Durante los años que he ministrado la palabra de Dios, he visto mucha frustración en el pueblo de Dios. La razón de su frustración es porque sus oraciones no son contestadas; oran y oran y no ven respuesta. El señor se deleita en contestar las oraciones de su pueblo. La palabra de Dios nos enseña que si pedimos conforme a su voluntad. Él nos oye. Si nuestras oraciones no están teniendo resultado que esperamos, entonces tenemos que encontrar la razón de este problema con la ayuda del Espíritu Santo. A continuación estudiaremos algunos obstáculos que impiden que las oraciones sean contestadas.
1-. EL NO PEDIR Y EL PEDIR MAL.
La Palabra de Dios dice:
1-. EL NO PEDIR Y EL PEDIR MAL.
La Palabra de Dios dice:
2 Codiciáis,
y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís
y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís.3 Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.Santiago 4.2-3
Hay personas que piensan que Dios está muy ocupado. Otros piensan que sus peticiones son insignificantes para Dios, y que Él no está interesado en cosas pequeñas. Otros creyentes creen que las cosas que piden son muy grandes y que Dios no las va a contestar. Por está razón, yo le exhorto a que pida a Dios, pues Él quiere conceder todas las peticiones de su corazón. Si no las recibe, es porque no las pide; ya sea algo grande o pequeño, Dios quiere dárselo. La Palabra de Dios dice: pedis y no recibis, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.
Hay otros casos que son el extremo opuesto. Algunos creyentes piden, pero la intención de su corazón es el deleite de su carne. Sus deseos e intenciones son egoistas; piden para ellos y no tiene en cuenta el Reino de Dios ni el projímo, y lo más grave es que sus peticiones son conducidas por sus deseos carnales, tales como: celos, vanagloria, competencia, envidia entre otros. Las intenciones y los motivos son equivocados. ¿Cuál es la solución?. No deje de pedir. Pida al Señor lo que necesite, pero hágalo con la intención correcta. Pida primero para el Reino y luego, para usted y su familia. Si así lo hace, ya tiene resuelto uno de los obstáculos que impiden que sus oraciones sean contestadas.
2-. EL MALTRATO AL CÓNYUGE.
Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas. 1Pedro 3.1
7 Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente,
dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de
la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo.1Pedro 3.7
El apóstol Pedro nos enseña dos roles: el del hombre y el de la mujer. A la mujer le dice que debe someterse a su marido y si no lo hace, es una forma de rebelión contra Dios. Al hombre le dice que trate a la mujer como un vaso frágil, porque si la trata bruscamente y no le da el amor que necesita y la maltrata física, verbal y emocionalmente, es una forma de desobediencia a la palabra de Dios. Dice, también, que si existe este comportamiento de parte de la mujer o del hombre, sus oraciones serán de estorbo y también cortadas. El maltrato hacia el cónyuge es un obstáculo a sus oraciones. Cambie su actitud hacia su cónyuge y obstendrá resultados positivo. ¿Desea que su oración sea contestada?. Entonces, usted esposo, empiece a tratar bien a su esposa, y usted esposa, empiece a someterse a su esposo.
3-. LA DUDA O LA INCREDULIDAD.
La palabra duda en el griego es "aporeo", y significa, literalmente, estar sin camino, estar sin recurso, en apuro, perplejo, en duda, confuso, en desesperanza, ansioso y vacilante acerca del camino que debes tomar. Una de las cosas que nos hace saber de Dios, es que la duda mata toda esperanza de recibir algo de él. Dudar es algo terrible; nos hace vacilar y nos confunde. La confusión es el resultado de una persona que duda. Analicemos algunas palabras que describe la palabra "aporreo" o duda:
La palabra duda en el griego es "aporeo", y significa, literalmente, estar sin camino, estar sin recurso, en apuro, perplejo, en duda, confuso, en desesperanza, ansioso y vacilante acerca del camino que debes tomar. Una de las cosas que nos hace saber de Dios, es que la duda mata toda esperanza de recibir algo de él. Dudar es algo terrible; nos hace vacilar y nos confunde. La confusión es el resultado de una persona que duda. Analicemos algunas palabras que describe la palabra "aporreo" o duda:
- Estar sin camino. No tener seguridad hacia dónde dirigirse o qué camino tomar, ya que en la mente tiene dos o más alternativas.
