sábado, 27 de febrero de 2016

LA UNCIÒN: SEGUNDA DIMENSIÒN DE LO SOBRENATURAL.Parte I


¿QUÈ ES LA UNCIÒN?


      Unción es la habilidad dada por Dios al creyente para hacer la obra del ministerio y para que pueda servirle. Ungir significa untar, aplicar aceite o ungüento, poner aceite con el fin de consagrar. El acto físico de ungir con aceite es la confirmación de un llamado o función, sellado por el Espíritu Santo, en el cual el aceite es sólo el símbolo visible. La persona que unge a otra actúa como agente de Dios. Ella derrama el aceite pero es Dios quien envía Su Santo Espíritu. Desde tiempos remotos, la unción ha sido la forma como se sella la consagración a Dios, de personas que fueron llamadas a cumplir funciones especiales; por ejemplo, reyes y sacerdotes. Mediante el acto de ungir se habilita a quien recibe la unción para que cumpla las funciones que se le asignan.

La unción es Dios haciendo Sus obras usando nuestra humanidad.

 ¿Cómo se denomina el poder en el ámbito ministerial?

   En el ámbito ministerial o de servicio el poder es llamado Unción Santa.

Hallé a David mi siervo; lo ungí con mi santa unción. (Salmos 89:20)

¿Cómo se preparaba el aceite de la santa unción en el Antiguo Testamento?

Tomarás especias finas: de mirra excelente quinientos siclos, y de canela aromática la mitad, esto es, doscientos cincuenta, de cálamo aromático doscientos cincuenta, de casia quinientos, según el siclo del santuario, y de aceite de olivas un hin. Y harás de ello el
aceite de la santa unción; superior ungüento, según el arte del perfumador, será el aceite de la unción santa. (Éxodo 30:23-25)

   La unción en el Antiguo Testamento era apenas una sombra de lo que hoy, en el Nuevo Pacto, podemos disfrutar. Dios instruyó a Moisés acerca de cómo preparar el aceite de la santa unción y fue muy específico en cuanto a los ingredientes a usar, cada uno de los cuales es un símbolo profético de algo que habría de venir en el Nuevo Testamento. Los ingredientes eran los siguientes:

• Mirra
   La mirra es una hierba de aroma muy agradable pero de sabor amargo. Representa sufrimientos, padecimientos, quebrantos, muerte, pruebas, tribulaciones, persecución. La mirra representa el precio que pagamos por la unción. Mucha gente quiere la unción pero no está dispuesta a pagar el precio de portarla.
• Canela
   Representa firmeza y estabilidad. Estos dos elementos se aplican al carácter del cristiano y son fundamentales para operar en la unción.
• Cálamo
   El cálamo es una caña aromática, recta, rojiza, que huele a jengibre; se asocia a los dones del Espíritu Santo y la autoridad divina. Esto nos da a entender que la unción fluye en nosotros
cuando funcionamos bajo autoridad.
• Casia
   La casia es un arbusto de flores amarillas, de agradable aroma, cuyas hojas se secan y pulverizan para preparar el aceite de la unción. El nombre proviene de una raíz hebrea que significa doblar, humillar, hacer reverencia. Por lo mismo, la casia representa oración, alabanza y adoración. La unción genera deseos de orar y adorar a Dios.
• Aceite
   El aceite para ungir es extraído del fruto del árbol del olivo y representa al Espíritu Santo. La unción tiene dos características importantes: es una sustancia celestial tangible la cual se puede almacenar en la ropa u objetos, pero además es transferible de un cuerpo a otro. Revisemos este testimonio que nos muestra cómo la unción se acumula en los objetos: Hace algunas semanas llevaron mi carro al taller para que le hicieran los servicios de rutina. Había en el taller un mecánico que sufría de intensos dolores, producto de algunas piedras que le habían sido diagnosticadas en los riñones. El dueño del taller, sabiendo que ese era mi carro, le dijo al mecánico que se sentara en la silla del conductor y se pasara las llaves por donde le dolía. En el momento mismo que el hombre se sentó y se pasó las llaves por la espalda, le dieron ganas urgentes de ir al baño. Cuando regresó traía en sus manos todas las piedritas que había expulsado. De inmediato se le fue el dolor completamente. Sin duda, la llave no cura, pero la unción de Dios acumulada en los objetos, tiene poder para obrar milagros.

 ¿Cuál era el propósito del aceite de la santa unción?

   El aceite de la santa unción tenía como propósito: ungir el tabernáculo, los utensilios santos, y ungir a los sacerdotes, a fin de consagrarlos, identificarlos y prepararlos para que la gloria de Dios descienda.

