lunes, 26 de febrero de 2018

DONDE QUIERA QUE ESTÉS

    El Señor puede manifestarse en cualquier momento y en cualquier lugar. Los momentos más comunes suceden en las reuniones de la iglesia, cuando permite que administremos su poder. Pero también hay momentos cuando él se desborda sin pedirnos permiso, ya que es una persona independiente que nos acompaña porque quiere. Él puede manifestarse cuando lo desee y sin previo aviso.

   El Espíritu Santo no espera que uno le indique qué hacer. A veces, solamente nos cuenta lo que hizo cuando todo ha sucedido. Mientras celebrábamos las Noches de Gloria en una ciudad en Ecuador, sucedió algo impresionante con un hombre que estaba cubierto con una cobija azul. Él era muy conocido en la ciudad porque estaba loco. Durante las dos reuniones que tuvimos no dejó de bambolearse de un lado a otro y babeaba continuamente. Me partía el corazón verlo en esa situación tan triste, parado en medio de todos sin que se notara alguna mejoría. La noche siguiente durante toda la reunión la escena fue la misma. Seguía parado, bamboleándose y babeando. Algo dentro de mi corazón me decía que este hombre podría ser sano. Al terminar el evento regresé a la habitación que me habían preparado para orar, cuando de pronto personas que nos ayudaban a servir tocaron a mi puerta. Estaban sumamente emocionadas y sus rostros tenían la expresión de haber visto un fantasma. Inmediatamente les pregunté qué había sucedido. Ellos me contaron que mientras estaban quitando las sillas y limpiando el lugar para cerrarlo, aquel hombre pareció reaccionar, dejó de babear y comenzó a hablar. Sus primeras palabras fueron: «¡Estooooooooy sanooooooo!». ¡Había recuperado la cordura! Nadie oró por él ni le impuso las manos, simplemente la presencia de Dios estaba aún allí, aunque todos habían salido y lo sanó.

LA OMNIPOTENCIA SIGUE A LA OMNIPRESENCIA.
   Desde niños nos enseñaron que Dios se encuentra en todo lugar. Creerlo de corazón influye profundamente en nuestra conducta y santidad. El Señor nos acompaña siempre, sin importar dónde estemos o lo que hagamos. Al convencerte de esta verdad tendrás la certeza de que puede manifestarse donde te encuentres, en tu trabajo o alcoba, donde estudies o vivas, en el campo o la ciudad, en el gimnasio o en la iglesia.

   Anhelar la unción del Espíritu Santo es desear la manifestación de la omnipotencia de Dios en nuestra vida. El Salmo 91: 1 es una profecía para quienes buscan una relación íntima con el Señor, porque dice: «El que habita al abrigo del Altísimo se acoge a la sombra del Todopoderoso».

   Para entender este pasaje hay que prestar especial atención a los verbos «habita» y «acoge», que nos indican la necesidad de la presencia de Dios. La promesa del Señor es: «Quien habite en mi presencia y viva junto a mí, tarde o temprano tendrá la manifestación de mi poder en su vida». La clave para ver su omnipotencia es creer en su omnipresencia.

   El Salmo 91 :2 continúa diciendo: «Yo le digo al SEÑOR: "Tú eres mi refugio, mi fortaleza, el Dios en quien confío"». Junto al primer versículo vemos que este pasaje compara al Señor con tres recursos importantes que dan protección: «Castillo, habitación y abrigo». El castillo es un lugar de defensa y reabastecimiento durante una guerra, donde se renuevan fuerzas. Nuestra habitación es donde experimentamos momentos de intimidad con la persona más cercana. Es un espacio personal donde descansamos, soñamos y guardamos secretos. El abrigo protege al cuerpo del clima y de los riesgos externos. Todo esto es su Presencia para nosotros. La unción no solo te capacita para hacer milagros, sino también te da protección divina. Por esa razón, el Salmo concluye prometiendo que nos librará del lazo y de la peste destructora, y que no debemos temer saeta o terror nocturno porque enviará a sus ángeles para que nuestros pies no tropiecen con piedra alguna. 

   Muchas personas buscan el poder del Señor, pero no desean aprender a vivir delante de su presencia. Buscan más la sanidad que al sanador, la prosperidad más que de Dios tienen el honor de ver su omnipotencia. aquel que les prospera, y la unción, más que al que unge. Buscan la omnipotencia olvidándose de su omnipresencia, porque desean su poder, pero no respetan su existencia. Aquellos que aprenden a habitar en la omnipresencia de Dios tienen el honor de ver su omnipotencia.

 EL FUNDAMENTO DE LA SANTIDAD.
   Hace un tiempo, una persona que acostumbraba beber me desafió. Dijo que tomar licor no era malo. Entonces, le pedí que orara y le agradeciera a Dios antes de tomarse una copa. Imagina por un momento la oración de este hombre: «Padre, muchas gracias por el licor que me has provisto y bendice este whisky para que le haga bien a mi cuerpo». ¿Sabes lo que sucedió? ¡Dejó de tomar! Días después regresó contándome que impuso sus manos sobre el vaso con licor y al orar se sintió redargüido por Dios, así que fue incapaz de tomar una copa más. Descubrió que Dios estaba allí, junto a él, y decidió que no haría lo que sabía que le desagradaba al Padre.

