sábado, 31 de enero de 2015

SANIDAD INTERIOR Y LIBERACIÒN

   
   Cuando alguien conoce a Jesús como Señor y Salvador personal, viene a ser un hijo de Dios, lavado con su sangre, y que si muere, irá directamente al cielo. Este hecho no significa que el creyente ya es totalmente libre y que todos sus problemas se hayan terminado. Hay creyentes que tienen muchas ataduras del pasado, tales como: heridas, amarguras y complejos. La primera pregunta que viene a la mente es, ¿por qué si somos creyentes aún arrastramos con cosas del pasado? La razón es, que lo que nació de nuevo fue nuestro espíritu, pero nuestra alma tiene que ser renovada y transformada; por tanto, es en esta área donde necesitamos liberación y sanidad interior.

¿Cuál es el proceso?
   El proceso consiste en exteriorizar situaciones, confesar pecados personales y de nuestros antepasados, renunciar y romper los poderes ocultos y reafirmar la fe en Dios y en su poder para liberarnos. En este proceso, se reclama la restauración del alma, sanidad espiritual, bienestar y paz interna. En muchos casos, la sanidad de los padecimientos físicos que se originan en el espíritu son también sanados.

La tricotomía del hombre
   El hombre es un espíritu que tiene un alma y está dentro de un cuerpo físico. Cada una de estas partes tiene divisiones, las cuales vamos a estudiar muy cuidadosamente.
   Espíritu: Es el hombre interior, es la parte inmaterial o invisible del ser humano; y es la naturaleza espiritual del hombre la que le da la capacidad de comunicarse con Dios y que, a su vez, se divide en tres partes: comunión, intuición y conciencia.
«Lámpara de Jehová es el espíritu del hombre, la cual escudriña lo más profundo del corazón». Proverbios 20.27
Comunión: es el medio por el cual nos comunicamos con Dios y desarrollamos relación íntima con Él.
Intuición: Es el testimonio interior por medio del cual el Espíritu Santo nos guía y nos habla. Es el conocimiento inmediato de una verdad sin la participación del razonamiento.
«Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis
 recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios».
Romanos 8.14-16
Conciencia: Es el medio que nos permite distinguir entre el bien y el mal. La conciencia es el instrumento que Dios utiliza para guiarnos y para que podamos escoger correctamente.
«Verdad digo en Cristo, no miento, y mi conciencia me da testimonio en el Espíritu Santo». Romanos 9.1
Alma: Es el asiento de la voluntad, de las emociones y de la mente. Ésta es la parte del creyente que no nace de nuevo, sino que necesita ser renovada y transformada. Más adelante, en este capítulo, estudiaremos detalladamente la voluntad, las emociones y la mente, pero antes es necesario conocer a fondo cómo opera nuestra alma.
«Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos». Santiago 1.22
   Cuando nacemos de nuevo, la obra de Cristo en nuestro espíritu es perfecta. Somos hijos de Dios, vamos al cielo, nuestro nombre está escrito en el libro de la vida, pero nuestra alma no es cambiada. Ahora bien, como nuestra alma (voluntad, emociones y mente) no nació de nuevo, surge una pregunta: ¿Qué hacemos con el alma? El alma necesita dos cosas: ser renovada y ser transformada.
 «Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno». Romanos 12.1-3 
   Por esa razón, hay muchos creyentes que todavía tienen heridas emocionales, malos pensamientos y deseos de no hacer la voluntad de Dios; esta última viene siendo rebeldía.
Muchas personas se confunden porque no saben con certeza si han nacido de nuevo, porque aún arrastran cosas del pasado que no han podido vencer. Realmente, lo que necesitan es renovar su alma, y esto se logra a través de la Palabra de Dios, la sanidad interior y la liberación. La mayor parte de los problemas de un creyente están en su alma, es decir, en su voluntad, en sus emociones y en su mente.
El nuevo nacimiento
«Le respondió Jesús: - De cierto, de cierto te digo que el que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios. Nicodemo le preguntó: - ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre y nacer? Respondió Jesús - De cierto, de cierto te digo que el que no nace de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. Lo que nace de la carne, carne es; y lo que nace del Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije: "Os es necesario nacer de nuevo"». Juan 3.3-7
   Hay creyentes que no han entendido lo que es el nuevo nacimiento. La palabra de Dios nos enseña que cuando un cristiano recibe a Jesús como su Señor y Salvador, su espíritu nace de Nuevo, pero su alma no. La palabra de Dios enseña que el espíritu y el alma son diferentes.
«Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo». 1 Tesalonicenses 5.23
«La palabra de Dios es viva, eficaz y más cortante que toda espada de dos filos: penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón». Hebreos 4.12
¿Qué hace el nuevo nacimiento en nuestro espíritu?
«Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne». Ezequiel 36.26
• Nos da la posibilidad de comunicarnos con Dios.
• Nos permite conocerlo a Él y Su voluntad.
«Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual». Colosenses 1.9
• Nos da la habilidad de ser verdaderos adoradores.
«Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren». Juan 4.23
  En conclusión, hay muchos creyentes que tienen que pasar por ese proceso con la profunda convicción de que la redención perfecta, efectuada por Jesucristo en la cruz, fue más que suficiente para libertarlos y sanarlos de las heridas del pasado.
Características del alma
  Las características del alma se comparan a las del asno. El asno es: desobediente, testarudo, voluntarioso, egoísta, jactancioso, ególatra, inseguro, rudo, exhibicionista, rebelde, orgulloso y arrogante.
   Esta naturaleza necesita ser renovada y transformada. Hay dos tipos de vida: La vida del Espíritu, que en el griego original es la palabra "zoe" y la vida del alma que es "psuke". El alma necesita ser cambiada o no vamos a poder disfrutar la vida abundante de Dios. Tenemos que aprender a tener control sobre nuestra alma. El salmista dijo:
«Bendice, alma mía a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre. Bendice, alma mía a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios. Él es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias». Salmos 103.1 3
   El alma debe estar bajo el control del espíritu renovado en Cristo.
Voluntad: es la faceta de una persona donde reside la capacidad de decidir. El ser humano es un agente moral, libre de escoger entre el bien o el mal. La Voluntad es la fuerza que abre y cierra todo acto de elección en nuestra vida, incluyendo los pensamientos, las pasiones y las emociones.
   La voluntad del hombre es el área que trabaja en conjunto con nuestra mente y emociones. Es donde se nos da la capacidad de decidir lo que queremos ser y hacer. El ser salvo o condenado no depende de Dios, sino de la persona porque es un acto de voluntad propia recibir a Cristo o rechazarlo. Es con la voluntad que el hombre decide rechazar, recibir, escoger o desechar algo, y esto incluye los pensamientos, las pasiones y las emociones.
    El hombre tiene una voluntad soberana para escoger hacer lo bueno o lo malo. El hombre decide servir a Dios o al diablo. Dios no tiene prisiones en el cielo; por eso, es tan importante tratar con nuestra vieja voluntad para hacer lo que a Dios le agrada.
    Con la voluntad, el hombre se va formando según lo que piensa y según su vivencia en el ambiente donde se desarrolla, emocional y culturalmente. Todo esto determina lo que el hombre será. El hombre no regenerado, siempre se inclinará a pecar contra Dios.
Por ejemplo, la desobediencia es un acto de nuestra propia voluntad. La palabra de Dios dice: "el alma que pecare ciertamente morirá". ¿Por qué muchas veces nos cuesta dejar de hacer algo si somos dueños de nuestra propia voluntad? Porque la mente no renovada envía constantemente pensamientos a las emociones que no están sujetas al espíritu.            Entonces, la mente y las emociones tratan de seducir la voluntad humana. Por esta razón, el hombre no puede parar de hacer las cosas que sabe que son desagradables ante Dios.
   Dios ha puesto en la vida del hombre una barrera que Él mismo no traspasa; ésta se llama voluntad. Esta barrera tampoco la puede atravesar el enemigo. Si éste gana terreno en nuestras vidas, es porque nosotros con nuestra soberana voluntad se lo hemos permitido.

