sábado, 21 de julio de 2018

EL PROPÓSITO DE LA AUTORIDAD ESPIRITUAL. Parte II



3-. Toda demostración de poder y autoridad es para subyugar a satanás.
  “He aquí les doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará” (Lucas 10.19).

   Lo primero que Cristo les dio a los discípulos al enviarlos, fue autoridad sobre los demonios; y es también lo primero que nos da a nosotros. “Entonces llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus inmundos, para que los echen fuera, y para sanar toda enfermedad y toda dolencia” (Mateo 10.1). En este momento, los discípulos recibieron un nivel de autoridad delegada; ellos todavía no habían recibido el bautismo del
Espíritu Santo, ni habían sido investidos de poder. Pero estaban con Cristo y fluyeron bajo Su autoridad para ir y hacer lo que Él hacía; aún antes de que la obra de la cruz fuera completada en la tierra. Jesús fluía bajo revelación de Su obra hecha en la eternidad.

  Al terminar la obra de la cruz y ascender al cielo, Cristo nos devolvió la autoridad para lidiar con satanás, y nos llenó también de Su poder para operar en el mismo nivel de unción que tenía Adán en Edén; para que podamos sacar fuera a satanás como debió hacerlo hecho Adán. El propósito de que usted reciba liberación es que, una vez libre, tome autoridad y vaya a liberar a otros miembros de su familia, compañeros de trabajo, amigos en aflicción, a todos los que estén deprimidos por el enemigo. ¡Usted tiene autoridad! ¡Vaya en el nombre de Jesús y hágalos libres! 

4-. Todo acto de Poder y Autoridad es para destruir toda obra del diablo.
   “El que practica el pecado es el diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo” (1Juan 3.8). Este versículo evidencia claramente uno de los propósitos principales de la venida de Jesús a este mundo: Deshacer las obras del diablo. Ese también es nuestro propósito; es mi propósito y su propósito. Donde quiera que usted vea una obra del diablo – enfermedad, muerte, dolor, angustia, depresión, pobreza, miseria, adicción, obsesión, iniquidad, accidentes, robos, violencia, odio, divorcio, abandono, soledad-, ¡destrúyalas! Usted es el representante del Padre Celestial, tanto como lo fue Cristo cuando estuvo en esta tierra. Vaya en el lugar de Dios, actúe como Dios, en Su nombre y Su autoridad, y eche fuera a satanás. Él lo va a respaldar con su poder. Para esto, usted no tiene que ser una persona perfecta, solo tiene que estar bajo sumisión, tomar su posición de Hijo y creer que Dios lo respalda.

   Jesús tenía autoridad sobre los demonios porque su propósito era traer el reino de Dios a esta tierra; y para restablecerlo, tenía que desplazar al reino ocupante, que era el reino de las tinieblas. “Mas si por el dedo de Dios hecho yo fuera los demonios, ciertamente el reino de Dios ha llegado a vosotros” (Lucas 11.20). Cada vez que usamos la autoridad que Jesús nos dio, echamos fuera al diablo y destruimos sus obras, el Reino de dios viene.    Cuando Jesús estuvo en la tierra, manifestó cinco milagros específicos: los ciegos veían, los sordos oían, los mudos hablaban, los paralíticos caminaban y los demonios huían. Durante un viaje misionero a Europa, visité Noruega, Ucrania e Italia para llevar, el poder sobrenatural de Dios a miles de personas en cada país, y el Espíritu de Dios me habló diciendo: “Demuestra los cinco milagros del Reino”. Así que yo hice una oración parecida en cada ciudad: “En el nombre de Jesús, y por el dedo de Jehová, ato a todo espíritu de enfermedad y hago comando y hago un comando de fe. A la cuenta de tres, le ordeno todo espíritu de enfermedad que ¡suelte a la gente ahora! ¡Ciegos, vean! ¡Sordos, sean abiertos sus oídos! ¡Huesos sean sanados! ¡Los metales en los huesos, conviértanse en carne y huesos! ¡Y Dios comenzó a manifestar esto cinco milagros! En Noruega, una anciana llamada Aud, recibió una sanidad tan poderosa que se levantó de su silla de ruedas. Ella testificó así: “Mi nombre es Aud, tengo 79 años y vivo en Oslofjord. He vivido enferma por  cincuenta años a causa de un problema médico que arrastraba desde la niñez.Tenía infección en el páncreas, enfermedad de vejiga crónica y una infección en todo el cuerpo. 