   Creer que Dios está presente en todo lugar y ve todo lo que hacemos es el fundamento de una vida en santidad. Tu caminar es más recto cuando estás convencido de que no puedes hacer nada a espaldas de Dios. Es tu compañero y siempre está a tu lado, viendo lo que haces, ¡escuchando cada conversación y discerniendo tus pensamientos más íntimos. Puede ser que escondas tu pecado a los hombres, pero no puedes engañar al Señor.

   Hace muchos años, cuando recién habíamos fundado la iglesia, contratamos a una trabajadora que nos robó. La noche de un viernes, mientras dormía, pude ver el rostro de ella al tiempo que Dios me revelaba que había un faltante de dinero en la iglesia, y que nuestra empleada era la responsable. Incluso me dijo la cantidad exacta que había tomado. Al día siguiente comprobé cada detalle que el Señor me indicó y tuve que despedirla de inmediato. ¿Cómo lo supe? Porque cuando ella robó se aseguró de que nadie la viera, pero olvidó que Dios estaba allí. He tenido experiencias similares en otras oportunidades. Siempre le recuerdo a mi equipo que Dios está presente en nuestro ministerio. Eso nos beneficia, pues somos testigos de sus obras, pero al mismo tiempo puede perjudicarnos si olvidamos que él mismo se encarga de revelar las cosas incorrectas que ve. Vivir convencidos de la omnipresencia de Dios es el sustento de nuestro caminar.

   Los jóvenes deben entender que no son sus padres quienes les estorban en esos momentos apasionados de tentación cuando están a solas con su novia. Dios es quien los hace sentir incómodos, pues está allí, a su lado. No es del pastor de quien deben esconder un cigarro o una cerveza, o delante de quien deben avergonzarse por su aliento a licor. Más bien, debería preocuparles la desaprobación del Padre Celestial que los acompaña. La santidad que demostramos nos hace quedar bien con Dios más que con la iglesia o el líder espiritual.

    El problema de una relación extramarital no es tener cuidado de que no los vean entrar a un lugar con la amante, sino recordar que el Señor los verá porque los acompaña a donde quiera. El problema tampoco es hacer un negocio ilícito en secreto, sino creer que se puede esconder de Dios.  Creerlo es sentarnos a ver televisión y evitar las escenas inadecuadas, porque él está junto a nosotros viendo el mismo programa. Podemos engañar a nuestro jefe por llegar tarde, pero no al Señor.

   Es difícil abstenernos de aquello que complace nuestra carne, pero entristece nuestro espíritu, porque no hemos aprendido a vivir conforme a la omnipresencia de Dios. Intentamos justificarnos diciendo que no hay nada malo en buscar satisfacción, pero olvidamos que eso no  le agrada a Dios. Es necesario que cambies tu conducta en esos aspectos. A tu carne siempre le gustarán las cosas que a tu espíritu no le agradan. Puede que no le quites el gusto a la carne, pero sí puedes eliminar la costumbre. Aprende a vivir bajo la sombra de Dios y respeta su presencia en todo momento.

    Cuando caminas en el temor de Dios, tu conducta lo demuestra porque le das prioridad a los principios y no a tus gustos. No te diviertas con lo que ofende a quien entregó su vida en la cruz del Calvario. No te burles de su sacrificio, pídele la fortaleza y el carácter necesarios para negarte a todo lo que te induce al pecado. Debemos guardar un correcto comportamiento dentro y fuera de la iglesia, ya que somos morada del Altísimo.

   Cierta vez que conducía mi auto por un conocido boulevard de la ciudad de Guatemala, hice el favor de llevar a una persona desconocida que pedía un aventón. Viéndolo a la orilla de la carretera haciendo la clásica señal con el pulgar hacia arriba, me detuve y subió al auto. De inmediato sacó un paquete de cigarros y me ofreció:

-¿Quieres un cigarrillo?
-No gracias, no fumo -le respondí.
-Es viernes, si quieres te invito a una cerveza -insistió.
-No gracias, no bebo licor.
-¿Por qué? -me preguntó, y me vio fijamente.
Por su expresión, sabía que esperaba una respuesta religiosa ...
- Porque a mi papá no le gusta -dije, sin dar mayor explicación. Mi respuesta lo desconcertó y no habló más, antes bien, le pareció bueno y justo lo que dije, así que ... asunto religioso arreglado.

    Comportarse bien no es cuestión de religiosidad. No tiene nada que ver con pertenecer a una religión o congregarse en determinada iglesia, es simplemente buscar la aprobación de nuestro Padre Celestial. Te guste o no, la conducta es asunto de respetar la omnipresencia de Dios para poder caminar bajo la sombra de su omnipotencia. Debemos comportarnos en la tierra como si ya estuviéramos en el cielo, porque él está en ambos lugares. Algunas personas creen que estarán cerca de Dios solamente cuando lleguen al cielo. Al pensar de esta forma limitan la presencia del Señor en su vida. Dejan a Dios en último lugar, en vez de disfrutar de su compañía.

RODEADOS POR SU PRESENCIA
    Alguien me preguntó desde cuándo tengo la consciencia de la omnipresencia de Dios en mi vida. Creo que a muchos de nosotros se nos enseñó desde niños que Dios está presente en todos lados, todo lo ve y todo lo sabe, pues es una verdad fundamental para quienes decimos creer en él. Personalmente he sido consciente de ello desde niño, incluso antes de convertirme al Señor. Aun cuando pecaba me daba pena saber que él lo podía ver todo. Si pudiéramos vivir más conscientes de esta verdad, podríamos comportarnos mejor todo el tiempo.

