sábado, 6 de febrero de 2016

JESÚS Y LA CRUZ, LA ÚNICA FUENTE LEGAL DE PODER SOBRENATURAL. Parte IV


 ¿CUÁLES SON LOS BENEFICIOS DE LA CRUZ?


• La cruz nos liberó del "viejo hombre".


 Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él. (Romanos 6:6)

   El "viejo hombre" es nuestra antigua naturaleza pecaminosa, adámica, la cual se puede resumir en una sola palabra: rebeldía. Hay un hecho muy real en cada uno de nosotros, y es que por dentro llevamos un rebelde. Nacimos así, fuimos concebidos y formados en iniquidad, y para vencer ese hombre rebelde la única solución es la ejecución en la cruz, la cual ya tomó lugar en Cristo Jesús. Éste es un hecho histórico, real; nada lo puede cambiar. Sabiendo esto y creyéndolo entonces seremos libres.

• La cruz nos liberó del ego.
   El ego es la parte del alma donde se encuentra alojado lo que "yo siento", lo que "yo quiero" y lo que "yo pienso". Mucha gente no se entrega a Cristo por egoísmo; porque tiene miedo de dejar su comodidad, seguridad, familia, dinero, posición o sentido de seguridad.

                             El ego es el mayor obstáculo para cumplir la voluntad de Dios.
 
    Una manifestación del ego es el egocentrismo o egoísmo. Esto equivale a pensar que Jesús gira alrededor de uno; es creer que somos el centro de atención del mundo y que todos los demás merecen menos aprecio y estima que nosotros. Es creer que Jesús está para agradado a uno, cuando en realidad, Jesús no existe para agradarnos a nosotros, sino que nosotros vivimos para agradado a ÉL Algunas de las manifestaciones de un ego no crucificado son: el orgullo, la ambición personal, el nacionalismo radical, el sectarismo y el racismo. ¿Cuál es el remedio contra el ego? La respuesta es la cruz. Todo ministerio, todo hombre o mujer que no se somete al principio de la cruz corre el peligro de corromperse. Por lo tanto, tenemos que decidir aplicar la cruz a nuestro ego; de lo contrario nos volveremos víctimas del espíritu de brujería, el cual usa al ego para ejercer dominio y señorío a la fuerza.

   Una vez que usted ha aplicado la cruz a su ego, Satanás no lo puede tocar. La cruz es el único lugar seguro. Puedo darme cuenta cuando una persona está aplicando la cruz sobre su ego, en que es una persona humilde y quebrantada, cuando habla y cuando actúa. En el polo contrario, existen muchas personas que viven una vida de negación a sí mismas pero al mismo tiempo carecen de poder, porque la religión las ha llevado a buscar la salvación por obras. Una vez más recordemos que, no es a través de nuestro esfuerzo y disciplina que seremos santos sino a través del poder de la gracia desatada en la cruz.

         Cuanto más me niego a mi mismo más poder manifiesta Dios a través de mi.

• La cruz nos liberó de la carne.Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. (Lucas 9:23)

   La carne siempre quiere actuar independiente de la voluntad de Dios. Para vivir en la carne, sólo basta con hacer nuestra voluntad. Sin embargo, si aplicamos el poder sobrenatural de Dios sobre la carne, podremos vivir siempre en victoria.

• La cruz nos liberó del mundo.
Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo. (Gálatas 6:14)
 
   La mayoría de los creyentes viven agobiados por el sistema del mundo; por el poder, comodidades, deseos, recompensas, temores y ansiedades. ¿Qué nos recomienda la Biblia? Nos manda a no permitir que el mundo nos meta en su molde. Para evitarlo, debemos desechar la mentalidad mundana y comenzar a renovar nuestra mente, a fin de pensar como Dios piensa. Esto no significa aislarnos de la gente. Dios ama al mundo pero odia su sistema anti-Dios. Tenemos que ir al mundo para ser luz a la gente que permanece con los ojos vendados. Relaciónese con el mundo para llevarle hacia Cristo, no para unirse a lo que ellos hacen.

