La oración es abrir el corazón o el alma a Dios en una forma sincera. sensible y afectuosa. por medio de Cristo, con la ayuda y en el poder del Espíritu Santo, para cosas como las que Dios ha prometido, o que son conforme a la Palabra de Dios, para el bien de la Iglesia, sometiéndonos en fe a la voluntad de Dios.
iOh, cuánto calor, fortaleza, vida, vigor y afecto encontrará en la oración correcta! ¿f'uede orar en su corazón con las palabras de estos salmos? "Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía" (Sal. 42:1). "He aquí yo he anhelado tus mandamientos; vivifícame en tu justicia" (Sal. 119:40). "He deseado tu salvación, oh jehová, y tu leyes mi delicia" (Sal. 119:174). "Anhela mi alma y aun ardientemente desea los atrios de Jehová; mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo" (Sal. 84:2). "Quebrantada está mi alma de desear tus juicios en todo tiempo" (Sal. 119:20). Note esta oración: "Quebrantada está mi alma de desear". iOh, cuánto afecto puede haber en la oración!
Encontramos una devoción semejante en Daniel: "Oye, Señor; oh, Señor, perdona; presta oído, Señor, y hazlo; no tardes, por amor de ti mismo, Dios mío; porque tu nombre es invocado sobre tu ciudad y sobre tu pueblo" (Dn. 9:19). Cada sílaba lleva una gran vehemencia y urgencia en ella. Esto es lo que el apóstol Santiago llama la oración ferviente, u oración eficaz. Y eso es lo que se dice una y otra vez de Jesús: "Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra" (Lc. 22:44).
Jesús tenía sus afectos extendidos hacia Dios buscando su mano ayudadora. ¡Oh, cuán lejos está la mayoría de las personas de los ejemplos de la Biblia cuando oran! En la opinión de Dios, la oración debe ser hecha con fervor y urgencia. ¡Ay! La mayoría de las personas no tiene conciencia del deber de la oración; y para las que lo tienen, temo que muchas de ellas no le prestan atención a abrir el corazón o el alma a Dios de forma sincera, sensible y afectuosa. Demasiados se contentan con simples ejercicios de labios para afuera, oraciones dichas de forma mecánica; diciendo entre dientes una pocas oraciones imaginarias. Cuando sus afectos están verdaderamente involucrados, e involucrados de tal manera que su alma no se va a distraer con nada, sino a concentrarse en el bien deseado, usted disfrutará de comunión y consuelo con Cristo. Ya esto han dedicado los santos sus fuerzas y han perdido su vida, antes que quedarse sin la bendición que Dios tenía reservada para ellos.
Te invito hacer está oración:
Querido Padre, te amo con todo mi corazón y mi ser. Tú me has dado vida y luz en Cristo Jesús. Me has dado un mundo en el que toda la creación apunta hacia ti y a tu divino carácter y gracia. Me has dado la oportunidad de unirme a todos los santos en oración por la Iglesia y por su establecimiento en todos los lugares de la tierra. Anhelo verte en toda tu belleza y excelencia, y ese anhelo me fortalece en mi peregrinación. Anhelo que vengas de nuevo en poder y gloria. Anhelo la redención de toda la creación, que gime ser liberada de la sujeción a la decadencia. Me deleito en la promesa de que habrá un tiempo cuando lo veremos todo cara a cara . Lléname ahora con tu Santo Espíritu como un medio para no solo amarte de forma perfecta, sino para fortalecerme para las tareas que tengo aquí en la tierra. Telo pido por el amor de Jesús. Amén.
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