   Recordemos lo que el Salmo 139 dice: «Tu protección me envuelve por completo; me cubres con la palma de tu mano» (v. 5). Y añade: «¿A dónde podría alejarme de tu Espíritu? ¿A dónde podría huir de tu presencia? Si subiera al cielo, allí estás tú; si tendiera mi lecho en el fondo del abismo, también estás allÍ» (vv. 7-8).

   Al parecer el escritor pasaba una etapa difícil de su vida. Tal vez intentaba huir de la presencia de Dios. Igual que Adán después de desobedecer. Lo mismo puede ocurrimos a nosotros cuando pecamos, pues intentamos huir de Dios. No hay razón para abandonar todo a causa del pecado. No podemos escondernos de Dios, porque conoce lo que sentimos y puede vernos. Nos equivocamos al pensar que dejando la iglesia o alejándonos de los cristianos nos alejamos Dios. Él no está solamente en un templo, también estuvo en el lugar donde pecamos. Él está contigo ahora. Cuando te sientes triste por haber pecado puedes acudir a él, porque está listo para perdonarte y continuar con la relación de Padre e hijo.

    El Señor te ama tanto que se atreve a rodearte aunque sabe que eres débil y cometes errores. Para caminar bajo la sombra de su omnipotencia debes aprender a comportarte con la omnisciencia del Señor. En otras palabras, para caminar bajo su sombra debes actuar convencido de que está contigo en todo lugar y conoce lo que piensas y haces.

   Creer en su omnipresencia te convence de que puedes escuchar lo que te dice. Nadie obtiene la capacidad para escucharle sin antes desarrollar la conducta ideal para lograrlo. Hay personas que se sienten desamparadas cuando no lo escuchan, pero Dios también puede callar por amor. El problema es desear que el Señor hable cuando queremos. Dios habla cuando él quiere, no es necesario que lo escuches para convencerte de que está a tu lado.

   Quienes desean vivir bajo la manifestación de su poder y entrar a una dimensión de milagros que no han imaginado deberán actuar creyendo en la omnipresencia de Dios. Busca experimentar la comunión e intimidad con él. Que Dios derrame su unción sobre tu vida es eldeseo más sincero de mi corazón.
 Cash Luna. En honor al Espíritu Santo. Editorial vida.Miami, Florida 2010 pag. 69 a la 78

viernes, 16 de febrero de 2018

CERRADA LA PUERTA

   En mi vida he tenido varias experiencias íntimas con el Señor y cada una de ellas me ha marcado profundamente. Aun hoy, al recordarlas, mi corazón se quebranta porque han sido momentos transformadores y desafiantes.

   La primera de ellas sucedió cuando tenía nueve o diez años, al verlo por primera vez. Él estaba parado frente a mi cama, suspendido en el aire, y aunque no pude ver su rostro sabía que me miraba fijamente. No recuerdo haber escuchado nada, solo estuvo parado frente a mí. Desperté a mi madre para que lo viera, pero ella no pudo verlo. Aunque el momento fue corto y no escuché ni una sola palabra, sabía que me estaba observando detenidamente, como queriéndome decir: «Tengo planes para tu vida, siempre estaré contigo». Con su presencia quería decirme: «No importa lo que acontezca, tienes que saber que existo y que soy la razón de tu vivir».

   Jamás olvidé ese momento. Su aparición en aquel dormitorio marcó mi vida entera. Era el niño extraño de la clase, porque cuando oíamos los coros de adoración a Dios, el único que lloraba era yo. Agachaba mi cabeza para que no me vieran, porque todos mis compañeros del colegio no percibían lo que yo sentía. Siempre fui el niño que pasaba a buscar a sus amigos por la casa, a las siete de la mañana, para que fuéramos a misa. Desde ese encuentro deseé servir al Señor, solo que oraba pidiéndole a Dios que me hiciera un misionero, porque también quería casarme. Ese encuentro con el Señor estableció los cimientos de mi vida. Me marcó.

EN SECRETO FUI FORMADO
   La Palabra dice en el Salmo 139: 13-15: «Tú creaste mis entrañas; me formaste en el vientre de mi madre. ¡Te alabo porque soy una creación admirable! ¡Tus obras son maravillosas, y esto lo sé muy bien! Mis huesos no te fueron desconocidos cuando en lo más recóndito era yo formado, cuando en lo más profundo de la tierra era yo entretejido»
 .
   Para que Dios pudiera formar cada parte de tu ser, te ocultó y allí trabajó contigo. La formación de nuestro ser es una obra maestra y perfecta, por esa razón el Señor no permitió que el vientre de la mujer fuera trasparente, para que nadie puediera ver su gran realización, por eso la oculta y no la da a conocer, ni siquiera a los padres, hasta que la obra está completa.

   Aunque la formación de un ser humano es una obra de arte, el proceso no es tan bonito como pensamos. Probablemente al verlo lo juzguemos anticipadamente, nos pondríamos nerviosos de tan solo pensar si se está formando bien cada parte del cuerpo o si tendrá los órganos completos. Sin mencionar que seguramente le haríamos todo tipo de sugerencias al Creador, incluyendo detalles sobre las facciones y características de la familia. Tal vez piensas que soy exagerado, pero no es así. Recuerda cuántos problemas tuviste con la simple decisión del nombre de tus hijos. Todo el mundo opina y sugiere. Creo que finalmente ocultar la obra durante la gestación es la mejor decisión, de lo contrario no la dejaríamos concluir.

