lunes, 28 de febrero de 2022

VENCIENDO LOS OBSTACULOS PARA LA VISION. Parte II

 Haciendo Excusas y Poniendo Pretextos
   Algunas veces, sabemos lo que deberíamos estar haciendo, pero titubeamos para tomar el primer paso. Siempre tenemos la intención de hacerlo, pero nunca llegamos a hacerlo. Al contrario, lo que hacemos son excusas y pretextos, tales como, "Cuando mi vida no esté tan complicada como ahorita", "Cuando sienta que tengo más confianza", o "Después de que yo me ponga a orar un tiempo por eso".

   Hay una historia de dos pescadores que se perdieron en medio de una tormenta en un lago. La tormenta estaba soplando tan furiosamente que ellos no podían ver ninguna cosa. Uno de los pescadores dijo a su compañero, "Tenemos dos opciones. Podemos orar o podemos remar. ¿Cuál crees que debemos tomar?" El otro pescador contestó, "¡Vamos a hacer ambas!" Esta es la manera como tú debes vivir. En lugar de pasarte todo el tiempo deliberando acerca de lo que tú necesitas hacer, sólo tienes que decir, "Vamos a remar". Aun cuando tú te encuentres asustado, debes seguir remando. Debes fijar un lugar de destino aun mientras tú estés orando, y Dios te va a guiar hacia dónde necesitas llegar.

   Otro grupo de gentes que tienen problemas con llevar sus visiones hasta el cumplimiento final es lo que yo llamo "los iniciadores o comenzadores profesionales". Ellos siempre comienzan algo, pero nunca terminan nada. Por ejemplo, tienen libros que nunca han terminado de leer, sin embargo, ellos siguen comenzando a leer nuevos libros. Nada en el mundo se siente mejor que el hecho de leer un libro desde el principio y hasta la última página, porque entonces, tú sabes que ese libro ya está dentro de ti y que nadie te lo puede quitar. Todo lo que tú dejas a medias y sin terminar te va a desalentar para que no termines otros proyectos. Todo aquello que está pendiente de terminar tiene una forma y una oportunidad para poder perseguir tu vida.

Buscando el "Equilibrio"
   Algunas personas no quieren enfocarse en un objetivo específico porque temen que su vida no esté bien balanceada. Ellos dicen cosas como estas: "Yo no quiero hacer nada en particular porque si lo hago, vaya estar cerrando otras opciones que tengo. No quiero cerrar mi perspectiva", o "Si me dedico muy en serio a hacer algo, tal vez me voy a perder de lo que realmente quiero hacer en la vida". El problema está en que la gente va a decir cosas como estas durante cuarenta y cinco años, iY van a terminar por no hacer nada! Lo que ellos llaman una búsqueda de equilibrio es realmente una excusa para no tener que tomar una decisión. Ellos terminan siendo personas mediocres, las cuales son muy comunes y corrientes.

   El verdadero equilibrio consiste en mantener el equilibrio mientras que uno se mueve hacia el destino final u objetivo. Un buen ejemplo de esta verdad es la forma como funciona un barco en el océano. El barco necesita mantener siempre su equilibrio. ¿Acaso no sería un desperdicio de su precioso tiempo y de su combustible, el hecho de que un barco usara toda su energía sólo para tratar de mantener su equilibrio en el agua para no voltearse? Algunas personas viven sesenta y cinco años, setenta y cinco años, noventa años, sólo tratando de mantener el equilibrio. Pero el equilibrio no es el objetivo en sí mismo. Un barco mantiene el equilibrio a medida que se dirige a cierto destino específico. De la misma manera, nosotros necesitamos tener un destino mientras que mantenemos el equilibrio en nuestra vida.

Tratando de Hacerlo Todo
   Una razón muy común por la cual las gentes no son específicas con relación a sus visiones es porque ellos están tratando de hacer muchas cosas. Su problema no es el hecho de que estén indecisos para empezar algo, sino que andan por todos lados haciendo muchas cosas. Y aunque siempre están construyendo algo, de hecho, no están acabando nada, porque nunca acaban de hacer nada de lo que comenzaron. 

   ¿Por qué sucede esto? Porque la mayoría de la gente comete el error de creer que la meta principal en la vida es mantenerse ocupados. Esta forma de pensar es una trampa. Las muchas ocupaciones no equivalen al progreso; el hecho de mantenerse muy ocupado no quiere decir necesariamente que tú te estás dirigiendo hacia un destino específico.

   Yo he aprendido esta verdad tan importante que me ha liberado por completo tanto de la indecisión, como de la mucha ocupación ineficiente e inútil: Yo no fui creado para hacer todas las cosas. Esta declaración es algo muy bueno como para ponerlo en la pared de tu oficina o en el calendario de tu casa. Cuando tratamos de apuntar la mira a todas las cosas, generalmente acabamos por no darle a nada. Pero la mayoría de nosotros nos estamos rompiendo el cuello, tratando de darle a todo lo que se atraviesa por nuestra vista. Déjame asegurarte algo: Tú no naciste para suplir todas las necesidades que hay sobre la tierra.

