta son de larga distancia, y por esa razón, no se oyen bien.
• Frecuencia AM. En general, tiene una pequeña interferencia por las noches, y a veces, no se puede oír con claridad.
• Frecuencia FM. Es más clara y nítida que las anteriores, pero todavía tiene un poco de interferencia o ruido.
• Frecuencia FM estéreo. Es la más nítida de todas. Se escucha clara, y algunas veces, parece que la persona nos está hablando de cerca o al frente de nosotros. Esta frecuencia no tiene ninguna interferencia.

   De la misma manera que hay niveles de frecuencia en el sistema de radio, así también hay muchos creyentes que oyen a Dios en diferentes frecuencias. Algunos no pueden oírlo muy claro, otros lo oyen mejor, pero con interferencia, y otros saben oír la voz de Dios, claramente.

¿Qué ejercicios espirituales se deben practicar para oír mejor la voz de Dios?
• El ayuno y la oración. El ayuno crea gran sensibilidad en nuestro espíritu para oír la voz de
Dios.

• El orar abundantemente en el espíritu. Cuando oramos en lenguas, nuestro espíritu se edifica y se desarrolla. Procure orar una hora en lenguas o en el espíritu todos los días, y después de cierto tiempo, algo le sucederá a su espíritu; se volverá sensible a la voz del Señor.

• Meditar en la palabra de Dios. El meditar la Palabra crea sensibilidad a la voz de Dios. Tome un versículo de la Biblia diariamente y medítelo, háblelo, susúrrelo para sí mismo y empezará a ver resultados.

   El poder discernir las tres voces viene como resultado del cumplimiento de dos condiciones:
• Madurez espiritual. Una señal de madurez espiritual se da cuando el creyente es guiado por el Espíritu Santo. El creyente maduro ha llegado a conocer con claridad la voz de Dios.
"14Todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, son hijos de Dios". Romanos 8. 14

• El uso. Cuando continuamente estamos utilizando los sentidos para oír al Señor, logramos discernir la voz de Dios. Cualquier don espiritual es desarrollado cuando lo usamos o lo practicamos a menudo.
4El alimento sólido es para los que han alcanzado madures para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal". Hebreos 5. 14

   Cuando nos ejercitamos continuamente en oír la voz de Dios, vamos creciendo, nos familiarizamos con su voz y podemos decir como Jesús dijo en Juan 10.27: "Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen". Escuchar la voz de Dios, es un ejercicio que debemos practicar de continuo para poder desarrollar la capacidad de discernir su voz de las otras voces. El hombre fue creado para oír la voz de Dios, y por esta razón, debería ser fácil para los creyentes oír su voz a menudo.

¿Cuál es la clave fundamental para oír la voz de Dios?
• Estar dispuesto a obedecer.

   Una de las razones por las cuales Dios deja de hablarle a muchos creyentes, es porque no están dispuestos a obedecer. Muchos me dicen: "Pastor, Dios a mi no me habla". Si éste es su caso, antes de decir esto, pregúntese cuándo fue la última vez que el Señor le habló y usted no hizo lo que El le pidió. Cuando la identifique, arrepiéntase, pida perdón a Dios, y verá que pronto, él le volverá a hablar. Cuando somos  obedientes, Dios nos habla.

   La palabra obediencia implica dos cosas en el griego: "akouo" que significa oír para obedecer, y "bupakouo ", que significa persuadir, escuchar, oír para hacer. En esencia, obediencia es oír con oídos espirituales y poner por obra lo que Dios nos ordene hacer.

   Algunas veces, Dios nos pedirá hacer cosas que van en contra de nuestro razonamiento, que no serán fáciles de hacer, pero tenemos que estar dispuestos a obedecer, a pesar del lugar, las circunstancias o las personas. Si deseamos oír su voz, la obediencia es la clave para lograrlo. En mi caso, prefiero equivocarme pensando que estoy obedeciendo a la voz de Dios, que quedarme estático sin hacer nada.
Guillermo Maldonado. Como Oir la voz de Dios. Editorial GM Internacional. Pag. 6 - 9.

miércoles, 8 de septiembre de 2021

DIOS QUIERE HABLARNOS. Parte I

   En un mundo de tinieblas, como en el que vivimos, de inseguridad, temor y donde escuchamos diferentes voces, es importante que todo creyente, ministro y líder, aprenda a escuchar la voz de Dios. Se han visto extremos en los círculos evangelísticos con relación a este tema, un ejemplo de esto es, que existen personas que no creen que Dios habla hoy. Simplemente, creen que es un Dios que habló en algún tiempo, pero que ahora se ha callado. Sin embargo, mediante la lectura de la Biblia, podemos ver que Dios siempre ha querido hablar y comunicarse con su pueblo.

