jueves, 31 de marzo de 2016

LA GLORIA: TERCERA DIMENSIÓN DE LO SOBRENATURAL. Parte III

 ¿CÒMO FUNCIONA LA GLORIA, LA UNCIÓN Y LA FE?.


   Al repasar cada una de las dimensiones de lo sobrenatural entenderemos cómo funcionan y en qué se diferencian: Fe es la habilidad dada por Dios al creyente para tener dominio sobre el tiempo, espacio y materia. Unción es la habilidad dada por Dios al creyente para hacer lo que Él nos mandó hacer; es Jesús obrando a través de nuestra humanidad. Gloria es la presencia de Dios manifestada de forma visible; es Dios mismo haciendo Sus obras; es Él operando conforme a Su soberanía e iniciativa. Veamos ahora cómo funcionan la fe, la unción y la gloria, que son las tres dimensiones de lo sobrenatural. 

Para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios. (Efesios 3:17-19)

   La fe trabaja en dimensiones:

   Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe. (Romanos 1:17)
  
   Avanzamos de fe en fe. Esto quiere decir que de una dimensión de fe pasamos a otra dimensión de fe.

    Otra traducción dice: "Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela de una dimensión de fe a otra dimensión de fe".

   El apóstol Pablo, según la versión original del griego, afirma:

    Somos transformados de una dimensión de gloria en [a otra dimensión de] gloria en la misma imagen. (2 Corintios 3:18)

    Hay muchos niveles de la unción. Con los dones espirituales, podemos ministrar a uno o varios miembros del cuerpo de Cristo. Con la unción, podemos alcanzar multitudes. Con la gloria, podemos alcanzar e impactar naciones. Lo que bajo la unción nos tomaba diez años hacer, lo haremos en un año bajo la gloria.

   Esto le sucedió a Pedro en el Mar de Tiberíades luego de pasar toda una noche pescando, sin sacar un pez; al aparecer Jesús y dar una orden, al curtido pescador le tomó apenas  unos minutos llenar la red con cientos de peces grandes. Y es que cuando la gloria de Dios se manifiesta todo se acelera. Sucede igual con las iglesias que habían permanecido es tancadas en el orden de los cientos; al manifestarse la gloria de Dios, crecen sobrenaturalmente hasta superar los miles en tiempo récord. La Biblia relata un evento parecido en el libro de los Hechos, cuando los apóstoles comenzaban a predicar el evangelio del reino; en sólo un día, tras recibir el poder del Espíritu Santo, tres mil personas se convirtieron y fueron bautizadas.

¿SOBRE QUE BASES OPERA LA GLORIA O LA PRESENCIA DE DIOS MANIFESTADA?.

• La soberanía de Dios
   Esto significa que Dios hace lo que quiere, cuándo quiere y cómo quiere. Hoy en día, acostumbramos a no darle libertad al Espíritu Santo para ejercer Su soberanía divina en nuestra vida personal, mucho menos en la iglesia. Por eso asistimos a servicios monótonos donde nada sobrenatural ocurre. De ahí que nuestra prioridad siempre debe ser que el Espíritu Santo pueda manifestar la soberanía de Dios y hacer lo que Él quiere.
 

No te apresures a irte de su presencia, ni en cosa mala persistas; porque él hará todo lo que quiere. (Eclesiastés 8:3)

• La iniciativa de Dios
   Jesús es la cabeza de la iglesia, por lo tanto es quien toma la iniciativa para la acción y se mueve a su entera voluntad, como quiere. Sin embargo, otras veces Dios no inicia la acción. Cuando esto sucede, es mejor que hagamos lo que ya nos mandó, dejando bien establecido que conocemos lo que Él ordenó, y que no vamos a inventar algo para salir del paso. La Escritura nos muestra al rey Saúl esperando al profeta Samuel para ofrecer sacrificio a Jehová, pero como no llegó decidió que él lo haría; eso es desobediencia. No es esto a lo que me refiero. Pero sí, por ejemplo, hacer lo que Dios ya ordenó: evangelizar, hacer discípulos, sanar a los enfermos y echar fuera demonios.


   La mayoría de creyentes entiende lo que es la soberanía de Dios, pero son pocos los que entienden cómo trabajar bajo esa soberanía; cómo movernos en fe.


• Esperando siempre la iniciativa de Dios 

   Cuando la presencia de Dios no se manifiesta, tenemos que ejercitar nuestra fe, unción, y dones. Si no actuamos y siempre estamos esperando que Dios tome la iniciativa, entonces estamos operando en los extremos. Por ejemplo, si sentimos que el Espíritu Santo no ha tocado al perdido, nosotros, por fe, tenemos que hacer el llamado de salvación. Como Dios ya nos mandó a hacerlo, no debemos esperar a que sea Él quien dé el próximo paso. Claramente, el próximo paso es nuestra responsabilidad.

• Toman siempre la iniciativa desde el lado humano 

   Esto implica que programan previamente todos los planes de la iglesia, lo que lleva a un activismo vacío del poder y la presencia de Dios. Éste es el otro extremo.


¿Cuál es la diferencia entre gloria y unción?
 
• La unción es para la tierra y sólo opera en nuestro mundo. La gloria testifica de los poderes del siglo venidero porque es la atmósfera del cielo. Así como el aire es la atmósfera de la tierra, la gloria es la atmósfera del cielo.