Con él ungirás el tabernáculo de reunión, el arca del testimonio. (Éxodo 30:26)

   Esto también se refiere a nosotros hoy. Dios primero nos unge con su unción santa, nos consagra y santifica para recibir Su gloria. En el tabernáculo nadie podía tocar un instrumento o utensilio, a menos que fuera ungido, porque la unción es la que nos alista para poder pararnos en la presencia de Dios. 

¿Cuál es la diferencia entre talento y unción?

   Mucha gente confía y depende solamente de su talento, a tal punto que cuando alaba, adora y sirve a Dios, no lo hace de corazón. No se trata de cuán talentoso es usted sino de qué tan ungido esté. He visto personas sin mucho talento que cuando alaban traen la presencia de Dios como nadie más podría hacerlo. Soy de los que creen que los dones y talentos hacen falta, pero debemos depender por completo de la unción del Espíritu Santo.

En él también vosotros ... fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa. (Efesios 1:13)

   En el capítulo anterior vimos que la Biblia hace varias referencias acerca de las medidas. Un ejemplo conocido es la medida de nuestra fe. Afirmé entonces que la medida de fe, es nuestra esfera de influencia y el nivel de autoridad que tenemos. De allí que se haga necesario en nuestra sociedad, unir las medidas y los dones de cada uno, para operar con mayor poder. Nos necesitamos unos a otros. Yo necesito su medida - su esfera de influencia y autoridad- y usted necesita la mía. Cuando las medidas y los dones se unen, la gloria de Dios desciende. De otra manera, Su gloria no viene.

• La unción personal
   Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo. (Efesios 4:7) 

    La unción personal es la medida de gracia sobrenatural que Dios le da a cada creyente, a fin de que pueda cumplir con su llamado. Por ejemplo, una unción personal para negocios, para restaurar familias, para hacer milagros; o quizá una unción gubernamental, ministerial o profética.
• La unción corporal
De este modo, todos llegaremos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a una humanidad perfecta que se conforme a la plena estatura de Cristo. (Efesios 4:13, NVI)

   La unción corporal, es la unción del Espíritu Santo que es derramada cuando todos los presentes se vuelven uno en Cristo. Cuando eso pasa, vemos a Cristo operando a través de la iglesia, haciendo milagros, señales y maravillas, mil veces mayores, fuertes y poderosos que con la unción personal. Por esa razón, Dios siempre nos manda a buscar la unidad y a depender unos de otros, según nuestras medidas, con el fin de ser poderosos sobre la tierra, tal como lo fue Jesús. Otro término frecuentemente asociado con la unción es la palabra "manto".

¿Qué es un manto?
   La palabra manto tiene varios significados, pero es en esencia, "una prenda sin mangas, floja, que es usada sobre otros vestidos ... una capa simbólica que representa superioridad o autoridad". También hace referencia a "la parte del interior de un planeta, especialmente la tierra, que yace bajo la corteza y la base central". En todos estos significados, el manto representa una cobertura o protección.

El manto o unción es nuestra cobertura mientras vivimos en la tierra.

   En el área espiritual la palabra manto también tiene un significado extenso y profundo. Incluye gloria, bondad, poderío, excelencia, nobleza, autoridad, fortaleza, esencia y gran valía.

Los dos mantos de Jesús

• El manto de Su deidad que es Su gloria.
Cristo Jesús,...siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo. (Filipenses 2:6-7)

   Antes de venir a la tierra, Jesús se despojó de Su manto de gloria. Sin embargo, en el evangelio de Juan aparecen siete señales milagrosas que confirman su identidad como el hijo de Dios. El Padre personalmente dio testimonio de su deidad. Él vino como un hombre cualquiera, bajo la unción del Espíritu Santo, pero sin el manto de Su gloria, el cual dejó en el cielo.
• El manto de Su humanidad que es Su unción.
 Porque el que Dios envió, las palabras de Dios habla; pues Dios no da el Espíritu por medida. (Juan 3:34)


  ¿Qué debemos aprender de esto? Que Jesús venció al diablo y sus demonios, como un hombre común y corriente, pero con la unción del Espíritu Santo. Él sanó a todos los enfermos,a leprosos, ciegos y sordos; echó fuera demonios y resucitó muertos, no como Dios, sino como un hombre lleno del Espíritu Santo. Si Jesús lo hizo, nosotros también podemos hacerlo. De hecho, Él mismo prometió que cosas mayores haríamos. (Vea Juan 14:12).

