lunes, 23 de mayo de 2016

PRINCIPIOS, CONCEPTOS Y REVELACIONES PARA FLUIR EN LO SOBRENATURAL. Parte II

MI EXPERIENCIA SOBRE LA REVELACIÓN.

   Durante los años que llevo ministrando he notado que Dios no se puede manifestar en un ministerio más allá de la revelación o conocimiento que éste tenga. Hace algún tiempo enseñé en nuestra iglesia una serie acerca de conocer a Dios como nuestro proveedor; entonces el Señor se manifestó como proveedor, y muchas deudas fueron canceladas de modo sobrenatural, Dios proveyó trabajo a la gente, surgieron nuevos negocios, numerosas transacciones se cerraron con éxito, los jóvenes recibieron becas, los casos en la corte se resolvieron a favor del pueblo de Dios y muchos otros milagros financieros ocurrieron. Cada vez que llevo conocimiento revelado acerca del poder de Dios, Él se manifiesta haciendo milagros. Cuando enseño conocimiento revelado de Dios en algún área específica Él se manifiesta en esa área. De allí nace la importancia de enseñar todo el consejo de Dios. Entonces, si no tenemos mucha revelación de Dios Su manifestación será escasa. En cualquier área que queramos, primero debemos traer revelación. Como ahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu. (Efesios 3:5). Apóstoles y profetas traen revelación. Sin ellos la iglesia se verá limitada a moverse sólo con doctrina básica.
 
   Todo lo que la iglesia sabe ahora es lo que el ministerio del  pastor, del evangelista y del maestro han enseñado, lo cual se limita a las doctrinas fundamentales del cristianismo; éstas no añaden revelación apostólica para el ahora. ¿Qué es la revelación apostólica? Es lo que va a la vanguardia, que declara lo que el Padre está diciendo y haciendo ahora, lo que causa que el cielo desate lo que Dios ha autorizado para la tierra. Cuando el Espíritu Santo revela algo a través de los apóstoles y profetas, el cielo ya no lo puede detener.

   En conclusión, para movernos en el poder sobrenatural de Dios necesitamos revelación fresca y continua: oír, ver y percibir en el Espíritu; además saber: qué, cómo y cuándo actuar. Los milagros no suceden por suceder, tenemos que aprender a obrarlos. Por ejemplo, he estado en servicios donde la presencia de Dios no está, no siento Su poder, pero eso no significa que nada pasará. Ahí debo actuar en lo que Dios ya me mandó a hacer y en lo que Él ya hizo. Por tanto, comienzo a orar por las personas, a declarar las obras de Jesús en la cruz y los milagros suceden. Eso es activar la fe, caminar en fe y bajo la unción. Debemos saber cómo ejercer nuestra fe.

  ¿Quiere usted también empezar a caminar en fe para ser usado en milagros? Tome en cuenta el siguiente testimonio y camine bajo esa unción:

    En una ocasión me encontraba en Los Ángeles, California, ministrando en una cruzada de sanidad y milagros. Entre los muchos y grandiosos milagros que ocurrieron allí, recuerdo el caso de un muchacho que tenía una enfermedad degenerativa y sumamente dolorosa, que afecta el sistema óseo, atrofia las extremidades e impide el crecimiento. Cada vez que el joven intentaba caminar era un proceso doloroso, porque tenía los pies torcidos. Esa noche, mientras declaraba la Palabra, adorábamos y hacía lo que Dios me mandó a hacer, Su gloria se manifestó de forma poderosa sobre el joven y lo sanó; enderezó sus pies. El joven comenzó a caminar e incluso a correr sin problema alguno. El rostro de alegría que tenía, jamás se me olvidará. ¡Dios lo sanó!