  Tuve que tomar hasta siete mil antibióticos en un lapso de un año, y mis intestinos colapsaron. Llegué aquí en silla de rueda. Traté de caminar pero el dolor de las piernas era insoportable. Cuando vine al altar para recibir oración, le di las gracias a Jesús porque sabía que me había sanado. Cuando oraron por mí, sentí que el dolor se iba. Antes no podía agacharme sin dolor o ayuda, y acabo de caminar por toda la plataforma empujando mi silla de ruedas, y subir y bajar las escaleras del estadio. Estoy tan feliz de que Dios me sanó que dejé mi silla de ruedas aquí y volví los siguientes dos días ¡caminando!

   En Ucrania, conocí a Julia, de ocho años. Ella había sido diagnosticada con visión doble. No podía ver con claridad ni las líneas de su mano. Luego de orar por sanidad y echar fuera todos los espíritus de enfermedad, ella testificó que podía ver todo claramente. Comenzó a mirarse las manos y pudo ver todas las líneas que antes no podía. Jesús hizo el milagro! Irina testificó que había sido sorda de su oído izquierdo desde niña (Tenía 34 años). Cuando hice el llamado de sanidad para los sordos, ella se puso su mano sobre el  oído izquierdo y creyó en su milagro. Testificó que sintió un calor en su oído y luego un pop, como si algo se hubiera destapado".
 
  Entonces decidió probar su milagro. Se cubrió el oído derecho y comprobó que “podía oír normalmente con su oído izquierdo!¿El poder de Dios la sano cuando tomé autoridad sobre el espíritu de sordera y la sano! Me trajeron otra niña al altar, con su madre.Era muda; no podía pronunciar las palabras. Yo envié a alguien de mi equipo a orar por ella, luego me la trajeron ¡completamente sana! Allí mismo en el altar, pudo pronunciar varias palabras  ¡correcta y audiblemente! ¡El poder de Dios obró en su vida y transformó toda una vida de padecimiento físico en salud divina!


   Durante mi parada en Palermo, Italia, los milagros siguieron sucediendo. Una mujer en particular, testificó: “Mi nombre es Victoria y nací con una pierna con problemas, que además era varios centímetros más corta que la otra. Pase quince cirugías para alargarla, pero tuve graves problemas después de las cirugías y ningún resultado positivo. Finalmente, los médicos solo pudieron implantar unos clavos para sostener mis frágiles huesos  y tuve que recurrir a unas muletas para poder desplazarme. No podía caminar bien; pero en la noche en que el apóstol nos mandó a sostener la mano de la persona a nuestro lado y que pidiéramos el fuego de Dios, yo sentí un fuego intenso y un bienestar único. Después de la oración, me sentí normal y comencé a saltar y dar brincos. Incluso subí y bajé las escaleras, ¡sin sentir dolor alguno! Y no solo se fue el dolor sino que la pierna más corta ¡creció! ¡Los metales desaparecieron! Y, por primera vez, caminé sin cojear y sin ayuda de ningún tipo!


   Cuando el Reino de Dios viene  a un lugar, tenemos poder y autoridad para manifestar el amor del Padre por sus hijos aquí en la tierra. Y como evidencia de eso, los ciegos ven, los sordos oyen, los cojos andan, los mudos hablan y los oprimidos por el diablo son libres.

