martes, 30 de septiembre de 2014

GOBIERNO DE DIOS.

EL GOBIERNO DE DIOS.

  ¿Qué significa la palabra reino? Por lo general, pensamos en una nación gobernada por un monarca. Pero en realidad, reino se refiere al gobierno mismo y no a un sitio geográfico.

   El reinado, o sea el gobierno, se ejerce en todos los súbditos que reconocen su autoridad. Como Dios es el creador y juez soberano su reinado se extiende también sobre toda su creación, y aun sobre aquellos que no lo quieren reconocer ni rendirle honores.

    Dios es el rey supremo y absoluto sobre todo el universo. Él creó todo por su voluntad y
placer (véanse Salmo 93:1–2; Apocalipsis 4:11). El coro celeste proclama la majestad y gloria de Cristo en Apocalipsis 5:12: ¡Digno es el Cordero, que ha sido sacrificado, de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría, la fortaleza y la honra, la gloria y la alabanza!
Dios es la autoridad máxima sobre todo lo que existe: lo visible e invisible, la creación,
los ángeles, la humanidad, la historia, las naciones y los sucesos futuros. Y como es la autoridad suprema, juzgará a todos con justicia (véanse Salmo 99:1–5; 145:17–20; 146:10; Romanos 14:12; 1 Corintios 3:11–15).

   El Señor «sostiene todas las cosas con su palabra poderosa» (Hebreos 1:3). La naturaleza y el universo entero responden a su gobierno y control. Nada en toda la creación de Dios es autónoma; todo está bajo el gobierno del soberano Señor.

    Pero el gobierno de Dios no solo se ejerce en el plano natural y físico, sino también sobre los seres vivientes. El hombre es un ser moral, creado a la imagen de Dios, con atributos de personalidad, espíritu, voluntad, intelecto y emociones. Dios también ejerce su
gobierno moral sobre los seres humanos, esperando de ellos una sujeción consciente y
voluntaria.

     Dios, el soberano Señor, expresa su voluntad al hombre por medio de su palabra, y el
hombre, habiendo sido creado con responsabilidad moral y capacidad de decisión, es responsable de obedecer la palabra de Dios de manera consciente, voluntaria e inteligente, reconociendo y acatando el reinado de Dios sobre su vida.

    

EL BAUTIZO

EL BAUTISMO EN AGUA.

 

    La palabra bautizo viene del griego baptidzo que significa: sumergir. El proceso del bautismo consiste en sumergir y emerger. Este procedimiento se usó para describir el bautizo de Juan y el cristiano. Dicho de una manera más sencilla, es hundir totalmente un objeto en otra sustancia, y luego sacarlo.
    El bautismo en agua es que simboliza la muerte y la resurrección de Jesucristo, y  nuestra identidad con Él. Las Escrituras se refieren a Jesús como el postrer Adán (1 Corinitos 15:21-22, 45). Jesús nos representó en Su sacrificio. Cuando una persona lo recibe como su Señor, ésta se identifica por completo con la obra de Cristo (Romanos 6:4-6). El bautismo en agua debería marcar la mente de la persona con la realidad de su unión con Cristo Jesús.

    El bautismo en agua permite al creyente la oportunidad de testificar a otros de la experiencia de su nuevo nacimiento. Es una señal y un testimonio público de la gracia interna. El creyente ha sido crucificado, sepultado y resucitado juntamente con Cristo; a fin de gozar de una vida nueva (Gálatas 2:20; Romanos 6:4).

    Jesús afirmó en Mateo 28:19: «Por tanto id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolas en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo». Creemos que es bíblico bautizar en el nombre de cada uno de los integrantes de la Trinidad. Algunos probablemente se preguntan: “¿Cuál era el propósito del bautismo de Juan?”. Que Israel recibiera la revelación del Cordero de Dios quien quitaría el pecado del mundo (Juan 1:29-33). Jesús —el Cordero de Dios— se bautizó para cumplir todo lo que es justo ante Dios, pues Él no había cometido pecado (Mateo 3:15-17). Además, sirvió para demostrar y anunciar Su muerte, Su sepultura y Su resurrección.  

    Generalmente las personas confunde el bautismo en agua con el bautismo de Cristo (ser salvo). Cuando Pedro predicó acerca de la muerte, la sepultura y la resurrección de Jesús, explicó: «Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo» (Hechos 2:38). Cuando una persona nace de nuevo es bautizada por el Espíritu Santo dentro del Cuerpo de Cristo; es diferente al bautismo en agua, el cual no salva. Es la preciosa sangre que Jesús derramó en la cruz, no el agua, la que nos limpia del pecado (Efesios 1:7; Hebreos 9:22; Apocalipsis 1:5).
    Una persona debe ser bautizada en el Cuerpo de Cristo (salva) antes de ser bautizada en agua. Si usted no acepta primero a Jesús como el Señor de su vida ni cree que Dios lo levantó de los muertos, el bautismo en agua no tendría ningún propósito. Pues éste se realiza después de la salvación para confirmar y fortalecer su compromiso de vivir en santidad.