• La unción nos prepara para la gloria. La gloria es la presencia de Dios.


• La unción nos da la habilidad o el poder para pararnos en Su presencia; la gloria es Su presencia.


• En la unción trabajan el don y la fe de un hombre; en la gloria es Dios mismo trabajando.


• En la unción, la fe pone demanda sobre el manto de un hombre; en la gloria, la fe pone la demanda sobre la presencia de Dios.


• La unción nos fue dada para sanar a los enfermos, pero en la gloria de Dios la enfermedad es ilegal.


• En la unción Jesús es el sanador, en la gloria Jesús es el Creador.


• En la unción trabajamos, pero en la gloria adoramos y descansamos.


• La unción nos fue dada para decapitar gigantes; en la gloria los gigantes no entran.

 • En la unción sentimos cómo el poder de Dios sale de nosotros; en la gloria el poder sale de Dios mismo.
  
    Cuando he operado en la unción por mucho tiempo, me siento físicamente agotado, porque la gente pone demanda sobre la unción de Dios en mí, y ésta saca todo lo que tengo dentro, me quedo vacío; es lo mismo que le sucedió a Jesús cuando una mujer tocó su manto.

Luego Jesús, conociendo en sí mismo el poder que había salido de él, volviéndose a la multitud, dijo: ¿Quién ha tocado mis vestidos? (Marcos 5:30)

   Cuando opero en la gloria no me siento cansado, sino que estoy lleno de fuerzas, porque es enteramente Dios haciendo las obras por Su gloria; allí Él no usa mi humanidad. La unción es el poder divino dado a Sus siervos para cumplir el llamado de Dios en la tierra. La unción es maravillosa, grandiosa y santa, y seguiremos operando en ella mientras la gloria o la presencia de Dios no se manifiesten.
Bibliografia.
Guillermo Maldonado. Como caminar en el poder sobrenatural de Dios. Editorial Whitaker House. Miami 2011. Pag. 159 a la 163.

viernes, 25 de marzo de 2016

LA GLORIA: TERCERA DIMENSIÓN DE LO SOBRENATURAL. Parte II

 
¿CÓMO ENTRAR EN EL ÁMBITO DE LA REVELACIÓN Y LA MANIFESTACIÓN DE SU GLORIA?.

   La Escritura afirma que la tierra está llena de la gloria de Dios, pero el canal de acceso o la herramienta para verla manifestada en el plano natural es la revelación, no la razón. Es cierto que la presencia de Dios está en todo lugar pero no en todo lugar se manifiesta.


Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria. (Isaías 6:3)

 
   Como vemos en el verso anterior, cuando Dios creó los cielos y la tierra los llenó con Su gloria. Sin embargo, el punto importante que deseo destacar se encuentra en el primer capítulo del libro de Génesis, que relata que antes que Dios iniciara la creación envió a su Espíritu Santo con el fin de que generara un campo de Su propia energía -Su gloria-, para que entonces la creación fuera posible.


Y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. (Génesis 1:2)
 Cada vez que Dios va hacer algo, primero mueve Su Espfritu Santo y luego envía Su Palabra.
 
En el original en griego, Pablo hace referencia a la energía de Dios, que es Su gloria, y afirma:


Para lo cual también trabajo [kopiáo], luchando [agonízomatl según la potencia [enérgeia] de él, la cual actúa  [energéo] poderosamente (dúnamis] en mí. (Colosenses 1:29)

 
   Traducido literalmente al español moderno, lo que el apóstol nos está diciendo es que él trabaja duro, hasta el cansancio; se esfuerza como quien compite por un premio, debido a la energía o poder que Dios le da, el cual activa y opera un poder milagroso, que eleva al máximo su capacidad, potencia y potestad.


   Esa energía de Dios está en la tierra, desde el principio, aunque sólo se manifiesta por medio del conocimiento revelado. Veamos un ejemplo muy sencillo: ¿Ha llegado muy cansado a un servicio en la iglesia, pero al manifestarse la presencia de Dios renovó sus fuerzas, salió reanimado y descansado? Eso se debe a que usted sintió un leve roce de la poderosa energía de Dios.


La gloria de Dios provee la energía necesaria para crear cualquier materia.

   La gloria de Dios está sobre toda la tierra, desde la creación, pero debido al pecado no hemos podido verla y mucho menos manejarla. Esto quiere decir que, si la gloria o energía divina está en la tierra y sirve para crear, entonces Dios puede crear un corazón nuevo, un pulmón nuevo, un oído nuevo, un ojo nuevo, un brazo nuevo, o cualquier otro órgano que haga falta. Pero esto sólo ocurre cuando el Espíritu Santo se mueve y cuando Dios habla Su Palabra. Entonces, la clave radica en saber atraer la gloria de Dios a una manifestación visible dentro de la dimensión natural. Por lo demás, Dios ya habló y decretó Su voluntad desde que Jesús pagó el precio en la cruz.


La gloria de Dios sin conocimiento revelado no tiene sentido.