La unciòn viene de Dios al hombre, pero la imparticiòn es dada de un hombre a otro por la voluntad de Dios.

   Hay personas que tienen una gran unción pero no tienen la habilidad de impartirla, posiblemente por la incapacidad de ver más allá de sí mismas o de su ministerio. También es posible que estando bajo un ministerio apostólico y profético, por causa de la fe, el pueblo reciba la impartición de toda clase de dones. La clave para esto es tener siempre un corazón abierto y generoso.

    En las décadas de los '50 y '60 Dios levantó muchos hombres con el fin de traer un gran avivamiento por medio de sanidades, milagros, señales y maravillas; pero la mayoría de ellos
nunca cayó en cuenta que la unción y la gracia que habían recibido era para enseñar, entrenar y equipar a la iglesia. Lo hicieron solos y no trasfirieron o impartieron su manto para que otros continuaran. Hoy admiramos a esos generales de Dios, lamentablemente, la unción que estuvo sobre ellos también  murió con ellos, porque fallaron en enseñarle a la iglesia a fluir en el mismo poder sobrenatural, tal como Jesús lo hizo con Sus discípulos.

   La impartición es una intervención directa del Espíritu Santo, quien toma del don de un hombre y le da una medida a aquellos que lo piden desesperadamente. ¿Es una transferencia de una persona a otra? Sí; es un misterio que permite que los dones de unos lleguen a otros. El que imparte trabaja juntamente con el Dador de los dones. Como dato interesante puedo decir que la impartición produce una similitud entre el que recibe y el que da.

 ¿Cómo podemos impartir dones o virtud a otros? Por medio de libros, prédicas, enseñanzas, profecías, por la palabra de Dios, por medio de la imposición de manos y hasta por pañuelos o ropa ungidos. Recibimos impartición cuando capturamos el espíritu del manto que está sobre un hombre de Dios, lo cual puede ocurrir también por asociación.
Bibliografia.
Guillermo Maldonado. Como caminar en el poder sobrenatural de Dios. Editorial Whitaker House. Miami 2011. Pag. 121a la 129.

martes, 16 de febrero de 2016

LA FE : PRIMERA DIMENSIÓN DE LO SOBRENATURAL. Parte III

                              
      ¿COMÓ RECIBIMOS LA FE DE DIOS?

     La fe de Dios para creer como Él cree se recibe simplemente diciéndole: "Señor, hoy abro mi corazón para que Tú me dinamites con tú fe, para que destruyas en mí toda duda, incredulidad, razonamiento y argumento; para que pueda recibir los milagros que Tú me has prometido; y para que pueda llevar a otros la fe que me has impartido". Amado lector, hoy Dios quiere dinamitarle para que sea fructífero, para que ore por los enfermos y se sanen, para que liberte a los cautivos, para que dé vista a los ciegos, para que abra los oídos de los sordos, para que levante a los paralíticos. Cuando Dios nos dinamita con su fe y somos persuadidos, no es para quedarnos estáticos, sino para tomar acción.

                                           ¿CUÁLES SON LOS ENEMIGOS DE LA FE?

    Hay enemigos de la fe contra los que batallamos todos los días, pero muchas veces no nos damos cuenta porque no los conocemos. Ellos son:

• La incredulidad.
 
Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo. (Hebreos 3:12).

    La incredulidad es un espíritu malo que utiliza la razón para llevarnos a rechazar u oponernos a Dios. Hoy en día podemos ver cómo abunda la incredulidad; aun desde los púlpitos se oyen prédicas que fortalecen la incredulidad, el conformismo y la religiosidad. Estamos rodeados de un mundo hostil hacia Dios y el objetivo es desarrollar la incredulidad. Es más, hoy en día, lidiamos con una "incredulidad educada". ¿A qué me estoy refiriendo? A que la habilidad de razonar intenta suplantar al hombre espiritual; para esto desarrolla argumentos científicos, filosóficos y psicológicos, con el fin de eliminar la fe. La incredulidad se ha convertido en el medio por el cual medimos nuestra realidad; lo que es posible y lo que nos parece imposible. ¡Debemos ser libres de la incredulidad! 

La única razón bíblica para fracasar es la incredulidad.

• Los hechos.
   La verdad es el nivel más alto de realidad, el cual sólo puede ser entendido por revelación. Jesús es la verdad. Cuando Dios dice algo, lo que Él dice es la verdad y eso se cumplirá, a pesar de las circunstancias, o de lo que digan los teólogos, los doctores o el mismo diablo. Dios existe en el ámbito de la verdad. Su nombre es el Gran Yo Soy. (Vea Hebreos 13:8).

