domingo, 30 de mayo de 2021

LA RESPUESTA AL LLAMADO DE LIBERTAD. Parte II

1-.  La libertad es la ausencia de leyes y restricciones.
   Primero, hay gente que dice que la libertad es la ausencia de leyes y restricciones. No quieren leyes, solo quieren ser libres. "No quiero que me digan qué hacer", se quejan. "No me impongan límites ni restricciones".

   Un adolescente de 16 años se acerca a sus padres y les dice: "Basta ya. No controlarán mi vida. Soy lo suficientemente grande y me voy de casa. Estoy cansado de que me digan qué hacer. Empacaré y me iré. ¡Quiero mi libertad!"

   Su madre llora mientras el necio joven sigue protestando. Él piensa que la madre llora porque no quiere que se vaya de casa ... y por eso es tonto. Ella no llora por eso. De hecho, le gustaría que se fuera si es eso lo que él quiere en verdad. Lo que le causa pena es el hecho de que dieciséis años no sabrá administrar su hogar. A esa edad no sabe lo que es pagar cuentas ni criar hijos. Le gustaría ahorrarle la pena. Sin embargo, el joven tiene un concepto de la libertad que implica ubicar su estilo de vida irresponsable en un departamento donde pueda dormir y ver TV todo el día. Para él la libertad es la ausencia de leyes y restricciones. y su error lo engaña. Cuando abandone sus dos primeros empleos, vendrá corriendo de vuelta a Mamá, comprendiendo que la libertad implica responsabilidad.

    Algunos adultos de 45 años suenan como adolescentes cuando se quejan: "¡Oye! ... vengo a la iglesia cuando puedo. Así que no me molestes. Debieras sentirte honrado cada vez que me ves allí. Hay muchas cosas que hacer en mi vida. Así que no me impongas reglas. Lo único que debes hacer es darme libertad". ¿Es así usted? ¿Se ha estado engañando con respecto a que la libertad es la ausencia de leyes y restricciones? La libertad sin leyes anarquía. No hay libertad sin ley.

2. La libertad es ausencia de trabajo y obligación.
   Como el joven de 16 años del que hablábamos antes, hay mucha gente que cree que la libertad es la ausencia de trabajo. Buscan que otros se ocupen de ellos, en su "libertad". Este error de concepto inevitablemente les cuesta a otros el precio de su holgazanería. Sucede en la nación y en la iglesia. Como sucedió con el muchacho a quien llevé en mi automóvil -del que hablé en un capítulo anterior- también hay mendigos en el desierto de la iglesia. ¡Jesús no murió para dar lugar a los mendigos y los vagos! Claro que existían en la iglesia del siglo 1, y también hoy los tenemos. El hombre que plantó esa primera iglesia escribió: "Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma" (2 Tesalonicenses 3: 10). No se puede ser más directo que esto. Si quiere usted vivir la libertad de Dios, tendrá que formar callos en sus manos al trabajar con la pala, porque la libertad requiere trabajo duro. La libertad exige más trabajo que la opresión.

3. La libertad es retirarse de la responsabilidad.
   Cuando los hijos de Israel se liberaron finalmente del Faraón, de repente ya no tenían quién les dijera qué hacer. Ya no había látigos ni había que construir pilares. Ya no les gritaban: "¡Vamos! ¡A trabajar! ¡hora de comer!  ¡hora de dormir!" Estaban agradecidos a Dios por haber sido liberados. Pero cuando ya no tenían al Faraón para que los dirigiera, sus mentes de esclavos seguían necesitándolo. Carecían de la disciplina personal para trabajar en forma independiente. y entonces se quejaban.

   Es por eso que tantas personas en el mundo tienen problemas con la disciplina. Viven en el desierto de la liberación, con mentalidad de esclavos de Egipto.

 ¿Por qué cree usted que tenemos que inventar cosas entretenidas para que la gente venga a la iglesia? ¿Por qué tanta comida gratis y premios para las funciones? Porque el Faraón ya no está allí para obligarlos a levantarse: y salir, así que necesitan un empujón. Cuando la comida y el entretenimiento son la razón por la que viene gente a la iglesia, nuestros juegos y almuerzos son el "Faraón".

