sábado, 9 de noviembre de 2019

EL GRAN INTERCAMBIO. Parte IV

2-. Restaurados a un cuerpo físico que manifieste la vida de Dios.
Esta manifestación tiene dos aspectos:
a-. La vida de resurrección en nuestros cuerpos ahora. Las Escritura dice: “Y si el espíritu de aquel que me levanto de entre los muertos a Jesús mora entre vosotros, el que levantó de entre los muertos a Cristo Jesús vivificara también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros” (Romanos 8.11). Considero que esta información indica que podemos tener salud física total mientras vivimos en la tierra. En primer lugar, como ya hemos afirmado anteriormente, cuando Jesús Murió, Él llevó todos nuestros pecados y todas nuestras enfermedades. Segundo, debido que aunque el espíritu de Dios mora en nosotros y nos da vida en abundancia, nuestros cuerpos no debería mantenerse enfermo.

   En mi ministerio he visto sanidades físicas gracias al poder de la resurrección de Jesús en la vida de la gente por quien oramos en Su nombre. Por ejemplo, una mujer venezolana llamada Eusselin había sufrido artritis reumatoide degenerativa por veintitrés años. Durante el último año de su enfermedad, ella estuvo postrada en una cama. Mientras buscaba una solución, los médicos la operaron de las rodillas, pero después sufrió de desgaste total del hueso de su cadera derecha, y en pocos meses, ya estaba en silla de ruedas. No era capaz de levantarse de la silla de ruedas por sus propios medios ni siquiera de poner un pie en el piso. Además tenía problemas en el riñón, y tuvo que empezar a usar pañales porque no podía controlar su vejiga.

   En esa condición Eusselin fue a la casa de un creyente que le había invitado a ver un servicio de sanidad transmitido vía satélite desde nuestra iglesia en Miami. Durante el tiempo de la adoración, comencé a declarar el poder de la resurrección de Cristo. Eusselin, quien estaba mirando desde Venezuela, oyó la voz de Dios que audiblemente le decía, “¡Levántate de la silla de ruedas!”. !De inmediato ella se levanto¡ Lo próximo que hizo fue ir al baño. Al instante fue ella sanada de ambas enfermedades, habiendo experimentado milagros creativos tanto en su cadera derecha como en su riñón. Luego, toda la familia creyó en el Jesús vivo y en Su poder para  hacer milagros.

   La vida de resurrección de Jesús incluso levanta a los muertos hoy.

   Éste es un testimonio de Cesar Augusto Atoche, un pastor peruano: “Fui hospitalizado en Lima Perú, debido a que mi arteria coronaria se bloqueó y requería una cirugía de bypass. Durante la operación, después de tener el pecho abierto por tres horas, sufrí un ataque cardiaco y morí, Estuve muerto por espacio de una hora.

   “Después los doctores me dijeron que mi corazón había dejado  de latir, y que le habían informado a mi esposa que había muerto debido a complicaciones durante la cirugía. Mi esposa me dijo mucho después que, antes de la cirugía, había sentido muy dentro de ella que yo iba a morir, pero que también iba hacer resucitado.

   Ella hizo un pacto con Dios  a través de un programa de televisión cristiano, y compartió el pacto con uno de los administradores del programa, amigo de ella. El administrador ayudó a mi esposa a orar por mí, junto a los líderes de nuestra iglesia.

   “Durante la hora que estuve muerto, el apóstol Guillermo Maldonado estaba en su programa de televisión orando por sanidad, decretando que todos los enfermos serían levantados y sanados. En ese momento, volví a la vida. ¡Jesucristo me resucitó! Mi esposa y doctores quedaron asombrados. Una de las señales que seguirán aquellos que creen en Cristo es que los muertos resucitarán. (Mateo 10.8) ¡Yo soy uno de ellos!.

