¿Cómo lidió el apóstol Pablo con el conocimiento natural?
Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez; y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que perecen. Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria. (1 Corintios 2:6-7)
La filosofía es una ciencia que se basa en el amor a la sabiduría captada del entorno natural; por eso, cuando Pablo habla de sabiduría de este mundo, tiene en su mente la prominente filosofía griega, ya que había vivido dos años en Grecia. Sin embargo, mientras se condujo con apego a dicha sabiduría, fracasó en la predicación del evangelio, a tal grado que después de dos años en Atenas no había plantado una sola iglesia. Con esta experiencia en su haber, cuando regresó a la iglesia de Corinto fue enfático al decirles: "No vengo a ustedes con palabras de humana sabiduría sino con el poder de Dios". Pablo, entonces, entendió que la sabiduría y la filosofía humana eran incapaces de producir el poder sobrenatural requerido para predicar el evangelio o para manifestar el poder de Dios.
La sabiduría de Dios.
De la cual fui hecho ministro, según la administración de Dios que me fue dada para con vosotros, para que anuncie cumplidamente la palabra de Dios, el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos, a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros. (Colosenses 1:25-27).
¿Por qué buscar revelación en el mundo, cuando todos los tesoros de la sabiduría están profundamente contenidos en Cristo?
La sabiduría de nuestro Señor Jesucristo es para compartir Sus secretos a través de la cruz. Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman. (1 Corintios 2:9)
Los sentidos naturales no pueden recibir esta sabiduría o conocimiento revelado de Dios. Aun la especulación intelectualista está excluida. Sin embargo, los misterios ya han sido revelados por el Espíritu Santo.
Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios .... Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del homre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. (1 Corintios 2:10-11)
Esta es una verdad inmutable. La mente humana no siempre conoce todo lo que hay en el hombre; esto sólo puede ser conocido por el espíritu del hombre. Asimismo la única fuente que puede revelar a Dios es el Espíritu de Dios, administrador de la gracia de Jesús en la tierra. Es sorprendente ver cristianos usando la filosofía, psicología y psiquiatría para encontrar soluciones a sus problemas. Muchas de esas fuentes tienen la real intención de ayudar a la gente, pero carecen del poder para cambiar al ser humano y transformarlo. Por lo tanto, no tiene valor alguno usar términos bíblicos aplicando métodos mundanos.
La verdad de la Biblia sólo se puede expresar apropiadamente usando el lenguaje de la Biblia.
Cuatro verdades que sólo se pueden conocer por revelación:
• La naturaleza de Dios
• La naturaleza del hombre
• El origen del hombre
• El origen de la vida
No hay medios científicos, psiquiátricos, psicológicos, naturales o filosóficos que descubran esas verdades. Si no aceptamos el concepto de revelación divina, nunca vamos a entender completamente estas verdades y permaneceremos viviendo en confusión y mentira. Los científicos y estudiosos sólo usan los procesos mentales y la recolección sistemática de información que ingresa por los sentidos naturales. Dentro de un ambiente tan limitado, no tienen más remedio que negar a Dios, porque el conocimiento que manejan no lo admite; es más, ni siquiera saben de dónde procede el conocimiento. Creen que la materia se creó sola. El conocimiento sensorial es su única fuente de sabiduría; pero esa fuente no puede explicar el origen de la creación, ni el principio de la materia, ni ofrece respuestas válidas a los grandes "por qué" de la humanidad. Los científicos han desarrollado diversas teorías sobre el origen de la vida y la naturaleza de Dios. Ellos han escrito enormes y cuantiosos volúmenes al respecto, pero todos giran alrededor de la misma fuente llena de restricciones, que es abastecida por los sentidos, el razonamiento y las limitaciones de un ser que no reconoce a su Creador. La educación formal ha contribuido a destruir la fe de millones de jóvenes que fueron reclutados y entrenados para reconocer y aceptar sólo aquello que pueden ver, oír, sentir, descifrar y explicar con sus sentidos físicos e intelecto.
La única manera de conocer a Dios y relacionarnos con Su ámbito sobrenatural e invisible, es la fe.
Muchos teólogos y filósofos especulan acerca de la naturaleza de Dios. Intentan entenderlo usando sus análisis lógicos, pero fracasan. Platón quiso analizar a Dios y terminó deduciendo que no existía. Aristóteles también concluyó que Dios no era real. Muchos otros científicos y teólogos han razonado lo mismo, porque no han entendido que a Dios sólo se le puede conocer por fe y por revelación. ¿Quién inicia la revelación de Dios al ser humano? Siempre es Dios quien escoge revelársenos y Él es el único que ha provisto la forma de hacerlo; por tanto, tenemos que depender sólo de Él. Si Dios no quisiera revelarse a Sí mismo, nosotros nunca lo conoceríamos.
