lunes, 4 de marzo de 2019

¿RELIGIÓN O RELACIÓN?. Parte I



   Una gran cantidad de personas en el mundo pertenecen a una religión en particular o suscriben ciertas creencias religiosas. Con frecuencia participan en actividades religiosas porque sinceramente desean hallar sentido, dirección y consuelo para sus vidas. Aunque algunos no crean en la existencia de un ser supremo, o no apoyan forma alguna de religión, la mayoría de gente con creencias religiosas entienden que sus vidas poseen un aspecto espiritual. Saben que hay mucho más por conocer, que aquello que puede ser captado a través de nuestros sentidos físicos.

   La religión puede definirse como un sistema de creencias en relación con la realidad última y el sentido de la vida. A menudo, incluye rituales, reglas y directrices acerca de cómo debe vivir. En algunos países se practican muchas religiones, y cada religión tiene sus creencias específicas, patrones de comportamiento prescritos, liturgias y más. La religión tiene que ver con conceptos tales como: la existencia y la naturaleza de un ser superior (Dios o dioses), vida y muerte, el bien y el mal, el comportamiento moral y el inmoral (pecado) y sus consecuencias, la vida después de la muerte, lo sobrenatural, las sagradas escrituras y la teología.

¿PUEDE UNA RELIGIÓN SEPARARSE DE SU FUNDADOR?

   Por lo general, una religión es establecida en las creencias y obras de su fundador. Sin embargo, si posteriormente tuviéramos que remover de la religión a la persona que fundó ese sistema de creencias, ésta todavía podría existir y funcionar. Por ejemplo, una persona puede ser budista sin Buda o ser musulmana sin Mahoma. Estos dos fundadores religiosos murieron siglos atrás y no necesitan estar presentes para que la gente siga sus filosofías e ideas particulares.

   Muchas personas consideran que Jesús es el fundador de una religión: el cristianismo. Un gran número de ellas en mayor o menor medida, creen o siguen sus enseñanzas. Pueden pertenecer a una denominación o iglesia que corresponde a la categoría religiosa llamada “cristianismo”. Sin embargo, el propósito de Jesús al venir a la tierra no fue establecer una religión o simplemente añadir sus enseñanzas a las creencias de otras religiones. Él vino a ofrecerse a sí mismo como nuestro Salvador. Como consecuencia, si quitamos a Jesús del cristianismo, el cristianismo dejaría de existir como una realidad. Sin Jesús vivo, lo que queda es sólo una “religión” llamada cristianismo, que es sólo una apariencia de la realidad.

   El verdadero cristianismo no sólo consiste en simplemente estar de acuerdo o seguir las enseñanzas y el ejemplo de Jesús. Claro, seguir sus enseñanzas y ejemplo traen algún beneficio a la vida de las personas, pero no basta para transformarlas  de adentro hacia afuera; no es suficiente para hacer frente a sus problemas fundamentales y necesidades; tampoco es suficiente para ser eternamente eficaces. Sólo una relación con Jesús puede satisfacer esas necesidades.

No es lo mismo creer en Jesús que unirse a una religión.

   Ninguna religión puede satisfacer las necesidades que tiene el ser humano de hallar sentido, dirección y consuelo, porque la religión sólo puede llegar hasta cierto punto.

    Exploremos algunas formas según las cuales, creer en Jesús es diferente a pertenecer o seguir una religión.
1-. Los fundadores religiosos fueron seres humanos, pero Jesús fue Dios hecho carne.
   Por lo general, los fundadores de las diversas religiones fueron hombres y mujeres que creyeron haber recibido algún tipo de iluminación espiritual o intuición filosofíca. Aunque algunos de sus seguidores reclaman que sus líderes eran divinos, la mayoría de esos fundadores no reclamaron eso para sí mismos. Sin embargo, Jesús claramente afirmo que Él era Dios. Aunque nunca busco la adoración de la gente, la aceptó porque le pertenecía.
   Entonces los que estaban en la barca vinieron y le adoraron, diciendo: Verdaderamente eres hijo de Dios (Mateo 14.33).

   Cuando llegaban ya cerca de la bajada del Monte de los Olivos, toda la multitud de los discípulos, gozándose, comenzó alabar a Dios a grandes voces por todas las maravillas que habían visto, diciendo: ¡Bendito el Rey que viene en nombre del Señor; paz en los cielos, y gloria en las alturas! Entonces algunos fariseos de entre la multitud le dijeron: Maestro, reprende a tus discípulos. Él respondiendo, les dijo: Os digo que si éstos callaran, las piedras clamarían (Lucas 19.37-40).