   Dios te ha creado de una forma muy particular. Eres único. No hay feos o bonitos, solo piezas únicas. Mírate, no hay otro como tú. Incluso los gemelos tienen algo que los diferencia. Las huellas digitales, por ejemplo, no existen dos iguales. La próxima vez que te mires al espejo aprecia la obra única que se refleja en él. Además, para Dios todos somos perfectos, por eso podemos decir: «Formidables son sus obras».

   Es un buen momento para meditar en una enseñanza que puede cambiar tu vida por completo. Mucho de lo que somos tiene que ver con la forma en que fuimos concebidos.

   Durante la Segunda Guerra Mundial muchas personas fueron engendradas fuera del matrimonio. Hombres y mujeres norteamericanos viajaron a Europa como parte del ejército aliado y tuvieron romances que dejaron fruto. Miles de mujeres concibieron hijos fuera del matrimonio, y la consecuencia fue que nacieron muchos niños sin padre. Las personas que se quedaron solas en casa vivieron situaciones similares. Entonces se originó una generación huérfana y desorientada, que al crecer se rebeló contra sus padres y su vida irresponsable. La sociedad enfrentó serios problemas de identidad, se incrementó el índice de abandono del hogar, la unión libre sin compromiso y el consumo de drogas.

   Te preguntarás qué hace esta historia en este libro que trata sobre el Espíritu Santo, su persona y su poder. Pero también deberías preguntarte qué pasaría si el poder de Dios, capaz de resucitar muertos, descansara sobre una persona cuyo corazón todavía tiene heridas del pasado y no ha perdonado el hecho de cómo fue engendrado o por quién. El Señor está interesado en que tu corazón esté sano, en vez de que andes por allí, de un lado al otro, con el poder de Dios sobre tu vida, pero lastimado. Él quiere ungirte, transformarte, pero también quiere sanarte. Es tiempo de meditar en esto y comprender que Dios te ama y que dio a su Hijo por ti sin importar de dónde vienes. Dios tiene un futuro para tu vida.

   Quizás eres hijo de una madre soltera, producto de un embarazo no deseado que obligó a la formación de un matrimonio. Tal vez eres fruto de una violación. O quizás no conoces a uno de tus padres o sabes que tiene otra familia. Cualquiera que sea el caso podrías cuestionar la razón de tu vida e incluso renegar diciendo que no pediste nacer. Todo esto podría detener tu potencial y limitar tus logros, pero déjame aclararte que la circunstancia de tu nacimiento es irrelevante, lo importante es convencerte de que Dios te dio la vida porque eres valioso para él. Por eso metió su mano dentro del vientre de tu madre y con mucho amor y delicadeza te formó, sin tomar en cuenta quién te engendró, dónde o cómo.
De ahora en adelante no te lamentes más, aprecia tu vida, porque eres único. No puedes hacer nada por tu pasado, pero sí por tu futuro. Naciste porque Dios tiene hermosos planes para ti.

UN VIENTRE ESPIRITUAL
   También existe una especie de vientre espiritual para quienes son formados espiritualmente. Cuando el Señor nos recomienda orar, dice que entremos a nuestro aposento y cerremos la puerta porque en lo oculto nos va a formar. Ese huerto de oración es como el vientre de nuestra madre, donde el Señor trabaja con nosotros. Él descubre nuestro corazón y nos revela lo que desea cambiar.

   Un día el Señor me preguntó: «¿Sabes por qué pido que cierres la puerta cuando oras?». Esa misma pregunta puede rondar la cabeza de muchos, y la respuesta es sencilla. Él quiere formarte a solas, desea hablarte sobre todo lo bueno que haces y lo que debes mejorar. No acepta intervención o las sugerencias de nadie, porque es un asunto privado entre el Creador y su criatura, entre un Padre y su hijo a quien desea corregir sin avergonzar, tal como hacemos nosotros con los nuestros.

   En el libro del Apocalipsis, cuando le habla a cada una de las iglesias, las alaba por las cosas buenas que tienen y luego las reprende diciendo: «Sin embargo, tengo en tu contra que has abandonado tu primer amor. ¡Recuerda de dónde has caído! Arrepiéntete y vuelve a practicar las obras que hacías al principio» (2:4-5). Algo así sucede cuando te llama a estar en secreto con él. De una manera muy dulce te corrige y te forma, sin dejar de reconocer lo bueno que tienes.

   Recuerdo una ocasión cuando llamé a uno de mis hijos para que viniera a mi habitación a fin de corregirlo y dejé abierta la puerta. Mi otro hijo apareció para ver qué tipo de castigo le iba a dar. En ese momento me di cuenta que no era un asunto del hermano, sino uno entre padre e hijo. Entonces le dije al que estaba observando: «No es asunto tuyo. Cierra la puerta, vete de aquí. Voy hablar con tu hermano.

   Sin embargo, no siempre que cerramos la puerta es para corregir a alguien. Las cosas más hermosas entre esposo y esposa suceden a puertas cerradas. Es cuando podemos tener intimidad. Y aunque eso no implica ningún pecado, y a través de ese acto hemos engendrado a nuestros hijos, tampoco quiere decir que podemos invitarlos a ellos para que lo presencien. De igual forma las cosas más hermosas entre Dios Padre y sus hijos ocurren a puerta cerrada. Recuerda, cuando Dios te llama para que estés en secreto con él, no necesariamente es para reprendernos, sino también para formarnos y amarnos.