   Por otro lado, se debe tener en cuenta que existen muchos creyentes que utilizan el nombre de Dios en vano, diciendo frases como éstas "Dios me dijo", "Dios me habló que me divorcie", "Dios me habló que usted tiene que casarse conmigo", etcétera. Usan el nombre de Dios para manipular, controlar y hacer cosas que están en contra de la voluntad de Dios; y en realidad, El no les ha dicho nada. Algunos de los pecados que Dios odia son: la mentira y el tomar, su nombre en vano, por lo que declarar algo que El no dijo, trae consecuencias de maldición a nuestra vida, según lo expresa el siguiente versículo bíblico:

   "No tomarás el nombre de Jehová, tu Dios, en vano, porque no dará por inocente Jehová al que tome su nombre en vano". Éxodo 20.7

   Ahora, el hecho de que hayan personas que utilicen el nombre de Dios en vano, no significa que no existan personas genuinas en Dios que sepan oír su voz y hablen lo que El les dice. El propósito de este libro es aprender a oír la voz de Dios, y también, enseñar a otros a hacer lo mismo.
   Somos el producto de nuestras propias decisiones. Por eso, es importante reconocer que lo que decidimos hacer hoy, eso es lo que vendremos a ser mañana. No podemos tomar decisiones basadas en la opinión de otras personas, o según las experiencias pasadas, sino que debemos aprender a oír la voz de Dios, buscar su rostro y no tomar decisiones a la ligera. ¡Aprendamos a oír la voz de Dios!

¿Dios habla hoy?
   Según mencioné anteriormente, algunas personas tienen ideas y patrones del pasado que los han hecho creer que Dios no habla hoy a su pueblo. La palabra de Dios nos enseña que El habló ayer, habla hoy y seguirá hablando. Su deseo es comunicarse con su pueblo.

"Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, ten estos últimos, días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo y por quien asimismo hizo el universo". Hebreos 1.1, 2"
A continuación, veamos algunos ejemplos bíblicos donde Dios le habló a personas que sabían oír su voz.
En el Antiguo Testamento...

• Dios habló a Moisés.
La palabra de Dios nos enseña que Dios habló a Moisés cara a cara sin ningún intermediario.
"Respondió Dios a Moisés: YO S O Y E L Q U E SOY Y añadió: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros ". Éxodo 3.14

• Dios habló a Samuel.
En este caso, vemos cómo Dios habló a Samuel en voz audible, y él responde de una manera obediente. "10Vino Jehová, se paró _y llamó como las otras veces: ¡Samuel, Samuel! Entonces Samuel dijo: Habla, que tu siervo escucha". 1 Samuel 3.10

En el Nuevo Testamento...

• Dios habló al apóstol Pablo.
Cuando el apóstol Pablo perseguía a la iglesia e iba con cartas para capturar y matar a los
creyentes, el Señor se le apareció en visión y le habló.
"Pero, yendo por el camino, aconteció que, al llegar cerca de Damasco, repentinamente lo rodeó un resplandor de luz del cielo; y cayendo en tierra oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por que' me persigues?" Hechas 9.3, 4

• Dios habló al apóstol Juan.
Juan estaba preso en la isla de Patmos, pero estaba buscando al Señor con todo su corazón, y vemos cómo Dios le habló y le dio el libro de Apocalipsis.
"Estando yo en el Espíritu en el día del Señor oí detrás de mí una gran voz, como de trompeta..." Apocalipsis 1.10
Como podemos ver, Dios siempre ha deseado hablarle a su pueblo, tanto en el pasado como en el presente. El es un Dios vivo y real. Tenemos que cambiar nuestra mentalidad vieja, que dice que Dios habló en el pasado y a ciertas personas solamente.

¿Por qué Dios quiere hablarnos?

• Dios desea comunicarnos sus planes y propósitos para nuestra vida.
   La comunicación es parte de su ser. La naturaleza de Dios es hablar con su creación. El comunica sus deseos, planes, el presente y el futuro, porque es parte intrínseca de su ser.
  Las Escrituras nos hablan lo siguiente: "...si oyes hoy su voz...", nos está hablando en tiempo presente y Dios habita en el eterno presente; por eso, su nombre es "El Gran Yo Soy". Dios es hoy, es decir, habla hoy y sana hoy. Si estamos dispuestos a obedecerle, podremos escuchar su voz. Algunas veces, nuestro oído espiritual está bloqueado, y no sabemos oír al Señor cuando nos habla. La palabra de Dios nos enseña que El es espíritu y, por lo tanto, una condición fundamental para poder oírlo es vivir en el espíritu.

   En el Antiguo Testamento, Dios hablaba directamente a los profetas, reyes y sacerdotes, pero el pueblo tenía que ir a consultar al profeta para encontrar una respuesta de Dios. En el Nuevo Testamento, Dios renueva nuestro espíritu y ahora podemos oírlo directamente. No significa que Dios no nos puede hablar a través de un profeta; sí, El lo puede hacer, así también puede hablar directamente a nuestro espíritu.

El hombre es un ser tripartito
   Cuando Adán pecó, el hombre perdió la habilidad de oír a Dios. El espíritu del hombre fue invadido por las tinieblas. Después, vino Jesús, quien murió y resucitó al tercer día para restaurar al hombre de su pecado y, de esta manera, todo aquel que cree en El, tiene vida eterna y recibe el nuevo nacimiento.
El nuevo nacimiento trae varios cambios o beneficios al espíritu del hombre. Estos son:
"25Esparciré sobre vosotros agua limpia y seréis purificados de todas vuestras impurezas, y de todos vuestros ídolos os limpiaré. 26Os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros. Quitaré de vosotros el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. "Pondré dentro de vosotros mi espíritu, y haré que andéis en mis estatutos y que guardéis mis preceptos y los pongáis por obra': Ezequiel 36.25-27

• Un nuevo espíritu o corazón. En el corazón del hombre, ocurre una renovación completa, que le devuelve la habilidad de oír nuevamente la voz de Dios, como un día la oía Adán en el huerto del Edén.
Guillermo Maldonado. Como Oir la voz de Dios. Editorial GM Internacional. Pag. 3 - 6.