viernes, 29 de diciembre de 2017

GLORÍESE EN DIOS.


“para que como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor”
1º Corintios 1.31
(Versión Reina-Valera 1960).

“Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo mismo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero”Jeremías 9 . 23-24 (Reina-Valera 1960).

Gloriarse: (KAUCAOMAI) jactarse o gloriarse... (Vine).  de gloriarse con razón.

Gloriarse: “...Preciarse demasiado o jactarse mucho de algo...Complacerse, alegrarse mucho. El padre se gloría de las acciones del hijo. (Biblioteca de Consulta Microsoft® Encarta® 2005).

Orgullo: Arrogancia, vanidad, exceso de estimación propia, que a veces es disimulable por nacer de causas nobles y virtuosas (Ibíd.)

Enorgullecerse: Llenarse de orgullo (Ibíd.)

“...El origen y la naturaleza del evangelio muestra que no le queda al hombre nada de qué gloriarse delante de Dios en cuanto a su salvación y esperanza de vida eterna (Romanos 3:27). Pero sí puede y debe gloriarse en el Señor porque él es la fuente de toda bendición espiritual para el hombre en Cristo (Efesios 1:3). El hombre todo lo debe a Dios, y por eso debe expresarle continuamente su agradecimiento...”  (Notas sobre 1º Corintios, por Bill H. Reeves).

    Debemos arrepentirnos del orgullo propio, la jactancia y la vanidad.  Dios aborrece los ojos altivos (Proverbios 6:16-17).  Si el centro de nuestra jactancia somos nosotros mismos seremos quebrantados (Proverbios 16:18).  

¡¡Cuántos religiosos son altivos y orgullosos de su denominación!!
   La jactancia que Dios aprueba: Que Cristo sea el centro de nuestro orgullo y gloria.  Este tipo de jactancia es humildad y gratitud (2º Corintios 10:17).  Este tipo de jactancia es el reconocimiento de lo que somos delante de Dios.  La honra pertenece a Jesucristo, y no a alguna denominación ( Apocalipsis 5:12 y Hebreos 7:26-28)

¿NOSOTROS  O  CRISTO?
   El humanismo actual promueve el egocentrismo, el orgullo y la jactancia personal.  La satisfacción se encuentra en superar a otros y ser mejor que otros.  Según el humanismo: El hombre es la realidad final que determina para sí mismo lo que es bueno o malo... ¡¡Todo gira en torno al hombre!!

    El hombre actual, influenciado por el humanismo, no mira a Dios como el centro de su vida y del universo. Pero la Biblia nos dice que el centro de todo lo creado es el trono de Dios (Apocalipsis 4:10-11).

   Los discípulos verdaderos son Cristo-céntricos (Marcos 10:28-31), pues Cristo es el centro de sus vidas (Colosenses 1:18).
 

El centro de nuestra atención debe ser en Jesús, por lo tanto, todo corazón noble debe buscar agradar siempre al Señor (Colosenses 1:10) antes que a los hombres.

  
Gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración. Romanos 12.12

   Así que, regocíjese de que usted está en Cristo, regocíjese de que el cielo es su hogar, regocíjese de que mayor es el que está en usted que el que está en el mundo. ¡Regocíjese y gloríese en Dios hoy! El diablo no podrá soportarlo.

   "Sufridos en la tribulación": la palabra "tribulación" significa "persecución o adversidad que alguien padece". Cuando la persecución o la adversidad llegue a su vida, no se dé por vencido ni desmaye, sino acérquese con toda confianza al trono de la gracia, en el nombre de Jesús, y reciba la ayuda que necesita.

   Tenga presente que cuando las cosas se ponen difíciles, no es hora de olvidarse de la Palabra, sino de duplicar el tiempo en ella; es hora de ser constante en la oración para que pueda estar firme.

   Regocíjese, sea paciente en la adversidad y sea constante en la oración, y el diablo no podrá quitarle nada.

miércoles, 27 de diciembre de 2017

EMBAJADOR DE CRISTO.

2Co 5:20 Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.
 
   Piense en eso. Donde quiera que vaya, usted representa al Rey de reyes y Señor de señores. Ese es un gran honor. Quizá le parezca un puesto muy elevado para usted, sin embargo, Dios le ha preparado para hacerlo. Él le ha dado su nombre y el poder de su Palabra. Incluso ha puesto su Espíritu en usted. Le ha dado la capacidad para escuchar y obedecer las instrucciones del Espíritu Santo.


   Hace algunos años escuché una profecía que anunciaba que vendría un tiempo en que los hombres de la tierra andarían, hablarían y actuarían como Dios; serían movidos por su poder y su Espíritu de manera tan poderosa que la gente diría: "Mira a esos creyentes; creen que son Dios".


   "No -dijo el Espíritu Santo-, ellos no creen que son Dios, sino que son agentes de Dios, hijos de Dios, embajadores de Dios que han sido enviados para hacer las obras de Dios".
Creo que estamos viviendo en el día y la hora de los cuales habla esa profecía. Estamos viendo a ese ejército de luz comenzar a crecer.


   No estamos en tiempo de estar consagrados a medias. Este es tiempo de caminar con Dios, de darle nuestra vida completa. Si usted hace eso, Él le dará unción, poder y gloria para que brille para Él, como dice Filipenses 2:15 : "... como estrellas en el firmamento, en medio de una generación torcida y depravada".