                              La verdad es el nivel más alto de realidad.

• La razón.
 Por la fe entendemos haber sido constituido el universo. (Hebreos 11:3)

   "Por la fe entendemos ... ". Nótese que primero es la fe y luego el entendimiento. Creerle a Dios con la razón no tiene sentido, ya que nunca aumentará nuestro nivel de fe. La meta del enemigo es recluirnos dentro de los límites de la razón, como lo hizo con Adán en el jardín del Edén. Por eso, cada vez que buscamos entender a Dios usando la razón volvemos a comer del árbol del conocimiento del bien y del mal.

   Cuando hablo de la razón como enemiga de la fe o de lo sobrenatural quiero que entendamos un punto muy importante: la razón o intelecto tiene su lugar y debemos usarla en este mundo físico para tomar decisiones en la dimensión natural. Dios nos dio la razón con un propósito y es correcto usarla dentro del mundo natural. Pero cuando se quiere usar la razón en el ámbito espiritual, no funciona. A eso me refiero cuando afirmo que la razón es enemiga de la fe. Definitivamente creo en la razón como una capacidad dada por Dios para operar en el mundo natural.

 La fe es la habilidad dada a todo creyente para creer lo que no es razonable. 

    La razón nunca trabaja a favor de la fe. Cuando la razón comienza a funcionar nos aparta de la fe. Por eso, mucho de lo que Dios hizo, y que aparece escrito en la Biblia, carece de sentido para la razón humana. Veamos algunos ejemplos:

• Sadrac, Mesac y Abed-nego fueron echados al fuego y no se quemaron.
 
Y él dijo: He aquí yo veo cuatro varones sueltos, que se pasean en medio del fuego sin sufrir ningún daño; y el aspecto del cuarto es semejante a hijo de los dioses. (Daniel 3:25)

   Para la razón humana no tiene sentido que mientras el rey arrojó a tres personas al fuego, luego aparezcan cuatro personas caminando entre las llamas. Tampoco tiene sentido que ninguno de ellos se quemara en un fuego puesto a la máxima temperatura posible.

• Abraham dio origen a su descendencia en la vejez.
Y no se llamará más tu nombre Abram, sino que será tu nombre Abraham, porque te he puesto por padre de muchedumbre de gentes. (Génesis 17:5) 

   Cuando tratamos de razonar este caso no tiene explicación. ¿Cómo un hombre de 100 años y su mujer estéril de 75 pudieron concebir un hijo? Sólo la fe puede entenderlo.

• Noé edificó un arca.
Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase; y por esa fe condenó al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que viene por Zafe. (Hebreos 11:7)

    El milagro tuvo lugar cuando los animales vinieron de todas partes del mundo y se juntaron en un solo lugar. Los tigres vinieron de Siberia y China, los elefantes de la India, los leones del África, los canguros de Australia. No es normal que hayan venido dos de cada especie y hayan coexistido en el arca durante 40 días, sin comerse el uno al otro -teniendo en cuenta que eran animales salvajes-. Esto sólo se puede entender por fe.

Cuando la razón está ausente, la fe dice presente. Cuando la fe está presente, Dios actúa ahora.

     
    La fe no puede ser juzgada o probada en un juicio en la tierra o en una corte donde la razón es la que impera. No existen libros ni códigos para juzgar la fe. La jurisprudencia juzga en base a la razón humana, la cual tiene que ver con hechos tangibles, que pueden ser probados en base a nuestros cinco sentidos naturales -vista, oído, olfato, gusto y tacto-. Por lo mismo, en ninguna corte humana la fe puede tener cabida.

     Por ejemplo, si un doctor diagnostica una enfermedad, aun cuando la Palabra diga que está sano, el veredicto humano será de enfermedad, porque existen dos razones diferentes y dos ámbitos diferentes: el natural y el sobrenatural. Por tanto, cuanto más intente razonar lo que Dios quiere hacer en usted o a través de usted, más perderá la manifestación del milagro y la bendición.

     Mire lo que sucedió en nuestra iglesia hace algún tiempo. Dios quería traer vida usando vientres estériles y yo hice sólo lo que Dios me mandó a hacer.