   En otro caso, un bebé de veinte meses, llamado Kevin sufrió una fiebre muy alta con convulsiones y fue hospitalizado en chicago. Los doctores determinaron que sus órganos estaban débiles, y pronto  el monitor del corazón registró que el bebé había sufrido un ataque cardíaco. Pese a los esfuerzos que hicieron, los doctores fueron incapaces de salvar al niño, y lo declararon muerto.

   La mamá del bebé, Magali, con su pequeño hijo en brazos llamó a la abuela del bebé, una creyente que vive en Florida. Inmediatamente la abuela contacto a su pastor, Freddy Lagos, de Naples, Florida, quien está asociado al Ministerio Internacional  El Rey Jesús. El pastor comenzó a orar por el bebé a través del teléfono, revocando al espíritu de muerte y declarando vida, en el nombre de Jesús. De repente, la abuela comenzó a gritar porque le informaron que el monitor del niño estaba registrando latidos nuevamente. La bomba de respirar comenzó de nuevo a trabajar, indicando que el bebé estaba respirando nuevamente. El color retornó a su cara, y la temperatura de su cuerpo se normalizó. ¡Kevin había regresado a la vida, once minutos después de haber sido declarado muerto!

   Continuamente presencio milagros de salvación, sanidad y liberación, que la muerte y resurrección de Cristo trae a las vidas de aquellos que lo aceptan como su Señor y Salvador. Si la enfermedad le ha robado la salud; si la amargura le ha quitado el gozo; si su incapacidad para restaurar la relación con su esposa, hijos, padres lo ha desalentado; o si le parece imposible superar el vacío espiritual dentro de usted, la solución es recibir el intercambio que Jesús nos ofrece.

   Mucha gente en el mundo sufre en gran medida. Soportan mucho dolor, abusos, rechazos, soledad, sin saber que Jesús entregó su vida para darles libertad y paz. Hoy Jesús quiere hacerse real en su corazón manifestando Su poder transformador –primero en su espíritu, y luego en sus relaciones, finanzas, salud, vocación y todos los otros aspectos de su vida.

b-. Cuerpos de resurrección eterna.
   Jesús no solo le da vida a nuestros cuerpos mortales hoy. Cuando  Él venga a la tierra por segunda vez a juzgar al mundo y a reunirse con aquellos que creen en Él para estar con ellos siempre (2Timoteo 4.1), cada creyente será transformado para ser como Él recibiendo un ¡cuerpo eterno glorificado! (1Tesalonisense 4.14-17; ¡Corintios 15.42-44, 49-53)

   No todos dormiremos (moriremos); sino que todos seremos trasformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final la trompeta; porque se tocará trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesaria que esto corruptible se vista de corrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad (1Corintios 15.51-53).

   Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando Él se manifieste, seremos semejantes a Él, porque le veremos tal como Él es (1Juan 3.2)

3-.Restaurados para gobernar y reinar en la tierra.
   Además de restaurar nuestra unión con el Padre y restaurar la salud y vida a nuestros cuerpos físicos, Jesús vino a restaurar en la tierra el Reino de Dios es todos sus aspectos. Pecado, demonios, pobreza, muerte y todas las enfermedades que experimentamos son el resultado de la caída de la humanidad y la influencia de Satanás en el mundo. Todo eso necesitaba ser intercambiado por la vida de Jesús. Cuando Jesús estuvo en la tierra, Él confrontó esos elementos con la superioridad del Reino de Dios, y Él siempre salió victorioso.

   A través de Su muerte y resurrección, Jesús obtuvo una completa victoria sobre el pecado y sobre Satanás; Él le arrebato al diablo las llaves del infierno y la muerte (Apocalipsis 1.18) Satanás fue absoluta, irrevocable y eternamente derrotado. La victoria completa de Jesús de aplica a nosotros porque Él la ganó para nosotros. Es por eso que, durante un período de cuarenta días después de su resurrección, Jesús les enseño a sus discípulos acerca del Reino de Dios (Hechos 1.1-3) Él quería que ellos aprendieran lo que es el Reino y como ellos fueron llamados a incrementar su influencia en el mundo. Y, Él quiere entendamos lo mismo.

