sábado, 21 de febrero de 2015

EL PROCESO DE LA TENTACIÓN

EL PROCESO DE LA TENTACIÓN.

   Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte. Amados hermanos míos, no erréis. −Santiago 1:13-16. 

  Santiago describe perfectamente el proceso de la tentación. Primero, el enemigo envía pensamientos a nuestra mente, que atraen y seducen; cuando entretenemos esos pensamientos, es como si tuviéramos intimidad con ellos. Lo próximo es quedar embarazados. Entonces, la decisión es nuestra: damos a luz el pecado o lo abortamos.

¿Qué medio usa el enemigo para tentarnos?
   El único acceso que el enemigo tiene a nuestra vida es a través de nuestra mente, pues no puede tocar nuestro espíritu. ¿Por qué la mente? Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él...−Proverbios 23:7.

   El cuerpo obedece a la mente. Si el enemigo sugiere algo a nuestra mente, el cuerpo obedecerá. Si entretenemos esos pensamientos caeremos vencidos por la tentación. “Porque como piensa en su corazón así es él”. Dicho de otra forma, el secreto para vivir con éxito está en nuestra mente.

   El cincuenta por ciento de la Biblia fue escrita para renovar nuestra mente; pues, como pensamos de nosotros mismos, así somos. El enemigo anda detrás de nuestra mente. ¿Quiere ejemplos? Recuerde cuando tiene que salir a evangelizar, ¿qué es lo primero que viene a su mente? “Trabajaste todo el día y estás muy cansado”, “te van a rechazar”, “recuerda cómo te fue la última vez que lo hiciste”.

¿Cómo es el proceso de la tentación?
   Somos tentados, cuando somos atraídos y seducidos por el mal. La concupiscencia concibe y da a luz el pecado, y al consumarse el pecado, da a luz la muerte. La única manera de parar el pecado es abortándolo.

   Nuestra mente no puede concebir pecado si no ha tenido contacto íntimo con pensamientos, sugerencias o tentaciones que guían a la maldad. Tener intimidad con alguien, en el idioma hebreo es la palabra yadá, y equivale a conocerlo carnalmente, pasar tiempo y disfrutar con alguien íntimamente. ¿Con qué está teniendo intimidad? Lo que piense, eso es lo que va a concebir; y lo que conciba, es lo que dará a luz.

¿Qué opciones tenemos? 
■ Seguir hasta el fin, hasta dar a luz el pecado que trae muerte y destrucción; o 
■ Abortar toda forma de pecado.

   Si empezamos a tener intimidad con amigos mundanos y concebimos pensamientos y costumbres mundanas, daremos a luz costumbres y prácticas mundanas, que ofenden a Dios. La tentación siempre estará afuera, esperando para que entremos en intimidad con ella.

¿Cómo abortar un pensamiento malo?
Evitando que se convierta en una fortaleza y teniendo argumentos para refutarlo.

Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas... −2 Corintios 10:4

Fortalezas: En la antigüedad, cuando se hacían las construcciones, primero ponían las paredes alrededor de la ciudad. Las fortalezas no aparecen de la noche a la mañana. Primero, se pone un bloque aquí y otro allá. Se va edificando la fortaleza a medida que se juega con pensamientos. Cuando venimos a ver, lo que tenemos es una gran fortaleza de imaginaciones, conceptos, ideologías, patrones o tradiciones. Cuando esto ocurre, no es tiempo de ir al sicólogo ni al siquiatra, sino de usar armas espirituales.

Argumento: Para tener argumentos y rebatir los ataques del enemigo, la palabra de Dios debe estar siempre en nuestra mente. 
Derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo. −2 Corintios 10:5

Por ejemplo, si usted declara que está sano en el nombre de Jesús, pero el médico le dice que no, lo que tiene que hacer es dar un paso de fe, derribar los argumentos del médico y declarar la palabra de Dios, que es donde radica el poder de sanidad.
Bibliografia.
Guillermo Maldonado. 52 Lecciones de vida II. Clases para Casa de Paz. Enero 2012. Ministerio Internacional El Rey Jesús

No hay comentarios:

Publicar un comentario