    La voluntad del hombre se divide en: decisión, intención, propósito, elección y deseo. Es allí donde se originan las decisiones, las intenciones, los propósitos, y los deseos. Hacer siempre lo que queremos es la esencia de la rebelión. Cuando un creyente no renueva su voluntad, siempre va a querer satisfacer los deseos de la carne.
¿Cómo lidiamos con nuestra voluntad?
• Rindiéndola
• Quebrantándola
• Vaciándola y llenándola con la voluntad de Dios
¿Cómo rendimos nuestra voluntad?
   La palabra de Dios habla de ciertos términos que nos enseñan que el rendir nuestra voluntad es un acto de elección. La Escritura usa términos, tales como:
Renunciar - Esta palabra significa: "estar muerto a"
Despojarse - Esto alude a deshacerse de algo malo, como lo es el viejo hombre.
«En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestios del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad». Efesios 4.22-24
Quitarse

«Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería, y maledicencia, y toda malicia». Efesios 4.31
• Hacer morir
«Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia que es idolatría». Colosenses 3.5
   Recuerde que Dios no nos obliga a hacer ninguna de estas cosas. Somos nosotros los que tenemos que tomar la iniciativa de renunciar a las áreas de nuestra vida que no le agradan a Dios. Tenemos que hacer morir lo malo, quitar de nosotros todo aquello que nos impide el crecimiento espiritual.
   Desde hoy, empiece a renunciar a la amargura, a la ira, al pasado y a los deseos de la carne. Cuando el ser humano está decidido a hacer la voluntad perfecta de Dios, todas sus promesas serán un sí y ¡amén!
¿Cómo se quebranta la voluntad?
   Nuestra voluntad es quebrantada cuando Dios nos disciplina y nos castiga como un Padre a su hijo en su amor. A esto, también le podemos llamar el método de "la trituración".

