En un mundo de tinieblas, como en el que vivimos, de inseguridad, temor y donde escuchamos diferentes voces, es importante que todo creyente, ministro y líder, aprenda a escuchar la voz de Dios. Se han visto extremos en los círculos evangelísticos con relación a este tema, un ejemplo de esto es, que existen personas que no creen que Dios habla hoy. Simplemente, creen que es un Dios que habló en algún tiempo, pero que ahora se ha callado. Sin embargo, mediante la lectura de la Biblia, podemos ver que Dios siempre ha querido hablar y comunicarse con su pueblo.
Por otro lado, se debe tener en cuenta que existen muchos creyentes que utilizan el nombre de Dios en vano, diciendo frases como éstas "Dios me dijo", "Dios me habló que me divorcie", "Dios me habló que usted tiene que casarse conmigo", etcétera. Usan el nombre de Dios para manipular, controlar y hacer cosas que están en contra de la voluntad de Dios; y en realidad, El no les ha dicho nada. Algunos de los pecados que Dios odia son: la mentira y el tomar, su nombre en vano, por lo que declarar algo que El no dijo, trae consecuencias de maldición a nuestra vida, según lo expresa el siguiente versículo bíblico:
"No tomarás el nombre de Jehová, tu Dios, en vano, porque no dará por inocente Jehová al que tome su nombre en vano". Éxodo 20.7
Ahora, el hecho de que hayan personas que utilicen el nombre de Dios en vano, no significa que no existan personas genuinas en Dios que sepan oír su voz y hablen lo que El les dice. El propósito de este libro es aprender a oír la voz de Dios, y también, enseñar a otros a hacer lo mismo.
Somos el producto de nuestras propias decisiones. Por eso, es importante reconocer que lo que decidimos hacer hoy, eso es lo que vendremos a ser mañana. No podemos tomar decisiones basadas en la opinión de otras personas, o según las experiencias pasadas, sino que debemos aprender a oír la voz de Dios, buscar su rostro y no tomar decisiones a la ligera. ¡Aprendamos a oír la voz de Dios!
¿Dios habla hoy?
Según mencioné anteriormente, algunas personas tienen ideas y patrones del pasado que los han hecho creer que Dios no habla hoy a su pueblo. La palabra de Dios nos enseña que El habló ayer, habla hoy y seguirá hablando. Su deseo es comunicarse con su pueblo.
"Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, ten estos últimos, días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo y por quien asimismo hizo el universo". Hebreos 1.1, 2"
A continuación, veamos algunos ejemplos bíblicos donde Dios le habló a personas que sabían oír su voz.
En el Antiguo Testamento...
• Dios habló a Moisés.
La palabra de Dios nos enseña que Dios habló a Moisés cara a cara sin ningún intermediario.
"Respondió Dios a Moisés: YO S O Y E L Q U E SOY Y añadió: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros ". Éxodo 3.14
• Dios habló a Samuel.
En este caso, vemos cómo Dios habló a Samuel en voz audible, y él responde de una manera obediente. "10Vino Jehová, se paró _y llamó como las otras veces: ¡Samuel, Samuel! Entonces Samuel dijo: Habla, que tu siervo escucha". 1 Samuel 3.10
En el Nuevo Testamento...
• Dios habló al apóstol Pablo.
Cuando el apóstol Pablo perseguía a la iglesia e iba con cartas para capturar y matar a los
creyentes, el Señor se le apareció en visión y le habló.
"Pero, yendo por el camino, aconteció que, al llegar cerca de Damasco, repentinamente lo rodeó un resplandor de luz del cielo; y cayendo en tierra oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por que' me persigues?" Hechas 9.3, 4
• Dios habló al apóstol Juan.
Juan estaba preso en la isla de Patmos, pero estaba buscando al Señor con todo su corazón, y vemos cómo Dios le habló y le dio el libro de Apocalipsis.
"Estando yo en el Espíritu en el día del Señor oí detrás de mí una gran voz, como de trompeta..." Apocalipsis 1.10
Como podemos ver, Dios siempre ha deseado hablarle a su pueblo, tanto en el pasado como en el presente. El es un Dios vivo y real. Tenemos que cambiar nuestra mentalidad vieja, que dice que Dios habló en el pasado y a ciertas personas solamente.
¿Por qué Dios quiere hablarnos?
• Dios desea comunicarnos sus planes y propósitos para nuestra vida.
La comunicación es parte de su ser. La naturaleza de Dios es hablar con su creación. El comunica sus deseos, planes, el presente y el futuro, porque es parte intrínseca de su ser.
Las Escrituras nos hablan lo siguiente: "...si oyes hoy su voz...", nos está hablando en tiempo presente y Dios habita en el eterno presente; por eso, su nombre es "El Gran Yo Soy". Dios es hoy, es decir, habla hoy y sana hoy. Si estamos dispuestos a obedecerle, podremos escuchar su voz. Algunas veces, nuestro oído espiritual está bloqueado, y no sabemos oír al Señor cuando nos habla. La palabra de Dios nos enseña que El es espíritu y, por lo tanto, una condición fundamental para poder oírlo es vivir en el espíritu.
En el Antiguo Testamento, Dios hablaba directamente a los profetas, reyes y sacerdotes, pero el pueblo tenía que ir a consultar al profeta para encontrar una respuesta de Dios. En el Nuevo Testamento, Dios renueva nuestro espíritu y ahora podemos oírlo directamente. No significa que Dios no nos puede hablar a través de un profeta; sí, El lo puede hacer, así también puede hablar directamente a nuestro espíritu.
El hombre es un ser tripartito
Cuando Adán pecó, el hombre perdió la habilidad de oír a Dios. El espíritu del hombre fue invadido por las tinieblas. Después, vino Jesús, quien murió y resucitó al tercer día para restaurar al hombre de su pecado y, de esta manera, todo aquel que cree en El, tiene vida eterna y recibe el nuevo nacimiento.
El nuevo nacimiento trae varios cambios o beneficios al espíritu del hombre. Estos son:
"25Esparciré sobre vosotros agua limpia y seréis purificados de todas vuestras impurezas, y de todos vuestros ídolos os limpiaré. 26Os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros. Quitaré de vosotros el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. "Pondré dentro de vosotros mi espíritu, y haré que andéis en mis estatutos y que guardéis mis preceptos y los pongáis por obra': Ezequiel 36.25-27
• Un nuevo espíritu o corazón. En el corazón del hombre, ocurre una renovación completa, que le devuelve la habilidad de oír nuevamente la voz de Dios, como un día la oía Adán en el huerto del Edén.
Guillermo Maldonado. Como Oir la voz de Dios. Editorial GM Internacional. Pag. 3 - 6.
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