4. Dar gracias, alabanza y adoración a Dios.
 
   Pero tú eres santo, tú que habitas entre las alabanzas de Israel. (Salmos 22:3). Otro principio esencial para fluir en lo sobrenatural es la alabanza, que es la traducción del hebreo tejilá que significa, cántico nuevo del Espíritu del Señor, dado a nuestro espíritu; es un himno de alegría que alaba los poderosos hechos de Dios. La otra palabra, "habitas", es la traducción del hebreo yasháb que significa morar, residir, establecerse, sentarse en un trono, tener una habitación para vivir permanentemente. Cuando leemos esto nos damos cuenta que Dios no quiere venir por una visitación sino que quiere venir a quedarse, a morar perpetuamente y gobernar en medio de un pueblo que se regocija por Sus victorias; pero esto debe ser provocado por acción de gracias, alabanza y adoración. Sólo cuando hemos edificado un trono con estos tres principios, Dios se manifiesta.

   Una buena cantidad de creyentes piensa que orar es llevarle una lista de peticiones a Dios para que las conteste. Sin embargo, la verdad es que no hay acceso a Dios sin llegar en acción de gracias, sin alabarlo ni adorarlo. Ésta es una condición básica para entrar a Su presencia y recibir respuesta a nuestras oraciones. Cada una de estas tres involucra una manera de acercarse a Dios y nos relaciona con Él en aspectos diferentes. En la acción de gracias reconocemos la bondad de Dios, por medio de la alabanza reconocemos Su grandeza y Sus obras, y por medio de la adoración reconocemos Su santidad y gloria.

                                             ¿QUÉ ES ACCIÓN DE GRACIA?
   Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanza; alabadle, bendecid su nombre. (Salmos 100:4)
 
   La palabra de Dios nos enseña que debemos dar gracias siempre, en todo y por todo, y que nuestras peticiones deben ir acompañadas de acción de gracias. Hay quienes tratan de tener acceso a Dios usando vías diferentes, pero eso es imposible. La gratitud a Dios es clave para desatar el poder sobrenatural, porque edifica el trono para que Dios haga una habitación.

                                            ¿QUÉ ES ALABANZA?

   Alabanza es la proclamación y declaración de los hechos poderosos de Dios expresados con júbilo, excitación, sonido, música y distintas posturas del cuerpo, como aplaudir, dar gritos y danzar. Alabar es exaltar a Dios en una celebración brillante, luminosa, delirante, escandalosa, extravagante, con sonidos clamorosos, hasta el punto de hacer el ridículo; es estar dispuestos a lucir como quien ha perdido la cabeza o que no está en sus sentidos, como aquellos que han bebido mucho y han perdido la mente temporalmente. Como vemos, la definición de alabanza nada tiene que ver con la forma mecánica y monótona que encontramos en algunas iglesias, que no tienen la vida ni el gozo de Dios. Bíblicamente la alabanza es una celebración que rompe la materia y penetra el ambiente hostil. Si queremos experimentar una adoración profunda necesitamos una alabanza vibrante. Solo así veremos la gloria de Dios manifestada.

                                           ¿QUÉ ES ADORACIÓN?

   Adorar, significa besar inclinándose con reverencia. Viene de la raíz hebrea shakjá que significa postrarse; da la idea de caer de rodillas para rendir homenaje a Dios, es un acto de reverencia y humillación. En el Nuevo Testamento, la palabra adoración equivale al término griego proskunéo que viene de pros que significa hacia adelante y kunéo que significa besar. Es decir, proskunéo es besar la mano de un rey con una inclinación hacia adelante; es postrarse con respeto y reverencia; es un beso que expresa un alto grado de sumisión y profunda reverencia, para humildemente suplicar a alguien que haga algo; sólo es comparable al perro que lame la mano de su amo en halagadora muestra de afecto. Entonces ella vino y se postró ante él, diciendo: ¡Señor, socórreme! (Mateo 15:25)
 
   Entonces la adoración es una actitud interna de humildad, respeto y reverencia a Dios, demostrada con actos visibles, expresada a través del sacrificio desinteresado, sin anhelo alguno de recompensa. Muchas veces pensamos que la única diferencia entre alabanza y adoración es que la primera tiene un ritmo rápido y la segunda es algo más lenta, y eso no es así. La alabanza proclama las poderosas obras de Dios, mientras que adoración es rendirle reverencia con humildad de corazón por quién es Él. La alabanza afirma las obras poderosas de Dios, la adoración afirma la persona de Dios.

   Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, la Escritura describe una postura del cuerpo para alabar y para adorar. No se trata tanto de lo que decimos sino de la actitud con que lo hacemos. Pero va más allá, porque no implica sólo una postura física, es una actitud del espíritu, el alma y el cuerpo. Algunas características de la postura corporal en la adoración son: inclinar el rostro, levantar los brazos, extender las manos, arrodillarse y postrarse -literalmente esto significa caer con el rostro al suelo-, con el fin de reconocer nuestra total dependencia de Dios; es reconocer que en nuestras propias fuerzas, no podemos hacer nada; que sin Su gracia no somos nada. Una vez que hemos dado gracias, que hemos alabado y adorado, la gloria de Dios desciende. Ésta es la señal de que la habitación, el trono donde Dios se sienta ha sido edificado. Entonces Abram se postró sobre su rostro, y Dios habló con él. (Génesis 17:3). El mayor acto de adoración descrito en la Biblia es postrarse en la presencia de Dios con la cara en el suelo.

                                 ¿CUÁNTO TIEMPO DEBEMOS ORAR?

Alaba, hasta que el espíritu de adoración venga, y adora hasta que la gloria de Dios venga.

   ¿Por qué muchas veces la presencia de Dios no se manifiesta? Porque no hemos adorado lo suficiente, porque hemos cantado las mismas canciones de siempre, porque no hemos edificado Su trono, o porque hemos asumido una actitud incorrecta ante Su presencia. Cuando edificamos el trono de Dios, Satanás no puede permanecer en medio de nosotros. Si usted no adora correctamente, podrá tener un buen servicio pero no tendrá la gloria de Dios.

   Veamos ahora una serie de conceptos acerca de la alabanza y la adoración y cómo se conectan con el fluir del poder sobrenatural:

• La alabanza y la adoración provocan que Dios se revele a Sí mismo.
Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria. Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la casa se llenó de humo. (Isaías 6:3-4)
 
    Si usted adora con todo su corazón puede hacer que Dios se le revele como lo hizo a través de las Escrituras. En el versículo anterior, cuando se adoró Su santidad Él reveló Su gloria. Muchos de nosotros no llegamos a la iglesia a la hora de la adoración, sino que llegamos más tarde porque nos creemos tan espirituales que creemos que adorar no es necesario y sólo aparecemos para oír la Palabra. ¿Cómo Dios le va a hablar si primero no le adora? La adoración desata los sellos de revelación, entonces cuando la adoración no está llegando a Dios no puede haber revelación, o cuando la medida de adoración no es la correcta, el profeta sólo puede profetizar hasta esa medida, y los milagros creativos no sucederán. Ésta es una de las razones por las que la Biblia dice que la Palabra es como un martillo. En algunos lugares la atmósfera está tan dura que tenemos que golpear. Y la atmósfera está dura por falta de adoración o porque hay una adoración incorrecta.


    Dios se revela en la adoración; es decir, la verdadera adoración es evidencia de que Dios se está manifestando. Nosotros no conocemos la adoración fuera de Dios porque fue Él quien la dio a conocer. Cuando el hombre no adora, algo no funciona en su interior. Por otro lado, si no encuentra al Dios verdadero, el hombre desata esa pasión por adorar en otras cosas, todas ellas creadas, incluyendo ídolos y al mismo ser humano.

• La adoración en espíritu y en verdad sucede cuando ya no estamos conscientes de nosotros mismos sino sólo de Dios.
   Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren. (Juan 4:24). La adoración es un mandato, y como tal, no depende de cómo nos sintamos. Hay líderes en las iglesias que se consideran tan importantes que siempre llegan al servicio después de la adoración. Esperan que el pueblo les prepare la atmósfera; tienen a todo el pueblo adorando pero ellos no lo hacen. Una adoración es completa y genuina cuando hemos excedido el límite de nosotros mismos y sólo estamos conscientes de Dios. Usted no adora a Dios mientras siga consciente de sí mismo y sus circunstancias. Si continúa pendiente de lo que otras personas piensan de usted, aún no está adorando. Si sigue pensando en las mismas cosas que ocupaban su mente antes de entrar al templo, aún no ha superado el límite de su humanidad; viene a ser como un ídolo delante de la presencia de Dios.