   Jesús no sólo era un profeta, un gran maestro o un hombre excepcional; Él es Dios hecho carne. Por tanto, una diferencia central entre Jesús y cualquier otro fundador de alguna religión es que los fundadores sólo eran seres humanos, pero Jesús era – y es – divino.

2-. Los fundadores religiosos están muertos y enterrados, pero Jesús fue levantado de entre los muertos.
   Los fundadores de las religiones que la gente sigue están muertos o algún día morirán. Sin embargo, la creencia genuina en Jesucristo se basa no sólo en Jesús como un maestro que vivió hace más de dos mil años, sino en la persona viva de Jesús. Esto depende del hecho de que después que Jesús fue condenado a muerte en una cruz romana, fue resucitado de entre los muertos y hoy todavía está vivo. Los que han recibido a Jesús reconocen que después de haber pagado el precio para liberar a la humanidad de toda la opresión espiritual, física, mental y emocional, Él conquisto la muerte y fue resucitado antes de regresar al cielo con Dios el Padre. Jesús tiene la capacidad de darnos vida eterna, porque Él es vida, y porque derrotó la muerte para siempre. Y aquel que lo recibe también algún día será físicamente resucitado para vivir juntamente con Él por la eternidad. En las escrituras leemos lo siguiente:

   Más ahora Cristo a resucitado de entre los muertos; primicias de los que durmieron es hecho. Porque por cuanto la muerte entro por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados (1Corintios 15.20-22).

   Ningún otro sistema de creencias o de religión requiere que sus seguidores crean en la resurrección de su fundador. Además, ninguna otra fue fundada en el hecho de que su líder entregó su vida por sus seguidores, aun antes de ellos conocerlo, o de decidir creer en él y aceptar su amor y sacrificio.

   Cuando una persona recibe al Cristo resucitado, entra en una relación personal con Él y comienza a entender y seguir las enseñanzas de Jesús de manera que antes no le eran posibles, porque han experimentado una transformación interna que incluye una nueva naturaleza y el regalo del Espíritu de Dios viviendo en ella.

   Cuando el creyente sigue las enseñanzas de Jesús y obedece sus mandamientos, esto es el reflejo de su devoción hacia Él, no el resultado de un simple deber religioso (Juan 14:15,23-24).

   Como hemos señalado, algunas personas que carecen de una relación vital con Jesús se esfuerzan por seguir sus enseñanzas. Quizá se llamen así mismo “cristianos” y hasta pueden pertenecer a una iglesia o denominación “cristiana”. Quizá desean amar a Dios y ayudar a otras personas. Sin embargo, el elemento esencial de su conexión con el Jesús vivo no forma parte de sus vidas. Ellos simplemente aceptan ciertas enseñanzas, ideas y tradiciones conectadas con Jesús o siguen un sistema de principios y leyes morales. Como consecuencia, se envuelven en una religión que, contienen algunos buenos aspectos, no manifiesta la realidad ni el poder de un verdadero cristiano.

   Muchas personas están en esta condición hoy en día. Su situación puede ser descrita en la siguiente declaración de un escritor bíblico: “tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella”(Timoteo 3.5). Esto no necesariamente significa que ellos niegan el poder de Cristo activamente o con conocimiento – es posible que hasta estén consternado por esa idea- . Sin embargo, sí significa que ellos no tienen la vida, el poder y la presencia de Jesús en ellos. Sólo tienen la apariencia de una fe genuina, mientras viven conforme a rituales o principios externos.

   Desafortunadamente, si la persona viva de Jesús fuera removida de muchas personas que dicen creer en Él, esto no alteraría la forma como llevan su vida diaria. Esto es porque no están dependiendo activamente de Su presencia, ayuda o poder, y mucho menos su sacrificio en la cruz, el cual fue hecho para reconciliarlos con Dios. Para ellos, seguir a Cristo casi siempre significa ir a servicios religiosos y seguir ciertas costumbres. Quizás traten de observar algunas reglas y reglamentos, empeñándose en ser lo suficientemente buenos para Dios en sus propias fuerzas y por medio de buenas obras, sin entender que están sustituyendo la fe vital de Jesús por una religión.

