martes, 16 de febrero de 2016

LA FE : PRIMERA DIMENSIÓN DE LO SOBRENATURAL. Parte III

                              
      ¿COMÓ RECIBIMOS LA FE DE DIOS?

     La fe de Dios para creer como Él cree se recibe simplemente diciéndole: "Señor, hoy abro mi corazón para que Tú me dinamites con tú fe, para que destruyas en mí toda duda, incredulidad, razonamiento y argumento; para que pueda recibir los milagros que Tú me has prometido; y para que pueda llevar a otros la fe que me has impartido". Amado lector, hoy Dios quiere dinamitarle para que sea fructífero, para que ore por los enfermos y se sanen, para que liberte a los cautivos, para que dé vista a los ciegos, para que abra los oídos de los sordos, para que levante a los paralíticos. Cuando Dios nos dinamita con su fe y somos persuadidos, no es para quedarnos estáticos, sino para tomar acción.

                                           ¿CUÁLES SON LOS ENEMIGOS DE LA FE?

    Hay enemigos de la fe contra los que batallamos todos los días, pero muchas veces no nos damos cuenta porque no los conocemos. Ellos son:

• La incredulidad.
 
Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo. (Hebreos 3:12).

    La incredulidad es un espíritu malo que utiliza la razón para llevarnos a rechazar u oponernos a Dios. Hoy en día podemos ver cómo abunda la incredulidad; aun desde los púlpitos se oyen prédicas que fortalecen la incredulidad, el conformismo y la religiosidad. Estamos rodeados de un mundo hostil hacia Dios y el objetivo es desarrollar la incredulidad. Es más, hoy en día, lidiamos con una "incredulidad educada". ¿A qué me estoy refiriendo? A que la habilidad de razonar intenta suplantar al hombre espiritual; para esto desarrolla argumentos científicos, filosóficos y psicológicos, con el fin de eliminar la fe. La incredulidad se ha convertido en el medio por el cual medimos nuestra realidad; lo que es posible y lo que nos parece imposible. ¡Debemos ser libres de la incredulidad! 

La única razón bíblica para fracasar es la incredulidad.

• Los hechos.
   La verdad es el nivel más alto de realidad, el cual sólo puede ser entendido por revelación. Jesús es la verdad. Cuando Dios dice algo, lo que Él dice es la verdad y eso se cumplirá, a pesar de las circunstancias, o de lo que digan los teólogos, los doctores o el mismo diablo. Dios existe en el ámbito de la verdad. Su nombre es el Gran Yo Soy. (Vea Hebreos 13:8).

                              La verdad es el nivel más alto de realidad.

• La razón.
 Por la fe entendemos haber sido constituido el universo. (Hebreos 11:3)

   "Por la fe entendemos ... ". Nótese que primero es la fe y luego el entendimiento. Creerle a Dios con la razón no tiene sentido, ya que nunca aumentará nuestro nivel de fe. La meta del enemigo es recluirnos dentro de los límites de la razón, como lo hizo con Adán en el jardín del Edén. Por eso, cada vez que buscamos entender a Dios usando la razón volvemos a comer del árbol del conocimiento del bien y del mal.

   Cuando hablo de la razón como enemiga de la fe o de lo sobrenatural quiero que entendamos un punto muy importante: la razón o intelecto tiene su lugar y debemos usarla en este mundo físico para tomar decisiones en la dimensión natural. Dios nos dio la razón con un propósito y es correcto usarla dentro del mundo natural. Pero cuando se quiere usar la razón en el ámbito espiritual, no funciona. A eso me refiero cuando afirmo que la razón es enemiga de la fe. Definitivamente creo en la razón como una capacidad dada por Dios para operar en el mundo natural.

 La fe es la habilidad dada a todo creyente para creer lo que no es razonable. 

    La razón nunca trabaja a favor de la fe. Cuando la razón comienza a funcionar nos aparta de la fe. Por eso, mucho de lo que Dios hizo, y que aparece escrito en la Biblia, carece de sentido para la razón humana. Veamos algunos ejemplos:

• Sadrac, Mesac y Abed-nego fueron echados al fuego y no se quemaron.
 
Y él dijo: He aquí yo veo cuatro varones sueltos, que se pasean en medio del fuego sin sufrir ningún daño; y el aspecto del cuarto es semejante a hijo de los dioses. (Daniel 3:25)

   Para la razón humana no tiene sentido que mientras el rey arrojó a tres personas al fuego, luego aparezcan cuatro personas caminando entre las llamas. Tampoco tiene sentido que ninguno de ellos se quemara en un fuego puesto a la máxima temperatura posible.

• Abraham dio origen a su descendencia en la vejez.
Y no se llamará más tu nombre Abram, sino que será tu nombre Abraham, porque te he puesto por padre de muchedumbre de gentes. (Génesis 17:5) 

   Cuando tratamos de razonar este caso no tiene explicación. ¿Cómo un hombre de 100 años y su mujer estéril de 75 pudieron concebir un hijo? Sólo la fe puede entenderlo.

