EL CRISTIANO TEMEROSO DE DIOS.

1-. Actúa como cristiano en cualquier momento y lugar.
Debes seguir el mandamiento que Jesús estableció como hijo de Dios: amar
al Padre por completo, que significa amar también a cada persona que te
rodea aunque no la conozcas o te trate mal. Jesús dijo "orad por
aquellos que os persiguen y amad a vuestros enemigos". Jesús también
dice, en Juan 13:15, "Yo os he dado por ejemplo, que de la misma manera
en que actuado, vosotros deberán hacerlo." En Corintios I 11:1, Pablo
dice, "Imitadme como yo imito a Cristo." Efesios 5:1 dice, "Seguid los
pasos de Dios como los niños imitan a sus padres." Muchos creyentes
encuentran su interior "desocupado, barrido y adornado" (Mateo 12:44)
por doctrinas cristianas superficiales que se caracterizan por su
tibieza. Si simplemente vas a la iglesia cada semana, no sabrás manejar
las pruebas que lleguen a tu vida y ésta se volverá un caos. Pero si
vas a la iglesia cada semana y lees la Palabra de Dios cada noche
podrás ser un cristiano fuerte. Algunos de los pasajes más
inspiradores de la Biblia donde se pude encontrar la fuerza para ejercer
este cristianismo decidido son: Proverbios 8:17-21. Salmos 1:1-3.
Juan 14:21-27. Santiago 1:2-8. Tesalonicenses I 5:16-18. Timoteo II
1:6-7, Hebreos 8:6,10. Efesios 6:10-18. Proverbios 4:20-23.
2-. Reconoce que tienes fallas (pecados) por los cuales es necesario que te arrepientas, cambia tu manera de comportarte y practica la
oración. Debes entender que la conversión a la fe no es cuestión de
un solo acto sino un compromiso de acción para toda tu vida. La
perseverancia será clave para llegar al lugar que quieres ocupar como
creyente; la fe comenzará a actuar a través de ti si no te rindes, pero
no seas muy severo contigo mismo cuando falles. Confía en Dios,
levántate, y sigue caminando hacia adelante.
3-. Lee tu Biblia. "Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia;"(Timoteo
II 3:16) Si te encuentras leyendo una parte que no parece ser
significativa para ti, intenta saltarte un par de capítulos, o cerrar la
Biblia para volver a abrirla en una nueva página que quizá pueda
comunicarte el mensaje que necesitas.
4-. Destina el tiempo suficiente para practicar la oración de
manera profunda y efectiva; en tus oraciones puedes interceder también
por aquellas personas que no desarrollan mucho su espiritualidad por
cuenta propia: hijos, primos, amigos, familia, incluso tus enemigos. En Efesios 1:16 Pablo ora pidiendo "Espíritu de sabiduría y revelación"
Si repites diariamente la oración localizada en Efesios 1:16-23
pidiendo lo mismo para ti durante un año completo, Dios abrirá tu
espíritu y desarrollará tu poder de entendimiento. Tendrás una visión
espiritual tan profunda que podrás impactar en la vida de otras
personas.
5-. Intenta comprender los puntos de vista de otras personas, aunque no estés de acuerdo con ellas.
Si incluyes en tus oraciones una petición porque el espíritu de paz y
entendimiento reine en las relaciones entre tus enemigos y tú, estarás ayudando a ambas parte.
7-. Ora y actúa en favor de tu prójimo para ayudarlo en todas
las maneras que estén a tu alcance; preocúpate en especial por los
pobres y los más necesitados. Éste es uno de los aspectos a los que más importancia concedía Jesús en sus enseñanzas.
8-. Trata a los otros de la misma manera amable en la que te gustaría que te trataran. Incluso un simple gesto de gentileza como mantener la puerta abierta para alguien puede ayudarte a sentir menos paranoia ante lo que los demás piensen de tí porque entonces puedes tener el convencimiento de que todos deberían pensar bien de tu testimonio en Cristo.
9-. Alístate como voluntario de cualquier proyecto destinado a ayudar a la gente. Pregunta por las asociaciones o grupos de ayuda social cerca del lugar donde vives.
10-. No abandones tus principios éticos conservadores, de modestia y humildad; recuerda que el orgullo puede ser peligroso.
El orgullo te lleva a juzgar a los otros de manera errónea, y se
considera la madre de todos los pecados porque reside en el interior de
cada persona sin excepción. La fuente de todo pecado es pensar en sí mismo sin considerar a los demás (de ahí se desprenden desde la envidia y la lujuria hasta el odio y el asesinato).
11-. Comparte tu creencia para compartir el mensaje de Dios. Recuerda que llevar una buena vida cristiana
causará en los demás un deseo de seguir igualmente a Dios tras observar
tus acciones. Siempre defiende tus convicciones, como ser conservador en tus criterios morales y liberal en la manera de compartir tus bienes, esto no
significa convertirte en un Robin Hood u organizar revueltas sociales
que a menudo sólo enriquecen a unos cuantos bajo el pretexto de terminar
con la pobreza, sino realizando pequeñas acciones de bondad
desinteresada y llevando de esta manera la Palabra de Dios a otras
personas que puedan seguir tu ejemplo.
12-.Comprende que Jesús advirtió a los cristianos que siempre
serían perseguidos por su fe, así que no permitas a los ataques de los
demás afectar tus convicciones. Ten el valor para defender siempre lo que crees sin usarlo para juzgar negativamente a otras personas.
13-. Realiza un esfuerzo especial para entrar en comunión con otros creyentes.
Es algo simplemente maravilloso que Dios permita a sus seguidores en la
fe reunirse en una iglesia o en tardes de estudio bíblico, así que
debes acudir a ellas agradecido, considerando a todos como iguales y sin
pensar que algunos de ellos son hipócritas o que sólo tú entiendes en
verdad cómo ser cristiano. Dale crédito a Dios por todas las bendiciones
que ocurren en tu vida, agradeciéndole públicamente, y aprovecha la
oportunidad de hablar sobre tu vida cristiana con tus compañeros en la
fe: sólo evita las conversaciones sensacionalistas o las discusiones
eternas, pues se trata de compartir tus puntos de vista y recibir
consejos para superar tus puntos débiles.
14-. Cámbiate por dentro: aun antes de pensar en la
salvación, es crucial que busques mejorar la persona que eres para
acercarte a la verdad y la justicia. Debes "desechar" el viejo cuerpo
con el que has recorrido el mundo, y "colocarte" por completo la
armadura de Dios. Un individuo puede pecar contra sí mismo y
probablemente también contra los planes de Dios sólo por conservar sus
viejos hábitos negativos. La Biblia dice: "Por lo cual, desechando
toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la
palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas."(Santiago 1:21)
15-. Recuerda que el núcleo de tu fe debería ser el amor, y no
deberías considerar como una obligación vivir siguiendo el modelo de
Cristo; es algo más sencillo de decir que de llevar a cabo, pero
mientras tu corazón en verdad aspire a ser como él, vas por el camino
correcto. Dios siempre estará ahí para ayudarte, un paso a la vez.
16-. Enamórate de Dios; confíale todo tu cuerpo, tu mente y tu alma.
¡Él te ama infinitamente más de lo que cualquier persona en este
planeta podría acercarse a amarte! Él hace que todo valga la pena.
17-. Asegúrate de comprender el mensaje que quieres comunicar como cristiano antes de predicarlo.
18-. Comparte tus creencias con otros, pero siempre deja que el amor actúe como el canal de transmisión. No ataques a las otras personas por pensar diferente.
19-. Siempre predica con acciones las palabras que intentas incluir en tu mensaje.
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