   Muchas personas que siguen una religión hacen buenas obras, y tales obras son dignas de elogio. Todos debemos ayudar a quienes son pobres, a los que están heridos y destituidos. Es más, Jesús nos dijo que si verdaderamente creemos en Él, ayudemos a otros, y que eso sería como si estuviéramos ayudándolo a él mismo. Jesús expreso:

   Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí…De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeño, a mí lo hicisteis (Mateo 25:35-36,40).

   Sin embargo, no importa cuántas buenas obras hagamos; esas obras son insuficientes para reconciliarnos con Dios y permitirnos tener una relación verdadera con Él. Por ejemplo, nunca pueden borrar nuestros pecados ni lo malo que hacemos o decimos. Sólo un sacrificio libre de pecado puede hacer eso. Jesús tuvo una naturaleza sin pecado y Él nunca pecó; por eso pudo pagar el precio por nosotros en la cruz. Únicamente cuando aceptamos su sacrificio por nosotros es que podemos ser reconciliados con Dios.
Guillermo Maldonado. ¿Por qué creer en Jesús? Poder. Primera edición.2015. Editorial Ministerio internacional El Rey Jesús. Paginas 29 - 34

sábado, 26 de enero de 2019

¿QUÉ ES LA VERDAD?.PARTE III



   ¿Cuál es el proceso por el cual recibimos a Jesús como la verdad? Esto no sucede sólo por medio de nuestra lógica o razonamiento humano, o por medio de nuestros sentidos naturales. Esto viene por medio de revelación – reconociendo y aceptando la verdad de quién es Jesús y de lo que ha dicho y hecho – y poniendo nuestra confianza y creencia en Él. Esto es lo que significa tener fe.

   Ahora, brevemente, comparemos lo que es la razón y la fe. Cuando razonamos con nuestro intelecto, buscamos entender algo antes de creerlo, aceptarlo y actuar en base a ello. Este es un proceso válido para usar en relación a las realidades y propiedades de nuestro mundo físico. No es mi intención sugerir que debemos eliminar la razón; pero sí que debemos asignarle su lugar y su uso apropiado.

   En contraste, cuando ejercemos nuestra fe, recibimos verdad espiritual al creer primero lo que dios ha hecho. Esto nos lleva a entender esa verdad espiritual con nuestras mentes, y a aplicarlas en nuestras vidas. Por ejemplo la Biblia dice: “Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la Palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía”. Hebreos 11.3. La razón no puede ser el primer recurso que usemos cuando lidiamos con cosas que transcienden el mundo natural, porque en el mundo de lo sobrenatural sólo la fe y el discernimiento espiritual nos permitirán recibir revelación que después puede ser aplicada en el mundo natural por medio de nuestro razonamiento.

   Quiero dejar claro que no estoy disminuyendo la importancia del intelecto o de la educación. Soy pro intelecto y pro educación. Tengo una maestría y un doctorado en teología, y animo a los jóvenes a ir a la universidad, pero creo que si sometemos nuestro razonamiento y lógica a Dios, Él las hará creativa y poderosas con entendimiento espiritual. La siguiente es la historia de Jhon Laffitte, quien fue entrenado en ingeniería aeroespacial. Después de descubrir la verdad de Cristo Jesús, comprometió su intelecto y razón para la gloria de Dios. La verdad de Jesús desata un poder sobrenatural para salvar, restaurar, sanar, liberar y dar vida. Aunque algunos no aceptan las manifestaciones sobrenaturales de Dios cuando las ven, otros, como John, reconocen que hay más por conocer en esta vida de lo que se puede conocer por medio de los sentidos físicos.

   “Desde mi niñez, tenía el fuerte deseo de ser astronauta. En mi búsqueda por alcanzar esta meta, fui a MIT (Massachussets Institute of Technology) y después de la Universidad de Michigan en Ann Arbor, donde recibí un doctorado en ingeniería aeroespacial. Cuando era estudiante en la universidad, mi madre conoció a Jesús y cada vez que la visitaba en las vacaciones, ella me llevaba a la iglesia; así fue como obtuve un conocimiento intelectual de Dios, pero vivía como quería.

