sábado, 16 de noviembre de 2019

¿QUIEN ES JESÚS?

                          
¿QUIÉN ES JESÚS?
Que es más apropiado preguntar, “¿Quién es Jesús?” o “¿Quién fue Jesús?”
   Jesús de Nazaret es tanto una figura contemporánea como histórica. Como ser humano, no se quedó en la tumba después de morir en la cruz. Él fue resucitado después de haber asegurado nuestra salvación y reconciliación con el Padre. Como Dios, Él no está limitado por el pasado o el futuro; ni pueden estos términos aplicarse a él. Más bien, ¡Él es!

   El Jesús vivo es la influencia más poderosa en el mundo de hoy, no sólo por su impacto histórico sino también por su habilidad para transformar vidas, tales como la tuya y la mía, ahora mismo y por la eternidad. Por tanto, es apropiado referirnos a Él en tiempo presente. Jesús fue, Jesús es y Jesús siempre será el mismo para nosotros ¡hoy, mañana y por siempre!
En búsqueda de un mejor futuro.
   Cientos de millones de personas en el transcurso de los ciclos han tenido un encuentro con el Jesús vivo a través de una relación personal. El siguiente es el testimonio de un hombre de negocios llamado Carlos Gutiérrez.

   “Me escape del régimen cubano por bote, arriesgando mi vida para llegar a Estados Unidos en búsqueda de un mejor futuro. Sin embargo, ese “mejor futuro” no se iba a dar. Yo había sido un hombre humilde, inocente y noble, pero cuando cumplí 22 años comencé a ir a clubs donde probé la droga la primera vez. Ese fue el principio de mi adicción, y con la adicción también vino la vida desorganizada. Pasaba mis días y noches en el club. También me convertí en un estafador que arruinó muchas vidas.

   “Un día, en una fiesta, tomé una mezcla de tres tipos de drogas y sufrí un a taque al corazón. Me desmayé y quedé como muerto. Muy pocas personas sobreviven a una sobredosis de ácido, pero creó que Jesús me resucitó. Mi estilo de vida afecto a mi familia grandemente. A mi madre le dio cáncer, probablemente del sufrimiento, y a mi padre le salió un tumor y sólo le dieron tres meses de vida.

  “Entonces, un amigo que antes consumía drogas conmigo me invitó a la iglesia. Para entonces sufría de una depresión total. Dos veces había tratado de suicidarme, pero no tuve la suficiente fuerza para terminar lo que empecé. En la iglesia, las palabras del pastor parecían estar dirigidas específicamente a mí. Mi amigo me tomó del brazo y me guió hacia el altar. Ellos oraron por mí y algo cambio. Jesús había entrado en mí vida y la cambiaría para siempre.

   “Ese día la presencia de Dios llenó mis ojos de lagrimas. Llorando le pedí perdón a mí madre. Desde ese día, mi vida se enderezo. Terminé mis estudios secundarios y me uní al departamento de policía. También puse mi propio negocio. Me casé y hoy en día tengo una hermosa familia. No tengo ningún mal hábito y tengo paz en mi corazón. Mis padres se convirtieron al cristianismo gracias a la gran transformación que vieron en mí. Mi vida cambió radicalmente el día que tuve un encuentro con Jesús resucitado”. Ese Jesús resucitado también puede transformar su vida si sólo le da la oportunidad. El siguiente es el testimonio de Alan Correa, un estudiante colombo-americano, quien también testifica una vida cambiada por Jesús.

   “Vengo de una familia disfuncional con problemas de drogadicción, alcoholismo, violencia y maldiciones generacionales de pobreza, enojo, orgullo, rebelión, inmoralidad sexual y confusión. Cuando tenía 17 años, influenciado por las personas a mí alrededor, comencé a robar y a vender drogas. Esto hizo fácil que dedicara mi vida al crimen y la maldad.

   “El estado de mi vida en aquel tiempo puede ser ilustrado con el siguiente incidente, el cual se quedó grabado en mi memoria. En cierta ocasión, una joven me ofreció para que yo la vendiera por dinero; así que la prostituí. La mañana siguiente, cuando pensé lo que había hecho, por sólo unos cuantos billetes, me sentí asqueado de mi mismo. Aunque era mayor que yo, y ya estaba acostumbrada a ese estilo de vida, no era el estilo de vida que yo deseaba para cualquiera de las mujeres de mi familia. Sin embargo, lo continué haciendo por dinero.