«Porque así dijo el alto y sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados». Isaías 57.15
La voluntad de Dios la podemos conocer y cumplir de tres maneras:
• Por iluminación. La entendemos y la hacemos.
• Por revelación. Nos es dada a conocer y la cumplimos.
• Por trituración. La trituración tiene que ver con las circunstancias dolorosas que Dios permite en nuestras vidas, las cuales utiliza para enseñarnos a cambiar.
Recuerde que el mayor obstáculo en nuestra vida para hacer la voluntad de Dios es nuestra propia voluntad, nuestro "yo".
¿Cómo vaciar nuestra voluntad?
   La renovación de nuestra mente por medio de la Palabra de Dios va a producir un deseo, y como ya sabemos, los deseos se encuentran en la voluntad. Cuando nuestra mente empieza a ser renovada, comenzamos a sentirnos bien haciendo la voluntad de Dios.
«Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo». Filipenses 1.6

Cuando esto ocurre, podemos decir lo que dijeron los apóstoles Juan y Pablo:
«Es necesario que Él crezca y que yo mengüe». Juan 3.30
«Y no vivo yo, mas Cristo vive en mí». Gálatas 2.20
   El sometimiento de nuestra voluntad va a ser un sacrificio a Dios y, entonces, podremos comprobar o experimentar personalmente la transformación continua en nuestra vida.
«Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día». 2 Corintios 4.16
   Busquemos a Dios con responsabilidad y automáticamente encontraremos su voluntad en nuestra vida. Las emociones son la parte del hombre, donde se envuelven los sentimientos y afectos.
   Hay varias emociones negativas, tales como: tristeza, ira, vergüenza, dolor, miedo, celo, confusión y odio. De la misma manera, hay emociones positivas y éstas son: amor y gozo. Las emociones están en la vista, el gusto, el tacto, el olfato y el oído.
   La realidad de las emociones.
    Jesucristo, realmente enfrentó todas las emociones y los sentimientos de la vida humana y lo hizo para proveernos de recursos con el fin de que pudiéramos controlarlas.
   La persona que vive motivada solamente por sus sentimientos restará valor e importancia a todos los principios bíblicos.
«Pero pida con fe, no dudando nada; porque él que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra». Santiago 1.6
   Una tristeza intensa va seguida de un gran gozo y júbilo. Una depresión viene después de un gran entusiasmo. En el caso de Elias, fue así: él se sintió desanimado después de cortarle la cabeza a los profetas de Baal. Es posible que el ascenso y el descenso
de las emociones no sólo descalifiquen a un creyente para andar en el espíritu, sino que también lo empujen a andar en la carne. Cuando el espíritu comience a dirigir la vida del
hombre, las emociones se controlarán. Como consecuencia, el silencio total de las emociones es una condición para poder caminar en el espíritu.
Inspiración y emoción
   La inspiración es impartida por el Espíritu Santo y no necesita ningún estímulo externo para funcionar. La inspiración nace de nuestro interior. Las emociones son impartidas por circunstancias externas y se marchitan sin la ayuda de éstas.
   Un creyente, que en un momento se siente en el tercer cielo por algo que le ocurrió y en otro momento se deprime, está siendo controlado por sus emociones.
¿Cómo las emociones afectan nuestra vida?
1. Influyen en nuestras relaciones con otros. Nosotros somos el producto de nuestras experiencias pasadas, y nuestras reacciones surgen de acuerdo a las heridas que hemos experimentado en el pasado.
   Por ejemplo, una mujer que fue abusada por su esposo va a estar siempre a la defensiva en cualquier otra relación. Otro caso sería el de una persona que tiene raíz de rechazo que le impide manifestar sus emociones y, como consecuencia, se crea una baja estima.
2. Serán un obstáculo para nuestra fe.
   Si nos dejamos guiar por las emociones, será muy difícil creer la palabra de Dios. Siempre vamos a querer ver primero para después creer. Los creyentes debemos caminar por convicción y no por emoción. Las heridas emocionales impiden entregarse al cuerpo de Cristo efectivamente y convivir en amor sin temor a ser rechazado. Las heridas del pasado están dañando su presente y su felicidad.