   La oración en grupo es muy buena, pero nunca sustituirá a la oración individual e íntima, porque ese es el momento de comunión con tu Padre. Su enseñanza sobre la oración nos indica que debemos cerrar la puerta y disponernos a hablar cara a cara con él. Es similar a las situaciones dentro del matrimonio. Cuando estás convesando con tu esposa no permites que tus hijos interrumpan. Les pides que los dejen a solas para resolver asuntos pendientes. A puerta cerrada arreglas cuentas y dejas que el Señor transforme tu corazón.

   Mi esposa Sonia y yo tenemos muchos años de casados y nuestra relación es magnífica. Hemos respetado mutuamente nuestro espacio y tiempo con Dios. Cada quien ora a solas porque sabemos que nuestra comunicación con el Señor es íntima y personal. Las veces que más quebrantada la he visto han sido cuando oraba a solas con su Padre Celestial.

   La primera opción de Dios nunca será enviarte a un profeta que te reprenda y avergüence frente a otros. incluso para corregir a alguien en la iglesia, la última opción que recomienda el apóstol Pablo es la reprensión pública. No temas ser formado por Dios. Él te ama y sabe muy bien cómo formarte.

LA TRANSFORMACiÓN SIGUE A LA CONFRONTACiÓN
   Las revelaciones más importantes de mi vida han ocurrido en la intimidad de la oración. Es allí donde he recibido la Palabra que ha producido los resultados que hoy ves en el ministerio. Mucha de esa Palabra se inició con una confrontación. Allí fue donde el Señor cuestionó mi fe incapaz de comprar un buen par de zapatos sin afán. Si no podía creer para algo tan sencillo como lo material, menos tendría fe para ver algo más grande como su gloria.

   Cuando le pedí que me llevara a un mover de milagros le dije: «Señor, si hubiera estado vivo durante tu ministerio en la tierra y hubiera presenciado tus milagros, sería más fácil creer en ellos». Entonces, allí en lo secreto, dulcemente me respondió: «Carlos, si hubieras vivido en esos tiempos te hubieras perdido, porque tienes muy buenos modales para seguir a un hombre que escupe a otros».

   Su respuesta me impactó y medité mucho al respecto. Tuve que reconocer que en ocasiones Jesús hizo cosas como escupir en el suelo y hacer lodo para poner en los ojos de un ciego, escupir en los ojos de otros, o poner saliva en la boca de un sordo y tartamudo. Si no hubiera escapado corriendo escandalizado, seguro mi madre me hubiera pedido que no me relacionara con un carpintero que escupía a la gente. Mis buenos modales hubieran competido con mi fe, incluso en ese momento sucedió, pero el Espíritu Santo estuvo allí para corregirme en lo secreto de mi oración.

   También en lo oculto me enseñó que debía anular mi presencia para ver la suya. Fue precisamente en esos momentos en la soledad de la alcoba cuando Dios ha trasformando mi vida para poder hacer reposar su preciosa unción sobre mí. Así fue como comprendí que antes de la unción se experimenta la confrontación.

   El Salmo 51:6 dice: «Yo sé que tú amas la verdad en lo íntimo; en lo secreto me has enseñado sabiduría». Él tiene intimidad con los que le temen, es decir, con los que lo respetan. Es cierto que en la multitud de consejeros hay sabiduría, pero, ¿cómo acudir  a ellos si antes no buscamos a Dios en lo secreto para que nos haga comprender su sabiduría?Solo delante del Señor puedes convertirte en sabio.

   En otra ocasión estaba en la sala de mi casa adorándole y buscando su voluntad para la iglesia que pastoreo, cuando de pronto vi una silueta frente a mí y sentí su presencia. Me habló y me ordenó que comprara el terreno donde construimos el primer templo propio. De inmediato desapareció. ¡Cómo hubiera deseado que se quedara un momento más para explicarle que no tenía dinero y que me estaba pidiendo algo imposible! En ese momento no comprendí, pero le dije que obedecería. Este fue un desafío que personalmente me cambió y llevó a nuestro ministerio a otro nivel.

   Recuerdo que también fue en lo íntimo y secreto que el Señor me hizo la siguiente pregunta: «¿Cuánto estarías dispuesto a pagar por mostrar mi gloria a las naciones?». Le respondí: «Lo que fuera necesario». De inmediato comencé a buscar la mejor forma de preguntarle a mi esposa Sonia si podíamos vender la que en aquel tiempo era nuestra nueva casa. Nos había costado once años de ahorros, absteniéndonos de cualquier gasto para poder construirla. Cuando me casé le había prometido a Sonia que si tenía paciencia le construiría una casa libre de deudas. Pero ahora quería proponerle que la vendiéramos para invertir en realizar Noches de Gloria en otros países. Una noche me armé de valor y se lo propuse, y su respuesta fue una sorpresa para mí: «Si es para que más gente sea bendecida, puedes venderla)). De esta forma comenzaron nuestras reuniones internacionales de milagros en estadios y coliseos. Fue entonces cuando el Señor me reveló que él usa a quienes están dispuestos a pagar, ya que son los que tienen el carácter semejante al suyo.

   El ministerio por televisión comenzó de forma similar. Yo sabía que el Espíritu Santo quería hablarme al respecto, pero lo evadía por razones personales. La verdad es que no quería hacer televisión, porque no soy de las personas a las que les gusta salir en todas partes, pues soy más tímido de lo que parezco. También sabía que salir en televisión me haría una persona pública, y esto tiene sus implicaciones y sus incomodidades, con las cuales, por amor a Dios y a la gente, hemos aprendido a convivir. Me negaba a hacer televisión y por lo tanto no quería hablarle, sabía que iba a tocar el tema. Aunque no lo creas, dejé de orar por un tiempo, tratando de evadir la voz del Espíritu Santo.