- Estar sin recursos. Una persona que duda se siente que no tiene recursos para seguir.
- Perplejo. Una persona que está en un estado de shock no sabe qué hacer .
- Confuso. Tiene muchos pensamientos en su mente y no sabe qué decisión tomar. No tiene una decisión clara.
- Vacilante. Ésta es la peor parte de la duda. El milagro llega, pero por ser tan vacilante, no lo recibe porque está esperando otra cosa.
No podemos orar a Dios si estamos dudando de su existencia. Si estamos ansioso y confuso acerca de lo que estamos pidiendo, no podremos orar en confianza. Si estamos perplejo, no podremos orar en poder. Si vacilamos acerca de su voluntad, no podremos tener resultados en nuestras oraciones. Tenemos que cambiar nuestra actitud, y comenzar a creerle a Dios y a su palabra sin dudar.
28 Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas.29 Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús.30 Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: !!Señor, sálvame!31 Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: !Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? . Mateo 14.28-31
En estos versículos, podemos ver lo que le sucedio a Pedro que por dudar de la palabra de Jesús se hundió. Así ocurre hoy dia. Vemos a muchos creyentes hundidos en crisis, ¿porque dudan en su corazón? Cuando quitamos los ojos en Jesús y miramos las circunstancias que nos rodean. Pedro dijo: "pero al ver el fuerte viento tuve miedo. Al dudar, el miedo entra y la fe sale. Cuando somos victima del miedo nos hundimos con nuestros propios problemas. La duda no es otra cosa que poner fe en lo que el enemigo pueda hacer en contra de nosotros.
Algunas veces, la duda viene en forma de dardo. El enemigo le envía un pensamiento contrario a lo ques está creyendo, pues él desea dividir su mente para que no se enfoque en un sólo pensamiento. Entonces, le pone a dudar entre el pensamiento y la palabra de Dios y el pensamiento malo, mientras que dios quiere que se enfoque y piense en Él y en su palabra.
¿Que hay que hacer cuando estos pensamiento de duda viene a nuestra mente? Llevémoslo cautivo a la obediencia de Cristo. No debemos tener nuestra mente dicidida ni estar dudando estre sanidad y enfermedad, sino creer estamos sanos. No entretenga los pensamientos de enfermedad en su mente, sino repréndalos y échelos fuera.
En estos versículos, podemos ver lo que le sucedio a Pedro que por dudar de la palabra de Jesús se hundió. Así ocurre hoy dia. Vemos a muchos creyentes hundidos en crisis, ¿porque dudan en su corazón? Cuando quitamos los ojos en Jesús y miramos las circunstancias que nos rodean. Pedro dijo: "pero al ver el fuerte viento tuve miedo. Al dudar, el miedo entra y la fe sale. Cuando somos victima del miedo nos hundimos con nuestros propios problemas. La duda no es otra cosa que poner fe en lo que el enemigo pueda hacer en contra de nosotros.
Algunas veces, la duda viene en forma de dardo. El enemigo le envía un pensamiento contrario a lo ques está creyendo, pues él desea dividir su mente para que no se enfoque en un sólo pensamiento. Entonces, le pone a dudar entre el pensamiento y la palabra de Dios y el pensamiento malo, mientras que dios quiere que se enfoque y piense en Él y en su palabra.
¿Que hay que hacer cuando estos pensamiento de duda viene a nuestra mente? Llevémoslo cautivo a la obediencia de Cristo. No debemos tener nuestra mente dicidida ni estar dudando estre sanidad y enfermedad, sino creer estamos sanos. No entretenga los pensamientos de enfermedad en su mente, sino repréndalos y échelos fuera.
4 porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas. 2Corintios 10.4
Guillermo Maldonado. LA ORACIÓN.Tercera edición 2005.Editorial GM Internacional . Miami FL. Pag. 101 a la105