«Porque por fe andamos, no por vista». 2 Corintios 5.7
«Pero Tomás, uno de los doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús vino. Le dijeron, pues, los otros discípulos: Al Señor hemos visto. Él les dijo: Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré». Juan 20.24, 25
Mecanismos de defensa que utilizamos cuando estamos heridos.
Muchos creyentes que han sido heridos, esconden el dolor en lo profundo y evitan por todos los medios hablar de ello. Otros usan mecanismos de defensa, tales como:
• Proyectar rechazo: Este caso se da cuando la persona siente y muestra un rechazo a reconocer que ha sido herida, prefiere negarlo (rechazar la idea) antes que enfrentarse con ella y hacer algo para sanarse.
• Autojustificación: Es un mecanismo de defensa utilizado por la persona herida cuando se siente incapaz de aceptar la responsabilidad que le corresponde sobre sus actos. Prefiere poner cualquier excusa, por más inverosímil que sea, antes que reconocer que algo no está bien en su vida.

• Aislamiento: Esto sucede cuando la persona herida decide apartarse del resto, rechazando toda posibilidad de ayuda, y prefiriendo de esta manera, permanecer aferrado a sus heridas.
¿Cómo lidiar con las emociones heridas?
1. Enfrentando la verdad.
   Muchas veces, confrontar la verdad es muy doloroso; pero recuerde que la puerta por donde entró el dolor, es la misma puerta por donde debe salir.
«Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres». Juan 8.32
   Las heridas escondidas, los traumas, la falta de perdón, los abusos de todo tipo y los pecados, son como una comida podrida en un refrigerador. Muchas veces, percibimos el mal olor y no sabemos de dónde viene; pero más tarde, encontramos que hay algo podrido en el refrigerador que lo está contaminando todo.
Cuando nos escondemos detrás de una puerta de dolor, tenemos que regresar por la misma puerta para ser libres; tenemos que enfrentarnos con la verdad.
2. Confesando que nos duele.

«Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho». Santiago 5.16
3. Perdonando y olvidando.
   El perdón no es un sentimiento, es una decisión. Tenemos que perdonar a aquellos que nos han ofendido.
«Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas». Marcos 11.25
4. Desarrollando dominio propio.
Tomemos una decisión firme de caminar de acuerdo al espíritu y no por emociones. "Y sobre todas las cosas, desarrollemos dominio propio".
«Digo, pues: Andad en el Espíritu y no satisfagáis los deseos de la carne». Gálatas 5.16
5. Haciendo un compromiso.
Hacer un compromiso verdadero de no vivir por emociones sino por los principios de la palabra de Dios.
6. Dando prioridad a la intuición del Espíritu Santo.

Conocimiento inmediato de la verdad que nos ofrece el Espíritu Santo sin necesidad de razonarla.
«No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas". He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz. ¿No la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad». Isaías 43.18, 19
¿Qué es la mente?
   La mente es la parte del hombre donde se encuentra la habilidad de razonar, y donde radica la habilidad de escoger. Tanto razonar como escoger son las dos características que nos diferencian de los demás seres
creados.
¿Qué hacemos con la mente?
   La mente necesita ser renovada por medio de la palabra de Dios. Antes de ser creyentes, teníamos un sinnúmero de patrones, ideologías, argumentos y formas de pensar diferentes y contrarios a la voluntad de Dios. Mas ahora que estamos en Cristo, necesitamos renovar y quitar de nuestra mente esas ideas viejas para poner los nuevos conceptos de la palabra
de Dios.
¿Cómo renovamos nuestra mente?
• Poniendo repetidamente la palabra de Dios en nuestra mente. Leyendo la Biblia, escuchando predicaciones,etcétera.
• Meditando en la palabra de Dios. Es hora de que nuestra mente se concentre sólo en esta verdad «No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento».Romanos 12.2
   La palabra renovar se compone de dos vocablos: re significa repetir; novar significa nuevo. En otras palabras, lo que está diciendo es que quiten lo viejo y repetidamente pongan algo nuevo en su mente: la palabra de Dios.
   Cuando la mente es renovada, la voluntad rendida y las emociones controladas por el Espíritu Santo, habrá una cooperación para la unificación en el ser total y, entonces, Dios hará algo nuevo.
¿Qué es el cuerpo?
   El cuerpo es el asiento de los deseos y las pasiones naturales. Es el medio que usan el espíritu y el alma para proyectarse hacia el mundo. Entonces, podemos decir que el hombre es un espíritu, que tiene un alma y que vive dentro de un cuerpo físico.
   Al haber estudiado las divisiones del hombre total: espíritu, alma y cuerpo, y habiendo reconocido que es el espíritu el que nace de nuevo, y que el alma (voluntad, emociones y mente) necesita ser renovada, entenderemos el porqué de la sanidad interior.
   Nuestra voluntad debe rendirse, vaciarse y quebrantarse para hacer la voluntad de Dios.
• Las emociones deben ser restauradas y sanadas para que no queden indefinidamente las heridas del pasado.
• La mente debe ser renovada repetidamente colocando la palabra de Dios en ella. De esta
manera, se logra efectivamente el crecimiento espiritual del ser total, alcanzando la estatura de la plenitud de Cristo a un hombre perfecto.
   En fin, los creyentes deben pasar por este proceso con la seguridad y profunda convicción de que la redención perfecta, efectuada por Jesucristo en la cruz fue más que suficiente para libertarlos y sanarlos de las heridas del pasado.