   A continuación, veamos un testimonio de lo que sucede cuando declaramos la Palabra de Dios desde la dimensión de   Su gloria. Esta es la historia de una mujer que a la edad de nueve años recibió un diagnóstico de tuberculosis pulmonar. Los médicos en aquel momento, tuvieron que removerle uno de sus pulmones a fin de detener el avance de la enfermedad. Después de eso, su respiración nunca más volvió a ser normal, ya que sólo respiraba con el pulmón que le quedaba. Al poco tiempo se restableció, pero durante los veinte años siguientes padeció de cansancio, dolor intenso y sangrado esporádico. Cuando todo parecía mejorar en su vida, a tal punto que hasta había conseguido un buen trabajo, los sangrados se hicieron más frecuentes. Los médicos que la examinaron, comprobaron que los síntomas iban de mal en peor. La primera vez que llegó a nuestra iglesia fue porque alguien la invitó a una cruzada de sanidad y milagros. En medio del servicio, cuando declaré milagros creativos, ella le creyó a Dios y tomó el suyo. En el instante sintió que respiraba aceleradamente y con más fuerza, como nunca antes lo había hecho. En un paso de fe corrió hacia el altar. Los médicos allí la examinaron y constataron que tenía dos pulmones funcionando a toda su capacidad. Posteriormente, su propio médico le tomó varias radiografías, las cuales comparó con las de visitas anteriores, y su diagnóstico no se hizo esperar: ¡Esto es un milagro! -dijo asombrado el galeno. Dios había colocado un nuevo pulmón donde antes no existía, y éste funcionaba de manera normal y saludable. ¡Dios me sanó! ¡Tengo un pulmón nuevo! ¡Tengo mis dos pulmones! -gritaba la mujer.

La gloria de Dios está en la tierra, pero nos falta conocimiento para manifestarla.





¿QUÉ ES CONOCIMIENTO REVELADO? 


Porque la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar.(Habacuc 2:14)

    La palabra "conocimiento" usada en el verso anterior es el vocablo hebreo yadá que significa percibir, entender, adquirir conocimiento. También significa conocer a una persona en la intimidad, tal como es usada en Génesis 4:1 donde se describe la intimidad sexual entre Adán y Eva. En griego, "conocimiento" se puede traducir como gnosis o como epignosis. El primero es el conocimiento científico o teórico, mientras que el segundo se refiere al conocimiento experimental o práctico; epignosis es reconocer o ser reconocido, es entrar en contacto íntimo con el objeto a conocer. Si sabemos que la tierra está llena de la gloria de Dios, entonces lo que nos hace falta para ver las manifestaciones es el conocimiento revelado, que viene a nuestro espíritu cuando tenemos relación íntima con Dios. Así, el conocimiento es revelado por el Espíritu Santo para que lo vivamos y lo experimentemos, no para que se quede en simple conocimiento mental.

Ningún conocimiento es nuestro hasta que lo obedecemos, practicamos y experimentamos.

   La gloria de Dios debe ser revelada por el Espíritu, no se puede conocer por la razón; no es asunto de estudiarla como un tema más sino que hay que tener una experiencia con ella. No debe ser sólo un mensaje porque se trata del mover de Dios en los tiempos finales. No es algo que inicia un hombre sino que es iniciado por Él y para Él, por lo cual no hay punto de referencia ni existe un patrón establecido para fluir en Su gloria. Somos la generación que verá la gloria primera y la postrera manifestarse juntas; de ahí que Dios esté levantando apóstoles y profetas para que traigan esa revelación a nuestra generación. Él está abriendo los cielos para verter la revelación que necesitamos con el fin de manifestar Su gloria, porque sin ella no podremos ver más de lo que ya hemos visto hasta hoy. Hay muchas manifestaciones que la iglesia ha estado buscando por años, décadas y siglos y no han ocurrido; no porque Dios no haya querido sino porque la iglesia no tiene la fe ni el conocimiento para materializar la gloria, y sólo la tendrá cuando le sea revelado el conocimiento necesario.


Cuando usted tiene una revelación de Dios, ésta indiscutiblemente lo llevará a tener una experienda sobrenatural.

    Si hay una temporada en la que Dios ha entregado el conocimiento revelado de Su gloria, esa temporada es ahora. Muchos profetas, entre los cuales podemos nombrar a Isaías, Habacuc y Hageo, la profetizaron pero no la vivieron. Murieron con la esperanza puesta en esta era, y esto nos lleva a discernir que estamos transitando el mover final de Dios, donde toda la tierra será llena del conocimiento de Su gloria. Entonces presenciaremos las más grandes manifestaciones jamás vistas en la historia de este planeta y ningún hombre podrá atribuirse esa gloria. Para que se manifieste la gloria tiene que ser capturada, recibida y reconocida por nuestro espíritu a través de la revelación del Espíritu Santo. Conozco personas que comenzaron a ver las manifestaciones de la gloria de Dios, pero no pudieron continuar viéndolas porque las recibieron por impartición de otra persona; es decir, no tenían la revelación directa de Dios.

Si una persona no redbe revelación de la gloria de Dios, no podrá ver sus continuas manifestaciones.

 
   El error que cometen muchos es que por un tiempo se mueven en la gloria pero después vuelven a la unción, debido a que no dejan que Dios tome la iniciativa. Es decir, aprendieron a operar su fe bajo la unción pero no supieron moverse en la gloria porque ésta es una dimensión desconocida donde toda la iniciativa le corresponde a Dios. La gloria demanda un mayor grado de humildad, dependencia de Dios, pureza de motivaciones y osadía del Espíritu Santo.


Dios no nos va a visitar con Su gloria más allá de la revelación que tengamos de ella.