Guillermo Maldonado. Poder y autoridad para destruir las obras del diablo. Primera edición.Octubre2015. Editorial Ministerio internacional El Rey Jesús. Paginas 57- 61

lunes, 16 de julio de 2018

EL PROPÓSITO DE LA AUTORIDAD ESPIRITUAL. Parte I

   

 En Dios, todo se hace por un propósito. No hay nada que Dios cree, imparta o nos dé sin que tenga un propósito en esta tierra o en la eternidad. Con lo que hemos visto ahora, a través de los capítulos anteriores, sabemos que la autoridad dada por Dios tiene un propósito eterno que se ejerce en la tierra. Aquí es donde se libra la batalla entre el Reino de Dios y el reino de su enemigo; entre el reino de la luz y el reino de las tinieblas. Dios creó a Adán y le dio autoridad sobre  la creación para tomar dominio en la tierra; Adán perdió esa autoridad y quedó preso de maldición, esclavitud al pecado y a Satanás. Entonces, vino a mi Cristo y por su obra en la cruz, recuperó esa autoridad y la entregó a la  iglesia, para que volviera a poner  a Satanás bajo sus pies y manifestara el poder sobrenatural de Dios a la humanidad.


   Sin la autoridad que Jesús recuperó, todo ejercicio del poder sobre el diablo era ilegal. El enemigo sabía eso; y desafiaba constantemente al pueblo de Dios. Sabía que el ser humano no tenía autoridad sobre él. Hoy por hoy, con la obra de Cristo y el empoderamiento del Espíritu Santo, lo único que le falta a la iglesia es la revelación de esa autoridad y de su posición en el ámbito espiritual. Si vivimos en derrota en algún área de nuestra vida, es porque no hemos recibido la revelación de quiénes somos y qué podemos hacer.


¿Quién puede ejercer autoridad espiritual? Creo que la respuesta a esta pregunta es clave para todo creyente que tiene dudas acerca de que si puede o no ejercer autoridad, y cómo, cuándo, y dónde la puede ejercer. La respuesta es clara y sencilla. Cada creyente nacido de nuevo que esté bajo sumisión a Dios y a la autoridad delegada puede ejercer la autoridad que Cristo le delegó a la iglesia sobre el diablo, sus demonios, sus obras, las enfermedades, la pobreza y todo lo que afecte el territorio que Dios le ha asignado, porque todos somos los representantes de la ley y del gobierno de Dios.


1-.El propósito principal de la autoridad es ejercer el poder sobrenatural  de manera legal.
   “De cierto os digo: Entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista; pero el más pequeño en el reino de los cielos, mayor es que él” (Mateo 11.11). 

    En el ámbito de la autoridad, el creyente representa a Dios y a su gobierno. Y Mateo 11 . 12 sigue diciendo: “Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan”. El original griego dice “…el reino de los cielos ha sido administrado por la fuerza y los que están en gobierno o en poder lo controlan”. Es decir, la llave es para los que están en el gobierno. Éstos son los que tienen la llave para atar y desatar (Mateo 16.19). La palabra “atar” significa restringir, arrestar, cerrar, ligar, prohibir, declarar ilegal o ilegítimo, impropio. “Desatar” significa desligar, liberar, soltar, deshacer, permitir, dar permiso a que opere, desamarrar, declarar algo legítimo o legal, declarar algo propio, abrir, quitar. No se queje de las circunstancias. Dios ésta en control a través de usted. Lo que usted permita sucederá y lo que no permita no sucederá, porque Dios le ha dado la autoridad de atar y desatar desde una posición de gobierno espiritual. Cuando el enemigo no ve gobierno reta su autoridad. ¿Será por eso que usted le ordena que se vaya  de su negocio, familia, hijo y no se va? Ponga en orden el área de su dominio (hogar, familia, negocio, finanzas, ministerio, iglesia- si ha sido enviado-), y entonces comience a atar al enemigo en las áreas que están siendo atacadas.
 
