jueves, 17 de agosto de 2017

EL PERDÓN COMO ESTILO DE VIDA.

   La multiplicación, setenta veces siete, es equivalente a 490 veces diarias. Yo creo que nadie es capaz de perdonar ese número de veces. Por lo tanto, lo que Jesús nos está dando a entender en el siguiente texto es que si usted cuenta cada vez que perdona a alguien, entonces quiere decir que no perdonó con todo el corazón. Lo otro que Jesús nos enseña con esta multiplicación es que el perdón debe ser un estilo de vida.

“3Mirad por vosotros mismos. Si tu hermano pecare contra ti, repréndele; y si se arrepintiere, perdónale. 4Y si siete veces al día pecare contra ti, y siete veces al día volviere a ti, diciendo: Me arrepiento; perdónale. 5Dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe”. Lucas 17.3-5

“21Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? 22Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete”. Mateo 18.21, 22

   Cada creyente debe armarse con este pensamiento: “El perdón es para mí un estilo de vida; no importa quién me hiera, ni cuántas veces me ofendan, yo siempre estaré listo  para perdonar. Jesucristo me perdonó una deuda millonaria, ¿cómo no voy a pedonar a aquellos que me deben unas cuantas ofensas?” Una de las virtudes de un creyente maduro es que perdona con facilidad cuando lo ofenden y se arrepiente rápido cuando ofende a otro o a Dios. Si usted no guarda rencor contra alguien, su corazón está limpio y listo para que Dios le bendiga.

   A continuación, analizaremos algunas preguntas que nos ayudarán a incorporar el perdón como un estilo de vida. En ocasiones, hemos perdonado a aquellos que nos han ofendido, pero viene una ofensa peor y no sabemos qué hacer.

¿Qué hacer cuando nos ofenden o nos hieren?
 
   Cuando usted reciba una ofensa, un agravio o un insulto, tome la determinación de perdonar tan pronto como sea posible.

“Cuando te enojes, no peques, y nunca dejes que tu ira, tu ofensa, tu resentimiento, tu herida o tu molestia, furia o indignación, dure hasta que el sol se oculte”. Efesios 4.26 (Biblia Amplificada)

   La Palabra nos enseña que no debemos esperar a que pase el día sin haber perdonado a quienes nos ofenden. Éste es un principio que siempre deben practicar los matrimonios. Es importante que hagan un pacto o un conveniode que nunca irán a dormir sin antes pedirse perdón si hubo alguna ofensa durante el día. También, este mismo principio debemos aplicarlo a cualquier otra relación interpersonal. No esperemos que el día pase sin antes pedir perdón o perdonar a quien nos ha ofendido.

   La palabra de Dios es clara cuando nos habla de que debemos perdonar con todo el corazón. Si usted espera sentir algo, nunca perdonará. Esto tiene que ser un acto de fe. Aunque tenga malos sentimientos contra esa persona y piense que no merece el perdón, usted tiene que decidirlo por fe y llevarlo a cabo por la gracia.

¿Será una hipocresía perdonar sin sentirlo?

 
   El perdón no es un sentimiento, sino una decisión en obediencia a un mandato divino. La Palabra nos da el mandamiento de perdonarnos los unos a los otros. No podemos esperar a sentirlo; debemos perdonar, ya sea que lo sintamos o no.


¿Después de haber perdonado, debemos tener una relación cercana con la persona?
   No necesariamente. Algunos creyentes se sienten culpables porque creen que por el hecho de que hayan perdonado a una persona, tienen que estar cerca de ella para completar el perdón, y ese pen-samiento está incorrecto. 
Guillermo Maldonado. Los Peligros de no Perdonar. Editorial Nuestra visión. Miami 2009. Pag. 108 a la 111

No hay comentarios:

Publicar un comentario