   Es muy fácil comenzar a preocuparse acerca de todos los problemas que encaramos en este mundo. La compasión no sólo es una cualidad muy admirable, sino que también es un elemento esencial de la visión. Sin embargo, tú no puedes tratar de suplir todas las necesidades que te rodean, y al mismo tiempo, ser efectivo para poder ayudar a la gente. Mientras más necesidad quieras suplir, menor será el grado de atención que vas a poder dedicar a cada necesidad en lo particular.

   Todas las necesidades que tú ves en tu nación no pueden ser solucionadas sólo por ti. Todos los problemas que tú ves en tu comunidad no pueden ser resueltos sólo por ti. Todos los problemas que tú ves en la calle donde vives no pueden ser solucionados sólo por ti. Esta realidad es la razón de por qué tú debes descubrir tu visión personal que viene de Dios, y entonces, mantenerte encarrilado dentro de ella. Tú fuiste hecho para suplir Ciertas necesidades, pero no todas las necesidades. Dios te creó para un propósito, y ese propósito está supuesto a ser tu objetivo, Eso es lo que te debe motivar y mantenerte centrado en lo que es más importante para ti y en lo que te debes involucrar. Mientras que debes estar abierto para las diferentes maneras como Dios te puede llegar a guiar para ayudar a otros, al
mismo tiempo, tú no debes desviarte atendiendo un millón de necesidades, porque siempre va a haber muchas más necesidades de las que tú puedes atender personalmente.

Sentirse perplejo acerca de múltiples talentos.
   Algunas personas nunca llegan a ir en busca de su verdaderas visiones porque ellos tienen "el problema" de tener múltiples talentos o de ser capaces de hacer muchas cosas. El mal entendimiento de sus dones ha causado que mucha gente mu~ talentosa y muy inteligente sea ineficaz y que fracasen en la vida. Estas gentes dicen, "Yo tengo tantos dones que yo no sé cuáles son los que debo usar. Yo quiero usarlos y desarrollarlos todos". Como resultado de esto, ellos nunca llegan a desarrollar ninguno de sus dones eficientemente. Yo tengo muchos intereses en mí mismo. Yo soy un maestro, un predicador, un orador y un escritor. Yo también puedo pintar, esculpir, escribir y tocar música. Sin embargo, yo me tengo que enfocar en ciertos dones específicos para poder ser efectivo en esta vida.

   Déjenme hacerles esta pregunta: ¿Alguna vez has visto a alguien que ha logrado el éxito en la vida por medio de hacer todas las cosas? Piensa acerca de personajes como Helen Keller, Picasso, María Curie, Tiger Woods, las campeonas de tenis Serena y Venus Williams, Bill Gates y la Madre Teresa. Cada una de estas gentes hicieron una o dos cosas muy bien, y esto se convirtió en la fuente de su vida y de su prosperidad. Les abrió camino a cada uno de ellos en este mundo.

   Cuando una persona trata de hacer todas las cosas, acaba por convertirse en un "aprendiz de todo y maestro de nada". Yo estoy seguro que tú conoces a varias personas que son multidotadas y que parecía que tenían las mayores probabilidades de éxito, pero que no están haciendo nada con su vida. Tú tienes que protegerte en contra de la tentación de tratar de hacer todas las cosas. No importa qué tantos dones tú tengas, no dejes que ellos te distraigan. Tú debes tomar la decisión de concentrarte en uno o en dos de tus dones, y entonces, desarrollarlos. No te preocupes acerca de perder los otros dones. Decide qué don vas a desarrollar; a medida que tú desarrollas ese don, los otros dones lo van a seguir. Dios no va a desperdiciar lo que El te ha dado.

No Poder Reconocer el Precio de la Visión
   El segundo obstáculo para poder cumplir la visión es el hecho de no reconocer el precio que acompaña a la visión. Yo creo que mucha gente cree que las personas exitosas nacieron siendo exitosas. En realidad, el éxito llega en etapas. De la misma manera como funciona un financiamiento con un plan de pagos. Es un proceso, y voy a hablar más acerca de este proceso posteriormente en este libro. Tú recibes un poco de éxito el día de hoy, otro poco el día de mañana, y otro poco la siguiente semana.

   Uno de los precios de la visión es la diligencia. Todos los seres humanos sueñan, pero son muy pocos los que se despiertan, salta~ de sus camas de comodidad y trabajan duro para poder experimentar el cumplimiento y la realización de sus sueños: Frecuentemente, lo que nos hace no reconocer y no pagar el precio de la Visión es el sentimiento de que nuestra vida se halla fuera de nuestro control y que no hay nada que podamos hacer para cambiar esto.

