jueves, 4 de febrero de 2021

GENTE EN EL DESIERTO Parte III

Ayuda del Lider

   Otra de las cosas que hará Dios para prepararnos antes de que crucemos el ]ordán, será darnos un mentor humano que nos guíe en nuestra preparación para la libertad. La persona que Dios ponga en nuestra Vida será dura con nosotros. Nos obligará a crecer, porque su tarea consiste en prepararnos para vivir en libertad. Moisés era el mentor de Israel, y es irónico que su dureza fuera justamente lo que le impidió cruzar personalmente el Jordán. Cuando se quejó con amargura de la tozudez y la mentalidad de esclavos de su pueblo, Dios lo juzgó por rebajarse a la altura de los quejosos. Porque gritó con ira por la rebelión de su gente y golpeó una roca para obtener agua, en lugar de obedecer la orden que Dios le había dado de simplemente hablarle:

    "Y reunieron Moisés y Aarón a la congregación delante de la pena, y les dijo: ¡Oíd ahora, rebeldes! ¿Os hemos de hacer salir aguas de esta pena? Entonces alzó Moisés su mano y golpeó la peña con su vara dos veces; y salieron muchas aguas, y bebió la congregación, y sus bestias. Y Jehová dijo a Moisés y a Aarón: Por cuanto no creísteis en mí, para santificarme delante de los hijos de Israel, por tanto, no meteréis esta congregación en la tierra que les he dado" (Números 20:10-12).

   El propósito de enseñar y entrenar no es solo para información; es para lograr una transformación. Somos transformados a través de la renovación de nuestras mentes. Fue Moisés quien lideró en integridad y entrenó a Josué para que terminara el trabajo.

   Este entrenamiento es tan importante para el Creador, que si usted no se gradúa de la escuela del desierto de Sinaí, nunca le permitirá entrar en la plenitud de su propósito y destino en Canaán.

La fase de Canaán

   La fase final de la libertad solo puede darse dentro de los límites de la tierra prometida. Dios mantuvo a los hijos de Israel en el desierto durante cuarenta años a causa de su irresponsabilidad ante su Palabra. Pero los mantuvo vivos, pues permitió el nacimiento de las siguientes generaciones. Esa siguiente generación, y los que tenían veinte años o más, pudieron ser entrenados por Josué y Caleb para tomar posesión de su Tierra Prometida. La libertad no es solo un derecho, es un privilegio.

   La libertad es una actitud, y no está garantizada; debemos ganarla. La libertad es una gran responsabilidad.

Comprenda la libertad

   "Aconteció después de la muerte de Moisés siervo de Jehová, que Jehová habló a Josué hijo de Nun, servidor de Moisés, diciendo: Mi siervo Moisés ha muerto; ahora, pues, levántate y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel" Josué 1:1-2).

   Moisés liberó al pueblo de la esclavitud, pero Josué sería el guerrero de la libertad enviado por Dios. Cuando uno cruza el río Jordán, Dios estará junto a nosotros, pero será entonces cuando Él espera que dejemos la bolsa de maná y tomemos nuestra espada. Después de cruzar el Jordán Dios siempre tendrá expectativas más altas de las que tenía cuando estábamos en el desierto. La palabra de Dios a Josué es la misma que nos dice hoya nosotros: "Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé" Josué 1:5).

   El problema que tienen muchas personas es que olvidan que Dios esta con ellos. No pasan mucho tiempo con Él, así que no sienten su presencia. Jamás debemos olvidar que Dios está con nosotros. Debemos acercarnos a Él como Padre nuestro, todos los días. Él es más grande que cualquier opresión que hayamos sufrido en el pasado, y nunca nos abandonará. Todo lo que nos ha prometido, hará que se cumpla. Esto permanece igual. Pero del otro lado del Jordán Dios espera que nos arremanguemos y nos pongamos a trabajar. Trata a su pueblo de la tierra prometida de manera diferente de cómo trata a quienes están en el desierto

   Dios le dijo a Moisés que partiera el Mar Rojo con un trozo de madera. Pero con Josué, Dios les dijo a los israelitas que caminaran por el agua. Con Moisés, DIOS les dio comida del cielo. Con Josué, los puso a cultivar la tierra. Con Moisés Dios les dio de beber agua que manaba de una roca cuando tenían sed. Los que entraron en Canaán con Josué teman que cavar pozos y aljibes.

   Hubo y hay una diferencia entre Moisés y Josué. Moisés fue un liberado, en tanto que Josué fue el guerrero que peleaba por la libertad. La tarea asignada a Moisés fue la de liberar a Israel de la opresión física. La tarea asignada a Josué fue la de guiarlos hacia la Tierra Prometida y, en consecuencia, hacia su libertad de la opresión mental.

   Dios era el mismo Dios, pero la fase de la vida de Israel había subido al siguiente nivel. El grupo de Moisés recibía el poder milagroso de Dios; el pueblo liderado por Josué recibió la orden de participar en el proceso de su milagroso poder.

   Cuando llega el momento de entrar en la libertad, los mares de la vida ya no se abrirán por sí mismos. Cuando estaba en la universidad oraba y el dinero para mi educación aparecía milagrosamente. Cuando oraba Dios también me alimentaba y vestía. Pero después de graduarme, él me dijo: "Ve a trabajar. Si no trabajas, no comerás". Fue el mismo Dios. Después de mi graduación, pero ahora había sido promovido al siguiente nivel de la vida: el nivel de la responsabilidad.

 Una vez que entramos en la tierra prometida Dios no abre los mares ante nosotros. Tenemos que "mojarnos los pies" como se dice popularmente. Josué tuvo que decirle al pueblo que se mojaran los pies. Tenían que utilizar la fe: "No estoy seguro de que esto funcione -habrán dicho algunos-, pero si Dios me dice que ponga mi pie allí, daré el siguiente paso".

Cuando hemos crecido Dios nos hace parte del milagro. Después de la muerte de Moisés Josué se hizo cargo, y el pueblo de Israel entró en una era distinta. Dios le dijo al nuevo líder: "Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien" Josué 1:8).

   "Moisés los santificó en el desierto -es lo que decía Dios, en esencia- pero en Canaán tendrán que santificarse a sí mismos. Ha llegado el momento de trabajar en su salvación. Ahora son responsables de conocer mi Palabra. Nadie los cuidará aquí para ver si andan pecando. Nadie controlará por qué no han venido a la iglesia. Es tiempo de madurar. Bienvenidos a Canaán. Aquí, tomen la pala, el pico y la espada. Es tiempo de ser responsables. Es tiempo de trabajar".

   La responsabilidad es el prerrequisito de la libertad. Por eso, el principio de la libertad es la responsabilidad, porque la libertad lo exige. 

Myles Munroe. En busca de la libertad. Primera edición 2005. Editorial Peniel. Pag 135 a la 138 

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