   En salmos 8. 4-6, el salmista revela: “¿Qué es el hombre, para que tenga de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites? Le has hecho poco menor que los ángeles, y lo coronaste de gloria y de honra. Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos; todo lo pusiste debajo de sus pies”. Ésta es una de las declaraciones más poderosas que leemos en las Escrituras; nos narra cómo y por qué fue creado el hombre y con qué autoridad fue puesto en esta tierra. La intención original de Dios fue duplicarse a sí mismo en el hombre. En la Creación, el orden de autoridad fue Dios, el hombre y los ángeles. La versión original dice “…Lo creo un poco menor que Elohim, (uno de los nombres de Dios)”. Los ángeles nunca fueron hechos para estar por encima del hombre sino para servirlo. “¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación?(Hebreos 1.14).

  Cristo, en la cruz venció la muerte, la enfermedad, el pecado, la pobreza, el diablo, la opresión, las ataduras, el mundo, a satanás y sus demonios; y sobre todo eso, nos dio autoridad. Ahora usted tiene que tomar esa autoridad. La autoridad es algo que se toma; si usted no la toma, la gente, el diablo, las circunstancias tomará el dominio sobre usted. Y será así, una y otra vez, en una y otra situación, hasta que diga ¡basta ya! Mientras usted no se canse, no tomará la autoridad. ¿Cuál será su decisión hoy, después de leer esto?¿Tomará autoridad sobre esa enfermedad ahora mismo? ¿Se decidirá a tomar autoridad sobre esa opresión? Tome autoridad sobre esas circunstancias que le están arruinando la vida; tome autoridad sobre todo espíritu inmundo que está destruyendo su familia y ordéneles que se vayan. ¡Ordénele a ese monte que se mueva en el nombre de Jesús! 

2-. En el Reino, todo acto de Poder y Autoridad tiene el propósito de establecer orden.
   Nuestro Rey, Jesús, trae orden en todas las áreas de la vida: Cuerpo, mente, emociones, finanzas, familia, etcétera. El requisito para que el Reino venga es el orden. Cuando no lo hay, el Reino no viene, y por esa causa necesitamos el poder que respalda la autoridad. El orden siempre es contrario a toda obra del diablo, porque en él  todo siempre es caos y confusión.
Guillermo Maldonado. Poder y autoridad para destruir las obras del diablo. Primera edición.Octubre2015. Editorial Ministerio internacional El Rey Jesús. Paginas 54- 57

jueves, 5 de julio de 2018

CARACTERÍSTICAS DE LA AUTORIDAD DE DIOS. Parte II

LA AUTORIDAD ORIGINAL Y LA AUTORIDAD DELEGADA EN EL REINO.

   Dios es la autoridad suprema del universo. Luego, Él establece una cabeza para cada ámbito, para formar nuevas cadenas de mando basadas en la cadena de mando original de Dios. Una vez que Él pone o establece la autoridad sobre la cabeza, esta última puede y debe delegar autoridad al cuerpo que dirige, según las áreas, tareas, asignaciones, propósitos que se deban cumplir.


   La autoridad original está sobre la persona que dios pone por cabeza; esa será la autoridad principal, la que establezca las leyes e imparta la personalidad o ADN a todo organismo. Por ejemplo, Cristo es la autoridad principal de la iglesia, y delegó su autoridad sobre sus apóstoles; los cuales, a su vez, delegan autoridad a los distintos líderes del cuerpo para llevar adelante la comisión que Cristo nos dejó a todos. La autoridad delegada siempre debe referirse a dar cuentas a la autoridad original, porque esa autoridad-cabeza es responsable ante Dios. Además, una autoridad delegada, no puede asignarse o ponerse a sí misma. La autoridad delegada es la que se pone en cumplimiento o ejercicio las leyes establecida por la autoridad original. En el caso de la autoridad delegada por Cristo dentro de la iglesia, sobre apóstoles y pastores, viene a ser una autoridad original en la tierra. A partir de allí, la autoridad delegada no puede juzgar al hombre puesto por Dios, en quien descansa la autoridad original.