    Cuando el Señor nos visita con Su gloria y no estamos listos, ésta puede matarnos. Si Él trae manifestaciones inusuales, milagros creativos, señales y maravillas pero no tenemos la revelación para ello, lo vamos a criticar y juzgar, y eso contristará al Espíritu Santo. Cuando la manifestación de la gloria de Dios venga tenemos que saber cómo lidiar con ella, de otra manera nos sucederá lo mismo que le pasó a Uza.
 

Y el furor de Jehová se encendió contra Uza, y lo hirió allí Dios por aquella temeridad, y cayó allí muerto junto al arca de Dios. (2 Samuel 6:7)

La misma gloria que estamos predicando también podría matamos.
Bibliografia.
Guillermo Maldonado. Como caminar en el poder sobrenatural de Dios. Editorial Whitaker House. Miami 2011. Pag. 154 a la 159.

domingo, 20 de marzo de 2016

LA GLORIA: TERCERA DIMENSIÓN DE LO SOBRENATURAL. Parte I


                                   LA GLORIA EN EL PRINCIPIO DE LA CREACIÓN.

Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente. (Génesis 2:7)

   En el principio, Dios creó al hombre a su imagen y semejanza; lo formó del polvo de la tierra y sopló aliento de vida sobre su nariz. Ese aliento incluía Su gloria. En el primer hombre, Dios se impartió a sí mismo; todo lo que Él es: Sus virtudes, Su naturaleza y Su gloria, le fueron infundidos. En aquel ámbito, la mente del hombre funcionaba al 100 por ciento, porque la misma mente del Espíritu operaba en él para ejercer dominio sobre la creación. El hombre, dentro la gloria de Dios, no sabía enfermarse, morir, ser pobre, vivir deprimido o estar triste, porque su diseño original no reconocía esos estados. Igualmente, él podía sembrar y recibir una cosecha al instante; no tenía que esperar para recoger la cosecha, porque esperar implica un espacio de tiempo y la gloria es eternidad, donde todo es ahora. Conforme una semilla tocaba el suelo un árbol o una planta crecía. Dice la Escritura que al momento de la creación todo estaba crecido. Incluso Adán no tuvo que pasar por las etapas de crecimiento que nosotros pasamos. Aquí es importante remarcar que Jesús sí vivió todas esas etapas; por eso tiene la capacidad de entender lo que es ser un niño, un adolescente o un adulto; sabe lo que es ser rechazado, juzgado y condenado; cosas que Adán no conoció antes de la caída. En la dimensión de gloria, la tierra es totalmente fértil; el orden es cosechasemilla y no al revés. La mente de Adán era tan brillante que pudo darles nombre a todos los animales y ejerció señorío sobre todo lo creado sin problema alguno. Estaba totalmente capacitado para hacerlo sin esfuerzo, porque moraba en la gloria de Dios. Entonces, ¿qué sucedió después que Adán pecó?

Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios. (Romanos 3:23)
 
   Dios vino al huerto del Edén a buscar a Adán, pero en vez de poder compartir con él, por la transgresión del hombre terminó maldiciendo la tierra y quitándole Su presencia. Entonces inhaló su gloria del cuerpo de Adán. El hombre había salido de la dimensión de gloria. A partir de ese momento Adán comenzó a morir, aunque su muerte no fue inmediata. Como dato de interés podemos decir que, el residuo de gloria que permaneció en Adán alcanzó para que viviera 930 años. Esa herencia se transfirió por varias generaciones, que también vivieron varios cientos de años. Todo lo que posee la gloria de Dios tiene vida. La muerte es señal de la ausencia de Su gloria.

    Cuando Adán pecó algo sucedió en la mente del hombre; muchas líneas de conocimiento verdadero fueron desconectadas de su fuente original y el cerebro humano perdió el mayor porcentaje de su funcionamiento. Los científicos coinciden en que actualmente usamos sólo diez por ciento de nuestra capacidad cerebral. Esto quiere decir que Adán sustituyó el infinito conocimiento revelado por un conocimiento racional limitado. En el caso de Albert Einstein, cuya capacidad de razonamiento sobrepasó el promedio humano, no llegó a usar más del doce por ciento de su capacidad cerebral. De manera que, si con estas limitaciones el ser humano ha hecho tantos inventos, ha ido y venido del espacio y ha descubierto la cura a tantas enfermedades, ¿cómo sería la mente de Adán bajo la gloria de Dios? Por eso, tenemos que recuperar nuestra capacidad mental. A esto se refiere también la renovación de la mente de que habla la Biblia. Después de la caída de Adán, Dios maldijo la tierra y el hombre se desconectó de la gloria. Por eso, ahora el proceso de provisión ya no es cosecha-semilla, como fue en el principio, sino que es: semilla-tiempo-cosecha.

Mientras la tierra permanezca, no cesarán la sementera y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, y el día y la noche. (Génesis 8:22)
 
   Hoy transitamos a través de procesos y todo toma un tiempo. Nos la pasamos esperando para recoger una cosecha o para alcanzar una meta; esto, debido a la maldición que nos sujetó al tiempo. Por ese motivo Dios nos dio la fe, para romper la ley del tiempo. Cuando Su presencia está, todo lo natural se acelera y aparece lo sobrenatural.

