viernes, 23 de junio de 2017

LA OFENSA Y EL CRISTIANO. Parte II




                    ¿QUÉ ES TROPEZAR?
 
   El tropiezo de un niño es la figura de la ofensa para un creyente; es una trampa, una piedra en el camino para hacerlo caer. Cuando Jesús dice: “Y cualquiera que haga tropezar, que ofenda a un creyente…”, ya no se está refiriendo al niño que está en el centro, sino a usted, a mí, al hermano que se convirtió hace un mes. Si usted le es de tropiezo a un hijo de Dios..


“6...mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar”. Mateo 18.6

¿Qué es una piedra de molino de asno?

 
   En el tiempo de Jesús, los molinos funcionaban con dos enormes piedras circulares; una de ellas estaba en el piso, donde había un vástago para moverla. Dentro del molino, se echaba el trigo para que la piedra lo moliera. Muchas veces, era una mujer quien movía el vástago para moler el trigo; en otras ocasiones, lo hacía un asno, porque la piedra era muy pesada. La tarea solía requerir la fuerza de hasta dos animales. Jesús dice que es mejor colgarse ese tipo de piedra al cuello, y morir ahogado, que hacer tropezar a quienes creen en Él. Para el Maestro, esto era muy serio; tanto que Él mismo dio su vida para salvar la de sus pequeños.


 3. Las ofensas son necesarias para mostrar a los aprobados.
   Primero, Jesús habla de rebajarse; luego, dice que es mejor ahogarse que hacer tropezar a un creyente. Pero todavía hay más, porque Jesús prosigue…


“7¡Ay del mundo por los tropiezos! porque es necesario que vengan tropiezos, pero ¡ay de aquel hombre por quien viene el tropiezo!” Mateo 18.7

¿Por qué Jesús dice esto? ¿Se está contradiciendo?
¿Por qué es necesario que vengan las ofensas?


“19Porque es preciso que entre vosotros haya disensiones, para que se hagan manifiestos entre vosotros los que son aprobados”. 1 Corintios 11.19

   Por ejemplo, a veces, nos preguntamos: ¿Por qué hay peleas dentro de la iglesia?, si se supone que estamos entre hermanos y que todos somos hijos de Dios. Cristo dice que los obstáculos, las ofensas, los tropiezos siempre van a venir, y así se revelarán los que son aprobados, los genuinos, los dignos de recibir una visión, un llamado, una comisión divina. Dios está levantando gente genuina, capaz de perdonar la ofensa y el agravio. Para eso, es necesario que vengan los tropiezos. Pero, ¿cuál debería ser nuestra actitud cuando alguien nos ofende?

 4. El creyente genuino debe aprender a lidiar con las ofensas.
   Si usted sabe que las ofensas siempre van a venir, es mejor que aprenda a lidiar con ellas. No importa a qué iglesia vaya, con quién se case o dónde trabaje, las ofensas siempre se presentarán y, además, son necesarias.


Ilustración: Si usted sabe que todos los años, hay altas probabilidades de que se formen huracanes y entren en Florida, ¿no compraría usted un seguro? Hay gente que no soporta el miedo de vivir en un lugar así, pero la mayoría, aprende a lidiar con los huracanes, compra un seguro para la casa, pone protección en las ventanas y se aprovisiona de todo lo que pueda necesitar. Lo mismo sucede con las ofensas; si sabemos que son una constante en la vida, tenemos que aprender a lidiar con ellas.

   Hasta aquí hemos visto los siguientes puntos:
-. La persona que sobrepasa la ofensa es genuina y madura, porque el amor de Dios está en ella.


-.  No importa adónde vaya, las ofensas siempre aparecerán; alguien lo va a ofender y es más, usted también, ofenderá a alguien.


-. Las ofensas son necesarias para que se muestren aquellos que son aprobados, verdaderos, genuinos; los que no son hipócritas, que perdonan, que viven el amor de Dios en ellos.


-.  Cuando hay un problema, el que es verdadero, siempre sale a la luz.


   Siempre habrá tropiezos; lo importante es cuidarse de causarlos, de actuar como instrumento para hacer caer a alguien. Yo no voy a hablar de los defectos de mi mentor con un creyente que tiene dos meses de convertido. ¡Me rehúso! Yo no soy instrumento del diablo; yo soy instrumento de Dios para salvación de los seres humanos, no para perdición ni confusión.


5. La palabra de Dios nos ofende cuando no estamos alineados con ella.
“60Al oírlas, muchos de sus discípulos dijeron: Dura es esta palabra; ¿quién la puede oír? 61Sabiendo Jesús en sí mismo que sus discípulos murmuraban de esto, les dijo: ¿Esto os ofende?” Juan 6.60, 61


   Jesús ofendió a sus discípulos cuando les pidió compromiso. Usted no sabe si puede o no contar con alguien hasta que le pide compromiso. Esto revela el corazón de las personas y su verdadera posición en la obra de Dios y en cualquier área de la vida.
Ilustración: ¡Mujer soltera!, si tiene un novio, cuando  usted le pida el compromiso de casarse, sabrá qué quiere él realmente; conocerá qué tan en serio toma su relación con usted.


