miércoles, 31 de marzo de 2021

EL PRINCIPIO DE LA RESPONSABILIDAD. Parte II

La tierra de leche y miel, abejas y vacas. 
   Le presento en este punto el pensamiento de que la Iglesia del siglo XXI hoy disfruta de la esclavitud, más que de la libertad, aunque lo ha gamos subconscientemente. Solía pensar que la esclavitud no era otra cosa que el control de mi vida por parte de otros. Ahora sé que no hay mayor responsabilidad que la de la libertad. Tanto hermanos y hermanas nuestras se ven agobiados por un desierto, que han formado ellos mismos, caminando interminablemente sin rumbo alguno, porque el peso de la libertad es demasiado para ellos. Pero Jesús nos ha ofrecido compartir su yugo de la libertad.

"Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga" (Mateo 11:28-30).

   La promesa de Dios, de leche y miel, es cierta en Canaán... pero allí hay que trabajar. Allí hay que comerciar. No podemos esperar que brote la leche y la miel del suelo, como las cebollas y los ajos que comíamos en la esclavitud. Debemos trabajar y comerciar. Y cuando lo hacemos oiremos el agradecimiento del amo: "Bien hecho, siervo bueno y fiel. Has sido fiel con lo poco; te daré más".

   La leche y la miel que esperan a quienes eligen entrar en la tierra prometida de Dios y de la libertad, representan trabajo. Es por eso que Dios se refería a la Tierra Prometida de Abraham como "tierra de leche y miel". ¿Cómo se llama esta promesa? T-R-A-B-A-J-O.

   La leche no surge del suelo. Primero hay que domesticar a la vaca. Luego hay que cuidarla y alimentarla. Recién entonces, después de trabajar, es que podemos ordeñarla. Dios le dará la vaca, pero el resto depende de usted.

   Es usted quien debe despertar a las 04:00 para ordeñar a las vacas. Es usted quien debe alimentar, lavar y cuidar a sus animales. No se puede dormir u holgazanear cuando se quiere beber leche fresca. Un día necesitará ayuda de otros porque querrá elaborar productos lácteos con la leche obtenida de la vaca. Así funciona Canaán. La libertad exige trabajo y responsabilidad.

   Dios también prometió miel en Canaán, pero allí habrá que luchar por ella. Habrá que entrar en la colmena y arriesgarse a las picaduras para poder recoger la miel. No crea que las abejas le abrirán la puerta y le regalarán su miel. No. En Canaán hay que correr riesgos. Quizá nos piquen las abejas, pero finalmente obtendremos la miel. La libertad exige riesgo, coraje, dolor y persistencia.

 Decídase a ser responsable y Dios lo acompañará 
   Dios tiene enormes bendiciones que esperan por quienes están dispuestos a responsabilizarse de sus propias decisiones del otro? lado del Jordán. Dios quiere que avancemos Y creamos en lo que El ha puesto en nuestro corazón, porque Dios responde a nuestra responsabilidad.

   Dios se obliga a pagar las facturas que nos hace crear ¿~necesita usted otra ordeñadora? Dios lo ayudará a obtenerla. Pero si no avanza usted en la responsabilidad, no hay razón por la que él financie su ocio. Es cuando creamos una necesidad por obediencia a DIOS que El nos ayudará, porque Dios es responsable de responder a nuestra responsabilidad. Dios se obliga a cuidarnos mientras hacemos lo que El nos manda hacer. 

   La obediencia es el disparador para que Dios avance en favor de nosotros. Quizá tenga usted un negocio pero teme expandirlo, aun cuándo Dios le ha dicho que tiene la capacidad de hacerlo. si existe la capacidad no hay motivo para preocuparse por los recursos necesarios para la expansión. La fuente que auspicia su esfuerzo también auspicia su crecimiento. Pero Dios solamente auspicia, aquello que le manda hacer a sus administradores. Así que haga lo que El le indica, cuando El le indica hacerlo, y Él lo ayudará. 

   Sé que esto es así porque lo he vivido. Iba a la universidad sin más cosas  que mi fe. Sabía que Dios me había enviado allí, pero al llegar tenía dinero suficiente para un solo semestre. Una vez allí, sin embargo, del otro lado del Jordán, comenzaron a suceder cosas que yo no había planeado. No solamente recibí una beca, sino que la escuela me dio un empleo. Luego, después de contratarme, me dieron dos becas más.

   Cuando pregunté la razón por la que me habían dado las becas, me dijeron que era porque tenía un promedio de 3.9. Así que no fui bendecido solo porque decidí asistir a la universidad: tuve que estudiar. El Siguiente semestre me apliqué un poco más y tuve un promedio de 4.0. Entonces recibí otra beca por mí obediencia.

   Dios no terminaba de reconocer mi voluntad de crecer y utilizar mis dones. Un día, una pareja mayor, dos personas de raza blanca que vivían en Oklahoma, oyeron que era capellán de la universidad en las islas y me invitaron a su hogar para hablar sobre las Bahamas y el Caribe ante su grupo de la iglesia.

   Les hablé y, cuando terminé, el señor se acercó y me preguntó si tenía dinero para estudiar el año siguiente. Le dije que no, y entonces Dios abrió las compuertas. El hombre me dijo que él y su esposa habían orado por poder ayudar a alguien de las islas. Después de mi charla esa noche, se habían convencido de que era yo el hombre a quien Dios les indicaba que debían ayudar. Así que durante el año siguiente se hicieron cargo de todos mis gastos. No los había visto en toda mi vida, pero durante mucho tiempo habían ahorrado dinero para mis estudios. Estaba allí, esperando a que yo tomara la decisión de tomar mi responsabilidad de dejar las Bahamas y estudiar para poder utilizar los talentos que Dios me había dado. La responsabilidad siempre atrae recursos de la fuente que nos apoya, para que podamos llevarle de vuelta el fruto. La responsabilidad exige respuesta.

La disciplina da la responsabilidad: el control interno
   La libertad es bendición de Dios. Adán recibió el mandato de señorear sobre toda la Tierra. Dios establece la línea de acción y nos da espacio para movemos. Pero somos nosotros los que debemos elegir sometemos a su voluntad y utilizar nuestros dones. Cuando elegimos entrar en su tierra prometida y utilizar nuestros talentos en la libertad, tendremos control interno. Dios no derriba las murallas de Jericó; debemos elegir obedecer y juntos las derribaremos.

  En Egipto, el control sobre nosotros es externo. Pero cuando crecemos en la responsabilidad de la libertad, debemos dominar nuestra propia vida. En la opresión tenemos a un amo que nos domina y debemos obedecer sus leyes. En la libertad, los amos somos nosotros y hacemos nuestras propias leyes. La verdadera libertad consiste en dominar los recursos de la Tierra a través de nuestros talentos, la autodisciplina y la gestión interior. La libertad es un trabajo independiente. 

   El esclavo malo en la parábola de los talentos consideraba a su amo como opresor. Este sirviente malo e infiel eligió no hacer nada por miedo, porque pensó que lo que hiciera y lograra le sería quitad?: No solo entendió mal quién era su amo, sino que, además, se entendió mal a si mismo.

   Recuerde que en la opresión la gente es motivada por la amenaza externa. Pero en la libertad, nos mueve el compromiso interno. Podemos saber si alguien se acerca a la libertad, porque no hace falta supervisarlo. En lugar de hacer lo correcto porque otros lo presionan, lo hará por principios. Obedece porque es lo correcto y no porque teme desobedecer. La verdadera libertad es el control de uno mismo.
Myles Munroe. En busca de la libertad. Primera edición 2005. Editorial Peniel. Pag 170 a la 174

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