Bibliografia.
Guillermo Maldonado. Sanidad Interior y Liberación. Sexta edición 2006.
                    

martes, 27 de enero de 2015

¿YO ENDUREZCO MI CORAZÓN?

                EL CORAZÓN ENDURECIDO.

El endurecer el corazón es una decisión propia, es decir yo decido si endurezco mi corazón o no. Pero que cosas tienen que pasar para dejar de querer escuchar la voz de Dios en nuestro corazón. A continuación te las voy a enumerar:

1-. EL PECADO.

Es el principal causante, el pecado nos aísla de la voluntad de Dios, muchas veces Dios nos deja de hablar porque persistimos en el pecado y asì nuestro corazón comienza a endurecerse. Veamos un ejemplo de alguien que conocía de Dios y que a causa del pecado su comunión con Dios se rompió: Salomón
   En la palabra de Dios podemos ver que por la decisión que tomo ante Dios, fue bendecido con riqueza, sabiduría y muchas cosas mas.
1Reyes 10:21

Y todos los vasos de beber del rey Salomón eran de oro, y asimismo toda la vajilla de la casa del bosque del Líbano era de oro fino; nada de plata, porque en tiempo de Salomón no era apreciada. 

1Reyes 10:23-24

Así excedía el rey Salomón a todos los reyes de la tierra en riquezas y en sabiduría.Toda la tierra procuraba ver la cara de Salomón, para oír la sabiduría que Dios había puesto en su corazón.
   Saben en estos textos podemos ver como Dios estaba con El, Salomón tenia la bendición del todo poderoso, era un rey prospero, con la bendición de Dios, que mas podía pedir, pero le paso como a muchos que en la abundancia su corazón se endureció, tenia de mas, Dios les había puesto reglas a su pueblo y el se olvido de ellas.
1 Reyes 11:1-10
Pero el rey Salomón amó, además de la hija de Faraón, a muchas mujeres extranjeras; a las de Moab, a las de Amón, a las de Edom, a las de Sidón, y a las heteas; gentes de las cuales Jehová había dicho a los hijos de Israel: No os llegaréis a ellas, ni ellas se llegarán a vosotros; porque ciertamente harán inclinar vuestros corazones tras sus dioses. A éstas, pues, se juntó Salomón con amor.

   Y tuvo setecientas mujeres reinas y trescientas concubinas; y sus mujeres desviaron su corazón. Cuando Salomón era ya viejo, sus mujeres inclinaron su corazón tras dioses ajenos, y su corazón no era perfecto con Jehová su Dios, como el corazón de su padre David.

   Porque Salomón siguió a Astoret, diosa de los sidonios, y a Milcom, ídolo abominable de los amonitas.

   E hizo Salomón lo malo ante los ojos de Jehová, y no siguió cumplidamente a Jehová como David su padre.
   Entonces edificó Salomón un lugar alto a Quemos, ídolo abominable de Moab, en el monte que está enfrente de Jerusalén, y a Moloc, ídolo abominable de los hijos de Amón.
   Así hizo para todas sus mujeres extranjeras, las cuales quemaban incienso y ofrecían sacrificios a sus dioses.
   Y se enojó Jehová contra Salomón, por cuanto su corazón se había apartado de Jehová Dios de Israel, que se le había aparecido dos veces, y le había mandado acerca de esto, que no siguiese a dioses ajenos; mas él no guardó lo que le mandó Jehová.
¿Porque vemos a GRANDES siervos caer? Porque endurecieron su corazón.

   Las muchas mujeres de Salomón y su multiplicación de caballos, plata y oro eran violaciones a la ley de Dios en Deut. 17:16-17 

   El pecado, la abundancia puede endurecer nuestro corazón al igual que las bendiciones, cuantas veces tristemente no hemos visto a personas que son bendecidas, con un buen negocio y se olvidan de Dios, o cuando Dios los sana ya no se acuerdan de quien los sano.

Deuteronomio 15:7
   Cuando haya en medio de ti menesteroso de alguno de tus hermanos en alguna de tus ciudades, en la tierra que Jehová tu Dios te da, no endurecerás tu corazón, ni cerrarás tu mano contra tu hermano pobre.

