jueves, 12 de marzo de 2020

LA ORACIÓN POR MEDIO DE CRISTO.

  La oración es abrirel corazón o el almaa Dios en una forma sincera, sensible 1:f afectuosa, por medio de Cristo, con la ayuda y en el poder del Espíritu Santo, para cosas comolasque Diosha prometido, o que son conforme a la Palabra de Dios, para el biende la Iglesia, sometiéndonos en fe a la voluntad de Dios.

   Debemos añadir por medio de Cristo a toda consideración de la  oración con el fin de saber si es o no una verdadera oración, aunque en apariencia pueda parecer eminente y elocuente. Cristo es el camino. Jesucristo es la persona por medio de la cual tenemos acceso a la presencia de Dios. Sin Cristo, nuestros deseos no caerán bajo el cuidado de Dios. Las Escrituras lo indican muy claramente, porque Jesús declaró: "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí" (Juan. 14:6). Y notemos, además, que Jesús también dijo: "Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré" (Juan. 14: 13,14). 

   Así lo hizo Daniel cuando oró por el pueblo de Dios. Lo hizo en el nombre de Cristo: 'Ahora pues, Dios nuestro, oye la oración de tu siervo, y sus ruegos; y haz que tu rostro resplandezca sobre tu santuario asolado, por amor del Señor" (Daniel. 9:17). Y encontramos que David hizo lo mismo: "Por amor de tu nombre, oh Jehová", es decir, en el nombre de Cristo, "perdonarás también mi pecado, que es grande" (Salmos. 25:11).

   No todos los que mencionan el nombre de Cristo en oración auténtica, oran verdadera y eficazmente a Dios en el nombre de Cristo o por medio de Él. La parte más difícil en la oración es acercarse a Dios por medio de Cristo. Una persona puede ser sensible a las obras del Señor y desear sinceramente su misericordia y, no obstante, no ser capaz de ir a Dios por medio de Él. La persona que acude a Dios por medio de Cristo debe primero tener conocimiento de Él: "Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan" (Hechos. 11:6). Y los que acuden a Dios por medio de Cristo deben estar posibilitados de conocerle. "Si he hallado gracia en tus ojos", dijo Moisés, " te ruego que me muestres ahora tu camino para que te conozca, y halle gracia en tus ojos" (Exodo. 33:13).


   Nadie sino el Padre puede verdaderamente revelar a Cristo Jesús a su alma. "Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar (Mateo. 11:27). Acudir a Dios por medio de Cristo Jesús significa que Dios le ha puesto a usted bajo la sombra del Señor Jesús, como una persona es puesta bajo un refugio para su protección. De ahí que David a menudo llama a Cristo su escudo, refugio, torre, castillo y roca de defensa (véase los Salmos 18, 27 Y28). David ora de esta manera no solo porque vence a sus enemigos por medio de Cristo, sino porque a través de Él halla gracia con Dios el Padre.

   De igual manera, Dios le dijo a Abraham en una visión: "No temas, Abram yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande" (Génesis 15:1). Por tanto, la persona que acude a Dios por medio de Cristo debe tener fe, mediante la cual pone su confianza en Él, de manera que se presenta ante Dios en Cristo.


   La persona que tiene fe ha nacido de Dios o ha nacido de nuevo, de modo que llega a ser uno de los hijos de Dios. Queda unido por la fe a Cristo y hecho miembro de Él. "Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de Ia carne. carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es" (Juan. 3:5,6). Por lo tanto, le digo a usted que ha nacido de nuevo, como un miembro de Cristo usted puede acudir a Dios. Usted puede orar como un miembro de Cristo, de modo que Dios le ve como una parte de Cristo, como una parte de su cuerpo, su carne y sus huesos. Está unido a Él por elección, conversión, iluminación y por el Espíritu Santo que le ha sido puesto en su corazón por Dios: "Porque somos miembros de su cuerpo" (Efesio. 5:30).


   Así, pues, podemos acudir a Dios en los méritos de Cristo, en su sangre, en su justicia, en su victoria e intercesión. Podemos estar en la presencia de Dios, ser aceptados en aquel que Él ama ( Efesio. 1:6). Porque usted es un miembro del Señor Jesucristo, porque está bajo esta consideración, es admitido en la presencia de Dios y puede acudir a Dios en oración. Por virtud de su unión con Cristo, recibe el Espíritu Santo que mora en usted. Por esta razón, usted está habilitado para abrirse (derramarse) a sí mismo delante de Dios en oración, con su atención centrada en usted y con su disposición de responder.


ORACIÓN:
   Oh Señor, te doy las gracias porque acudo a ti por medio de Cristo Jesús en todas mis oraciones, porque su sangre derramada a mi favor me limpia de mis pecados y me habilita para acercarme al trono de la gracia. Quiero reconocer más conscientemente mi necesidad de Jesús en todo lo que hago, y especialmente en mis oraciones. Que yo pueda honrarle más al buscar glorificarte a ti en todas mis oraciones. Enséñame a orar por todas aquellas cosas que serán buenas para el progreso de tu iglesia. Inspírame mediante tu Espíritu Santo a orar por aquellas personas y cosas por las que tú hubieras orado, en la confianza de que escucharás y responderás a mi oración elevadas a ti en el nombre y por el amor de Jesús. Amén.
Juan Bunyan. Cómo orar en el Espíritu. Primera edición 2013. Editorial Portavoz Paginas 31-34

No hay comentarios:

Publicar un comentario