He aquí vienen días, dice Jehová, en que el que ara alcanzará al segador, y el pisador de las uvas al que lleve la simiente. (Amós 9:13)

   La palabra clave en este versículo es alcanzará. Dios nos está prometiendo que en el momento que usted siembre una semilla, Él desatará la casa, el trabajo o cualquier otra cosa  que usted pida, creyendo que va a recibir. He visto a Dios pagar deudas en un instante. Ésa es la razón por la cual usted debe permanecer lleno de fe. Su semilla activará la promesa para que Dios obre aceleradamente. Ahora que hemos entendido la caída del hombre, pasemos a estudiar la revelación de la gloria.

                                                   ¿Qué es la gloria de Dios?
 
   En hebreo hay una palabra que define la gloria, y es kabód, que proviene de la raíz kabéd que literalmente significa peso o riqueza. Esta palabra se usaba en la antigüedad para describir a un hombre riquísimo, famoso, de gran reputación, y también para referirse a Dios. Otros significados son honor, fuerza, poder, entorno, majestad, hermosura, reconocimiento, santidad, grandeza y magnificencia. En el original griego del Nuevo Testamento la palabra que se utiliza es doxa cuyo significado apunta a la fama, reputación, abundancia, riqueza, dignidad, resplandor y honra. En suma, el significado fundamental de la gloria, tanto en hebreo como en griego, incluye o implica todo lo que Dios es, con todos sus atributos, virtudes, carácter, naturaleza y perfección. La gloria de Dios es la esencia intrínseca de lo que Él es y Su misma presencia. Existe asimismo la gloria de los hombres y la gloria del mundo, las cuales son descritas en la Biblia como vanas y pasajeras; que consisten en ganar prestigio, fama, posición, comodidad, reputación y reconocimiento.

Los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida no provienen del Padre sino del mundo. (1 Juan 2:16)

   De igual forma, la Palabra habla de la gloria de los cuerpos terrenales y la gloria de los cuerpos celestiales. Nos enseña que la gloria que un cuerpo refleja por fuera, muestra lo que es por dentro. Lo que se ve es el valor intrínseco del cuerpo, es decir, su esencia o valor interno.

 Y hay cuerpos celestiales, y cuerpos terrenales; pero una es la gloria de los celestiales, y otra la de los terrenales. (1 Corintios 15:40)
 
   La gloria de Dios es la manifestación visible y tangible del total de Su presencia impactando los sentidos físicos. Es Dios mismo haciéndose tangible. En el Antiguo Testamento se manifestó en forma de nube, llamada shekiná que significa "aquel que habita". Esto se refiere a Dios viviendo en Su pueblo; describe la inminente presencia de Dios que trasciende. Esto significa que Dios se manifiesta en el ámbito físico, pasa del mundo espiritual al mundo natural. Shekiná viene de la raíz shakán que implica residir permanentemente, tenderse para descansar. El deseo y la voluntad de Dios siempre han sido habitar, reposar, vivir entre y con Su pueblo. Por dicho motivo Dios se muestra de forma visible y tangible.

La gloria de Dios es la presenda manifestada del Dios Yahweh.

• Dios se le apareció a Abraham.
El Dios de la gloria apareció a nuestro padre Abraham, estando en Mesopotamia, antes que morase en Harán. (Hechos 7:2)
   La aparición física o la visitación de la gloria de Dios fue lo que transformó a Abraham para siempre. Cambió sus motivos, sus prioridades, sus intenciones y su vida entera. Esto causó que fuera en pos de la tierra Prometida. Asimismo, hoy en día, todo aquel que experimenta una visitación de la gloria de Dios debe ser transformado para siempre. Estos son los hombres que reciben una revelación de Dios y traen la gloria a esta dimensión natural.

• Dios manifiesta Su gloria al pueblo de Israel.
Así era continuamente: la nube lo cubría de día, y de noche la apariencia de fuego. (Números 9: 16)  

    Dios manifestó Su gloria al pueblo de Israel en forma de nube y columna de fuego; la nube los protegía de las incandescentes temperaturas del desierto durante el día, y el fuego los calentaba durante la noche, cuando las temperaturas bajan a punto de congelación. Bajo esa gloria o shekiná se produjeron muchos sucesos sobrenaturales: el Mar Rojo se abrió ante ellos, el maná diario descendió del cielo, y el calzado nunca se gastó; en cuarenta años no hubo enfermos; Dios proveyó agua de la roca; los gigantes no pudieron entrar, y muchos otros sucesos sobrenaturales. La gloria de Dios también se manifestó en forma de nube, cuando el templo que edificó Salomón fue dedicado; esto fue una señal que Jehová habitaba con Su pueblo.

• Dios reveló Su gloria a través de Cristo.
Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad. (Juan 1:14)
 
   Jesucristo vino a revelar la gloria del Padre que Adán perdió; y a través de Su muerte y resurrección nos llevó de regreso a esa dimensión de gloria, para que hoy podamos caminar, como Adán lo hizo en el principio.

Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos. Porque convenía a aquel por cuya causa son todas Zas cosas, y por quien todas Zas cosas subsisten, que habiendo de llevar muchos hijos a la gloria. (Hebreos 2:9-10)

Jesús soportó nuestra vergüenza para que pudiéramos compartir Su gloria
 
   Todo lo que es el Padre -virtudes, atributos, carácter, naturaleza, poder, autoridad y gracia-, fue manifestado por el  Hijo en la tierra. Además, Jesús prometió manifestarse a aquellos que le obedecen a Él y al Padre.