   El agua bautismal representa un lugar de sepultura. Cuando usted es sepultado juntamente con Cristo por medio del bautismo, está proclamándole al cielo, a la Tierra y al infierno que su vieja naturaleza ya no vive en usted. Ser sepultado con Jesús significa que su viejo yo murió al pecado, así como Jesús cuando fue hecho pecado por nosotros (Romanos 6:3, 6 10-12). Por esa razón, somos sumergidos como un acto simbólico de ser sepultados.

    Emerger del agua significa que somos resucitados a una nueva vida en Cristo. Lo cual quiere decir que usted permitirá que Él sea el Señor en cada área de su vida —espíritu, alma y cuerpo—. Usted ha sido comprado con Su sangre;  por tanto, le pertenece a Cristo.  Desde ese momento, usted le consultará: “Señor ¿A dónde quieres que vaya? ¿Qué deseas que diga? ¿Cómo quieres que yo sea? Que no se haga mi voluntad, sino la tuya”.
Romanos 6:11-13, se convierte en un versículo muy importante para nosotros: «Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro. No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad…».

   Cuando en obediencia a la Palabra de nuestro Padre, consideremos, creamos y confesemos que estamos muertos al pecado y vivos para Dios por medio de Jesús; experimentaremos tanto crecimiento en nuestra vida cristiana como victoria en nuestro diario vivir. Los viejos hábitos y los vestigios del pecado de nuestra antigua manera de vivir desaparecerán, nuestra mente será renovada y estaremos viviendo como Cristo Jesús.
    El bautismo en agua debería ser muy significativo en su vida como creyente; pues es un tiempo en el cual se compromete a obedecer, a seguir a Jesús, y se dispone a cumplir el propósito y el plan que el Dios todopoderoso tiene para su vida. Esto no se reserva sólo para “supercristianos”. Es algo básico del cristianismo, forma parte del fundamento sólido que necesita edificar.

    Entonces si usted siente que no ha sepultado a su vieja naturaleza de pecado y que no ha dedicado su vida por completo al Señor; ya no espere más, busque un lugar en donde pueda participar del bautismo en agua, ¡ y sea totalmente libre!


martes, 23 de septiembre de 2014

PODER DE DIOS.

   Si por alguna razón hoy te sientes débil, deseo en este día darte esta palabra de ánimo a tu vida, y recordarte que el poder de Dios vive en ti.

  Tengo que decirte algo: “En cualquier momento, vas a ver con tus propios ojos manifestado El Poder de Dios en: tu vida, en la de los tuyos, en tu trabajo, en tus finanzas”.

   Sólo recuerda que DIOS obra con su poder, y a veces de una manera tan grande y tan suprema: “mucho más allá de lo que podemos entender”.Pero por lo pronto, en medio de tu debilidad o tu necesidad, debes sentirte seguro de que la presencia del Dios todopoderoso habita dentro de ti: Tú caminas, hablas, sonríes, obras con el convencimiento de que tú eres portador de su unción y poder, donde quiera que vayas.

   Aunque a veces momentáneamente no lo veas o no lo sientas: TÚ eres hijo, hija de Dios, y recuerda que su poder se manifiesta en el corazón humilde y en la debilidad.

   El Apóstol Pablo le rogó a Jesús que le quitara una aflicción personal que azotaba su vida, y una carga que aparentemente era para él una limitación. Jesús le dio esta respuesta, la que luego el Apóstol Pablo escribió:

2 Corintios 12:9-10,   “Y me ha dicho (Jesús): «Bástate mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad»”.

...Por tanto, de buena gana (dice El Apóstol después de escuchar esa palabra directamente de Jesús), me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades (o limitaciones), en insultos, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte..." 
   En otras palabras, si hoy te sientes débil, triste o angustiado; una vez más levanta tu rostro con firmeza y echa mano del gozo de Jesús en medio de tu tribulación, que escrito está: que en el punto más bajo de tu vida, es cuando el poder de Dios se manifiesta de la manera más grande y maravillosa.

   Si ya sabes todo esto, ¿porque no aceptas a Cristo en tú corazón?, si ya lo has aceptado busca dia a dia alimentarte de su palabra, lo que desconoces dejaselo en manos a a Dios. Para que Dios controle tu vida y seas bendecido en todo momento, mantente en comunión con él. Hermano que Dios lo bendiga.