2-. LAS PRUEBAS Y LA  DESILUCIÒN.


   Hoy en día se predica de un cristianismo color de rosa, de un cristianismo de prosperidad, de un cristianismo de pura bendición de éxito y casi nadie habla lo que Jesús dijo....
Juan 16:33
Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.

Jesús dijo que tendríamos aflicción, dijo que el mundo nos odiaría, y no me refiero a que todos estén en contra nuestra sino que como ya no somos de este mundo como ya no practicamos las cosas que hacíamos los demás no nos iban a querer.

1Pedro 4:16

pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence, sino glorifique a Dios por ello.
Este texto nos muestra que los cristianos si padecen.
1Pedro 4:19 
De modo que los que padecen según la voluntad de Dios, encomienden sus almas al fiel Creador, y hagan el bien.

   Se nos olvida enseñar esto, y cuando vienen las pruebas, los momentos difíciles por eso la gente endurece su corazón contra Dios y hasta dicen, antes me iba mejor que ahora que voy a la iglesia y se apartan no solo de la iglesia sino de Dios que es peor.

   Es cierto que a nadie nos gusta sufrir, pero hay veces que Dios usa este método para moldearnos, para moldear nuestro carácter, para sacar lo que esta sucio de nuestro corazón. Por eso están llenas las iglesias de pare de sufrir, les ofrecen algo que ni el mismo señor Jesús ofreció. Esta secta a crecido como no tienen idea vendiendo un evangelio irreal, MILAGROS, MILAGROS, MILAGROS PARE DE SUFRIR YA.
   Cuando sea probado no se enoje, glorifique a Dios, así como Daniel en el poso o sus amigos ante el rey, no nos rajemos y demos gloria a Dios. En la prueba es cuando Dios moldea y forma nuestro carácter, muchos desean ser como Jesús en el poder, en la unción pero no en el carácter.

   Hay cosas que no entendemos porque pasan y tal ves pensamos que Dios esta en nuestra contra pero no es así, Dios nos ama y el permite que nos pasen cosas en su inmensa soberanía. Durante la prueba pueden pasar dos cosas:

a-. Le damos gloria a Dios y crecemos
b-. Nos amargamos y nos apartamos de Dios.
   Que fácil es apartarse y endurecer nuestros corazones, pero es de nosotros la decisión.
Por desilusión muchos se dejan endurecer su corazón, se sienten desilusionados de Dios y se apartan o por lo menos lo dejan de amar, Irán a la iglesia pero sin la misma pasión.
   En una oportunidad, una mujer joven va a la iglesia porque deseaba con todo su corazón que su esposo dejara el vicio, la droga y se hiciera responsable de ella y sus dos hijos, como al año al ver que no pasaba nada sino que estaban empeorando las cosas decidió separarse de el y dejo de ir a la iglesia.
   Cuando la visite le pregunte que si estaba bien y ella me dijo que si pero que ya no iría mas a la iglesia porque ya no tenia a que ir, como le dije, ya no tienes a que ir, y ella me dijo no, como mi esposo cambio ya no tengo a que ir por el iba yo y al no cambiar pues ya no tengo motivos para ir a la iglesia.
   Al no ver contestada su oración se desilusiono y endureció su corazón.
Proverbios 28:14
Mas el que endurece su corazón caerá en el mal.
Bienaventurado el hombre que siempre teme a Dios.