   Sé que estoy empezando a molestar a algunos con esto. Pero al menos los que vienen al asado de la iglesia sí escuchan la Palabra de Dios. Y si oímos y recibimos la Palabra en cantidad suficiente, nuestra mentalidad puede cambiar. La responsabilidad está en cada nota, cada letra del libro Sagrado de Dios. Así que me alegro de que haya gente que responde a nuestras invitaciones. Porque es responsabilidad nuestra lograr que se hagan responsables.

   Una vez que acabaron los juegos es hora de pasar al siguiente nivel. Es hora de comenzar a utilizar el talento que Dios nos ha dado. Las personas responsables son eventualmente propietarios, y no inquilinos. Utilizarán los talentos que Dios les dio y los invertirán en un hogar o una iglesia. ¿Por qué darle todo su dinero al prestamista? Puede funcionar durante algún tiempo, pero Dios quiere que cada uno de nosotros sepa administrar sus asuntos lo suficientemente bien como para ser propietario.

  Ahora que somos propietarios de nuestro edificio, tenemos la responsabilidad de mantenerlo. No podemos llamar al dueño para que se ocupe de nuestros problemas. 

   El primer domingo en nuestro nuevo local, algunos niños de la iglesia tIraron un rollo de papel higiénico entero en uno de los baños, y dejo de funcionar. Se taparon tres o cuatro inodoros porque nuestros niños tomaron nuestro papel higiénico y lo echaron en nuestros inodoros, haciendo que nuestro baño dejara de funcionar. , Entré al baño el lunes por la mañana con una sopapa. Aqm estaba yo, el presidente de la empresa, agachado ~ trabajando con una .sop~pa para destapar el baño. ¿Sabe qué? Me sentIa bIen, porque era.~1 bano. Si quiere libertad, no piense en retirarse de la responsabIlI,dad. De hecho, aumentará cuando aumenten sus recursos. ASI que preparese para administrarlos. La libertad es trabajo duro.

4. La libertad es relajarse y descansar.
   Muchas personas tienen un sueño loco: "Para cuando cumpla cuarenta años, quiero ser millonario". Pero cuando lo imaginan sueñan con ser libres, con ya no trabajar ni tener obligaciones más que Jugar al golf todo el día, ir de compras, ver TV o hacer lo que más les guste. No entienden que el tipo de persona que podría ganar millones de dólares no conoce lo que son veinticuatro horas de ocio al día. Los millonarios tienen que esforzarse para hacer que las cosas funcionen. Es por eso que hacen millones, y así viven. Muchos piensan: "Cuando gane mi primer millón compraré una casa en la playa y dormiré o jugaré al golf". 

   Este error de concepto con respecto a la libertad quizá haya hecho más daño que cualquier otro, porque ha adoctrinado a las personas en una mentalidad escapista. Hay mucha gente que cree que cuando llegue al cielo pasarán el tiempo en una hamaca, tomando jugo en el patio de su mansión mientras la eternidad pasa junto a ellos. Creen que la redención es como jubilarse, y esto afecta tristemente el modo en que viven en la Tierra.

   La paz sublime está en el "dulce vivir", según gran parte de nuestros religiosos. Los que más creen en esta idea del descanso eterno son los cristianos. Creemos que la libertad es el descanso eterno. Nuestra teología ha promovido la idea de que dejaremos la Tierra "finalmente" para entrar en la tierra prometida por toda la eternidad. Mientras tanto pasamos nuestra vida escondiéndonos del "mundo cruel", sin pensar mucho en el bienestar de lo que necesita el mundo.

   Que Dios nos libre de este espíritu del engaño. Es necio desear una vida llena de nada. 

   La libertad no es unas vacaciones de las responsabilidades terrenales, ni de las realidades eternas: es todo lo contrario. En la libertad, finalmente logramos hacer todo por nosotros mismos. Logramos ver una necesidad y cubrirla, porque es lo correcto.

   Esta teología errónea del escape ha condicionado a la iglesia durante siglos, para ser irresponsables en el planeta. En consecuencia, cuando la ciudad se ve acosada por el crimen, cuando la juventud se droga y las familias se derrumban, decimos: "Me iré volando. Ven pronto, Señor Jesús, y llévame lejos de todo esto".