   De pronto sucedió lo que me sospechaba pero no ocurrió como imaginaba que pasaría. Recibí una invitación para predicar en la ciudad de Laredo, Texas, en Estados Unidos. No era una reunión grande, sino pequeña, y el Señor me guió a aceptar la invitación. Preparé junto a mi esposa todas las cosas para nuestro viaje, pero el avión que tomamos nos dejó en otra ciudad. Una colaboradora de la iglesia que nos invitó nos fue a recoger y nos transportó en su auto desde el aeropuerto hasta la ciudad de Laredo. Yo me sentía muy cansado, y mi esposa, muy amablemente, me cedió el lugar de adelante para que pudiera recostarme. Entonces esta mujer encendió el equipo de sonido y puso música instrumental de fondo, queriendo colaborar con mi descanso. Para mi sorpresa empezó a sonar el himno Pescador de hombres, que solía cantar cuando era niño. La letra dice más o menos así: «Señor, me has mirado a los ojos. Sonriendo has dicho mi nombre. En la arena he dejado mi barca. Junto a ti, buscaré otro mar>.

   En ese momento empecé a llorar como un niño y su voz me dijo: «Carlos, quiero que entres a la televisión, Levanté mis manos y le dije que estaba bien. Inmediatamente me dijo: ¿Ves que solo necesito unos segundos para seducirte?, y llorando respondí: Así es Señor, por eso no quería hablar contigo. Tal vez todas estas cosas te parezcan imposibles o extrañas, pero los resultados de lo que cuento son visibles y pueden comprobarse. Somos formados en lo secreto, durante los momentos de intimidad con Dios, cuando conversa con aquellos que le buscan con un corazón sincero y puro. Él se revela a quien le anhela. No te rindas, insiste delante de su trono, quizás nunca le vayas a ver físicamente u oír, pero estoy seguro que hablará a tu espíritu y te transformará.

EL PODER DE LA TRANSFORMACIÓN
   El Salmo 51 :7-11 continúa alimentándonos: «Purifícame con hisopo, y quedaré limpio; lávame, y quedaré más blanco que la nieve. Anúnciame gozo y alegría; infunde gozo en estos huesos que has quebrantado. Aparta tu rostro de mis pecados y borra toda mi maldad. Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva la firmeza de mi espíritu. No me alejes de tu presencia ni me quites tu santo Espíritu».

   El escritor primero habla sobre la intimidad y lo secreto para luego clamar por una trasformación. David comprendió el balance, ya que cargando su pecado le pide al Señor que cambie su vida y le haga oír gozo y alegría. Dios no quería confrontarlo para condenarlo, sino para sacarlo adelante. Lo mismo hace contigo, te exhorta, saca a la luz tus pecados para liberarte de ellos. David tampoco se condena a sí mismo. Pedía que el Señor apartara el rostro de sus pecados, pero sin quitarle la bendición de su Santo Espíritu, porque sin él estaba perdido.

   El Salmo 51: 12-13 sigue diciendo: «Devuélveme la alegría de tu salvación; que un espíritu obediente me sostenga. Así enseñaré a los transgresores tus caminos, y los pecadores se volverán a ti».

   Este texto habla de ser usado para hacer volver a las personas a Dios. El hombre que no
quiere entrar en la presencia de Dios para ser descubierto, corregido y transformado, no podrá ser usado para transformar a otros. Quien desea alcanzar el balance que guardaba David es el que puede hablarle a otros para que corrijan su vida, porque la suya ya ha sido corregida.

   Si ese es tu deseo, ora conmigo: <<Señor, cambia mi corazón. Dame un espíritu noble que me sustente. Dame un corazón nuevo, un espíritu recto, ven a renovarme para que pueda ayudar a otros a que te conozcan».

   La transformación de tu familia empieza por la transformación de tu vida. Alguien sabiamente dijo que nadie puede hablarle de Dios a la gente sin antes hablarle de la gente a Dios. Debemos entrar al trono de la gracia para que Dios nos transforme y nos renueve. Debemos ir delante de su presencia y decirle: <<Señor, tú conoces mis pensamientos, sabes que soy un hombre inmaduro, que reniego, me autojustifico y busco excusas para todo. Cámbiame, transfórmame»
.
   No es posible que cristianos nacidos de nuevo y con edad suficiente para comportarse como es debido, actúen en forma inmadura y caprichosa. Hay algunos que desean posiciones de liderazgo y lloran como bebés cuando no obtienen reconocimiento. Ese tipo de comportamiento debe cambiar, pero solamente Dios y su santa presencia pueden lograrlo. Si vas delante de él a contemplar su gloria, seguramente tratará el tema contigo con tanto amor y cuidado que hasta se sentirá agradable cuando te dé una palabra dura.

   Déjame decirte que todo eso que sientes dentro de ti no es sino sed de Dios. Tu alma tiene sed del Dios vivo, no de una liturgia religiosa, de un determinado orden de culto o de un estudio sobre teología. Lo que en verdad tienes es una intensa sed de Dios. Acércate a él y bebe todo lo que necesitas.