viernes, 23 de enero de 2015

LAS BATALLAS ESPIRITUALES

   Cuando un nuevo creyente decide apartarse de la idolatría, la religiosidad y el tradicionalismo para comenzar una relación genuina conforme la biblia con  Jesucristo en su corazón. Comienza una serie de pruebas donde se ve involucrada generalmente los seres mas allegados donde estos no pierden la oportunidad de acosar, despreciar y alejarse por el giro drástico que este nuevo creyente dio a su vida “Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros. Ciertamente, de parte de ellos, Él es blasfemado, pero por vosotros es glorificado”. 1 Pedro 4:14
   En una oportunidad, uno de las hermanos que tanto  señalo al nuevo creyente, se enfermó y tuvo que ser hospitalizado por varios días. Lo lamentable de esta situación es que ninguna de las personas que lo rodeaban , querían cuidar de el durante este tiempo, todos hacían lo posible por evadir esta responsabilidad y los que iban a acompañarlo lo hacían porque ya no había otra opción, por cumplir y por formalismo, pero no de corazón.
   La mujer cristiana a la que tanto menospreciaban, Dios le ordenó ir una noche a cuidar de su hermano, debía hacerlo para  a Él y la forma correcta era dedicarse toda la noche , asistirlo y demostrarle el amor y la gran  bondad que le había sido otorgada por fe y por gracia en Cristo Jesús. Ella no lo pensó dos veces, así que se ofreció para cumplir el propósito de Dios independientemente de lo que pudiera esperarle esa noche, pues su hermano no la soportaba, pero como no eran muchos los dispuestos para cuidarlo,  no le quedó otra elección que aceptar.
   Para gloria de Dios, todo salió bien, esta cristiana pudo demostrarle a su hermano el amor, el cariño y la ternura que solamente se puede recibir y dar en Cristo Jesús y que quizá ninguno de sus otros seres queridos le pudieron manifestar. La diferencia radicó totalmente en que esta mujer actuó bajo la dirección del Espíritu Santo y no según su propia carne, de haber sido así, con certeza no habría obedecido al Señor, pues de la carne nada bueno puede salir, especialmente después de haber sido ofendida. Esa noche el Señor obró de manera sobrenatural y aquellos que habían vituperado y maltratado a esta mujer quedaron en vergüenza al ver el amor y la compasión que Cristo Jesús les estaba demostrando a través su vida. Ella fue guiada por el Espíritu y el Señor se glorificó; además, al día siguiente le dieron de alta a la abuela, fue la última noche que pasó hospitalizada gracias a la misericordia de Dios. ¡Qué hermoso obra nuestro amado Salvador!
Este ejemplo muy común en la vida diaria  deja muy claro que debemos enfrentar las batallas en el Espíritu y no en la carne, solamente de esta manera podrá ser glorificado el nombre de nuestro Señor Jesucristo. “No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos”. Zacarías 4:6 (RV1960).
No paguen a nadie mal por mal. Procuren hacer lo bueno delante de todos. Hasta donde dependa de ustedes, hagan cuanto puedan por vivir en paz con todos. Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; y si tiene sed, dale de beber; así harás que le arda la cara de vergüenza. No te dejes vencer por el mal. Al contrario, vence con el bien el mal”. Romanos 12:17-18, 20-21 (Dios Habla Hoy).
   La mejor forma de enfrentar los embates devaluativos que ejercen en nuestra contra, es con el amor, la amabilidad, la paciencia, el gozo, la humildad y el dominio propio, todo ello proveniente del Espíritu de Dios.
Han oído la ley que dice: Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo. Pero Yo digo: ¡Ama a tus enemigos! ¡Ora por los que te persiguen! De esa manera, estarás actuando como verdadero hijo de tu Padre que está en el cielo. Pues Él da la luz de su sol tanto a los malos como a los buenos y envía la lluvia sobre los justos y los injustos por igual. Si solo amas a quienes te aman, ¿qué recompensa hay por eso? Hasta los corruptos cobradores de impuestos hacen lo mismo. Si eres amable solo con tus amigos, ¿en qué te diferencias de cualquier otro? Hasta los paganos hacen lo mismo. Pero tú debes ser perfecto, así como tu Padre en el cielo es perfecto”. Mateo 5:43-48 (Nueva Traducción Viviente).
   Si queremos que nuestros seres amados se vuelvan a los pies de Cristo, debemos aprovechar cualquier oportunidad que tengamos para demostrarles cuán grande es su amor y su misericordia por cada uno de nosotros. El Señor se encargará de hacer la obra milagrosa de tocar los corazones por el poder de su Santo Espíritu y volverlos a Él para siempre, esta es la esperanza de los hijos de Dios.

jueves, 22 de enero de 2015

¡ AMAS AL MUNDO POR LO QUE ES...!