    Durante uno de los servicios Dios puso en mi corazón hacer un llamado a las mujeres estériles o que por alguna circunstancia no habían podido tener hijos. Entre la gran cantidad de mujeres que pasaron al altar se encontraba una a quien le habían cortado las trompas hace algunos años, por lo cual era imposible que quedara embarazada. ¡Dios se glorificó en aquella mujer! Al mes siguiente, esa mujer estaba embarazada. Dios hizo un poderoso milagro creativo, le puso trompas y todo su aparato reproductivo completo. Para mayor impacto, fue el mismo médico de la mujer quien advirtió el milagro al hacerle un ultrasonido y encontrar órganos reproductores donde antes no existían. Mientras tanto, el bebé crecía en perfectas condiciones y en su tiempo normal. Hoy, varios meses después, la mujer disfruta y se goza con su hermoso regalo de Dios, un precioso niño que vino al mundo como una muestra del poder sobrenatural de Dios para crear. A menudo vemos en nuestro ministerio decena de mujeres que, según la ciencia médica no pueden tener hijos,
y que cuando activan su fe quedan embarazadas.

Ningún relato bíblico tiene sentido hasta que Dios entra en escena.

    La renovación de nuestra mente, es un proceso por el cual comenzamos a sustituir la razón humana con la lógica de Dios. Sólo cuando nuestra mente es renovada podemos darnos cuenta que todo lo que Él hace tiene sentido. Los predicadores y maestros de la Palabra estamos llamados a predicar de tal manera que la incredulidad no tenga cabida en la gente que nos oye. 

Cuando la razón está ausente todo es posible.  Cuando la fe está presente, hasta lo imposible es posible.


                                   ¿CÓMO MOVERNOS DE LA RAZÓN A LA FE?

     Para poder operar en fe tenemos que desconectar nuestra razón y "perder" nuestra mente. Si usted le cree a su mente, estará creyendo en las razones de un hombre y dudando del poder de Dios. La fe no necesita la razón humana para creer porque supera todo razonamiento y no se basa en el sentido común. La razón se puede convertir en un arma mortal que se vuelve contra usted cuando le da sentido a su enfermedad, pobreza, depresión, problema matrimonial, falta de perdón, amargura, adicción o pecado. Por eso es importante pasar a una dimensión mayor de fe.

El ámbito de lo imposible está fundamentado en la lógica humana y establecido en la razón humana.

                                ¿CÓMO MOVERNOS DE UNA DIMENSIÓN DE FE A OTRA MAYOR?

Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá. (Romanos 1: 17)
 
    La frase que en español se lee, "por fe y para fe", en el original se refiere a ir "de un grado fe a otro grado de fe" o "de una dimensión de fe a otra dimensión de fe". Esto indica que el movimiento no se inicia en el punto de partida o en el principio, sino que arranca desde un lugar ya avanzado. En otras palabras, es un movimiento que nos lleva de un nivel de fe a otro grado mayor de fe. La clave para avanzar es la revelación o conocimiento revelado de Dios. Por eso, la fe y el conocimiento revelado siempre trabajan juntos. De manera que, cuando una
persona no tiene conocimiento revelado no puede moverse al próximo nivel de fe. En cambio, cuando la revelación está presente, hay fe, y ésta nos impulsa a una nueva dimensión.


El nivel de revelación que una persona tenga determinará la medida de fe en que se mueva.
 
     Donde el conocimiento revelado cesa, ahí cesa su fe; se desacelera y entra en el ámbito de lo natural. Usted no puede creer algo que no conoce. Esto quiere decir que no podemos dejar que la fe se estanque. La fe tiene que estar en constante movimiento; por eso vamos de fe en fe. Lo mismo sucede con la gloria; vamos de gloria en gloria. No podemos estancarnos. La vida cristiana nunca fue diseñada para estancarse en un lugar o nivel, siempre será más brillante.

      En el testimonio de una hermana de la iglesia El Rey Jesús, de Orlando, Florida, podemos ver cómo Dios nos lleva a creer primero en algo y eso impulsa nuestra fe para creer por mayores bendiciones.

