lunes, 8 de febrero de 2016

LA FE : PRIMERA DIMENSIÓN DE LO SOBRENATURAL. Parte I

   La dimensión sobrenatural es un ámbito eterno, invisible, permanente, que nunca cambia; donde todas las cosas son y están completas. Es un perenne "ahora", al cual sólo se puede acceder por medio de la fe. Si queremos conocer y movernos en lo sobrenatural, necesitamos que las tres dimensiones que lo componen nos sean reveladas; pero además, que podamos entenderlas. Ellas son fundamentales para tener entrada al poder sobrenatural de un Dios sobrenatural. Esas 3 dimensiones son:
• Fe
• Unción
• Gloria

   En la iglesia de Cristo ha habido movimientos legítimos del Espíritu Santo que han bendecido a miles y miles de personas; pero, como en todo movimiento, siempre hay gente que lleva una verdad al extremo, hasta convertirla en una atadura, que luego se convierte en dogma, que frena el mover del Espíritu Santo. La fe es una de esas verdades que suele ser mal entendida. Hay personas que piensan que están viviendo en fe cuando en realidad no lo están. Desafortunadamente la fe ha sido reducida a algo natural, cuando es sobrenatural; así que, comenzaré por definir lo que no es fe. ¿Qué no es fe? La fe no es presunción ni optimismo. Pueden parecerse a la fe, pero no son fe.

¿Qué es la fe?
 Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. (Hebreos 11:1)

   Fe es la palabra hebrea "emuná': que significa firmeza, seguridad, fidelidad, reino, veracidad, honradez, lealtad. Como vemos, cada uno de esos significados describe la naturaleza misma de Dios. Así que no se trata de presunción ni de optimismo. El factor que determinará que el Señor actúe, es el hecho que Dios no puede mentir ni incumplir lo que ha prometido. Si Él lo ha dicho, puede usted tener la certeza y la convicción que así será.

• Fe es la mente del Espíritu Santo revelada al hombre para que opere y tenga dominio sobre esta dimensión de tiempo, espacio y materia.

Ahora, fe es la garantía (la confirmación, el título de propiedad) de las cosas que (nosotros) esperamos, es la prueba de las cosas que (nosotros) no vemos y la convicción de su realidad (la fe percibe como un hecho real lo que no está revelado a los sentidos]. (Hebreos 11:1, traducido de la Biblia Amplificada)

   El original griego dice así: "Ahora la fe es la realidad del fundamento donde la esperanza radica o se establece, es la realidad de todo lo que existe y ejerce control y dominio sobre las cosas que no vemos".

   Fe es la habilidad divina dada al hombre para rebasar el ámbito natural. Si Dios hubiese querido, desde el principio, que el hombre sólo viviera en la dimensión natural nunca le hubiese dado fe. Dios creó la dimensión natural, está en ella y fuera de ella, pero no está atado a ella. Dios fijó el tiempo a la tierra, pero cuando hizo al hombre puso eternidad en él para que pudiera vivir en las dos dimensiones: la natural y la sobrenatural. El ámbito invisible es superior al natural; es la verdad por la que el mundo invisible domina al mundo visible en que vivimos.

 ¿Cuál es el conflicto en la mente del hombre?
 
   El hombre pretende definir a Dios desde el ámbito natural en que él se desenvuelve, pero Dios es mucho más que tiempo, espacio y materia. Toda nuestra vida, circunstancias y problemas están relacionados con la dimensión natural. El rompimiento viene cuando comenzamos a operar a través de la fe. 

No se conformen a este mundo (a este siglo) [el cual fue creado y adaptado a sus tradiciones externas y superficiales]. (Romanos 12:2, traducido de la Biblia Amplificada) 

Tiempo, espacio y materia sólo pueden dominar en el ámbito natural.
   Para nosotros, el ámbito natural es lo real; pero enlamente de Dios, esta dimensión está sujeta a maldición. La naturaleza se ve arrasada por la maldición que fue puesta sobre ella después de la caída, y clama por la manifestación sobrenatural de los hijos de Dios. No debemos acomodarnos a una dimensión siempre cambiante. Nuestra fe necesita valores absolutos como, Jesús, Su reino y Su Palabra.

 Todo aquello a lo cual usted se conforma va a venir a ser su realidad.