• La adoración revela dónde está Dios: un lugar llamado "allí".
   Ciertamente Jehová está en este lugar, y yo no lo sabía. (Génesis 28:16). Si usted quiere saber dónde está Dios, siempre lo encontrará en medio de la adoración de su pueblo, en un lugar llamado allí. Por ejemplo, "Donde dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos" (Mateo 18:20, se añadía énfasis); Jacob también encontró un lugar llamado allí. El desierto era ese allí donde Dios estaba con el pueblo de Israel. (Ver Génesis 28:10-16). En el caso de Adán, el huerto del Edén era el allí. (Ver Génesis 2). El Señor hace una cita divina con nosotros y pone el lugar. Cuando usted encuentra su allí con Dios, por medio de la adoración, comienza a ver lo que Él está haciendo y a oír lo que está diciendo. Alli, es el lugar donde usted se encuentra con Dios, en medio de la adoración.

• El nivel de ascenso en alabanza y adoración determina el tipo de milagros que ocurrirán en un servicio.
   Si el ascenso en la alabanza y la adoración no es lo suficientemente alto, entonces puede que se sane alguien de un dolor de cabeza pero nadie de un cáncer terminal. Es verdad que hay servicios, en que el ascenso es mayor que en otros; sin embargo, si queremos la gloria de Dios tenemos que llevar la alabanza a otro nivel. Cuando usted alaba y adora a Dios pero su estilo de vida no está santificado, no puede ascender a Su presencia, porque tiene un peso que no lo deja subir. Todo aquello que no esté alineado con Dios será un peso para usted y no lo dejará elevarse en la adoración. La Biblia llama a eso pecado. Despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia. (Hebreos 12:1). En el ámbito espiritual el pecado es considerado gravedad espiritual.
 
   Hay niveles de la presencia de Dios a los que una persona no podrá ascender, no importa cuánto brinque, salte, se arrastre, se postre o grite. Si no está preparada para dejar caer el peso de pecado no podrá ascender. Por eso es que en los servicios, hay quienes entran en la presencia de Dios más rápido que otros, y algunos nunca entran, por causa del peso de su pecado. Ningún servicio en la iglesia debe volver al punto de partida o al nivel de ascenso en que estuvo la vez anterior. No podemos vivir de las glorias de ayer; cuanto más alto subamos más gloria se derramará.

   Estaba predicando en Maracaibo, Venezuela, cuando un milagro me asombró por la persistencia de la persona. Había alli una mujer que había ido a los Estados Unidos a buscarme para que orara por ella porque Dios le había dicho que cuando lo hiciera, sería sana. Esa vez no me encontró porque yo estaba de vacaciones. Luego, fue a buscarme a TBN (Trinity Broadcasting Network), porque se enteró de que sería anfitrión del programa "¡Praise the Lord!"; pero tampoco pudo dar conmigo porque salí rápido. Entonces, le llegó la noticia de que yo iba para Maracaibo. Una noche, cenando en Maracaibo, ella llegó al restaurante donde estábamos, en silla de ruedas y sin poder hablar a causa de la enfermedad, después de siete horas de viaje, pues no podía subir a un avión. Su esposo la acompañaba y yo le dije a él que la llevara a la cruzada para que Dios la sanara. El cáncer había tomado su cerebro y su cuerpo. El esposo la llevó a la cruzada y cuando estábamos todos alabando a Dios, yo comencé a enseñar acerca de la alabanza y la adoración. Todavía no había orado por nadie, cuando, de repente, aquella mujer que había entrado en silla de ruedas se levantó y comenzó a caminar y a hablar normalmente. Todo el pueblo de Dios se metió en alabanza de adoración, Su gloria cayó, y la mujer fue sanada al instante. Ése es el tipo de atmósfera que Dios está buscando en nuestras reuniones e iglesias. Esa misma atmósfera la podemos producir en nuestra casa. Cuando adoremos a Dios en espíritu y verdad recibiremos la sanidad, el milagro y todo lo que Él tiene listo para nosotros. Hay personas que han hecho de todo pero no han alabado ni han adorado a Dios. Si nada le ha funcionado, mi consejo es que alabe y alabe hasta que el espíritu de adoración venga y que adore y adore hasta que la gloria de Dios venga, sane su cuerpo y haga un milagro en su vida. Hay quienes tienen más conocimiento de su circunstancia o problema que de Jesús mismo.