    Esta mujer llevaba 8 meses congregándose en la iglesia cuando fue tocada por el poder de Dios. Para ese entonces le habían diagnosticado cáncer en el útero por lo que tuvieron que extirpárselo. Una amiga le dijo que aprovechara que yo iba a estar en Orlando para que orara por ella y la mujer aceptó. Yo no la vi, pero Dios si sabía que ella estaba allí. El domingo, mientras ministraba, dice ella en su testimonio que pasé por su lado y dije, "Por este lado el Señor ya sanó", y ella creyó. Sin embargo, la mujer no solamente sufría de esa enfermedad sino que también tenía hiperplasia adrenal congénita-una dolencia que impide que los riñones trabajen bien-, y apnea de sueño, por lo que se quedaba dormida en cualquier lugar. Todo esto había dado lugar a que tuviera problemas en su matrimonio. Pero el proceso por el cual el Señor quería llevarla para ejercitar su fe no terminó allí. Varios domingos después, a través de la pantalla satelital, llamé a las personas que estaban en fornicación, y la mujer reconoció su falta, pues llevaba 15 años conviviendo sin casarse. Esa fue la llave que desató todo, porque apenas se casó, la menstruación que no le bajaba hacia tres años debido al problema uterino, le bajó. Al haberle extirpado el útero, debido al cáncer, ella no podía quedar embarazada. Y aunque soñaba  con darle un hijo a su esposo, la ciencia médica le negaba ese privilegio. Pero el Señor se manifestó grandemente en su vida; tras su matrimonio recibió un milagro creativo y ahora tiene  útero nuevo y cuatro meses de embarazo. Hoy puede manejar sin temor a quedarse dormida y además, está feliz porque recuperó a su esposo y tiene un matrimonio sano que le sirve al Señor.

    Si nuestra fe no se mueve nada sucede. ¿Será posible que estemos estancados en una dimensión de fe? Sí, y existen señales claras que nos muestran cuando nuestra fe se ha estancado. Por ejemplo, cuando no sucede nada nuevo en la iglesia, cuando la congregación no crece, cuando no hay señales, prodigios ni milagros, cuando la presencia de Dios no está en lo que hacemos. La razón principal es que Dios ya no se manifiesta en la dimensión donde nos quedamos. Él quiere que avancemos a un nivel mayor; pero para que eso ocurra necesitamos revelación,una ']réma" de Dios que abra el camino a una nueva dimensión. Si queremos caminar en el ahora no podemos descartar la revelación de Dios para este tiempo. No podemos caminar en la verdad presente con una revelación de ayer; porque la fe es ahora, siempre en el presente.

Para tener fe en el "ahora, debemos tener revelación de la verdad presente.

Aunque vosotros Zas sepáis, y estéis confirmados en la verdad presente. (2 Pedro 1:12)
 
    La verdad es presente y la fe es ahora. Si la fe de ayer fuera suficiente entonces la Biblia no nos mandaría a ir "de fe en fe". Dios quiere hacer algo nuevo y fresco ahora. La fe tiene fecha de expiración. Si no es de ahora no es fe; pero además, la revelación de ayer no sirve para hacer funcionar la fe de ahora. Por eso encontramos que, lo que antes funcionaba hoy ya no funciona; por eso Dios nos impulsa a tomar una dimensión y una revelación nuevas.


     En conclusión, si su vida ha estado estancada, si no se está moviendo, éste es el momento de tomar la decisión de ir con Dios a la otra dimensión. Allí hay algo fresco, algo nuevo, hay milagros, sanidades y provisión de todo tipo. Ahora es el momento de decirle al Señor: "Dame una nueva revelación para ir a otra dimensión de fe. Conéctame con hombres que puedan desatar esa revelación para ir a esta nueva dimensión de fe; y de esta manera ser como Pedro, que puedo ir a bendecir a otros, a orar por los enfermos y por todos los que necesitan un toque de Tu poder sobrenatural". Si queremos movernos en esa dimensión tenemos que empezar por entender la fe, la cual nos da acceso a lo sobrenatural de Dios.
Bibliografia.
Guillermo Maldonado. Como caminar en el poder sobrenatural de Dios. Editorial Whitaker House. Miami 2011. Pag. 112 a la 120.

jueves, 11 de febrero de 2016

LA FE : PRIMERA DIMENSIÓN DE LO SOBRENATURAL. Parte II

LA DEFINICIÓN DE FE EN EL AHORA.

   Si tomamos esta definición de fe, comenzaremos a ver las cosas como Dios las ve.

 Yo soy Dios, y no hay nadie igual a mí, que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho. (Isaías 46:9-10)

    Dios declara el final en el principio. Entonces, ¿cómo llegamos al ahora? En nuestra cultura estamos acostumbrados a ver las cosas desde la lógica humana. Quiero decir que nosotros, para llegar al final debemos comenzar por el principio. No obstante, Dios primero termina algo antes de mostrarles a los hombres el comienzo. En otras palabras, nada es en este mundo si antes no ha sido terminado por Dios.

