2Co 5:20 Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios
rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo:
Reconciliaos con Dios.
Piense en eso. Donde quiera
que vaya, usted representa al Rey de reyes y Señor de señores. Ese es un gran
honor. Quizá le parezca un puesto muy elevado para usted, sin embargo, Dios le
ha preparado para hacerlo. Él le ha dado su nombre y el poder de su Palabra.
Incluso ha puesto su Espíritu en usted. Le ha dado la capacidad para escuchar y
obedecer las instrucciones del Espíritu Santo.
Hace algunos años escuché una
profecía que anunciaba que vendría un tiempo en que los hombres de la tierra
andarían, hablarían y actuarían como Dios; serían movidos por su poder y su
Espíritu de manera tan poderosa que la gente diría: "Mira a esos
creyentes; creen que son Dios".
"No -dijo el Espíritu
Santo-, ellos no creen que son Dios, sino que son agentes de Dios, hijos de Dios,
embajadores de Dios que han sido enviados para hacer las obras de Dios".
Creo que estamos viviendo en
el día y la hora de los cuales habla esa profecía. Estamos viendo a ese
ejército de luz comenzar a crecer.
No estamos en tiempo de estar
consagrados a medias. Este es tiempo de caminar con Dios, de darle nuestra vida
completa. Si usted hace eso, Él le dará unción, poder y gloria para que brille
para Él, como dice Filipenses 2:15 : "... como estrellas en el firmamento,
en medio de una generación torcida y depravada".
Deje de pensar de sí como una
persona que no tiene importancia y empiece a verse como embajador del Dios
Todopoderoso. Ponga los intereses del reino de Dios en primer lugar en su mente
y en su corazón. Sométase a Él y diga: "Señor, muéstrame cómo ser tu
representante en todo lo que haga".
¡Usted es embajador de Cristo,
comience a vivir como tal!.
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