Dios no se puede revelar a quienes no desean conocerlo ni quieren tener una relación con Él. Por eso Jesús escondió los misterios del reino a los religiosos de Su tiempo y dijo: "No ... echéis vuestras perlas delante de los cerdos" (Mateo 7:6). Jesús hablaba en parábolas, precisamente para mantener ocultos los misterios a aquellos que no querían conocer verdaderamente a Dios o que sólo ansiaban conocimiento para discutir, no para vivirlo.
La revelación de Dios viene de acuerdo con:
• El tiempo de Dios
• La voluntad de Dios
Hoy en día hay un sinnúmero de creyentes, líderes y hombres de Dios que no saben lo que Él está diciendo y haciendo en sus vidas personales, en el cuerpo de Cristo o en el mundo, porque no tienen revelación. Dios dijo que en estos tiempos el conocimiento aumentaría (vea Daniel 12:3-4), porque su voluntad es llenar la tierra de Su gloria (vea Números 14:21). Estamos viviendo los tiempos finales, donde la manifestación de Su gloria será vista en todo lugar.
El conocimiento revelado está ligado a la venida de Cristo.
Su fe será más fuerte en el área que usted tenga más conocimiento revelado de Dios; de la misma forma, su fe será débil donde tenga menos revelación.
Donde no hay conocimiento o revelación de Dios el enemigo levanta una fortaleza.
¿Cuáles son los dos ámbitos que existen?
• El natural
• El sobrenatural
¿Qué es lo natural? Lo natural es el ámbito o dimensión que opera bajo las leyes del tiempo, el espacio y la materia; ahí se accede a través de los sentidos. ¿Qué es lo sobrenatural? Lo sobrenatural es la dimensión que está por encima de las leyes naturales. Es el ámbito espiritual-permanente, invisible y eterno-, que se ubica fuera del tiempo. Éste ejerce dominio sobre la esfera natural. Al ámbito espiritual sólo se accede por fe.
No mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas. (2 Corintios 4:18)
Durante un servicio sobrenatural en nuestra iglesia ocurren milagros, sanidades, salvaciones y transformaciones. También ocurren manifestaciones del Espíritu Santo, incluyendo señales, maravillas, cancelación repentina de deudas, milagros financieros, liberación de demonios y mucho más.
Ahora, conozcamos al Dios invisible, eterno y omnipotente en el área de su poder sobrenatural. Para muchos de los enfermos que asisten a la congregación, ésta es su última oportunidad; la ciencia ha llegado a su límite y no puede darle solución a sus problemas. Vienen con el deseo de experimentar el poder sobrenatural de Dios. Hubo un dia, mientras oraba en casa, Dios me había hablado en forma muy específica que iba a sanar a las personas ciegas. Así que, cuando el Señor me lo ordenó, las llamé al altar en la sesión de ese dia. Entre el grupo que Dios sanó, estaba una señora que nació ciega de su ojo izquierdo. Los médicos habían diagnosticado que su mal era incurable y le dijeron que debía resignarse a ver sólo con el ojo derecho; que incluso una operación láser no podría devolverle la visión. Cuando oré y declaré la palabra de Dios, ella comenzó a sentir un calor intenso por dentro. El Espíritu Santo trajo a su memoria el versículo que dice, "El reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan" (Mateo 11:12), así que se apoderó de su sanidad, la deseó con todas sus fuerzas, le creyó a Dios y arrebató su sanidad. Grande fue su sorpresa cuando le pedí a la congregación que, en un acto de fe, hicieran lo que antes no podían hacer; entonces ella empezó a enfocar la visión con el ojo izquierdo y para su sorpresa ¡comenzó a ver! Primero eran figuras borrosas, luego se fueron aclarando y aclarando, hasta hacerse perfectamente visibles. ¡Dios la había sanado! ¡Le había puesto un ojo izquierdo nuevo! ¡Le había devuelto la visión que el diablo le robó al nacer! El poder sobrenatural de Dios había obrado un milagro creativo. ¡Lo que era imposible para la ciencia, Dios lo hizo en un instante!
¿Qué hicimos? Activamos el poder sobrenatural de Dios. Entonces los milagros ocurrieron uno tras otro. ¡La ciencia no pudo sanar a esta mujer, pero Dios lo hizo en un instante!
Podemos ver a un Dios que opera de manera sobrenatural, que habita fuera del tiempo, pero que puede interrumpir el tiempo, el espacio y la materia cuando así lo desea. Esto es lo que nosotros llamamos un "milagro". Yo defino un milagro como "la intervención sobrenatural de Dios, que interrumpe el curso normal de la vida natural". Por eso, cada día necesitamos con mayor urgencia, que Dios interrumpa nuestra vida cotidiana para que veamos sus divinas manifestaciones o milagros.:
Bibliografia.Guillermo Maldonado. Como caminar en el poder sobrenatural de Dios. Editorial Whitaker House. Miami 2011. Pag. 17 a la 23