El Hijo es el resplandor de la gloria de Dios, la fiel imagen de lo que él es, y el que sostiene todas las cosas con su palabra poderosa. (Hebreos 1:3, Nvr)
 
Antes de ser arrestado, Jesús oró al Padre pidiendo que le regresara a la humanidad la gloria que había perdido, para que entonces, cada creyente pudiera vivir en su manifestación.

Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo. Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad .... La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno .... Para que vean mi gloria que me has dado. (Juan 17:18-19, 22, 24)
Bibliografia.
Guillermo Maldonado. Como caminar en el poder sobrenatural de Dios. Editorial Whitaker House. Miami 2011. Pag. 147 a la 154.

lunes, 14 de marzo de 2016

LA UNCIÒN: SEGUNDA DIMENSIÒN DE LO SOBRENATURAL.Parte IV


¿Cuáles son los pasos para recibir un manto e impartición?

1. Sentir hambre, sed y necesidad.
   Aquellos que tienen un genuino deseo de portar una unción son los mejores candidatos para recibirla. En lo natural, cuando una persona tiene hambre tiende a olvidar las normas de cortesía porque sólo busca satisfacer su hambre con gran anhelo. En el ámbito espiritual sucede lo mismo; sólo las personas con hambre y sed por la unción de Dios son candidatas a recibir un manto y una unción.


   El hambre y la sed se manifiestan en un individuo cuando está consciente de su necesidad personal de recibir la unción. Si no está consciente de esa necesidad, entonces no la va a buscar con pasión, y tampoco tomará riesgo alguno para conseguirla. Sin embargo, en algunos casos, a medida que pasa el tiempo, esa pasión por la unción como que se va apagando y dejamos de estar conscientes de lo necesaria que es para nuestra vida. Y esto no debe ser así. En cierta ocasión alguien me preguntó  cómo hacía yo para mantenerme sediento y hambriento del poder de Dios. Mi respuesta fue sencilla: Siempre estoy consciente de mi necesidad de Dios.


2. Estar preparados para pagar un precio. 

  Uno de los grandes engaños de la gente es pensar que la unción es gratis.
   ¿Cómo darle algo que me ha tomado 20 años cultivar, a alguien que no está dispuesto a pagar el precio? Si no está dispuesto al sacrificio tampoco estará dispuesto a ser perseguido por causa de ese manto. Hay un sinnúmero de predicadores que han abaratado la unción; en consecuencia, la juventud de hoy ve la carrera pastoral como una más, no como un llamado al ministerio. Por eso yo no impongo manos a la ligera, sino sólo ¡ sobre aquellas personas que realmente tienen sed y hambre del poder sobrenatural de Dios.  

La imposición de manos, al transferir un manto, sirve para:
• Activar
• Impartir
• Identificar


   Yo no puedo activar algo en una persona si eso lo va a matar. Tampoco puedo clarificar un llamado en alguien si no quiere hacer la voluntad de Dios. No puedo impartir unción sobre aquel que no la va a usar para bendecir a otros. Mucho menos puedo imponer mis manos sobre alguien que no se identifica con la unción que está sobre mí. ¿Cuánto desea usted el manto que está sobre el hombre de Dios? ¿Cuánto ama a ese hombre? ¿Puede soportar la persecución que ese manto le traerá? ¿Está dispuesto a aguantar crítica, persecución y rechazo? Hoy en día estamos activando gente rebelde por naturaleza. Por eso  es importante que el pastor sepa escoger su liderazgo a fin de poder activarlo con su manto e impartición.


3. La unción o manto debe ser sembrado, no tirado.
   Aquí es donde comienza a sembrarse la paternidad y el discipulado: enseñando, entrenando y equipando a los discípulos en forma continua. Si una semilla se tira se desperdicia, en cambio si se siembra, crece y da fruto. Cuando el manto o unción se siembra, la gente comienza a fluir en el mismo manto, porque es lo que ha recibido. Recuerde que toda semilla crece según su especie. De esa manera he levantado cientos de hombres y mujeres alrededor del mundo; entre ellos, apóstoles, profetas, pastores, evangelistas y maestros; líderes, hombres de negocios, gente de gobierno, intercesores, ancianos, discípulos y mentores, todos los cuales ahora mismo están fluyendo en la misma unción que yo fluyo. A medida que la relación mentor- discípulo o padre-hijo, crece, aumenta también el fluir del manto y su manifestación. Eso nos indica que el manto está creciendo.


                               Usted fluirá en la misma unción del manto al cual sirve.
 
4. El manto debe ser cultivado.
   Para que la unción crezca usted debe cultivar el manto, y eso lo logra permaneciendo conectado a la fuente de donde salió ese manto. Si no lo cultiva la unción comienza a debilitarse. Durante mi experiencia con los hijos espirituales que he enviado a abrir sus propios ministerios, he encontrado que los que se desconectaron de mi manto, por la razón que fuera, menguaron en el crecimiento de sus iglesias y en el fluir del poder de Dios en sus vidas. En otras palabras, se desaceleraron, la unción disminuyó; porque cuando se opera bajo una unción recibida por asociación, y no se continúa alimentando por medio de una relación con la cabeza, eventualmente, termina perdiéndose.