   Las mejores Noches de Gloria se viven delante del Dios vivo. No dependas de un gran evento con un grupo musical o de un adorador. No esperes que te convoquen a una vigilia de oración. Vive tus propios momentos ante el Señor. Siempre recuerda que la clave de la vida pública es la vida privada. Si deseas éxito en público, busca primero el éxito privado delante de Dios. Si puedes escoger dónde ser conocido, pide que sea delante del trono de su gracia.

   Como anteriormente dijimos, cuando la puerta de la habitación se cierra es para tener intimidad matrimonial. No es pecado que así sea, sin embargo, cierras la puerta porque algo íntimo va a ocurrir. Sabes que es tiempo de miradas profundas, suaves y tiernas caricias, palabras silenciosas pero cargadas de amor.

   Los consejeros matrimoniales aseguran que las parejas con una vida íntima feliz reflejan esa satisfacción en público. Lo mismo sucede con Dios y la oración en secreto. Cuando te pide que cierres la puerta es porque espiritualmente están por suceder momentos gloriosos. Contemplarás la hermosura de su santidad, concebirás el llamado de tu vida y tendrás la visión exacta de lo que Dios desea que hagas. Tu corazón será quebrantado. Tu ser se llenará de gozo. La unción reposará sobre ti. Oirás su voz dulce pero firme, y lo más importante, saldrás de esa habitación más enamorado y comprometido que nunca.
Cash Luna. En honor al Espíritu Santo. Editorial vida.Miami, Florida 2010 pag. 53 a la 66