   “En camino a mi graduación, lo único que puedo decir es que Jesús se me reveló como lo que es, el Cristo vivo. En 1992, comencé a experimentar gran hambre por Él. Mientras escuchaba a un predicador cristiano en la televisión, me arrodille  e hice a Jesús mi Señor y Salvador. En este instante me convertí en una persona totalmente diferente. Oraba por horas, leía la Biblia sin cansarme y cuando me era posible iba a todos los eventos que ofrecía mi iglesia local. ¡Me sumergí en sus cosas! Dios puso un llamado en mi vida; el de maestro para el cuerpo de Cristo, cómo dice Efesios 4.11

   “Mientras la NASA procesaba mi aplicación para ser astronauta, enseñaba como profesor asociado en la Universidad de Miami y trabajaba como ingeniero asesor. Más adelante obtuve mi doctorado y trabajé como investigador para FIU (Florida International University), donde hice investigaciones para la NASA, la FAA (Administración Federal de Aviación), DOE (Departamento de Energía), y otras agencias. Sin embargo, notaba que Dios me halaba más cada día hacia el ministerio. Mi don para enseñar Su Palabra fue reconocido por otros cuando enseñaba. Finalmente tuve que escoger entre mi deseo de ser astronauta y mi llamado de servir a Dios como un maestro de la Biblia. Batallé mucho con esta decisión hasta que decidí hacer la voluntad de Dios.

   “Como resultado, hoy soy un Ministro de Jesucristo en una de las iglesia hispanas más grande en América más grande en América, un maestro para el cuerpo de Cristo y vicepresidente ejecutivo de USM (Universidad Sobrenatural del Ministerio, una institución educacional afiliada al Ministerio Internacional Rey Jesús). El propósito de USM es cambiar la vida de miles de cristianos, activándolos en el poder sobrenatural de Dios. Me siento completo cuando veo que Dios me usa para sanar y liberar a la gente de forma sobrenatural, al igual que entrenar a las personas en un conocimiento comprensivo de Su Palabra: La Biblia. He visto como Él les da vista a los ciegos y abre los oídos de los sordos; como alarga piernas que están más cortas que las otras, como crea órganos nuevos y otras partes del cuerpo, y como levanta a las personas de sus sillas de rueda.

   “Hoy entiendo que no soy un ingeniero conocedor de la Palabra de Dios. Soy un ministro de Jesucristo con conocimiento de ingeniería”.


                   RECONECTÁNDONOS A LA VERDAD ABSOLUTA.
   Si Jesús se pudo revelar a la mente científica de un ingeniero que antes aceptaba sólo lo que sus cinco sentidos naturales podían percibir, Él puede hacer lo mismo en usted. Quizás ha sido entrenado para considerar el mundo sólo por medio de hechos empíricos, pero reconocer que algo le falta en su vida. Hay un vacío en su vida que no puede llenar; preguntas filosofíca que no ha podido responder o enfermedades que no han podido superar. Incluso, más que otras personas que no tienen una inclinación científica, usted sabe que hay un límite para lo que su mente puede conocer e interpretar en su vida. Sin tomar en cuenta lo inteligente que usted es, o el nivel de educación que tiene, todavía es un ser humano con un espíritu que necesita estar conectado a su fuente – la verdad absoluta: Jesucristo. – Abra su corazón y permita que Él se le revele. En Él va a encontrar respuesta para la vida, que todo el conocimiento científico junto Jamás le podrá dar.

   Por ejemplo, en cierta oportunidad enseñaba acerca del poder de Jesús para transformar vidas y sanar cualquier enfermedad, y entonces ocurrió un milagro asombroso. Después de recibir una transfusión de sangre durante una cirugía, una mujer de cuarenta años fue diagnosticada  con hepatitis C –una enfermedad infecciosa que hace sufrir a las personas de una condición crónica que puede, eventualmente, progresar hasta convertirse en cirrosis hepática y cáncer-. El médico de la mujer es un líder en mi iglesia y la invitó a un servicio. Al escuchar la prédica, ella decidió aceptar a Jesús como su Salvador. Más adelante comencé a demostrar la verdad que había enseñado, orando en contra de cualquier enfermedad presente en las personas que estaban en el servicio.

   Hasta ese momento no conocía a esta mujer ni estaba al tanto del mal que sufría. Sin embargo, el poder de Jesús vino sobre ella; más tarde, ella nos dijo que sintió un “fuego” indescriptible pasar por su cuerpo. Al día siguiente, el doctor la examinó y le hizo nuevos exámenes para verificar su sanidad. Para sorpresa de la mujer, ¡todos los exámenes salieron negativos!. Dios había hecho algo en sus células hepática erradicando la infección viral por completo.
 