5. Las relaciones deben cambiar para mejorar.
   Dios hará un recambio de las personas cercanas a usted, porque una de las claves para ser portadores de la unción es que no puede estar ligado emocionalmente a personas que son un obstáculo para que usted reciba y fluya en una unción nueva. Especialmente, si esas personas tienen una mentalidad tradicional, denominacional y rígida, que no le permiten cambiar para mejorar.

   En conclusión, es importante que discernamos el presente mover de Dios. Hay olas y movimientos del Espíritu que no podemos dejar pasar, porque si no entramos en ellas nos quedamos atrás y luego nos damos cuenta que Dios ya no está donde antes estaba; por eso la iglesia necesita vivir en una búsqueda continua de revelación divina. La supervivencia de la iglesia estará determinada por el grado de preparación que tenga para caminar en lo sobrenatural. Dios está levantando una generación que sabe caminar en la dimensión de la eternidad y sabe sacar las riquezas del mundo espiritual. Esta generación también conoce que el propósito de la unción es bendecir a otros, sanar a los enfermos, hacer milagros y maravillas, tal como Jesús nos mandó. Nosotros fuimos escogidos y ungidos para la acción. Ahora, debemos tomar la decisión de ir y hacer, porque el poder de Dios ya está en nosotros y sobre nosotros.

    Haciendo un analisis restrospectrivo de las cuatro partes que hemos venido estudiando de la unción, segunda dimensión de lo sobrenatural, podemos decir que:

• La unción, como parte integral del poder sobrenatural de Dios, es la habilidad divina dada al creyente para hacer la obra del ministerio.

• El aceite para la unción santa, que representa al Espíritu Santo se hacía con mirra, simbolizando los sufrimientos y el precio de la unción; canela, aludiendo la firmeza y estabilidad del carácter requerido para operarla; cálamo, que representa los dones y la autoridad;  casia, que significa la oración, alabanza y adoración; y el aceite, que simboliza la presencia del Espíritu Santo como la persona que unge.

• La unción es para consagrar, identificar y preparar a un hombre o una mujer para manifestar la gloria de Dios.

• El don y el talento si no van acompañados por la unción no pueden traer la gloria.

• Hay dos tipos de unción: la personal y la corporal.

• Jesús tenía dos mantos: el de Su gloria y el de Su humanidad, que es el manto de la unción. Él se despojó del primero y operó en la tierra sólo con el segundo.

• El manto de la unción es nuestra cobertura en la tierra. La impartición es dar porciones de ese manto a otros.

• La unción es para bendecir a los demás, no para uso personal y egoísta.

• Hay mantos generacionales para transferir y mantos especiales que tienen un propósito específico.

• El principal enemigo de la unción es la familiaridad con el hombre de Dios o con el manto de la unción que porta.

• La unción es activada por la fe que pone una demanda.

• Para recibir los beneficios de un manto tenemos que: reconocerlo, recibirlo, honrarlo y servirlo.

• Las señales que nos indican que Dios está desatando un nuevo manto son: hambre y sed insaciables, cambio de apetito espiritual y un fuerte deseo de cambio.

• Hay dos formas o métodos para transferir un manto: Dios desata el manto sobre un hombre directamente, o alguien transfiere su manto a otro, por medio de la asociación.

• Los pasos para recibir un manto e impartición son: Hambre, sed y necesidad de portar la unción, estar preparados para pagar el precio, que el manto sea sembrado y no tirado, cultivar el manto y cambiar de relaciones.
Bibliografia.
Guillermo Maldonado. Como caminar en el poder sobrenatural de Dios. Editorial Whitaker House. Miami 2011. Pag. 141 a la 145.

sábado, 12 de marzo de 2016

LA UNCIÒN: SEGUNDA DIMENSIÒN DE LO SOBRENATURAL.Parte III


¿CÓMO TRABAJA LA UNCIÓN Y LA FE?

   La unción nunca es tomada por gente escéptica sino por aquellos que ejercen fe. Ésa es la razón por la que durante una prédica, uno se inclina más hacia un sector de la congregación que al otro. De seguro que allí hay alguien poniendo demanda sobre la unción, alguien ejercitando su fe. La gente absorbe el don que hay en ese manto. Al final el predicador no necesita ministrar a esa gente porque ya recibió con la Palabra.


 Cuando una persona no pone demanda sobre la unción no puede ser un recipiente de la unción. 

   La fe puede mantener a un hombre predicando aun cuando no quiera seguir. A veces no se entiende, y es debido a que alguien en ese lugar está poniendo demanda, hasta que algo suceda.

La fe de una persona puede influenciar fuertemente la unción de un hombre de Dios.


                              ¿CÓMO RECIBIR LOS BENEFICIOS DE UN MANTO?.

   Siempre le pregunté al Señor cómo hacer para que la unción que estaba sobre mí fluyera también a través de mis hijos espirituales. Entonces comencé a notar que unos fluían en la plenitud de mi manto, otros en la mitad y otros en casi nada. Luego, me enseñó cuatro principios para recibir los beneficios del manto o de la unción: Es como el buen óleo sobre la cabeza, el cual desciende sobre la barba, la barba de Aarón, y baja hasta el borde de sus vestiduras. (Salmos 133:2)

l. Reconocer el manto.
   Reconocer el manto significa, entender que el líder es la persona que Dios ha elegido para que sea un maestro sobre nuestra vida. Es la persona que nos llevará a recibir nuestra herencia y debemos aprender de él y seguirle. Ese hombre o mujer será el recipiente que Dios use para derramar sobre usted la unción, para desatarlo en su propósito o destino y para que usted también pueda fluir en la misma unción.
 