   Sin embargo, para mantener el equilibrio y que todo ser humano esté sujeto a  autoridad y rinda cuenta de sus actos, esa autoridad original tampoco se pone a sí misma, sino que esta puesta por dios a través de otro hombre de Dios asignado para eso en la tierra. Y tampoco hace liberalmente lo que quiere, sino que somete todos sus asuntos a su cobertura espiritual. La cabeza o autoridad original de una casa o iglesia es una autoridad delegada por Cristo, pero original en función de su jurisdicción de operaciones. La autoridad original sí puede juzgar la autoridad delegada. Veamos algunas diferencias entre la autoridad original y la autoridad delegada.


1-. La autoridad delegada no hace la ley, soló hace que la ley se cumpla.

   Por ejemplo, en mi caso, como cabeza del Ministerio que Dios me ha puesto a gobernar, establezco diferentes leyes o mandatos para funcionar en orden y bajo su voluntad; no es mi esposa, por ejemplo, soy yo como cabeza. De igual manera, yo no soy quien se ocupa de la implementación de los mismos; lo hacen los líderes sobre quienes he delegado un área de autoridad. Siendo así, si yo digo que todo creyente que va hacer enviado como líder de una Casa de Paz, debe pasar por un curso y una liberación, los líderes encargados de esa área, se ocuparán de cumplir esa ley. Pero a la vez, yo rindo cuenta de todo lo que hago a mi cobertura o padre espiritual aquí en la tierra, y a Dios, por supuesto; “…porque sobre el alto vigila otro más alto, y uno más alto está sobre ellos”(Eclesiastés 5.8). Todos estamos llamados a dar cuentas. Cuando no lo hacemos nos volvemos nuestra propia autoridad y ese es el camino que nos lleva a caer.


2-. La autoridad original descansa en la persona que fue primero (la cabeza).

   Nosotros somos hijos del padre, pero Cristo es el primogénito entre muchos hermanos (Romanos 8 . 29). Por la ley de la primogenitura, la doble porción de la herencia es suya y la plenitud de la autoridad descansa sobre Él, porque es el primero. El padre le hizo la cabeza de la iglesia en todo el mundo; por tanto, todos nosotros estamos sujeto a su autoridad original y le debemos cuentas y obediencia.


3-. La autoridad original siempre debe endosar la autoridad delegada públicamente.

   Para que las personas que deberán sujetarse, respetar y obedecer esa autoridad delegada lo hagan, la autoridad original debe endosar en público al delegado. Yo siempre afirmo públicamente a las personas a quienes delego autoridad. Si ordeno un pastor, un anciano o diácono, tengo que decírselo a la iglesia, para que no lo resistan. Ese ejemplo lo recibimos de Cristo que se sujetó a Juan el Bautista para ser bautizado  y el Padre le delegó la autoridad en el Jordán hablando desde el cielo y diciendo: “Este es mi hijo amado, en quien tengo complacencia” (Mateo 3 . 17)


4-. La autoridad original delega esferas de autoridad, establece los límites, y asigna una tarea específica al delegado.

   Jesús le rendía cuentas al Padre; por eso lo encontramos orando en Juan 17.12 “… a los que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición, para que la escritura se cumpliese”. Desde el momento que se delega autoridad, el receptor de la misma pasa a ser segundo en la cadena de mando en esa área; por lo tanto, debe dar cuenta de su accionar y de sus decisiones a su autoridad original. En el instante en que el segundo al mando se rebela contra su autoridad original o contra su asignación, también se rebela contra la autoridad suprema, Dios.


5-. La autoridad delegada no puede actuar independientemente de la cabeza.