6. El rencor y el hacer tropezar a otros nos pueden llevar al Infierno.
El asunto se pone más serio para los discípulos cuando Jesús comienza a hablar del Infierno, como destino para un individuo que no es capaz de perdonar. ¡Esto es serio! El asunto se pone peligroso. Jesús sigue adelante con su disertación, dando una ilustración del cuerpo.


“8Por tanto, si tu mano o tu pie te es ocasión de caer, córtalo y échalo de ti; mejor te es entrar en la vida cojo o manco, que teniendo dos manos o dos pies ser echado en el fuego eterno”. Mateo 18.8

¿Qué quizo decir Jesús con esto? Veamos cómo explica Pablo el mismo asunto.


“21Bueno es no comer carne, ni beber vino, ni nada en que tu hermano tropiece, o se ofenda, o se debilite”. Romanos 14.21


   Muchos dirán: “Entonces, ¿ningún cristiano puede beber vino? Eso es exagerado. Si yo no tengo problemas con el vino, ¿por qué no voy a poder beber una copa, de vez en cuando?” Lo que está enseñando Pablo es que, si por tomar una copa de vino, alguien puede tropezar, volver al mundo o ser tentado, es preferible no tomarla. Pues, si de nosotros depende, no seremos de tropiezo para un “pequeño”. Jesús dice: “¡Cuidado!” Sí, hay cosas que no constituyen pecado, pero ése no es el punto; el punto es no ser de tropiezo para otros.


Hoy por hoy, hay miles que volvieron al mundo porque, un día, uno de nosotros le fue de tropiezo.


¡Córtese la lengua antes de ser de tropoizo a un creyente nuevo!


¿Cuál es mi punto de vista acerca del vino? El fundamento bíblico para no beber vino es que puede ser una tentación para personas que han salido del alcoholismo. Si usted comparte la mesa con un nuevo convertido que acaba de salir del vicio, no es sabio poner una botella de vino frente a él, ni beber uno, ni convidarle a él una “copita”. Lo estaría invitando a caer nuevamente en el vicio que acaba de dejar. Es decir, por amor a nuestros hermanos, no bebemos vino; por amor a nuestros hermanos, no hablamos mal del pastor, del líder o el mentor; no contamos todos los problemas que vemos en la iglesia. Hoy en día, la gente está buscando la más mínima razón para alejarse de Dios. El corazón malo no quiere buscar a Dios, por eso usa cualquier detalle para justificarse y alejarse.
No le facilitemos las razones para alejarse del Padre; por amor a su hermano, déle un buen testimonio y ejemplo. No se trata de los derechos o la razón que tengamos, ni de lo justo que sea nuestro caso, sino de mostrar amor por aquel que está empezando a acercarse a Cristo.


“9Y si tu ojo te es ocasión de caer, sácalo y échalo de ti; mejor te es entrar con un solo ojo en la vida, que teniendo dos ojos ser echado en el infierno de fuego”. Mateo 18.9


   Hermana, si tu falda es tan corta que puede hacer tropezar al hermano que está saliendo de la pornografía, que viene todavía con todos los demonios encima, cúbrete, cambia tu manera de vestir; no por religiosidad, sino por amor a aquellos nuevos que necesitan un buen ejemplo. Si no te importa, los vas a hacer tropezar. ¡Cúbrete! ¡No los hagas caer! Hombres, que tienen una labia de mundo, que le bajan las estrellas del cielo a las mujeres y son de tropiezo para ellas.


¿Cuál es su testimonio? Si saben que eso puede ser un obstáculo en la vida de una mujer que está comenzando a caminar en Cristo, ¡cállense, no la hagan caer!


   Muchos padres han sido de tropiezo para sus hijos al mostrarles todos los defectos que tiene el pastor o la iglesia. Ahora esos jóvenes están en el mundo, sin Dios. ¿Qué era más importante: demostrar que usted tenía razón y que quizás haría mejor la tarea del pastor (en su opinión), o mantener a su hijo/a en el camino del Señor para que sea salvo/a y cumpla la voluntad divina en su vida?


“21Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable de
juicio. 22Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego”. Mateo 5.21, 22

   Usted nunca pensó que guardar rencor o ser de tropiezo para otro pudiera llevar a una persona al Infierno, ¿verdad? Éste es un asunto muy serio y encierra graves peligros.
  Guillermo Maldonado. Los Peligros de no Perdonar. Editorial Nuestra visión. Miami 2009. Pag.63 a la70

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