   Cuando la fe toca las cosas que no se ven, hace que tengamos convicción y nos persuade a esperarlas; la fe nos lleva a convertir las cosas que no se ven, en algo cierto -algo que es real para nosotros-; y todo esto sucede, no en el futuro, sino en el ahora. Si leemos la definición de fe, de manera lógica, todavía hay algo que está por pasar, hay algo que no ha sucedido, hay algo que espera por el futuro. Pero en la eternidad, Dios ya lo hizo; ya formó órganos nuevos, huesos nuevos, ya sanó enfermedades que para nosotros son incurables, ya hizo milagros creativos. ¿Qué nos corresponde hacer? Solamente apropiarnos de ese milagro, por fe, ahora.

   En este instante lo reto a que active su fe para creer por sanidades y milagros que parecen imposibles que puedan pasar; sin embargo, le recuerdo que no hay nada imposible para Dios. Lea por favor este testimonio que impulsará su fe: Este milagro ocurrió en medio de un servicio normal, mientras enseñaba a la congregación acerca de la fe y les explicaba que "la fe es ahora", siempre en tiempo presente. Entre los asistentes estaba una mujer que tenía 15 años enferma de sus dos rodillas. Los médicos le habían diagnosticado que los ligamentos y cartílagos se habían destruido; eso hacía que los dolores fueran insoportables y que requiriera una operación completa a la brevedad posible. Ese domingo, la mujer se aferró a su fe, decidió creerle a Dios, a Sus promesas irrefutables escritas en la Biblia. Ella dijo: "Siempre me habían dicho que la fe es para mañana, pero yo la tomo ahora. Hoy, Dios me crea dos rodillas nuevas". Entonces el poder de Dios para crear vino sobre ella. Nadie la tocó. De repente sintió el impulso de salir corriendo hacia el altar. No sintió dolor alguno ni se quejó; simplemente corrió. ¡Tenía dos rodillas nuevas! Lo que aquí ocurrió no fue una reparación de sus gastadas rodillas. Lo que sucedió fue una milagrosa creación. Dios le puso un par de rodillas nuevas. ¡Así opera el poder sobrenatural de Dios!

Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo. (Filipenses 1:6)

   Dios nos comenzó en la eternidad y nos terminó antes de darnos la forma actual que tenemos en este mundo. Llegamos al ahora a través de la fe de Dios. Por lo tanto, usted no tiene que andar buscando fe porque Dios ya le dio Su fe para que reciba todo lo que Él le prometió. Usted creerá lo que no ve, solamente si lo mira a través de la fe del que ve, y Dios sí ve. Él ve su sanidad, su prosperidad y su felicidad, porque Él ya lo hizo.

• La fe se alimenta de lo imposible.
   Un creyente lleno de la fe sobrenatural de Dios tiene una pasión ardiente por lo imposible y su fe se alimenta cuando enfrenta situaciones imposibles. Cuando Dios nos dio a cada uno nuestra medida de fe, un apetito por lo imposible viene a nuestro espíritu. Fuimos hechos para tener apetito por lo imposible.

• La fe percibe como un hecho real aquello que aun no es revelado a los sentidos.
   La naturaleza de la fe no es para que sea revelada a los sentidos. Por eso es que cuando Dios nos manda a hacer algo, nunca le hallamos sentido, porque si tuviera sentido no sería sobrenatural. La mente carnal no puede ver lo invisible, por eso es como si no existiera.

• Dios nos ha dado una medida de fe a cada uno.
Conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno. (Romanos 12:3)

   ¿Todos los creyentes tienen fe? Sí, pero en diferentes medidas. La Palabra nos confirma que todos tenemos fe, pero no todos tenemos la misma medida. Dios llevará a un nivel de fe más grande a aquellos que hayan creído por cosas mayores y hayan hecho crecer su fe. Cuando llevamos nuestra medida de fe hasta el límite, entonces Él nos impulsa a un nivel mayor. Cuando elegimos permanecer confortables en un lugar donde nuestra fe no es retada, es posible que la medida de fe que tenemos se pierda, en lugar de aumentar. Si somos buenos mayordomos de la medida de fe que tenemos, Dios nos dará más.

   ¿Qué es una medida de fe? ¿A qué se refiere la Escritura cuando habla de medida? Una medida, es la esfera de influencia y el nivel de autoridad donde usted pone su fe a producir. El ser humano es capaz de influenciar -para bien o para mal un promedio de 10.000 personas durante su vida. En el mundo espiritual, todo opera de acuerdo a niveles de autoridad. Por ejemplo, cada uno de nosotros ha recibido una medida de autoridad en la iglesia. La medida de fe que Dios le ha dado a cada uno de nosotros es para ser usada de manera efectiva conforme a su nivel de autoridad. Recuerde que si su medida de fe es suficiente para mover montañas o derribar fortalezas, en la misma proporción debería ser su nivel de autoridad.

