jueves, 12 de marzo de 2015

LA ESQUIZOFRENIA.

  
  La esquizofrenia es un problema muy común. Los especialistas en el área mental, calculan que puede haber algo así como cincuenta millones de esquizofrénicos en los Estados Unidos, es decir, una de cada ocho personas. Los esquizofrénicos constituyen más o menos la mitad de la población en los hospitales psiquiátricos de los Estados Unidos.

           ¿Qué es la esquizofrenia?
   La esquizofrenia es una perturbación, una distorsión de la realidad en el desarrollo de la personalidad, caracterizada por la ruptura de contacto con el mundo exterior. También, la podemos definir como una doble personalidad que causa inestabilidad.

«El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos». Santiago 1.8
De acuerdo a la Escritura, podemos definir esquizofrenia de la siguiente manera:
«Porque siendo como es, un hombre de dos mentes, vacilante, dudoso, es inestable y no se puede confiar en él porque es inseguro en lodo, en lo que hace piensa, siente y decide». Santiago 1.8

   Lamentablemente, cuando los miembros de las iglesias tienen este tipo de problema, los ministros los refieren a un siquiatra o a un sicólogo porque no han encontrado la solución para la esquizofrenia. Algunas veces, se toman métodos y programas del mundo para aplicarlos en la iglesia, olvidando o desconociendo que Jesús nos ha dado el poder y la autoridad para liberar a toda persona de cualquier atadura.

   La personalidad del esquizofrénico es la persona real que nunca se ha desarrollado debido a una interferencia demoníaca. Las influencias demoníacas de rechazo son las internas y las de rebelión son las externas. Han tomado control causando una separación de la personalidad: una interna y otra parte externa.

   Para una persona con esquizofrenia, es un choque emocional muy fuerte encontrarse con la parte de su personalidad que no es su verdadero "yo" y puede estar temerosa de descubrir su verdadera personalidad. Necesita tiempo para ajustarse, darse cuenta y aceptar las falsas personalidades demoníacas. La esquizofrenia empieza con rechazo, el cual abre la puerta para la rebelión. Este patrón se inicia en la niñez. Algunas veces, puede ser heredado.

   Las tres áreas principales que el esquizofrénico debe conquistar para ser libre son: el rechazo, la rebeldía y la raíz de amargura. A medida que estas áreas son conquistadas, la "casa", es decir, la vida de la persona se debe llenar con la palabra de Dios para poder dar y recibir amor, se debe someter a una autoridad válida, a Dios primeramente, y a su cobertura espiritual y perdonar a todas las personas sin tener en cuenta las circunstancias. Cuando se conquistan estas tres áreas, los otros espíritus relacionados pierden fuerza.

   La liberación de la esquizofrenia es la más profunda, la que exige más compromiso, la más definida y la más difícil de todas las liberaciones que se pueden encontrar. Además, se logra progresivamente y cuando la persona pone mucho de su parte.

   Los espíritus que operan detrás del rechazo incluyen: fantasía, lujuria, suicidio, culpa, orgullo, soledad, temor, abandono, autocompasión, afecto desordenado por los animales y auto rechazo.

   Los espíritus que operan detrás de la rebelión incluyen: egoísmo, orgullo, violencia, terquedad, amargura, ira y rencor.

   El esquizofrénico siempre es vacilante, inseguro, indeciso e inestable. Esta inestabilidad le dificulta arreglar o enfrentar los problemas sin hundirse, ya sea en el rechazo o en la rebelión. Un hombre de doble ánimo o de doble personalidad es inestable en todos sus caminos.

¿Cuál es la solución para la esquizofrenia? 
   La solución se obtiene al pasar por liberación a través del nombre de Jesús y la unción del Espíritu Santo, llegando a tener una personalidad estable formada en Cristo Jesús.
Bibliografia.
Guillermo Maldonado. Sanidad Interior y Liberación. Sexta edición 2006.

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