• La cruz nos liberó del poder y la autoridad de Satanás.y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz. (Colosenses 2:15)

   En la cruz, Cristo le propinó al diablo una derrota total, irrevocable, eterna y permanente. Nada hay que Satanás pueda hacer para cambiar esto; es irreversible; no hay más que hacer. Si entramos en contacto con el enemigo en cualquier otro punto que no sea la cruz vamos a ser derrotados. Pero si lo confrontamos en la cruz, seremos victoriosos. Satanás no puede cambiar la obra de la cruz. Es eterna. Lo que sí puede hacer es camuflarla, oscurecerla; y hacia esa dirección apuntan sus estrategias.

   Las batallas son a diario, pero Cristo nos da la victoria, como podemos ver en el siguiente testimonio: Rescatar y restaurar la vida de jóvenes drogadictos es frecuente en nuestra iglesia. Éste precisamente es el caso de un joven adicto a consumir todo tipo de drogas, práctica que mezclaba con rituales satánicos. Después de participar en estos rituales, caía en terribles ataques de ira, de los cuales hasta él mismo se asustaba. Gracias a Dios, en algún momento de su vida reconoció que necesitaba ayuda, y llegó a nuestra iglesia con la esperanza de ser libre de esa atadura. Mi esposa se hizo cargo de este caso, ministrando día tras día al joven, con pasión y perseverancia, hasta que el poder de Dios lo liberó del cautiverio en el que se hallaba sumergido. ¡Dios lo liberó! En la actualidad, podemos dar fe que ese joven está totalmente liberado. Hoy es un testimonio de servicio incondicional en la iglesia. Es un hombre nuevo. Sin duda, el Señor lo trajo con un propósito. Dios quería que él fuese libre de sus ataduras y le sirviera. Cuando tomamos el camino de la cruz, muchos beneficios adicionales vienen a nosotros. Por ejemplo, liberación, sanidad y libertad de todas las ataduras, incluyendo la pobreza.

 ¿QUÉ MENSAJE DEBEMOS PREDICAR PARA QUE EL PODER DE DIOS SE DESATE?

                                    Pero nosotros predicamos a Cristo crucificado. (1 Corintios 1:23)
 
    Hoy en día hemos sustituido el mensaje de la cruz por toda clase de mensajes que no transforman ni edifican a las personas; que no son capaces de producir milagros porque carecen de poder. Tenemos que volver a poner el mensaje de la cruz en el lugar que le corresponde. La iglesia necesita conocer esta verdad.

            El único mensaje que desata el poder sobrenatural de Dios es el de la cruz.

   ¿Predica usted a Cristo y a éste crucificado? ¿Por qué no vemos el poder de Dios en nuestra vida o en nuestro ministerio? ¿Por qué no vemos a los enfermos sanarse? ¿Por qué no vemos que los ciegos recuperan la visión? ¿Por qué no vemos que los paralíticos caminan? ¿Por qué no vemos el cáncer secarse y desaparecer? La respuesta es una sola: Porque no predicamos el mensaje correcto, el mensaje de la cruz.

Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres. (1 Corintios 1:25)

                                       La cruz es la verdadera fuente de sabiduría y poder. 

  Sin el poder de la cruz podemos tener buena moral, buena ética cristiana, buenas intenciones, y aun predicar buenos sermones, pero no podremos producir cambios ni transformaciones en el corazón de la gente. En cambio, si predicamos el mensaje de la cruz, el cual es Cristo y éste crucificado y resucitado, veremos el poder sobrenatural de Dios confirmado con milagros, señales y maravillas. Jesús murió, resucitó y venció, con todo poder y autoridad, para delegarnos el poder que desató en la cruz, de modo que continuemos Su ministerio en la tierra, expandiendo el reino de Dios por todo el mundo.
Bibliografia.
Guillermo Maldonado. Como caminar en el poder sobrenatural de Dios. Editorial Whitaker House. Miami 2011. Pag. 90 a la 96.

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