   Esta es una actitud alejada de Dios, porque demuestra que no nos importan los caídos, los moribundos que se matan entre sí. Jesús murió por esos hijos también y nos dio la libertad de hacer algo al respecto. Se nos dice que nos arremanguemos y utilicemos los dones de Dios para salvar al mundo de su esclavitud del pecado. Pablo escribe:

"Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación" (2 Corintios 5: 18).

   En cambio, oramos por el eterno relax y cantamos: "Cuando todos ... vayamos al cielo ... qué día de gozo será ... cuando todos ... veamos a Jesús... cantaremos la victoria".

   Cantamos otra canción parecida a esta: "Cuando crucemos el Jordán nos sentaremos y descansaremos un rato". Y en nuestra mente, un rato es un billón o un trillón de años. Queremos sentarnos junto al Lago cristalino, echar piedras al agua y dormir la siesta eterna. O queremos ir de picnic junto a las puertas de perlas, bajo el árbol de la unción, recogiendo manzanas doradas y tocando el arpa eternamente. ¡Solo queremos echarnos junto al Lago de la rectitud durante un millón de años sin hacer NADA!

   y esta idea del eterno relax produce cristianos irresponsables que automáticamente quieren ir al cielo cuando enfrentan un problema. 

   El cristiano promedio ora: "Oh Dios, ¿Cuánto falta? ¿Cuánto falta? Muévame de aquí, Señor. El mundo está tan corrupto, hay asesinatos, peleas, muertes y violaciones. ¡Ven y llévate a tu iglesia, Señor! ¡Haz tu arrebatamiento ahora mismo!"

   Esta no es la forma en que pensaba Jesús. Vea la oración que oró la noche antes de morir en la cruz: "No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal" Juan 17:15).

   Ahora, ¿Cuál oración será respondida? ¿La suya? ¿O la de Jesús? ¿Cuál de las dos ideas de libertad honrará Dios? Es que Dios no nos "mudará" a ninguna parte cuando las cosas se pongan difíciles, excepto hacia la batalla. Puede usted correr y esconderse, pero Él siempre elegirá seguir hacia delante, hacia la prueba, hacia Jericó. Así que no vamos a ninguna parte para quitarnos los zapatos, tirarnos sobre un sofá celestial y cubrirnos la cabeza con el periódico. Tenemos una responsabilidad, y no tiene nada que ver con el relax eterno. La verdadera libertad es el permiso para trabajar y cumplir con nuestro potencial.

   Ahora, ya que estamos derribando errores, quiero desafiar su concepto del cielo. En el Apocalipsis de Juan, el apóstol escribe estas palabras:

"Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios" (Apocalipsis 21:1-3).

   Si creyó que viviría recostado comiendo uvas durante toda la eternidad en el cielo, Juan tiene noticias para usted. Según Dios, volverá usted a la Tierra para vivir en una ciudad santa y no será para jugar y andar volando por ahí. La nueva Jerusalén que Juan vio desciende después del reinado milenario de Cristo en la Tierra, como la conocemos hoy (sin la maldición). Durante ese tiempo Jesús reinará físicamente con sus santos de Jerusalén, en la Tierra.

"y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para DIOS, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra" (Apocalipsis 5:9-10).

   Nuestro trabajo no cesará durante el milenio. Vemos esto en la parábola de Jesús sobre las minas, en Lucas capítulo 19 un paralelo de la enseñanza de los talentos en Mateo, que ya hemos visto en profundidad.

.."Dijo, pues: Un hombre noble se fue a un país lejano, para recibir un reino y volver. y llamando a diez siervos suyos, les dio diez monedas, y les dijo: Negociad. entre tanto que vengo (. ..) Vino el primero, diciendo: Señor; tu mina ha ganado diez minas. Él le dijo: Esta bien, buen siervo; por cuanto en lo poco has sido fiel, tendrás autoridad sobre diez ciudades. Vino otro, diciendo: Señor; tu mina ha producido cinco minas" (Lucas 19:12-13; 16-17).