2. Recibir el manto.
   Tenemos que recibir a ese hombre como el ungido de Dios, y entender que su mensaje es la palabra viva de Dios. No obstante, es importante entender que los hombres ungidos por Dios también tienen debilidades y fortalezas, así que no podemos pretender que sean perfectos para recibirlos. 

Usted no puede recibir las fortalezas de un ungido si no acepta sus debilidades.

3. Honrar el manto.
   La honra se demuestra con obediencia y sumisión, verbal y materialmente. En el Antiguo Testamento ninguna persona venía al hombre de Dios con las manos vacías; no porque éste lo necesitara ni para comprar la unción, sino por un principio de honra. La Biblia demuestra el poder de la honra, cuando Dios afirma que si le damos un vaso de agua a un profeta tendremos recompensa de profeta.

La honra nos da acceso al sistema de recompensas de un hombre de Dios.
   Éste es el caso de mi hijo espiritual, el Pastor Alejandro Espinoza, de Honduras, a quien Dios ubicó bajo mi cobertura hace poco más de 5 años, cuando tenía una congregación de apenas 150 personas. Hoy en día su congregación ha crecido hasta superar las 2.000 personas y Dios lo está usando para realizar sanidades, señales, milagros y maravillas. Su iglesia es en la actualidad una de las más crecientes de ese país centroamericano.

4. Servir al manto.
   Esto implica trabajar, sembrar en ese manto, hacerlo sin una agenda escondida, sino amando al hombre de Dios y el manto que Dios ha depositado sobre él. En una oportunidad el Señor me dijo: "Cuando tus discípulos e hijos espirituales obedezcan estos principios fluirán en tu misma unción". Y efectivamente he sido testigo, una y otra vez, que todos aquellos que obedecen estos cuatro principios manifiestan la misma unción del manto que está sobre mí.


   Como ejemplo, observemos el caso de mi hijo espiritual el Pastor Miguel Bogaert, de República Dominicana, a quien tomé bajo mi cobertura cuando apenas iba a comenzar su ministerio con 40 personas. Cinco años más tarde su iglesia sobrepasa las 4.000 personas y Dios lo está usando poderosamente para realizar señales, milagros y maravillas, con el fin de impactar República Dominicana.


Usted solo puede cargar un manto al que también sirve.

¿Cuáles son las señales de que Dios ha desatado un nuevo manto?
 
• Dios pone hambre y sed que no pueden ser saciados, y estos son las que ponen demanda sobre el manto. Si Dios cortara el fluir de la unción yo terminaría haciendo oraciones de cortesía. Muchas veces, cuando paso cerca de la gente, siento que no hay hambre ni sed que jalen esa unción.


• Dios cambia nuestro apetito espiritual. Si antes nos conformábamos con cualquier cosa; ahora queremos comer mejor. Ya no queremos sólo leche espiritual sino que buscamos saciarnos con carne y vianda; ya no nos gustan tan seguidos los mensajes de inspiración y motivación, ahora queremos mensajes que nos edifiquen, maduren, disciplinen, que nos lleven a comprometernos y a buscar más a Dios.

• Dios pone en su corazón un fuerte deseo de cambio. No importa qué edad usted tenga, si está preparado para cambiar Dios pondrá un manto y una impartición nuevos sobre usted. Hay gente que anhela vino nuevo pero no está lista para cambiar su odre, por eso Dios no puede derramarlo sobre ella.


¿Cómo se transfiere el manto y la impartición?

• Dios desata el manto directamente sobre la persona.
En la mayoría de casos la persona recibe una revelación, el mandato de parte de Dios, o una visitación sobrenatural, tal como sucedió con el Señor Jesús y otros hombres.


• Una persona transfiere su manto a otro.
Esto sucede por tres vías: ambiente, asociación e inftuencia.


Sus bendiciones y su destino están asociados a aquellas personas con las que Dios le ha conectado.

   Esa es la razón por la cual las relaciones divinas son tan peleadas por el diablo. El enemigo no pelea por pelear. Cuando Dios te conecta con alguien, Satanás hace hasta lo imposible para destruir esa relación, pues si las dos personas no se juntan el propósito no se cumple. Dios traerá relaciones para que te conectes; por tanto, hay que estar listos para discernir esas relaciones. La mayoría de mis discípulos terminan siendo adoptados como hijos espirituales; en esa relación ellos capturan el espíritu del manto que está sobre mí, y aprenden la manera en que el Espíritu Santo se mueve en mí. Cuando obedecen los cuatro principios que compartí antes, muchos comienzan a moverse bajo la misma unción; sin embargo, quienes se desconectan de mi cobertura, sin la dirección deDios, pierden la unción porque ésta funciona por ambiente, asociación e influencia.
La unción que usted recibe por asociación, la pierde cuando comienza a criticar el manto que se la da.
Bibliografia.
Guillermo Maldonado. Como caminar en el poder sobrenatural de Dios. Editorial Whitaker House. Miami 2011. Pag. 137 a la 141.