• Noé edificó un arca.
Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase; y por esa fe condenó al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que viene por Zafe. (Hebreos 11:7)

    El milagro tuvo lugar cuando los animales vinieron de todas partes del mundo y se juntaron en un solo lugar. Los tigres vinieron de Siberia y China, los elefantes de la India, los leones del África, los canguros de Australia. No es normal que hayan venido dos de cada especie y hayan coexistido en el arca durante 40 días, sin comerse el uno al otro -teniendo en cuenta que eran animales salvajes-. Esto sólo se puede entender por fe.

Cuando la razón está ausente, la fe dice presente. Cuando la fe está presente, Dios actúa ahora.

     
    La fe no puede ser juzgada o probada en un juicio en la tierra o en una corte donde la razón es la que impera. No existen libros ni códigos para juzgar la fe. La jurisprudencia juzga en base a la razón humana, la cual tiene que ver con hechos tangibles, que pueden ser probados en base a nuestros cinco sentidos naturales -vista, oído, olfato, gusto y tacto-. Por lo mismo, en ninguna corte humana la fe puede tener cabida.

     Por ejemplo, si un doctor diagnostica una enfermedad, aun cuando la Palabra diga que está sano, el veredicto humano será de enfermedad, porque existen dos razones diferentes y dos ámbitos diferentes: el natural y el sobrenatural. Por tanto, cuanto más intente razonar lo que Dios quiere hacer en usted o a través de usted, más perderá la manifestación del milagro y la bendición.

     Mire lo que sucedió en nuestra iglesia hace algún tiempo. Dios quería traer vida usando vientres estériles y yo hice sólo lo que Dios me mandó a hacer.

    Durante uno de los servicios Dios puso en mi corazón hacer un llamado a las mujeres estériles o que por alguna circunstancia no habían podido tener hijos. Entre la gran cantidad de mujeres que pasaron al altar se encontraba una a quien le habían cortado las trompas hace algunos años, por lo cual era imposible que quedara embarazada. ¡Dios se glorificó en aquella mujer! Al mes siguiente, esa mujer estaba embarazada. Dios hizo un poderoso milagro creativo, le puso trompas y todo su aparato reproductivo completo. Para mayor impacto, fue el mismo médico de la mujer quien advirtió el milagro al hacerle un ultrasonido y encontrar órganos reproductores donde antes no existían. Mientras tanto, el bebé crecía en perfectas condiciones y en su tiempo normal. Hoy, varios meses después, la mujer disfruta y se goza con su hermoso regalo de Dios, un precioso niño que vino al mundo como una muestra del poder sobrenatural de Dios para crear. A menudo vemos en nuestro ministerio decena de mujeres que, según la ciencia médica no pueden tener hijos,
y que cuando activan su fe quedan embarazadas.

Ningún relato bíblico tiene sentido hasta que Dios entra en escena.

    La renovación de nuestra mente, es un proceso por el cual comenzamos a sustituir la razón humana con la lógica de Dios. Sólo cuando nuestra mente es renovada podemos darnos cuenta que todo lo que Él hace tiene sentido. Los predicadores y maestros de la Palabra estamos llamados a predicar de tal manera que la incredulidad no tenga cabida en la gente que nos oye. 

Cuando la razón está ausente todo es posible.  Cuando la fe está presente, hasta lo imposible es posible.


                                   ¿CÓMO MOVERNOS DE LA RAZÓN A LA FE?

     Para poder operar en fe tenemos que desconectar nuestra razón y "perder" nuestra mente. Si usted le cree a su mente, estará creyendo en las razones de un hombre y dudando del poder de Dios. La fe no necesita la razón humana para creer porque supera todo razonamiento y no se basa en el sentido común. La razón se puede convertir en un arma mortal que se vuelve contra usted cuando le da sentido a su enfermedad, pobreza, depresión, problema matrimonial, falta de perdón, amargura, adicción o pecado. Por eso es importante pasar a una dimensión mayor de fe.

El ámbito de lo imposible está fundamentado en la lógica humana y establecido en la razón humana.

                                ¿CÓMO MOVERNOS DE UNA DIMENSIÓN DE FE A OTRA MAYOR?

Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá. (Romanos 1: 17)
 
    La frase que en español se lee, "por fe y para fe", en el original se refiere a ir "de un grado fe a otro grado de fe" o "de una dimensión de fe a otra dimensión de fe". Esto indica que el movimiento no se inicia en el punto de partida o en el principio, sino que arranca desde un lugar ya avanzado. En otras palabras, es un movimiento que nos lleva de un nivel de fe a otro grado mayor de fe. La clave para avanzar es la revelación o conocimiento revelado de Dios. Por eso, la fe y el conocimiento revelado siempre trabajan juntos. De manera que, cuando una
persona no tiene conocimiento revelado no puede moverse al próximo nivel de fe. En cambio, cuando la revelación está presente, hay fe, y ésta nos impulsa a una nueva dimensión.