   Deje de pensar de sí como una persona que no tiene importancia y empiece a verse como embajador del Dios Todopoderoso. Ponga los intereses del reino de Dios en primer lugar en su mente y en su corazón. Sométase a Él y diga: "Señor, muéstrame cómo ser tu representante en todo lo que haga".


   ¡Usted es embajador de Cristo, comience a vivir como tal!.

miércoles, 20 de diciembre de 2017

EL PROPÓSITO DE LAS RIQUEZAS.

El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad.Efesios 4:28
 
   Algunos creen que eso significa ser humilde, pero no lo es. ¡Es egoísmo! No lo ven así, pero en realidad están diciendo: "Lo único que me preocupa es poder cubrir mis necesidades. No tengo deseos de ayudar a satisfacer las necesidades de otros".


   Bien, esas personas podrían pedirle a Dios un millón de euros, dolares, un kilo de oro, dejarse lo suficiente para cubrir sus necesidades y donar el resto. Pero eso ni siquiera se les ocurre porque cuando se trata de dinero, el mundo les ha lavado el cerebro con la idea de que si uno tiene dinero, debe dejárselo porque es de uno.


   Esa creencia ha sido un obstáculo para el ministerio de Jesucristo en el mundo porque ha hecho que Cristianos dejen su llamado para buscar otro tipo de trabajo para poder subsistir; ha perjudicado también a las iglesias y paralizado el crecimiento de ministerios que hubieran podido alcanzar a miles de nuevos creyentes más para el Señor.


   No hay duda de que se necesita dinero para ir a las naciones y predicar el Evangelio. Jesús lo sabía, y contrario a lo que piensa mucha gente, el ministerio de Jesús no carecía de fondos. Había tanto dinero circulando por su ministerio que tuvo que nombrar un tesorero, su nombre era Judas.


   Pero Jesús no se dejó ese dinero, sino que lo dio para cubrir las necesidades de los que le rodeaban. Tal era su fama de ser generoso que en la noche de la última pascua, cuando Judas salió repentinamente de la habitación, los discípulos dieron por sentado que Jesús lo había enviado a que diese a los pobres. ¿Puede imaginarse lo mucho y las muchas veces que Jesús dio a los pobres para que los discípulos dieran por sentado tal hecho?


   Jesús nunca fundó ningún imperio mundano para sí, pero eso no significa que era pobre. Lo que significa es que era la persona más generosa que jamás haya andado sobre la faz de la tierra, y ya es hora de que comencemos a seguir sus pasos.


   No rechace la riqueza que Dios quiere darle solo porque cree que no la necesita. Atrévase a aceptarla, luego pásela a los que sí la necesitan. Deje de trabajar para vivir y empiece a trabajar para dar, y descubrirá el verdadero propósito de las riquezas.

lunes, 18 de diciembre de 2017

EL LEGADO.


11Por la fe también la misma Sara, siendo estéril, recibió fuerza para concebir; y dio a luz aun fuera del tiempo de la edad, porque creyó que era fiel quien lo había prometido.
Hebreos 11:11

   En las cartas que el apóstol Pablo, podemos ver que utilizaba mucho la palabra "herencia" para relacionar a Abraham con los cristianos en Roma.

   Los creyentes se han convertido en herederos del mejor don de Abraham, su fe. Todos venimos a la familia de Dios, somos herederos de Dios, al creer. Así como Abraham fue considerado justo debido a su fe, somos hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús (Juan 1:12-13). Abraham ya fallecido, pero la oportunidad de creer sigue vigente. La fe es el factor determinante para cualquiera de nosotros y en cualquier lugar. La fe es multirracial, multicultural e interdenominacional. Diferimos en muchas formas, pero todos somos bienvenidos a la familia por la fe en Jesús.

   Los bienes materiales de Abraham se perdieron en la historia, pero lo que él fue, una persona de fe, permanece aún hoy. Somos igualmente herederos de las promesas cuando clamamos a Cristo por fe.

Y el mejor legado que podemos dejar es la fe en Dios, la convicción de que Dios es quien dice ser y de que hará todo lo que ha prometido. La gran relación de Timoteo con Cristo no se materializó de la nada, se desarrolló como resultado del ejemplo de su madre y su abuela (2timoteo 1.3-5).
     He aquí algunas maneras de cómo podemos dejar un buen legado:

a-.Enseñar principios bíblicos prácticos. Los niños necesitan saber qué piensa Dios sobre la riqueza (salmos 24.1), cómo suple nuestras necesidades (Filipenses 4.19) y cómo nos dirige en la vida (Proberbios 3.5-6).

b-. Modelar el carácter por medio del estilo de vida. La manera como vivimos, ya sea con transparencia y tranquilidad; o con temor, ansiedad y autosuficiencia, comunican lo que creemos acerca de Dios.

c-. Servir a Dios sirviendo a los demás. Las acciones muestran que nuestra fe es real (Santiago 2.26). Si queremos que nuestros hijos no desarrollen un modo de pensar egocéntrico, el servicio a los demás es vital.

d-. Interceder por ellos. Nunca olvidarán cuando orábamos por ellos regularmente.

e-. Comunicarles amor. Ellos necesitan saber que los amamos, así como Dios nos ama. Las palabras dichas con amor comunican vida a sus corazones. 

   Como padres, debemos guiar e inspirar a nuestros hijos a seguir a Cristo. Incluso, quienes no tienen hijos, pueden dejar un legado. El ejemplo a seguir es Pablo: aunque no se casó ni tuvo hijos biológicos, fue padre espiritual para muchos (1Corintios 4.14-16).