¿Cuál es la diferencia entre la dimensión natural y la sobrenatural?
 
   El ámbito espiritual es eterno, permanente y opera en un perenne "ahora" o presente continuo. Para entender mejor este concepto, diferenciemos la dimensión natural y la eternidad. La dimensión natural es como una línea recta, que tiene un principio y un fin. La eternidad es un círculo, sin principio ni final. Cuando usted entra en la eternidad todas las cosas son; ése es el hábitat de Dios, donde no existe tiempo. Él puede traspasar al tiempo; no es donde vive, pero puede venir cuando quiera. Sin embargo, Él siempre habla a la existencia desde el ámbito eterno.

Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad.... (Isaías 57:15)

   La fe nos permite cruzar la línea del ámbito natural y alcanzar la eternidad. Nosotros tenemos que decidir en qué ámbito queremos vivir: en el ámbito del tiempo o en el ámbito de la eternidad. Si caminamos en la dimensión espiritual, recibiremos en el mundo natural todos los beneficios que Jesús proveyó a través de la cruz. En la dimensión espiritual, todo es, todo está hecho, todo está completo: salud, liberación, prosperidad, salvación, fortaleza, paz y toda la provisión material, emocional y espiritual que podamos necesitar en esta tierra; todo ya fue
provisto por Jesús en la cruz. ¿Cómo podemos traerlas a la tierra? Únicamente por medio de la fe.
¿Qué representa la dimensión natural?
 
   Lo visible representa nuestro ambiente, por eso necesitamos un rompimiento-traspasar la barrera del tiempo, del espacio y la materia-para salir de nuestro ambiente, donde el tiempo nos ha esclavizado a sus leyes. Necesitamos ser libres de las amarras que nos mantienen sujetos a los sentidos. No tenemos que oler, sentir, gustar, oír o ver, para creer. Si sabemos que la fe es, entonces lo imposible será posible, porque la fe tiene dominio y control sobre las leyes del tiempo, espacio y materia. Un ejemplo de esto es cuando vamos al banco para que financien nuestra casa. El banco estipula 30 años para completar el pago; si hacemos las cuentas, al final de ese tiempo habremos pagado 4 veces el valor inicial de la casa. En este caso, quien determinó el tiempo para completar el pago fue el banco. Pero, ¿qué tal si nosotros determinamos el tiempo, haciendo uso de nuestra fe, y pagamos esa hipoteca en sólo 5 años? Entonces, por nuestra fe, permitimos que Dios, de forma sobrenatural, traiga a nuestro mundo natural los recursos para no sujetarnos a una deuda por largo tiempo, sino a la provisión divina. Entonces rompemos las leyes del tiempo. ¡Sujétese a la provisión, no a la deuda!

   Yo hago mis planes de acuerdo a la fe, no de acuerdo al tiempo. Por ejemplo, el banco financió la hipoteca de mi casa a 30 años, pero yo creí que Dios podría pagar ese préstamo en sólo 5 años. Hace un año yo declaré, "Señor, estoy creyendo que mi casa se pagará por completo dentro de los próximos 5 años. Dios, yo no quiero vivir con deudas, así que te pido que pagues mi casa". Hace unos meses, uno de mis "hijos espirituales" de Brasil, vino y me dijo, "Pastor, acabo de cerrar un negocio y el Señor puso en mi corazón pagarle su casa". Este hombre no es excepcionalmente rico. Yo nunca le había mencionado nada acerca de este asunto, ni le había pedido que lo hiciera. Él siguió la dirección del Señor. En ese instante, los que yo había creído se manifestó. La mayoría de la gente vive sólo de acuerdo al tiempo. Cuando el banco les dice que les tomará 30 años pagar su casa, lo creen y hacen planes conforme a eso. Sin embargo, si hace planes conforme al mundo espiritual, y no de acuerdo al mundo natural, usted podrá romper las leyes del tiempo.

   Veamos otro ejemplo. El médico le dice a una persona: "La enfermedad que tiene es hereditaria; sus abuelos la padecieron, también sus padres y ahora usted la padece". El doctor le explica: "Sus padres murieron de cáncer, y eso es genético". Le explica que tiene que someterse a un tratamiento doloroso "de por vida". Ahí usted tiene que tomar una decisión: rompe la maldición y comienza a operar de acuerdo con la fe para recibir su sanidad o se queda a esperar el desenlace que el médico le ha pronosticado. ¡Aprópiese de lo que Jesús ya hizo! ¡Eso es vivir por fe!