   Después de esos cuarenta días de enseñanzas, Jesús regresó a Dios el Padre en el cielo. “Puesto los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de Él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio y se sentó a la diestra del trono de Dios” (Hebreos 12.2) Hoy Jesús está sentado a la derecha del Padre y tiene total poder y autoridad tanto en el mundo espiritual como en el mundo natural. Antes de regresar al Padre, Jesús le dijo a sus discípulos, “toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra” (Mateo 28.18) El Padre le dio completa autoridad. De la misma forma, Jesús nos dio autoridad para usar Su nombre, de manera que podamos avanzar el reino de Dios en la tierra (Mateo 28.19-20). A medida que recibimos a Jesús y caminamos en su autoridad, nosotros podemos vivir como él vivió. Podemos vencer las tentaciones de Satanás para robar, matar, destruir a la gente, intercambiando sus obras malignas por las obras del Reino: amor, poder, sanidad, esperanza y restauración.

   Nosotros podemos hacer todas estas cosas porque Jesús no sólo nos dio su autoridad, sino también nos dio Su poder para llevar esa autoridad. Él dijo: “Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigo en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra”. Jesús también dijo, “De cierto, de cierto os digo: El que en mi cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre” (Juan 14.12)

   Estamos destinados hacer las mismas buenas obras que Jesús hizo en la tierra. Nosotros podemos hacer esas obras y aún “mayores obras” porque Jesús nos ha dado el regalo del Espíritu Santo. El Espíritu santo de Dios está siempre con nosotros para guiarnos a la verdad y darnos el poder para hacer la voluntad de Dios. La única condición es que permanezcamos unidos con Jesús, manifestando Su naturaleza y siguiendo sus caminos (Juan 15.4-5,7)
Reciba el intercambio por fe.
   ¿por qué creer en Jesús? Porque Él murió y fue resucitado, de manera que nosotros podamos tener acceso de la plenitud de la vida abundante de Dios en todas sus facetas. ¡Jesús está vivo! Toda provisión que él obtuvo pr medio de Su muerte y resurrección está disponible ahora mismo para aquellos que lo reciben en sus corazones y confiesan que Él es el Señor y Salvador de sus vidas. Todo lo que necesitan hacer es desear, por fe, Su gran intercambio –intercambiar sus pecados Su justicia, Su muerte por su vida, sus enfermedades por su salud y sus opresiones por su libertad-

   Este puede ser el momento más importante de su vida. Permítale al dador de vida la oportunidad de concederle vida eterna. Al recibir a Jesús de todo corazón, usted entenderá que el único propósito de este libro es darle a usted los regalos más valiosos que un ser humano pueda recibir: una nueva vida en Jesús en la tierra y una existencia en la presencia de Dios por la eternidad. Usted puede recibir a Jesús y Su gran intercambio diciendo esta oración con sinceridad y humildad:

Padre celestial, yo creo que Jesús murió en la cruz por mí y que fue resucitado de entre los muertos. Confieso que Él es mí señor y Salvador. Por fe, yo reclamo el gran intercambio de Jesús –intercambio mis pecados por Su justicia, mi muerte por su vida, mis enfermedades por Su salud y mi opresión por Su libertad. Gracias señor porque soy “nacido de Dios”, porque he entrado en Tu reino, y porque ahora vivo en la plenitud de la vida de Jesús. Señor, úsame para esparcir Tu reino en el mundo, llevando Tu salvación, sanidad, liberación, y milagros a otros. ¡Amén!
Guillermo Maldonado. ¿Por qué creer en Jesús? Poder. Primera edición.2015. Editorial Ministerio internacional El Rey Jesús. Paginas 99 - 105

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