   La Palabra que prediqué no fue simple teoría, porque Jesús tiene el poder de hacer milagro, y Él dijo: “Si puedes creer, al que cree todo le es posible.”

¿CÓMO RESPONDERÁ?

   Si ha buscado la verdad en todos, sin éxito, es posible que haya buscado en los lugares equivocados, o que haya tocado puertas equivocadas, o le haya preguntado a quien no tiene las respuestas correctas, o le haya perdido a alguien que no tiene nada que dar. 

   Hoy le presentó a Jesús como la verdad y la respuesta a todas sus preguntas. Sólo Él puede satisfacer su sed –por el amor genuino, por justicia, por llenura y por cualquier otra que pueda necesitar-. Cuando crea en Jesús y le reciba, Él le dará la paz que no había podido obtener, el amor que no había encontrado y la esperanza que había sido negada.

   Jesucristo, la Verdad, está delante de usted ahora mismo. ¿Cómo le va a responder? ¿Acaso le va a dar la espalda? ¿Buscará otra verdad que parezca más fácil o más conveniente? ¿Acaso se lavará las manos de la máxima realidad? ¿Se humillará delante de Dios, reconociendo que Jesús es Su hijo y que murió por sus pecados y enfermedades? Sería muy triste creer en una mentira y después darse cuenta que es demasiado tarde. Tenga valor y enfrente la verdad de Cristo, reconociendo que necesita de su Señorío y salvación.

   El Espíritu Santo de Dios, nos revela Su verdad y nos da una oportunidad para responder. Jesús dijo: “Yo para esto he nacido, y para esto  he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz. Juan 18.37. La biblia nos dice que Dios nos ha dado a cada uno una medida de fe.Romanos12.3. Por tanto respóndale a Jesús diciéndole, “Por la fe que me ha sido dada, yo te recibo como mi camino, la verdad y la vida, mi Salvador”

  “ ¿Por qué creer en Jesús?. Porque Él es la verdad.  

Guillermo Maldonado. ¿Por qué creer en Jesús? Poder. Primera edición.2015. Editorial Ministerio internacional El Rey Jesús. Paginas 23 - 28

sábado, 12 de enero de 2019

¿QUÉ ES LA VERDAD?.Parte II

                                      ¿CÒMO JESÙS ES LA VERDAD?
   
   Aunque Jesùs siempre hablò la verdad, ¿sobre què base podrìa Èl afirmar, "Yo soy... la verdad"? Aquì les presento dos razones principales:

1-. En Èl hay vida.

   Las escrituras se refieren a Jesùs como "el Verbo"  que se hizo carne y viviò entre nosotros:
   
   En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Todas las cosas por èl fueron hechas, y sin èl nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En èl estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres... Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitò entre nosotros.

   Jesùs no sòlo fue profeta, un gran maestro, o un hombre excepcional. Era Dios hecho carne - completamente Dios y completamente hombre -  Èl era divino al igual que humano. Nunca ha existido ni tampoco existirà, otro como Èl en la historia del mundo. Èl vino por un propòsito especìfico y crucial:
   Porque de tal manera amò Dios al mundo, que ha dado a su hijo unigènito para que todo aquel que en èl cree, no se pierda, màs tenga vida eterna. Porque no enviò Dios a Su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por Èl.Juan 3.16-17

   Dios se manifiesta en tres personas - Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espìritu Santo -. Este hecho se refleja en la siguiente declaraciòn de la Escritura: "La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comuniòn del Espìritu Santo sean con todos vosotros. Amèn"2Corintios 13.14 Padre, Hijo (Jesùs o el "Verbo") y Espìritu Santo componen la deidad trina o Trinidad. Ellos son tres personas con la misma esencia. Como Dios, Jesùs es la Màxima Realidad o la Verdad.

   Jesùs naciò en esta tierra como ser humano para revelar la verdad de quien es Dios y de quiènes somos en Èl; para morir en la cruz, recibir el castigo por nuestra rebeliòn (el pecado) contra de Dios; para reconciliarnos nuevamente con Èl mismo y para darnos vida eterna y abundante. "Nosotros sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es  verdadero; y nosotros estamos en aquel que es verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna.1Juan 5.20

¿Què significa el nombre de "Jesùs"? Leemos en las Escrituras , "Y darà a luz un hijo, y llamaràs su nombre Jesùs, porque Èl salvarà a su pueblo de sus pecados".Mateo 1.21 El vocablo hebreo para "Jesùs" es Yeshua, que significa "Jehovà (Dios) es salvaciòn". Jesùs vino a nosotros  como el Salvador del mundo. Por lo tanto, el nombre por el cual es màs conocido expresa la verdadera esencia de Su naturaleza  y define el propòsito de Su vida en la tierra.