   Cuando Dios me habló de construir el actual templo de El Rey Jesús, con capacidad para seis mil personas, todos los contratistas me dijeron que tomaría un mínimo de 5 años edificarlo. Sin embargo, yo le creí a Dios para construirlo en un lapso de dos a 3 años; y así fue. Él proveyó las finanzas, reunió a las personas adecuadas y terminamos el edificio en 28 meses, dentro del tiempo que yo había creído. ¡Ahí mi fe rompió las leyes del tiempo! Si a mí me sucedió, a usted también puede ocurrirle; sólo tiene que decidirse a vivir por fe y no por vista.

   Probablemente usted refute: Sí, para usted es fácil decirlo porque Dios le ha bendecido con dones, gracia y favor. ¡Claro que sí! Pero déjeme decirle que yo comencé como cualquiera de ustedes. Cuando Dios me habló de edificarle el santuario para 6.000 personas, me dijo que éste se construiría sin deudas. Al recibir un estimado del costo de semejante construcción, le digo que tuve que estirar mi fe porque la suma total llegaba a 25 millones de dólares, entre terreno y edificación. En el momento que el Espíritu Santo me dio la orden de comenzar a construir, no tenía el dinero; sólo tenía fe. Eso fue impactante, porque nunca se había hecho algo así antes; menos en la comunidad latina. Pero pusimos manos a la obra, obedeciendo a Dios, cuando la realidad nos mostraba que sólo teníamos $700.000 dólares en el banco, que apenas cubrían el costo de las vigas del templo. Pero Dios, a través de sus profetas, me confirmó lo que me había dicho. Fue entonces cuando recibí la promesa bíblica que me sostuvo durante toda la edificación.

Porque Jehová Dios de Israel ha dicho así: La harina de la tinaja no escaseará, ni el aceite de la vasija disminuirá. (1 Reyes 17:14)

   Este verso se cumplió a cabalidad. En promedio pagábamos $500.000 dólares mensuales, y yo tenía que creer por ese monto cada mes. Durante 28 meses pudimos experimentar la fidelidad de Dios, más allá de toda lógica humana, y Él nunca nos falló. Hubo varias ocasiones en que debíamos pagar cuentas de $800.000 y faltando 5 días para el vencimiento sólo teníamos  $50.000 en el banco. Pero Dios fue fiel y nos proveyó más de 25 millones de dólares, en menos de 2 años y medio. Tampoco fue que alguien ofrendó millones de dólares; la ofrenda más grande que recibimos fue de $250.000 dólares. El resto provino del esfuerzo unido de un pueblo fiel, al cual Dios bendijo para que ofrendara.

   Pagamos la construcción en efectivo y Dios no usó millonarios, sino que lo hizo con empleados, obreros, profesionales, jóvenes y amas de casa; gente común y corriente, como usted y como yo. Él hizo esto para que Su nombre fuera glorificado y pudiéramos anunciar a los cuatro vientos, que Él es el proveedor. Si lo hizo conmigo, también lo puede hacer con cualquiera que en Él crea. Esto ha servido de testimonio para que muchos entiendan que, cuando Dios dice algo y lo creemos, podemos considerarlo hecho. Hoy en día muchos hijos espirituales, y aun otros pastores, han tomado este testimonio como ejemplo para edificar templos sin deuda. Dios lo está haciendo. ¡Gloria a Dios!

• La fe es ahora.
 
  ¿Cuándo es el tiempo de la fe? La fe es ahora. La fe es el pasado y el futuro reunidos en elpresente, lo cual constituye el ahora.