   Por ejemplo, en la iglesia, el hecho de que usted reciba autoridad sobre un área de la visión- porque tiene un don que beneficia el desarrollo de la misma-, no significa que puede independizarse de su pastor. Él sigue siendo su autoridad espiritual y a quien Dios reveló y encargó la visión completa; y es también quien la extiende a usted protección espiritual para realizar la tarea asignada. Cuando usted actúa independientemente de la cabeza y de la visión establecida en la casa,, no está bajo cobertura. En otras palabras, su autoridad le da protección; pero si usted se independiza, la pierde y entonces, todo poder que desarrolle será ilegal, bajo brujería. Además, el enemigo tendrá lugar en su vida.


6-. La fidelidad o lealtad de una persona siempre es primero para la autoridad original o la persona que es la cabeza, y segundo para la autoridad delegada.

   En la iglesia de Cristo, nuestra fidelidad es primero para Dios, luego para la autoridad original puesta por Él en cada congregación, y después para todas las autoridades que hayan sido delegadas para cada área.

   Este principio de la autoridad delegada es un ministerio de Dios que funciona para extender su Reino y activar a los cristianos alrededor del mundo. En nuestro ministerio, somos testigos, constantemente de cómo opera la autoridad delegada en los hijos espirituales que el Señor nos ha dado. El siguiente testimonio es de un grupo de jóvenes de la iglesia. “Una noche, durante una reunión de casa de paz, uno de mis mentores y sus discípulos salieron a evangelizar y ganar almas. Le pidieron a Dios que los guiara a donde ir y que les diera palabra de ciencia específica para la gente. Salieron y bajo la guía de Dios llegaron a la sala de emergencia de un hospital. Al entrar, vieron a una joven pareja sentada en la sala de espera. Él tenía un protector en su brazo porque se lo había quebrado en un accidente. Cuando aquellos jóvenes se acercaron a esa pareja, supieron que ella llevaba tiempo orando para que él fuera a la iglesia, pero él no quería. Mi grupo de jóvenes le dio al muchacho una palabra de ciencia y  oraron por él; al instante, el poder de Dios vino sobre él y sanó su brazo. El muchacho se quitó el protector y comprobó que no sentía más dolor. De inmediato, recibió al Señor en su corazón, y una semana más tarde, estaba en la iglesia comprometiéndose a servir al Dios vivo.


   Luego, durante un viaje misionero a Colombia, envié a parte de este mismo grupo a predicar en una conferencia de jóvenes. Le delegué la autoridad para que fueran e hicieran lo mismo que me han visto hacer a mí. Cuando entraron a aquella iglesia, sintieron al espíritu de religiosidad muy fuerte; la gente estaba dura y con el corazón frío. Allí supieron que la única manera de operar sería manifestando el poder sobrenatural de Dios. Desataron una palabra de ciencia acerca de una persona con dolor de espalda, y un joven respondió al llamado. La líder de mis jóvenes sintió que el muchacho tenía una pierna más corta que la otra; así que lo sentó en una silla y comprobó que su pierna derecha era unos centímetros más corta que la izquierda, y esto le provocaba del dolor de espalda. Oraron por él, y le ordenaron a su pierna derecha que creciera en el nombre de Jesús. En cuestión de segundos, el poder de Dios operó sobre su pierna y está creció a la vista de toda la congregación. El dolor de espalda desapareció luego de muchos meses de intenso dolor. Aquel joven recibió el fuego de Dios por las almas y la presencia manifestada de Dios; además, toda la dureza de la congregación se disipó y los corazones se abrieron a experimentar lo sobrenatural.


   Estos jóvenes, operaron bajo una autoridad delegada, pueden hacer más que muchos pastores, obispos y altos líderes de la iglesia que no saben cómo funciona la autoridad delegada de Dios sobre la enfermedad y los demonios.

Guillermo Maldonado. Poder y autoridad para destruir las obras del diablo. Primera edición.Octubre2015. Editorial Ministerio internacional El Rey Jesús. Paginas 41- 48