   Juan escribe en una época completamente diferente a la nuestra, sin embargo nos parece que sus palabras y exhortaciones son escritas propiamente para este Siglo XXI. Lo cierto es que estamos viviendo en un mundo donde los valores espirituales han perdido completamente su validez. Hoy el amor al mundo y sus deleites nos hacen alejarnos de Dios y de su voluntad en gran manera. Tenemos una gran lucha si queremos en medio de un mundo marcado por el pecado vencer y salir victoriosos ante lo que este nos ofrece. Bien lo dijo Pablo en su epístola a los Efesios en el capítulo 6: 13, cuando dice:“que nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”.
   Nuestra mayor lucha para mantenernos íntegros en medio de un mundo contaminado por el pecado es no amar lo que este mundo nos ofrece con tal de marcar la diferencia ante una sociedad que esta lejos de hacer la voluntad de Dios. Es por eso que:
Proposición: Amar las cosas del mundo nos es un impedimento para hacer la voluntad de Dios.
 ¿Porque no podemos amara al mundo de ninguna manera?
I. No podemos amara al mundo por lo este es. V. 15.
   Cuando Juan menciona mundo o no amar las cosas del mundo, si vamos al idioma original podemos ver que se refiere al sistema de cosas que imperan en el y que no son compatibles con la voluntad de Dios. El mundo aquí no es una referencia al orbe en el que vivimos, designa mas bien el sistema que ha creado el hombre para tratar de vivir una vida feliz sin Cristo.
“Alguien lo ha definido como el sistema de cosas donde la cultura, la educación y la sociedad toda no es compatibles con los planes de Dios”
La Voluntad de Dios es soberana, es santa, es perfecta, y solo la podemos experimentar cuando luchamos por permanecer en igual condición.
a. El mundo es la agencia donde el Diablo ejerce su poder.
El mundo actual es gobernado por Satanás. Las cosas que vemos son evidencia de un mundo envuelto en tinieblas y que niega rotundamente la existencia de Dios.
Los vicios, las enfermedades, la falta de amor y mucho mas nos muestra que el hombre esta siendo influenciado por el Diablo y sus demonios.
b. Juan nos aconseja a no amar las cosas del mundo porque el amor del mundo no es compatible con el amor de Dios.
El amor que ofrece el mundo no proviene de Dios, no es transparente, ni genuino, es mas bien sentimientos engañosos que nos llevan a apartarnos de Dios.
El amor que ofrece el mundo carece de los frutos espirituales que acompaña a este como mayor fruto.
En medio de un mundo infiel y envuelto en delitos y pecados cada uno de nosotros tenemos la responsabilidad de ser diferentes e impactar a cada persona que me rodea con el amor y el mensaje de Cristo.
II. Por lo que el mundo nos ofrece. V.16.
Tristemente lo que el mundo ofrece hoy son actitudes mundanas que nos separan completamente de Dios y su voluntad. Muchas personas piensan que la mundanalidad es totalmente una conducta externa. Eso no es totalmente cierto porque la mundanalidad comienza por el corazón Los deseos de la carne.
Son todos aquellos deseos que nuestro físico desea producto de nuestra herencia pecaminosa como el sexo, la fornicación, el adulterio, y otros.
Los deseos de los ojos.
Surge de los deseos malvados de todo cuanto vemos como las segundas miradas, la codicia, el orgullo, el obtener los bienes de otra persona, etc.
La vanagloria de la vida.
Todo lo vano que este mundo nos ofrece como fama, reconocimientos, exaltaciones al orgullo humano. Obsesión con el nivel o la importancia de uno
Lo cierto es que todos estos sentimientos pecaminosos de ninguna manera previenen del Padre, sino del mundo en que vivimos y nos desarrollamos.
Eso nos vuelve mundanos y la mundanalidad nos hace amar las cosas pasajeras y no las que permanecen.
El corazón humano nunca puede hallar satisfacción en las cosas que el mundo nos ofrece.
Precisamente esa fueron las tres esferas en las cuales Satanás tentó a Jesús en Desierto.
En contraste Dios valora el dominio propio, un espíritu generoso y un servicio humilde.
Es posible dar la impresión de que evitamos los placeres mundanos mientras todavía albergamos actitudes mundanas en nuestro corazón.
III. Por lo que el mundo será. V. 17.
El mundo será un lugar donde el hombre encontrará destrucción, un mundo que se esta desvaneciendo en sus delitos y pecados.
Las personas inteligentes no viven para un mundo que se esta desvaneciendo.
a. Es la voluntad de Dios la que nos guarda de la tentación y de todo aquello que pasa por este mundo que pueda contaminarnos.
El permanecer en las cosas de Dios nos fortalece y nos prepara para vencer todos aquellos dardos que enemigo nos tira.
b. Cuando Dios es nuestra meta y nuestro blanco esta centrado en El, en la iglesia, en su obra nada ni nadie nos podrá hacer frente, los dardos del enemigo serán tirados en vano.
Es solo andar dentro de la voluntad de Dios todos los días de nuestra vida lo que hará que no nos contaminemos con lo que este mundo nos ofrece diariamente.
Somos nosotros y tenemos esa gran responsabilidad de enseñarle al mundo un camino diferente. Dios nos ha puesto en nuestras manos esa responsabilidad un día vamos a tener que dar cuentas a Dios por todo lo que teníamos que haber hecho y no hicimos.
RESUMIENDO:
   Realmente amar las cosas del mundo y lo que este nos ofrece nos puede llevar a lo más profundo del precipicio. Cada uno de nosotros tenemos batallas que vencer en medio de una sociedad que nada a favor de la corriente alejándose cada día de Dios.
En cambio nosotros los hijos de Dios tenemos que a toda costa marcar la diferencia ante el mundo y sus deleites pero para ello tenemos que tener en cuenta lo que el mundo es, lo que el mundo nos ofrece y lo que el mundo será para poder estar preparados y preparar a otros para el día final siempre teniendo en cuenta que amar las cosas del mundo nos es un impedimento para hacer y cumplir la voluntad de Dios.