lunes, 12 de febrero de 2018

LA HISTORIA DEL CARNAVAL

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  La palabra carnaval, procede del latín “carnelevarium“, que significaba “abstenerse de la carne” y que se refería a la prohibición religiosa de consumo de carne durante la cuaresma.
   Carnaval es un significado simple "CARNE A BAAL". Como parte del rito, los adoradores debían usar mascaras, bailar y danzar alrededor del ídolo, mientras ingerían licor, hasta entrar en un frenesí, sajaban su cuerpo (como los adoradores de BAAL) durante la danza gritaban "CARNE A BAAL"(carnaval).
  Hoy en día es una tradición que forma parte de “nuestra supuesta cultura”, tradiciones de hombres que aborrece Dios, el nos dice: 
   Colosenses 2.8 Tengan cuidado. No presten atención a los que quieren engañarlos con ideas y razonamientos que parecen contener sabiduría, pero que sólo son enseñanzas humanas. Esa gente obedece a los espíritus poderosos de este mundo, y no a Cristo.
   La Biblia dice en el primer libro de Reyes 18:26,28,29, que los profetas de Baal tomaron carne de buey y le prepararon para holocausto sin poner fuego debajo, e invocaron el nombre de Baal clamando a grandes voces que descendiese y consumiere con fuego su holocausto entregado, saltando cerca del altar que habían hecho, sajándose con cuchillos y lancetas hasta chorrear la sangre sobre ellos conforme a su costumbre (igual a tradición) con gritos frenéticos hasta la hora de ofrecer el sacrificio, pero esperaron en vano ya que nunca descendió fuego del cielo.
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   Como veras era ofrecer CARNE A BAAL, bailando, danzas, bullicio, saltos de bailarines, y pactos con Satanás con sangre (no te parece familiar a lo que se vive en Carnavales, donde se da rienda suelta a los placeres y deseos de la CARNE); la carne de buey que se menciona en las escrituras tiene un significado espiritual para nuestros días, que es sinónimo a nuestros pecados (Carne=Pecados).
   En la Edad media, tan inflexible en los ayunos, abstinencias y cuaresmas, y con persecuciones a quienes no respetaban las normas religiosas, sin embargo, renació el carnaval y se continuó la tradición hasta la actualidad en muchos lugares del mundo.
   En esta época, se celebraba con juegos, banquetes, bailes y diversiones en general, con mucha comida y mucha bebida, con el objeto de enfrentar la abstinencia con el cuerpo bien fortalecido y preparado.
   En la España de la época de la Conquista y la Colonia ya era costumbre durante el reinado de los Reyes Católicos disfrazarse en determinados días con el fin de gastar bromas en los lugares públicos. Más tarde, en 1523, Carlos I dictó una ley prohibiendo las máscaras y enmascarados. Del mismo modo, Felipe II también llevó a cabo una prohibición sobre máscaras. Fue Felipe IV, quien restauró el esplendor de las máscaras.
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   Hoy en día, hay lugares que por sus festejos tradicionales y espectaculares atraen al turista y al amante de las costumbres de cada sitio, como lo son el Carnaval de Río, el de Santa Cruz de Tenerife, el de Oruro en Bolivia, el de Corrientes en Argentina y el de República Dominicana, con sus distintas expresiones, desde el Vegano hasta el de Santo Domingo. Se celebra en los distintos lugares de formas similares, pues siempre se presencian desfiles de carrozas, comparsas formadas 
El Carnaval y la iglesia católica.
   La Iglesia Católica, impuso un sistema religioso después del carnaval, el Miércoles de Ceniza, y comienzo de la cuaresma, una abstención de carne de res. La Biblia no prohíbe ni incita a caer en religiones humanas, uno puede y debe comer carne de vaca, y también dedicar tiempo para adorar a Dios.
   Por lo general, en muchos lugares se celebra durante tres días, y se los designa con el nombre de carnestolendas, y son los tres días anteriores al Miércoles de Ceniza, que es el día en que comienza la cuaresma en el Calendario Cristiano.
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  Hay países en que se comienza la celebración del carnaval en distintas fechas, como en algunos lugares de Alemania en que se inicia el 11 del 11 a las 11 horas 11 minutos. O los hay que lo comienzan no bien termina la Epifanía, el 6 de enero. En otros lugares es tradicional comenzar el jueves anterior al Miércoles de Ceniza, y lo denominan Jueves Graso, como sucede en Italia (por grupos de máscaras o bailarines vestidos con un mismo estilo que caracteriza a cada una de ellas, máscaras representando a distintos personajes reales o alegóricos, así como bailes de disfraces y diversión con cotillón, típico de esta fecha).
El carnaval y el cristiano.
   Un carnaval del culto al dios momo. La palabra Momo significa gesto, figura o mofa ridícula, entonces es la representación de la burla y el desorden.El origen del termino "MOMO" es probablemente MOLOC, este es el nombre de una divinidad pagana adorada por los AMONITAS, era su dios nacional. También los israelitas introdujeron este culto, después de establecerse en Palestina.Los sacerdotes de MOLOC, construyeron un ídolo o estatua hueca de bronce que tenia un cuerpo de hombre, y cabeza de becerro, con cuernos; dentro de esta estatua encendían un fuego en el cual ofrecían sacrificios humanos, especialmente niños, que eran arrojados vivos al fuego. 
   Sus fiestas son cargadas de excesos, placer, erotismo, lujuría y por eso no debe ser practicado por el creyente en Cristo. Ni un carnaval salvaje al echar agua y otras cosas sucias al prójimo, sino se debe respetar a las personas y más bien aprovechar el tiempo para dedicar el tiempo en familia y reflexionar en esta frase: “El carnaval del mundo engaña tanto a la gente, que aquí se aprende a reír con llanto y llorar a carcajadas”.
   Sabias que uno de los nombres más de Satanás según la Biblia es Baal-Zebub, que en Hebreo significa el señor de las Moscas, o también Beelzebú, en griego y significa Príncipe de los demonios; o también como una alteración de Baal-Zebul, en Hebreo significa Príncipe Baal; Debes saber que Dios castiga a todo aquel que lo adora o consulta, ¿sabías que tú sin saberlo has hecho lo que Dios castiga?, te preguntaras ¿de cómo o cuando lo hiciste?, te lo explicare.
   La Biblia dice “Manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios” (Gál. 5:19-21).
   Todo lo mencionado se practica aún mas en esta fiesta, y Dios dice que el que practique alguna de ellas no heredara el reino de Dios (1 Cor. 6:9-10) y eso significa que no irán al cielo, su fin será el infierno, ya que nada inmundo o impuro entrara en el reino de los cielos, ya que los que practican estas cosas están pecando y todo “… el que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo. (1 Juan 3:8) por ello Él te dice: pueblo mío apartaos de estas cosas, y desea enseñarte la verdad, porque su pueblo perece a falta de conocimiento, porque erráis ignorando las escrituras y el poder de Dios (Mat. 22:29)
¡NO TE DEJES ENGAÑAR MÁS¡ 
   El Carnaval es darle Carne a Baal, con disfraz de Tradición, Cristianismo, Folklore palabra inglesa que significa “ciencia del pueblo” aquello que va en contra los mandamientos que nos da la ciencia de Dios; es decir su palabra que esta en la Biblia de principio a fin.
   Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.
   Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios.( Ro. 8:5-8)
   Por tanto, no podemos decir que creemos en Dios y a la vez practicamos las costumbres y tradiciones de hombres que no van conforme a los mandamientos de Dios, por eso nos dice: “Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciara al otro.
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No podéis servir a Dios y a Mammón (Baal)
Mateo 6:24. Ningún esclavo puede trabajar al mismo tiempo para dos amos, porque siempre obedecerá o amará a uno más que al otro. Del mismo modo, tampoco ustedes pueden servir al mismo tiempo a Dios y a las riquezas..
Tito 1:16 Dicen que conocen a Dios pero, cuando vemos el mal que hacen, sabemos que eso no es cierto. Son odiosos y desobedientes, incapaces de hacer algo bueno. 
Mateo 15:6 ya no ha de honrar a su padre o a su madre. Así habéis invalidado el mandamiento de Dios por vuestra tradición.
   Piensa y constata tu mismo leyendo la Palabra de Dios, en ninguna parte de ella, Dios en Cristo Jesús ordena esta fiesta de borracheras, bailes, disfraces satánicos y provocativos que muestran claramente a quien se adora (al diablo). Allí, hay sexo ilícito y desenfrenado, sensualidad, orgías, adulterios, drogas, al igual que en otras fiestas que se festejan alegando su valides a la tradición, pero ¿TRADICION de Dios, porque lo avala la religión popular?
¡DE NINGUNA MANERA!...es tradición de hombres.
  Todo esto está totalmente alejado de lo que Dios desea de todo aquel que realmente cree en ÉL.

   Todas estas practicas deben ser ERRADICADAS DE NUESTRA VIDA, por el hecho que la mayoría lo practica no significa que sea lo correcto, que no te importe que dirán los demás o porque los demás lo practican tu también, es mejor agradar a Dios que a los hombres, ya que el hombre no puede condenar ni castigar tu Alma, es Dios quien lo hace, si llevas una vida a espaldas de él.
   ¿Qué es primero? ¿tu salvación o tu perdición?, ¿El cielo o el infierno?, ahora aún tienes oportunidad mientras tienes vida, ya que después de muerto ya no hay marcha atrás.
Dios te ama, por eso te orienta , guía y corrige con la Palabra. Bendiciones.