                                    Y respondió Dios a Moisés: Yo soY EL QUE soY. (Éxodo 3:14)

   Dios no necesita el tiempo; Él habita en el ahora. No necesita el día ni la noche para obrar, porque en el ámbito sobrenatural el pasado y el futuro se juntan en el presente. Desde el punto de vista de Dios su futuro puede invadir su presente. Una de las razones por las que no vemos manifestaciones sobrenaturales en la iglesia, como milagros, señales y maravillas, es que todo esto toma lugar en el ahora y nosotros vivimos esperando que esas cosas sucedan en el futuro. Hay un gran número de hombres y mujeres de Dios que siempre hablan en futuro; dicen que Dios traerá un avivamiento, que hará grandes milagros, que nos visitará con Su gloria; usan un lenguaje que constantemente está en el futuro, no en el ahora. ¡La fe es ahora!

   Podemos creer que Dios está trayendo un avivamiento ¡ahora!, que Dios está haciendo milagros ¡ahora!, que la cosecha más grande de almas que jamás hayamos visto en la historia de la iglesia es para recogerla ¡ahora! La fe comprime el tiempo; por tanto, aquello que normalmente tomaría un año, lo hace en un día. Todo es de acuerdo con nuestra fe.

La fe es el radar de Dios en el creyente para determinar la distancia y tiempo entre lo natural y lo sobrenatural, lo visible y lo invisible.

Determinarás asimismo una cosa, y te será firme, y sobre tus caminos resplandecerá luz. (Job 22:28)
 
   Un día estaba orando en mi casa, antes de ir al servicio de nuestra iglesia, cuando el Espíritu Santo me dio lo siguiente: "Si Mi pueblo cree Mi palabra, no habrá espíritu de enfermedad que le haga frente". Así lo creí y así lo enseñé en el servicio y muchos milagros ocurrieron.

   Éste es un testimonio que ilustra fielmente lo que estoy explicando: Cierto día me pidieron que orara por un bebé que había nacido con el sistema pulmonar colapsado, tenía hemorragia cerebral, además sufría de retinopatía, con riesgo de ceguera permanente. Todas esas dolencias se habían originado por la cantidad de oxígeno que le habían suministrado al momento de nacer. En el hospital ya le habían hecho cinco transfusiones de sangre. Según los médicos debía permanecer ingresado por tiempo indefinido hasta que se recuperara. Así que oré por el niño declarando que lo que es imposible para los hombres es posible para Dios. Una semana después, los médicos no tenían otra alternativa más que darle de alta al bebé, ya que estaba completamente curado y todos sus sistemas funcionando perfectamente normal, como si nada hubiese sucedido. En este caso, la ciencia misma tuvo que dar testimonio de la sanidad del niño, puesto que ellos tenían los resultados de antes y después. ¿Qué pasó allí? La madre activó su fe y comprimió el tiempo; superó todas las leyes naturales y activó sobre su hijo el poder sobrenatural de Dios.

La fe no es en el futuro, porque la fe no va a ser; la fe es ahora.
 
   La mayor parte de creyentes conocen de dónde vinieron. Algunos saben adónde van. Sin embargo, muy pocos creen lo que son ahora. Muchos no están conscientes de lo que Dios está haciendo y diciendo ahora. Cuando nos salimos de la fe para vivir según lo que vemos, el enemigo nos lleva a enfocarnos en los problemas, enfermedades y dificultades; pero recordemos que todo eso es temporal; por fe sabemos que todo está pasando y muriendo cada segundo. La enfermedad está pasando, la pobreza está pasando, la opresión en tu mente y la depresión están pasando. Por fe tenemos que creer que Dios está interviniendo ahora.

   Ahora es el tiempo de activar su fe. En este instante, usted declare y designe el tiempo, la distancia para recibir su sanidad de ese cáncer o de la enfermedad que lo esté quejando; declare que ese dinero que necesita aparece sobrenaturalmente. Declare un tiempo -que puede ser 3 o 5 días-, para que Dios haga ese milagro. Usted debe determinar el tiempo, Dios no lo va a hacer. Él ya dijo que usted está sano, que es próspero. Las cosas en el espíritu ya son y están completas; por eso el nombre de Dios es, "Yo soY EL QUE Soy'', Él puso en nosotros la habilidad de determinar la distancia entre las dimensiones de lo visible y lo invisible. Cuando usted habla hay materia en su boca para crear por la palabra y activarla por medio de la fe de Dios.
Bibliografia.
Guillermo Maldonado. Como caminar en el poder sobrenatural de Dios. Editorial Whitaker House. Miami 2011. Pag. 97 a la 106.

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