• El propósito principal de la adoración es la intimidad con el fin de producir vida.
    Si su adoración no produce vida entonces está muerta. La adoración es una relación íntima como la que se da entre el hombre y la mujer. Mis hijos nacieron como resultado de la intimidad entre mi esposa y yo. No fue una casualidad, se planificó, y como resultado dos vidas nuevas fueron creadas. Así es la adoración. Si la adoración del creyente está basada en el amor a Dios, ¿por qué le tienen que decir que cante y levante las manos?

   ¿Qué predomina en la iglesia de Cristo? Lo almático. La adoración de hoy produce emociones en el alma pero no toca el espíritu. Como dijimos antes, la mayoría de canciones que entonamos, ya sean tradicionales o culturales, giran alrededor de nuestras necesidades terrenales. La adoración se convierte en idolatría cuando la necesidad viene a ser nuestro dios y lo terrenal nuestro ámbito. La adoración debe revelar la existencia de Dios no de la carne. Esta manera errónea de adorar a Dios tiene su base en el egoísmo del ser humano, aunque también se combina con la falta de conocimiento del Dios que se adora.

   Nuestra adoración siempre estará de acuerdo con la revelación que tengamos de Dios. Usted no puede halagar a una persona que no conoce; sólo puede hacerlo con aquella que sí conoce, y cuanto más íntimamente la conozca, más detalles tendrá para agradarla. Por la misma razón, algunos no pueden alabar y adorar a Dios por mucho tiempo; se quedan sin palabras y sin ánimo, porque no saben a quién están adorando. Hay quienes se enojan porque se dedica una hora a la alabanza y la adoración; creen que es una pérdida de tiempo o desorden. Pero si usted conoce realmente a Jesús y fija sus ojos en Él durante la adoración, llegará un momento en que se olvidará del tiempo, las circunstancias y hasta de su necesidad. Cuando usted se centre en Jesús, Él se entronará en su necesidad.

• La alabanza y la adoración desatan la atmósfera de gloria y la presencia de Dios.
   Cuando usted tiene intimidad con Dios da a luz Sus planes en la tierra. Si la alabanza sienta las bases o prepara el terreno para luego ascender en adoración y unirse con Él, no podemos cantar cuatro alabanzas muertas y pensar que vamos a entrar a Su presencia con cara de aburridos. Si somos adoradores en espíritu y en verdad, vamos a edificar ese trono y a construir la habitación para que Dios habite en nuestros tejilás o cánticos nuevos; para que sane al enfermo, haga milagros, transforme vidas y sea glorificado, al punto que nuestra alabanza produzca vida en cada persona que se siente en nuestros servicios.

5. Edificar de una atmósfera espiritual.
 
   En mi experiencia, cada vez que voy a predicar y ministrar milagros y sanidades, lo hago desde la atmósfera que produce mi vida de oración y adoración, personal y corporativa en la iglesia. Dios siempre ha hablado desde la nube de Su gloria. De ahí la importancia de saber cómo edificar una atmósfera espiritual.
Bibliografia.
Guillermo Maldonado. Como caminar en el poder sobrenatural de Dios. Editorial Whitaker House. Miami 2011. Pag. 209 a la 220.

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