Echándole la Culpa a la "Mala Suerte"
   Por ejemplo, si tú piensas que tú tienes una temporada de mala suerte en la vida o que eres una persona sin suerte, lo más probable es que tú no vas a hacer el esfuerzo que se necesita para hacer que tu visión llegue a tener éxito. Tú tal vez pienses, ¿Para que molestarse? Este tipo de razonamiento puede hacer que menosprecies toda tu vida, destruyendo tu deseo de llegar a realizar tus objetivos. Tú debes darte cuenta de que tú no recibes tu definición por tu pasado, ni por tus limitaciones, ni por factores externos.

Echándole la Culpa a Cosas Externas
   Algunas personas creen que los demás son responsables de hacer que sus visiones fracasen. Tal vez tus padres no tuvieron el dinero suficiente para mandarlos a la universidad y ahora, ellos se siente  amargos y resentidos porque ellos no pudieron lograr las profesiones que querían tener. Tal vez ellos tuvieron hijos mucho más pronto de lo que ellos esperaron, y esto les hizo sentir que teman que abandonar sus sueños. La vida nos presenta retos pero este hecho no tiene que desviar nuestras visiones. Si tú quieres algo con muchas ganas, tú vas a tener la paciencia para adquirirlo ,aun si el tiempo que tienes que esperar no es como tú quieras. No debes permitirte a ti mismo el sentirte que eres una víctima de las acciones o de las necesidades de otros.

   Hay gente que piensa que sus experiencias pasadas educacionales, sociales, espirituales-o que sus fallas pasadas les impiden de tener una visión para su vida. Por favor, debes darte cuenta de esto: Dios no está en contra de ti. El está a favor de ti. ¿Puedes creer esto en tu corazón? El todavía tiene un plan bien definido y un propósito para tu vida a pesar de tu pasado y a pesar de tus errores. No importa lo que tú hayas hecho, Dios no ha terminado hasta en tanto El haya completado aquello para lo cual te creó y que debes de hacer y de llegar a ser.

   Frecuentemente, nos imaginamos que nuestro pasado es mucho más grande que nuestro futuro. Algunas veces, pensamos que lo que hemos hecho es tan malo que incluso es más grande que el sacrificio que Jesús hizo por nosotros en la cruz. Pero nada es tan malo como para competir con el perdón de Jesucristo. Si tú tuviste un bebé fuera del matrimonio, si tú has estado en drogas, si tú has estado en la prisión, si tú has sido traicionado de alguna manera, Dios todavía te ama y quiere redimirte. El quiere restaurarte tu propósito.

   La Biblia dice, "Toda buena dádiva y todo don perfecto viene de lo alto, desciende del Padre de las luces, con el cual no hay cambio ni sombra de variación" (Santiago 1:17). Esta es una declaración muy importante acerca de Dios. Dice que Dios da dones, y que cuando El da un don, El no cambia de parecer acerca de esto. Todo lo que Dios ha invertido en ti, El quiere verlo en uso. El es un buen Dios que da buenos dones a toda la gente y El no varía ni cambia en esta expectativa.

   Nunca debes creer que tus errores son más grandes que aquello que Dios te dio como motivo para nacer. Dios es un Restaurador, es un Sanador. Esto significa que El va a volver a poner en ti aquello que el mundo te quitó. El va a volver a poner en ti todo aquello que la vida te quitó. Debes pedirle que restaure su propósito y su visión dentro de ti.

   Permíteme urgirte para que no le permitas a las circunstancias que destruyan tu pasión de vivir. No le permites a la vida que te arrastre de un lado del río hacia el otro lado. Los vientos de la adversidad pueden ser muy fuertes, pero la visión que Dios te ha dado va a ser el ancla de tu vida.


Desconocer los principios para la realización de la visión.

   El tercer obstáculo que no nos permite realizar la visión es el hecho de desconocer los principios para realizarla. Los visionarios exitosos no van en busca de sus visiones al azar o por accidente; al contrario, ellos operan de acuerdo a principios establecidos y probados con el tiempo, los cuales permiten que sus visiones se conviertan en una realidad. En la parte dos de este libro, yo he remarcado "Doce Principios para Realizar la Visión Personal". En esta sección, yo te doy maneras positivas para ir en busca de tu visión, a medida que tú pones en práctica estos principios.

Permite que tu vida sea alimentada por la visión

   La vida fue diseñada para que fuera inspirada por el propósito y para que fuera alimentada por la visión. Esto significa que tú no tienes que vivir una vida defensiva que es hecha a base
de estar administrando crisis; al contrario, tú puedes ir en busca de una vida ofensiva que sigue constantemente su visión y que inició sus propios objetivos y acciones. Las páginas siguientes te van a ayudar a clarificar tu visión, formulando un plan para poder realizarla y poder traerla a su cumplimiento completo y exitoso.
Dr. Myles Munroe. Los Principios y el poder de la visión. Editorial Whitaker House. 2003. Pag 81 -  89

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