   “Estaba siguiendo los pasos de mi padre. A menudo sentía que iba a morir habiendo desperdiciado mi vida, y no quería terminar como mi padre, quitándome la vida con una bala. No deseaba suicidarme, pero sabía que al final alguien terminaría con mi vida si continuaba ese estilo de vida.

   “Un día un amigo me invitó a la iglesia. Siempre me animaba a ir y yo siempre me negaba. Cuando finalmente confesé a Jesús como mi señor, un inmenso deseo de conocer más de Jesús y de la biblia comenzó a crecer en mí. Fui bautizado en agua y después asistí a una conferencia cristiana en la cual la presencia de Dios se hizo palpable en mi vida. ¡Dios me mostró su poder! Mi cuerpo comenzó a sudar y a experimentar lo que parecía ser un fuerte choque eléctrico. Por un instante tuve miedo y dije, ‘Señor, ¡por favor para!’ Pero su poder sólo se hizo más fuerte sobre mí.

“¡Esa experiencia transformó mi vida para siempre! Encontré al verdadero Jesús. Fui liberado de las maldiciones generacionales de auto destrucción, crimen y adicción a las drogas. Ha pasado un año desde el primer día que comencé a servir a Jesús, tomando su mensaje y demostrando el poder de Dios a los que los necesitan. Sé que mi destino ha cambiado para bien. Hoy puedo decir que tengo ¡vida verdadera!.

“FIEL ES QUIEN LO LLAMA”.
¿Por qué creer en Jesús? A través de este libro, hemos visto que Jesús es el camino, la verdad y la vida. Él nos ha liberado de las garras de la naturaleza pecaminosa y nos ha permitido ser perdonados de todos los pecados que hemos cometido. Él nos rescato del castigo eterno. Nos ha dado vida nueva y una relación eterna con Dios el Padre. Y Él nos ha dado acceso a la vida abundante de Dios en todas sus facetas a través del gran intercambio de su vida por la nuestra.

   Cuando respondemos a la invitación de Jesús de seguirlo, el requiere que le demos todo –nuestra vida entera- . Esa es la única forma cómo podemos recibir la plenitud de vida que él nos ofrece. Jesús dijo,Si alguno quiere venir en pos de mi, niéguese a sí mismo, tomé du cruz cada día, y sígame. Porque todo el que quiera salvar du vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará. Pues ¿Qué aprovecha al hombre, si gana todo el mundo, y se destruye o se pierde así mismo. (Lucas 9.23-25)
 
   ¿Reconocerá a Jesús como su salvador todo suficiente y Señor absoluto? Si, seguir a Jesús tiene un precio. Pero las recompensas son vida verdadera en este mundo y vida verdadera por la eternidad. Además, Jesús sabe que usted no puede seguirlo sin su constante presencia y ayuda. Él le asegura: “No te desampararé, ni te dejaré” (Hebreos 13.5)

   Las Escrituras dicen, “Y el mismo Dios de paz os santifiquen por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es el que os llama, el cual también lo hará (1Tesalonisense 5.24) Dios le permitirá a usted permanecer fiel a Jesús a medida que lo obedece y aprende a vivir en el poder del Espíritu Santo.

¿QUIEN ES JESÚS PARA USTED?
   La pregunta “¿Quién es Jesús?” es la misma que las personas se han hecho por miles de años. De hecho, una vez Jesús les pregunto a sus discípulos, “¿Quién dicen los hombres que es el hijo del hombre?” (Mateo 16.13) Los discípulos dieron varias respuestas acerca de lo que la gente en los días de Jesús erróneamente decía de Él (Mateo 16-14) Jesús entonces le pregunto a los discípulos, “Y vosotros ¿quién decís que soy yo? (Mateo 16.15)

   El discípulo Pedro le contesto, “Tu eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente (Mateo 16.16) Pedro fue capaz de responder a esta pregunta con precisión, pero no debido a su propia perspicacia. Jesús entonces le dijo a Pedro, “Eso no te lo revelo ni sangre ni carne, sino mi Padre que está en los cielos (Mateo 16.17) Dios el Padre, por medio del Espíritu Santo, le había revelo a Pedro la verdad: que Jesús era su Hijo, “El Cristo”; un término que significa “ungido”.

   Nosotros también necesitamos una revelación del Espíritu de Dios con respecto a quien es Jesús. Jesús dijo: “Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero” (Juan 6.44)
Guillermo Maldonado. ¿Por qué creer en Jesús? Poder. Primera edición.2015. Editorial Ministerio internacional El Rey Jesús. Paginas 106 - 111
  

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