El nivel de revelación que una persona tenga determinará la medida de fe en que se mueva.
 
     Donde el conocimiento revelado cesa, ahí cesa su fe; se desacelera y entra en el ámbito de lo natural. Usted no puede creer algo que no conoce. Esto quiere decir que no podemos dejar que la fe se estanque. La fe tiene que estar en constante movimiento; por eso vamos de fe en fe. Lo mismo sucede con la gloria; vamos de gloria en gloria. No podemos estancarnos. La vida cristiana nunca fue diseñada para estancarse en un lugar o nivel, siempre será más brillante.

      En el testimonio de una hermana de la iglesia El Rey Jesús, de Orlando, Florida, podemos ver cómo Dios nos lleva a creer primero en algo y eso impulsa nuestra fe para creer por mayores bendiciones.

    Esta mujer llevaba 8 meses congregándose en la iglesia cuando fue tocada por el poder de Dios. Para ese entonces le habían diagnosticado cáncer en el útero por lo que tuvieron que extirpárselo. Una amiga le dijo que aprovechara que yo iba a estar en Orlando para que orara por ella y la mujer aceptó. Yo no la vi, pero Dios si sabía que ella estaba allí. El domingo, mientras ministraba, dice ella en su testimonio que pasé por su lado y dije, "Por este lado el Señor ya sanó", y ella creyó. Sin embargo, la mujer no solamente sufría de esa enfermedad sino que también tenía hiperplasia adrenal congénita-una dolencia que impide que los riñones trabajen bien-, y apnea de sueño, por lo que se quedaba dormida en cualquier lugar. Todo esto había dado lugar a que tuviera problemas en su matrimonio. Pero el proceso por el cual el Señor quería llevarla para ejercitar su fe no terminó allí. Varios domingos después, a través de la pantalla satelital, llamé a las personas que estaban en fornicación, y la mujer reconoció su falta, pues llevaba 15 años conviviendo sin casarse. Esa fue la llave que desató todo, porque apenas se casó, la menstruación que no le bajaba hacia tres años debido al problema uterino, le bajó. Al haberle extirpado el útero, debido al cáncer, ella no podía quedar embarazada. Y aunque soñaba  con darle un hijo a su esposo, la ciencia médica le negaba ese privilegio. Pero el Señor se manifestó grandemente en su vida; tras su matrimonio recibió un milagro creativo y ahora tiene  útero nuevo y cuatro meses de embarazo. Hoy puede manejar sin temor a quedarse dormida y además, está feliz porque recuperó a su esposo y tiene un matrimonio sano que le sirve al Señor.

    Si nuestra fe no se mueve nada sucede. ¿Será posible que estemos estancados en una dimensión de fe? Sí, y existen señales claras que nos muestran cuando nuestra fe se ha estancado. Por ejemplo, cuando no sucede nada nuevo en la iglesia, cuando la congregación no crece, cuando no hay señales, prodigios ni milagros, cuando la presencia de Dios no está en lo que hacemos. La razón principal es que Dios ya no se manifiesta en la dimensión donde nos quedamos. Él quiere que avancemos a un nivel mayor; pero para que eso ocurra necesitamos revelación,una ']réma" de Dios que abra el camino a una nueva dimensión. Si queremos caminar en el ahora no podemos descartar la revelación de Dios para este tiempo. No podemos caminar en la verdad presente con una revelación de ayer; porque la fe es ahora, siempre en el presente.

Para tener fe en el "ahora, debemos tener revelación de la verdad presente.

Aunque vosotros Zas sepáis, y estéis confirmados en la verdad presente. (2 Pedro 1:12)
 
    La verdad es presente y la fe es ahora. Si la fe de ayer fuera suficiente entonces la Biblia no nos mandaría a ir "de fe en fe". Dios quiere hacer algo nuevo y fresco ahora. La fe tiene fecha de expiración. Si no es de ahora no es fe; pero además, la revelación de ayer no sirve para hacer funcionar la fe de ahora. Por eso encontramos que, lo que antes funcionaba hoy ya no funciona; por eso Dios nos impulsa a tomar una dimensión y una revelación nuevas.


     En conclusión, si su vida ha estado estancada, si no se está moviendo, éste es el momento de tomar la decisión de ir con Dios a la otra dimensión. Allí hay algo fresco, algo nuevo, hay milagros, sanidades y provisión de todo tipo. Ahora es el momento de decirle al Señor: "Dame una nueva revelación para ir a otra dimensión de fe. Conéctame con hombres que puedan desatar esa revelación para ir a esta nueva dimensión de fe; y de esta manera ser como Pedro, que puedo ir a bendecir a otros, a orar por los enfermos y por todos los que necesitan un toque de Tu poder sobrenatural". Si queremos movernos en esa dimensión tenemos que empezar por entender la fe, la cual nos da acceso a lo sobrenatural de Dios.
Bibliografia.
Guillermo Maldonado. Como caminar en el poder sobrenatural de Dios. Editorial Whitaker House. Miami 2011. Pag. 112 a la 120.

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