2-.Jesùs es el camino a la màxima verdad.

   La segunda razòn por la cual Jesùs pudo decir "Yo soy... la verdad" es que sòlo podemos ser reconciliados con Dios por medio de Èl. Jesùs es el ùnico camino que nos leva a conocer y a recibir la màxima verdad. El vino a demostrarnos las palabras y las obras de Dios para que las recibièramos y regresàramos a Èl. Jesùs dijo, "¿No crees que Yo soy en el Padre, y el Padre en Mì? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en Mì, Èl hace las obras"Juan 14.10. La misiòn de Jesùs fue traer las palabras de Dios, o la verdad, a la humanidad. Sus enseñanzas y acciones revelaron esta verdad para que pudièsemos ser libres. "Asì que, si el Hijo os libertare, serèis verdaderamente libres"Juan 8.36.

                        RECONOCIENDO Y RECIBIENDO LA VERDAD.

   Las declaraciones que afirman que Jesùs es  la verdad y que Èl era Dios hecho carne son demasiado profundas para ser aceptadas por alguna persona hoy en dìa. Como consecuencia, puede ser que rechacen, critiquen o denuncien a sus seguidores. Lo mismo podemos decir de los lìderes religiosos que vivìan en los tiempos de Jesùs. Ellos deseaban  matar a Jesùs por sus enseanzas y acciones - incluyendo sanar a  las personas, entre otros milagros - Jesùs les dijo: "procuràis matarme, porque mi palabra no halla cabida en vosotros".Juan 8.37

   Aunque lo buscaban para matarlo, nunca pudieron encontrar una razòn legìtima para acusarlo. Èl siempre fue constante en quien era, en lo que decìa y en lo que hacìa. Siempre hablò con la verdad y continuamente demostrò compasiòn por los enfermos y necesitados. La ùnica  manera en que los lìderes religiosos pudieron condenarlo a muerte fue acusàndolo de rebeliòn, lo cual era mentira.

   Regresamos al dialogo entre Jesùs y Pilatos, cuando el gobernador le pregunta "¿Què es la verdad?" La verdad estaba frente a èl, en la persona de Jesucristo. Por primera vez en su vida, el lìder romano fue confrontado con la màxima verdad, pero no se dio cuenta de eso. Irònicamente, fue precisamente a Pilatos a quien le tocò determinar la culpabilidad o inocencia de Jesùs.

   Por què Pilatos le pregunto a Jesùs "¿Què es la verdad?" Aparentemente  no fue porque pensò que  la màxima verdad se podìa descubrir. Quizàs estaba siendo evasivo y escèptico. Al final, no sostuvo la verdad sino que permitiò que un hombre inocente muriera. Pilatos habìa declarado, "Yo no hallo en èl (Jesùs) ningùn delito"Juan 18.38. Despuès de hablar con Jesùs, el gobernador reconociò que Èl no era culpable de rebeliòn contra Roma, y que estaba siendo falsamente acusado. Jesùs  habìa establecido, "Mi reino no es de este mundo" Sin embargo, el lìder romano cediò a  la demanda de la multitud, de crucificar a Jesùs. "Viendo Pilatos que nada adelantaba, sino que se hacìa màs alboroto, tomò agua y se lavò las manos delante del pueblo, diciendo: "Inocente soy yo de la sangre de este justo; allà vosotros"Mateo 27.24

   "Lavar nuestras manos" de la verdad no nos exonera de responsabilidad cuando estamos frente a la Verdad. Sòlo existe una forma de responder: reconociendo y recibiendo a Jesùs.

   Cada una de las palabras y promesas de Jesùs se cumpliran. Nuestro entendimiento humano es parcial y condicional. Retar o ir en contra de las enseñanzas de Jesùs nos convierte en opositores de la Verdad y tarde o temprano sufriremos las consecuencias por rechazarlo. Pero si aceptamos a Jesùs como la Verdad - si creemos en Èl - vamos a recibir perdòn, paz y entendimiento espiritual.
Guillermo Maldonado. ¿Por qué creer en Jesús? Poder. Primera edición.2015. Editorial Ministerio internacional El Rey Jesús. Paginas 19 - 23