   El país lejano en esta parábola es el cielo prometido en la Biblia donde Jesús está sentado a la diestra de Dios ahora mismo, donde espera que sus enemigos sean hechos apoyapiés para sus pies (Salmos 110:1; Hebreos 1:13). Y el momento de utilizar los dones es ahora, para todo quien acepte sus talentos y minas. Quienes administran bien administrarán los recursos y realidades redentoras de las ciudades millonarias de la Tierra. ¡Ah! No lo dije yo: lo dijo Jesús.

   Así que olvide todo eso de las vacaciones eternas cuando entremos en la eternidad. No hay ningún lugar de la Biblia que diga que tendremos enormes mansiones, hamacas o alas. Quizás esté todo eso en su himnario, pero no está en la Biblia. Si quiere saber qué dicen las Escrituras acerca de '',la vida después de la muerte", lea Apocalipsis 5:10 y dígame Si ve trabajo? en su futuro: "y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, .Y reinaremos sobre la tierra". La palabra reinar no significa descansar. Significa ejercitar poder de majestad, administrar, ejecutar juicio, .gobernar, dominar un territorio. Es trabajo duro. Dios creó a cada nación y cada lengua para que reinen con Él y dominen la Tierra. Así que mejor acostúmbrese a ello aquí y ahora, porque lo hará por siempre. Su desuno es la responsabilidad, su futuro es la libertad para trabajar, para dominar y gobernar.

5. La libertad es liberación del control externo.
  El quinto error de concepto respecto de la libertad habla del tipo de pensamiento rebelde que todos hemos tenido que enfrentar desde la caída de Adán. Como todas las personas creen que son libres cuando nadie los controla, desean ser más libres aún del control externo. Quiere decir que no quieren saber nada con empleadores, pastores, presidentes ... quien fuere.

   Necesito enfatizar la palabra externo cuando hablo de este tipo de control. Dios en realidad quiso que Adán fuera libre en su propia libertad del control externo. Pero Adán no administró su libertad. No era lo suficientemente maduro como para administrarla, y tampoco lo somos nosotros.

   Para muchos, la libertad es "que los dejen tranquilos" para poder hacer lo que quieran, cuando quiera, sin tener que rendir cuentas ante nadie. Esto no es libertad: es anarquía.

   Es señal de inmadurez cuando alguien debe ejercer el control externo verificando lo que hace talo cual persona. Es como cuidar a un niño. Hay que mirar al bebé cada hora para ver si se dio vuelta y puede ahogarse. Ver si ha eructado, o si tiene demasiado en la boca. Todo eso es control externo. Muchos cristianos coquetean con el pecado para ver
cuán cerca pueden pasar del fuego sin quemarse.

   Pueden haber sido conversos durante diez años, pero siguen siendo niños. Piensan que nadie ve sus actos y si uno les señala lo errado de su estilo de vida, se enojan. Creen que son libres de pecar porque, después de todo, Dios los perdonará. Así que, ¡qué lástima que a usted le molesten sus pecados! Recuerde el quinto principio de la administración presentado en el capítulo cuatro: la mala administración puede ser "personal", pero nunca es "privada". Cuando este grupo sale a disfrutar de su "libertad", todo el que está alrededor puede verse afectado. Acán pensó que nadie se enteraría de la plata que escabulló. Ananías y Safira pensaban que habían engañado a todos.

   Entre las muchas otras responsabilidades a las que Dios nos llama, la confrontación en amor está primera en la lista. Como pastor y consejero sé que es duro madrugar cuando la gente encuentra desafíos, aún cuando nadie los vea. Pero es aquí donde la Palabra de Dios y el Espíritu Santo nos ayudan a crecer. La persona madura sabe que Dios siempre nos ve, no necesita que algún otro lo vigile. Oro por el día en que podamos vivir según nuestras convicciones, y no según nuestras correcciones. El día en que Dios nos lleve al punto en que nos guíen los principios y no los castigos. Pero hasta entonces Dios nos ha dado mentores y otros "controles externos" en la vida, para ayudarnos a producir y crecer.

   La libertad no es la ausencia de control externo, como piensan algunos. Tampoco es la ausencia de leyes o de trabajo. No es la jubilación eterna, ni la acción continua. La libertad es la adhesión responsable a las leyes y principios de Dios en el proceso de cumplir nuestro propósito para su gloria.
Myles Munroe. En busca de la libertad. Primera edición 2005. Editorial Peniel. Pag 189 a la 197

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