jueves, 22 de enero de 2015

¡ AMAS AL MUNDO POR LO QUE ES...!

   Juan escribe en una época completamente diferente a la nuestra, sin embargo nos parece que sus palabras y exhortaciones son escritas propiamente para este Siglo XXI. Lo cierto es que estamos viviendo en un mundo donde los valores espirituales han perdido completamente su validez. Hoy el amor al mundo y sus deleites nos hacen alejarnos de Dios y de su voluntad en gran manera. Tenemos una gran lucha si queremos en medio de un mundo marcado por el pecado vencer y salir victoriosos ante lo que este nos ofrece. Bien lo dijo Pablo en su epístola a los Efesios en el capítulo 6: 13, cuando dice:“que nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”.
   Nuestra mayor lucha para mantenernos íntegros en medio de un mundo contaminado por el pecado es no amar lo que este mundo nos ofrece con tal de marcar la diferencia ante una sociedad que esta lejos de hacer la voluntad de Dios. Es por eso que:
Proposición: Amar las cosas del mundo nos es un impedimento para hacer la voluntad de Dios.
 ¿Porque no podemos amara al mundo de ninguna manera?
I. No podemos amara al mundo por lo este es. V. 15.
   Cuando Juan menciona mundo o no amar las cosas del mundo, si vamos al idioma original podemos ver que se refiere al sistema de cosas que imperan en el y que no son compatibles con la voluntad de Dios. El mundo aquí no es una referencia al orbe en el que vivimos, designa mas bien el sistema que ha creado el hombre para tratar de vivir una vida feliz sin Cristo.
“Alguien lo ha definido como el sistema de cosas donde la cultura, la educación y la sociedad toda no es compatibles con los planes de Dios”
La Voluntad de Dios es soberana, es santa, es perfecta, y solo la podemos experimentar cuando luchamos por permanecer en igual condición.
a. El mundo es la agencia donde el Diablo ejerce su poder.
El mundo actual es gobernado por Satanás. Las cosas que vemos son evidencia de un mundo envuelto en tinieblas y que niega rotundamente la existencia de Dios.
Los vicios, las enfermedades, la falta de amor y mucho mas nos muestra que el hombre esta siendo influenciado por el Diablo y sus demonios.
b. Juan nos aconseja a no amar las cosas del mundo porque el amor del mundo no es compatible con el amor de Dios.
El amor que ofrece el mundo no proviene de Dios, no es transparente, ni genuino, es mas bien sentimientos engañosos que nos llevan a apartarnos de Dios.
El amor que ofrece el mundo carece de los frutos espirituales que acompaña a este como mayor fruto.
En medio de un mundo infiel y envuelto en delitos y pecados cada uno de nosotros tenemos la responsabilidad de ser diferentes e impactar a cada persona que me rodea con el amor y el mensaje de Cristo.
II. Por lo que el mundo nos ofrece. V.16.
Tristemente lo que el mundo ofrece hoy son actitudes mundanas que nos separan completamente de Dios y su voluntad. Muchas personas piensan que la mundanalidad es totalmente una conducta externa. Eso no es totalmente cierto porque la mundanalidad comienza por el corazón Los deseos de la carne.
Son todos aquellos deseos que nuestro físico desea producto de nuestra herencia pecaminosa como el sexo, la fornicación, el adulterio, y otros.
Los deseos de los ojos.
Surge de los deseos malvados de todo cuanto vemos como las segundas miradas, la codicia, el orgullo, el obtener los bienes de otra persona, etc.
La vanagloria de la vida.
Todo lo vano que este mundo nos ofrece como fama, reconocimientos, exaltaciones al orgullo humano. Obsesión con el nivel o la importancia de uno
Lo cierto es que todos estos sentimientos pecaminosos de ninguna manera previenen del Padre, sino del mundo en que vivimos y nos desarrollamos.
Eso nos vuelve mundanos y la mundanalidad nos hace amar las cosas pasajeras y no las que permanecen.
El corazón humano nunca puede hallar satisfacción en las cosas que el mundo nos ofrece.
Precisamente esa fueron las tres esferas en las cuales Satanás tentó a Jesús en Desierto.
En contraste Dios valora el dominio propio, un espíritu generoso y un servicio humilde.
Es posible dar la impresión de que evitamos los placeres mundanos mientras todavía albergamos actitudes mundanas en nuestro corazón.
III. Por lo que el mundo será. V. 17.
El mundo será un lugar donde el hombre encontrará destrucción, un mundo que se esta desvaneciendo en sus delitos y pecados.
Las personas inteligentes no viven para un mundo que se esta desvaneciendo.
a. Es la voluntad de Dios la que nos guarda de la tentación y de todo aquello que pasa por este mundo que pueda contaminarnos.
El permanecer en las cosas de Dios nos fortalece y nos prepara para vencer todos aquellos dardos que enemigo nos tira.
b. Cuando Dios es nuestra meta y nuestro blanco esta centrado en El, en la iglesia, en su obra nada ni nadie nos podrá hacer frente, los dardos del enemigo serán tirados en vano.
Es solo andar dentro de la voluntad de Dios todos los días de nuestra vida lo que hará que no nos contaminemos con lo que este mundo nos ofrece diariamente.
Somos nosotros y tenemos esa gran responsabilidad de enseñarle al mundo un camino diferente. Dios nos ha puesto en nuestras manos esa responsabilidad un día vamos a tener que dar cuentas a Dios por todo lo que teníamos que haber hecho y no hicimos.
RESUMIENDO:
   Realmente amar las cosas del mundo y lo que este nos ofrece nos puede llevar a lo más profundo del precipicio. Cada uno de nosotros tenemos batallas que vencer en medio de una sociedad que nada a favor de la corriente alejándose cada día de Dios.
En cambio nosotros los hijos de Dios tenemos que a toda costa marcar la diferencia ante el mundo y sus deleites pero para ello tenemos que tener en cuenta lo que el mundo es, lo que el mundo nos ofrece y lo que el mundo será para poder estar preparados y preparar a otros para el día final siempre teniendo en cuenta que amar las cosas del mundo nos es un impedimento para hacer y cumplir la voluntad de Dios.

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