   Debido a que a cada uno se le ha dado una medida de fe, nunca habrá una excusa para no creerle a Dios.

¿CÓMO RECIBIR LA FE DE DIOS?
Respondiendo Jesús, les dijo: Tened fe en Dios. (Marcos 11:22)

   En el versículo anterior la traducción correcta es, "Tened la fe de Dios". En el griego, el verbo aparece en voz pasiva, lo cual significa que la acción viene desde afuera. En otras palabras, Jesús no nos pide que tengamos fe en Dios, sino que Dios nos da la fe que a Él le pertenece. Más sencillo: nuestra naturaleza humana es incapaz de producir fe por sí misma, por eso debemos tomar la fe de Dios. Jesús le dijo a Pedro: "Pedro recibe la fe de Dios para que bendigas a otros"; y en el libro de los Hechos vemos a Pedro haciéndolo.

Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda. (Hechos 3:6)

La naturaleza humana sólo puede dudar, no puede creer; pero la naturaleza divina sólo puede creer, no puede dudar.

   Todo miembro de nuestra iglesia ha sido entrenado a través de los grupos de discipulado y del Instituto de Liderazgo, para que ejercite la medida de fe que Dios le ha dado. Esto incluye a quienes apenas se inician en el evangelio. Veamos este testimonio que ilustra lo que digo: 

    A la Casa de Paz que era liderada por un joven matrimonio que apenas llevaba seis meses atendiendo nuestra iglesia, llegó un miércoles por la noche una pareja a la cual le habían diagnosticado SIDA. La esposa del líder se paró con autoridad y oró con fe por ellos, pidiéndole a Dios que los sanara. ¡Y Dios se glorificó en medio de la congregación de sus santos! Pues cuando la pareja fue a hacerse nuevos exámenes, estos resultaron negativos. Aunque médicamente el SIDA sigue siendo una enfermedad incurable, que ataca el sistema inmunológico, baja las defensas, y provoca mutaciones de células en el organismo; para Dios ya esa enfermedad ha sido abolida de la faz de la tierra. ¡Lo que parece imposible para el hombre es posible para Dios! 

 El poder de Dios, en el ámbito de los milagros, se le llama fe.

Estudiemos esto en detalle:

• Abraham fue dinamitado con fe.
Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios. (Romanos 4:20)

   La fe de Abraham tuvo que ser fortalecida; tuvo que venir sobre él el "dúnamis", o dinamita de Dios. El Señor tuvo que soplar fuerte sobre su incredulidad y llenarlo con Su habilidad para creer lo que Él le había prometido. Humanamente, Abraham no tenía la fe que necesitaba, por eso Dios tuvo que colmarlo con Su fe, para que esperara el hijo de la promesa. Cuando Dios terminó con Abraham, él estaba persuadido y convencido para esperar la certeza de su ahora. Lo mismo Dios quiere hacer con nosotros; quiere dinamitarnos y soplar nuestra incredulidad; quiere llenarnos con Su fe para que recibamos el milagro que nos tiene listo.

[Abraham] plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido. (Romanos 4:21)

   Cuando usted está totalmente convencido y persuadido, nada lo hace dudar; no importa lo que diga la gente, los síntomas o las circunstancias. Usted sabe que eso no hace la diferencia. Algunos dudan de las promesas de Dios porque no están convencidos o persuadidos plenamente. Porque no se puede estar convencido y dudando al mismo tiempo.

  La Palabra de Dios en nuestra boca es tal como es en la boca de Dios, cuando tenemos Su fe.

• Dios dinamitó el vientre de Sara.
Por la fe también la misma Sara, siendo estéril, recibió fuerza para concebir; y dio a luz aun fuera del tiempo  de la edad, porque creyó que era fiel quien lo había prometido. (Hebreos 11:11)

   Sara necesitó recibir el "dúnamis", o la dinamita de Dios para que su vientre fuera fructífero. Cuando Dios le dijo que iba tener un hijo, a su edad, ella se rió, pero cuando la dinamitó con Su fe, la infertilidad fue transformada en fruto. De la misma manera, hoy en día hay muchas personas estériles, gente que no sabe dar fruto en su vida personal, matrimonial o en sus finanzas. Existen también ministerios estancados, que no crecen, que no dan el fruto deseado, y necesitan ser dinamitados con la fe de Dios.
Bibliografia.
Guillermo Maldonado. Como caminar en el poder sobrenatural de Dios. Editorial Whitaker House. Miami 2011. Pag. 106 a la 112.